PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3667 ~ Lunes 21 de Mayo de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Dios
mío, te doy gracias por este día. Sé que aún no he logrado todo lo que esperas
de mí y si esa es la razón por la cual me bañas en el fresco rocío de otro
amanecer; me siento muy agradecido. Estoy preparado al fin, a hacer que te
sientas orgulloso de mí. Me olvidaré del día de ayer, con todas sus pruebas y
tribulaciones, con todos sus agravios y sus frustraciones. El pasado ya es un
sueño del cual no puedo recuperar ni una sola palabra, ni borrar ningún acto
imprudente. Sin embargo, tomaré la decisión de que si en el día de ayer lastimé
a alguien a través de mi imprudencia o mi irreflexión, no dejaré que el día de
hoy el sol se ponga sin rectificarme y nada de lo que haga en este día tendrá
mayor importancia.
¡Buenos días!
El reloj perdido
De
vez en cuando y por un lapso de toda una mañana o de una tarde entera,
sumérgete en baños de soledad y silencio. Es una disciplina excelente que
fortalecerá tu espíritu y te ayudará a ir encontrándote con tu ser más profundo
y verdadero. No le temas a la soledad. Aprende a amarla.
Unos trabajadores estaban almacenando aserrín en el
depósito de una fábrica de hielo, cuando uno de ellos advirtió que se le había
caído el reloj de su muñeca. Todos se pusieron a buscarlo. Después de una
intensa búsqueda entre charlas y risas, decidieron dejarlo y se fueron a tomar
un café. Un joven que los había observado, entró en el almacén y, al poco rato,
se presentó ante los trabajadores con el reloj en su mano. “¿Dónde estaba?” —le
preguntaron. “¿Dónde?, pues en el almacén”, —les dijo el joven. “No puede ser, —dijeron ellos— lo hemos buscado por todas partes. ¿Cómo lo
has encontrado? “Hice un silencio absoluto hasta que pude percibir el suave
tictac del reloj y lo saqué de en medio del aserrín.”
Tampoco
le temas al silencio. El silencio vitalizará tu mente y tu sistema nervioso, y
dotará de solidez y fuerza expresiva a tus palabras cuando salgas de tus
treguas de mutismo y vuelvas a hablar. Busca el equilibrio interno y el
reencuentro contigo mismo. Regálate de vez en cuando estas saludables
inmersiones en la soledad y el silencio.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús bajó de la montaña y, al llegar donde los discípulos, vio a
mucha gente que les rodeaba y a unos escribas que discutían con ellos. Toda la
gente, al verle, quedó sorprendida y corrieron a saludarle. Él les preguntó:
«¿De qué discutís con ellos?». Uno de entre la gente le respondió: «Maestro, te
he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo y, dondequiera que se apodera de
él, le derriba, le hace echar espumarajos, rechinar de dientes y lo deja
rígido. He dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido».
Él
les responde: «¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros?
¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo!». Y se lo trajeron. Apenas el
espíritu vio a Jesús, agitó violentamente al muchacho y, cayendo en tierra, se
revolcaba echando espumarajos. Entonces Él preguntó a su padre: «¿Cuánto tiempo
hace que le viene sucediendo esto?». Le dijo: «Desde niño. Y muchas veces le ha
arrojado al fuego y al agua para acabar con él; pero, si algo puedes, ayúdanos,
compadécete de nosotros». Jesús le dijo: «¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es
posible para quien cree!». Al instante, gritó el padre del muchacho: «¡Creo, ayuda
a mi poca fe!».
Viendo
Jesús que se agolpaba la gente, increpó al espíritu inmundo, diciéndole:
«Espíritu sordo y mudo, yo te lo mando: sal de él y no entres más en él». Y el
espíritu salió dando gritos y agitándole con violencia. El muchacho quedó como
muerto, hasta el punto de que muchos decían que había muerto. Pero Jesús,
tomándole de la mano, le levantó y él se puso en pie. Cuando Jesús entró en
casa, le preguntaban en privado sus discípulos: «¿Por qué nosotros no pudimos
expulsarle?». Les dijo: «Esta clase con nada puede ser arrojada sino con la
oración». (Mc
9,14-29)
Comentario:
Hoy
contemplamos —¡una vez más!— al Señor solicitado por la gente («corrieron a
saludarle») y, a la vez, Él solícito de la gente, sensible a sus necesidades.
En primer lugar, cuando sospecha que alguna cosa pasa, se interesa por el
problema.
Interviene
uno de los protagonistas, esto es, el padre de un chico que está poseído por un
espíritu maligno: «Maestro, te he traído a mi hijo que tiene un espíritu mudo
y, dondequiera que se apodera de él, le derriba, le hace echar espumarajos,
rechinar de dientes y lo deja rígido» (Mc 9,17-18).
¡Es
terrible el mal que puede llegar a hacer el Diablo!, una criatura sin caridad.
—Señor, ¡hemos de rezar!: «Líbranos del mal». No se entiende cómo puede haber
hoy día voces que dicen que no existe el Diablo, u otros que le rinden algún
tipo de culto... ¡Es absurdo! Nosotros hemos de sacar una lección de todo ello:
¡no se puede jugar con fuego!
«He
dicho a tus discípulos que lo expulsaran, pero no han podido» (Mc 9,18). Cuando
escucha estas palabras, Jesús recibe un disgusto. Se disgusta, sobre todo, por
la falta de fe... Y les falta fe porque han de rezar más: «Esta clase con nada
puede ser arrojada sino con la oración» (Mc 9,29).
La
oración es el diálogo “intimista” con Dios. San Juan Pablo II ha afirmado que
«la oración comporta siempre una especie de escondimiento con Cristo en Dios.
Sólo en semejante “escondimiento” actúa el Espíritu Santo». En un ambiente
íntimo de escondimiento se practica la asiduidad amistosa con Jesús, a partir
de la cual se genera el incremento de confianza en Él, es decir, el aumento de
la fe.
Pero
esta fe, que mueve montañas y expulsa espíritus malignos («¡Todo es posible
para quien cree!») es, sobre todo, un don de Dios. Nuestra oración, en todo
caso, nos pone en disposición para recibir el don. Pero este don hemos de
suplicarlo: «¡Creo, ayuda a mi poca fe!» (Mc 9,24). ¡La respuesta de Cristo no
se hará “rogar”!
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del
Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa María Madre de la Iglesia
El
lunes después de Pentecostés la Iglesia celebra la Memoria de "María,
Madre de la Iglesia".
Uno
de los elementos arquitectónicos más recientes en la plaza de San Pedro es el mosaico
dedicado a María "Mater Ecclesiae" junto con el texto Totus Tuus, una
muestra más del cariño a la Virgen de san Juan Pablo II.
Este
es el primer año que se celebra esta fiesta de acuerdo a lo que ha establecido
el Papa Francisco: "La memoria de la Bienaventurada Virgen María, Madre de
la Iglesia, debe ser de ahora en adelante inscripta en el calendario romano y
el lunes de Pentecostés celebrado anualmente".
Al
firmar este decreto, el Papa Francisco pone de relieve en gran medida la
maternidad de María para toda la Iglesia, ya sea la Iglesia ministerial
(religiosos consagrados y ordenados) o todos los laicos del pueblo de Dios.
Sabemos
hasta qué punto el Santo Padre quiere darle toda su importancia al papel
materno de María en la Iglesia, pero también al papel materno de la Iglesia
misma frente al mundo, siguiendo el ejemplo de la Virgen. María. El
establecimiento de esta hermosa festividad de María Madre de la Iglesia es, por
lo tanto, un nuevo avance en la comprensión de la naturaleza de la Iglesia,
como también en la comprensión del papel de la mujer en la Iglesia. Nuestra
piedad mariana se ve fortalecida para permitirnos, como dijo San Luis Grignion
de Montfort, ir a Jesús por María
San Eugenio de Mazenod
Obispo y Fundador
Fundador
de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada. Nació en Aix-en-Provence
(Francia) en 1782. Cuando estalló la Revolución Francesa, su familia, de la
alta sociedad, tuvo que exiliarse a Italia, y, cuando en 1802 pudo regresar a
su patria, estaba destrozada y en la miseria. Entró en el seminario San
Sulpicio de París, y en 1811 era ordenado de sacerdote en Amiens. Vuelve a Aix
de Provenza y ejerce su sacerdocio atendiendo a los prisioneros, los jóvenes,
las domésticas y los campesinos. Pronto se le unen otros sacerdotes celosos. En
1826, el Papa aprueba su nueva Congregación, centrada en la formación
espiritual profunda y en la vida comunitaria, al mismo tiempo que en la
evangelización, extendida a las misiones extranjeras. Nombrado más tarde obispo
de Marsella, tuvo que sufrir la hostilidad de las autoridades, pero logró
renovar material y espiritualmente la vida de su diócesis y darle un gran
impulso, al tiempo que cuidaba de sus Oblatos. Murió en Marsella el 21 de mayo
de 1861.
© Directorio Franciscano – Catholic.net
Pensamiento del día
“Ama y haz lo que quieras.
Si callas, callarás con amor;
si gritas, gritarás con amor;
si corriges, corregirás con amor;
si perdonas, perdonarás con amor”
-San Agustín-
Tema del día:
Caminando por la vida
Caminando
por la vida, me he encontrado con verdades, me he encontrado con mentiras, me
he encontrado con hombres y mujeres buscando amor en las sábanas, y encontrarlo
en la humildad y la entrega
incondicional, he visto niños y ancianos encontrarlo en una sonrisa, he visto a
otros dar de sí y disfrutarlo, he visto a otros recibir y quejarse.
Caminando
por la vida, he visto lágrimas, he sentido temores, he visto sonrisas pintadas
de atardecer, nubes de algodón en mentes de ilusión, besos diáfanos en rostros
demudados, aves pensando que no pueden volar y toneladas de acero subir a
grandes alturas... He escuchado a líderes hablar de paz y entendimiento, y para
hacer presente su comunicado y en nombre de la paz y del orden mundial, enviar
a sus ejércitos salvadores a asesinar personas, hombres, mujeres y niños.
Caminando
por la vida he encontrado incongruencia entre la mente y el corazón de los
hombres, y la más sabia organización y orden en los seres primarios, tales como
las hormigas
Caminando
por la vida he sentido el amor entrar en mi vida y florecer mi entendimiento,
he aprendido a amar amándome y a recibir dando, he aprendido que la flor tiene
su tiempo para crecer, para convertirse en capullo y después desplegar su
belleza, sin apuro, sin prisa, he aprendido que todo tiene su tiempo, nacer,
crecer, aprender, experimentar, compartir, enseñar y morir.
Caminando
por la vida he percibido que nada es fortuito, que todo tiene un para qué y que
perdemos el tiempo pensando en los por qué.
Caminando
por la vida he aprendido a vivir, caminando por la vida se aprende a morir
también. He descubierto que mi pensamiento tiene un orden y un sentido, que mi
experiencia de vida me dicta palabras que se convierten en voces, comunicados y
en entendimiento.
Caminando
por la vida he aprendido a ver las estrellas y a ver el mar, caminando por la
vida he visto gente ver y he visto gente mirar sin percibir nada; caminando por
la vida he visto hombres que no ven más allá de sus límites mentales y ciegos
salir adelante andando sin tropiezo; he visto lisiados caminar apoyándose con
las manos en el piso y hombres y mujeres enteros no poder dar un paso en la
vida por miedo.
Caminando
por la vida he aprendido que compartir, es amar y que amar es todo
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
¿Por
qué a veces resulta difícil perdonar a alguien? ¿Tan imperdonable era lo que
nos ha hecho? ¿O es porque me he aferrado a recuerdos negativos por pensar
constantemente en ellos?
Liberarse
del pasado es el primer paso para un perdón completo. Puedo dejar pasar si me
doy cuenta que las palabras y los actos de los demás son respuestas desde sus
propias creencias y responsabilidades; no de las mías.
Crezco
y me desarrollo a mi propio ritmo, en un mundo donde no hay dos personas que
piensen o sientan exactamente lo mismo. Sabiéndolo, renuncio a pretender que
todo (o algo en particular) funcione como yo creo que debería. Como estoy
creciendo y desarrollándome, confío en el trabajo del orden divino.
El
amor de Dios me asegura que, a pesar de lo pasado, nada de cuanto yo haya hecho
puede impedirme comenzar de nuevo.
Cada
día es un día nuevo, porque estoy creciendo y desarrollando mi ser.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas,
religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico
de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios
Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las
misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad
en Córdoba (Argentina); por los niños
con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del
Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países
del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las
familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes
hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por el eterno descanso del alma de Cesar
Armando Luna Vargas, fallecido hace 3 años; y de Sergio Cardona Ortiz, fallecido hace 36 años. Ambos vivieron en
Colombia. Y por el alma de Xiomara
Vázquez, cubana radicada en Miami (USA). Asimismo rezamos por las víctimas
de la tragedia aérea ocurrida hace unos días en cercanías del aeropuerto de La
Habana (Cuba).
Pedimos
oración por dos personas de Córdoba, Argentina: por la salud de Eduardo, rogando al Señor que lo
fortalezca y lo sostenga con sus gracias de sanación, y por la cirugía de Raúl Luis, que se realizará hoy, para
que por la intercesión de nuestra Señora del Valle, Jesús le conceda la
recuperación total de su afección.
Pedimos oración para Ángeles T., de Madrid, España, señora
de 87 años de edad a la que intervienen hoy de un tumor en el riñón. Que el
Espíritu Santo guíe las manos del cirujano. Que Nuestra Señora de los Ángeles
la vele y tenga pronta recuperación.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino,
paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al
Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención
del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Cinco minutos del Espíritu Santo
Mayo 21
"Ven padre de los pobres."
Al
Espíritu Santo lo llamamos padre de los pobres, porque él sólo puede actuar en
un corazón humilde y sencillo, en los que tienen alma de pobres. Eso no
significa que tengamos que despreciarnos o sentirnos inútiles. Sólo significa
que reconozcamos de verdad que lo necesitamos, que sin él no podemos nada, que
nuestra debilidad necesita su fuerza.
Con
él estamos seguros, llenos de confianza y arrojo. Pero al que tiene un corazón
pobre no se le ocurriría enorgullecerse por eso, porque sabe bien que todo lo
debe al auxilio del Espíritu Santo.
El
muestra su gloria en nosotros cuando de verdad reconocemos nuestra pequeñez y
nuestras carencias, cuando no nos aferramos a nuestras riquezas, logros y
capacidades, cuando descubrimos que no tenemos nada donde apoyarnos, porque
todo es frágil y pasajero.
Los
pobres no se sienten tristes por descubrirse pequeños. Al contrario, viven la
alegría de depender del Espíritu Santo. Liberados de la vanidad y de la
autosuficiencia, están realmente abiertos a la fuerza del Espíritu, y se gozan
en su presencia salvadora.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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