PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3663 ~ Jueves 17 de Mayo de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Recuerda
que la indiscreción es dañina y puede aportarte datos confidenciales a que no
tienes derecho.
El
que ansía conocer intimidades ajenas, nunca se satisface de ver, escuchar y
averiguar; pero, los datos que obtiene, sólo le sirven para estimular su enfermiza
manía de penetrar el secreto del otro, con el fin regularmente, de
desacreditarlo ante la opinión pública.
El
indiscreto es imprudente y el resultado de sus actitudes es casi siempre su
propia desgracia.
Seamos
pues prudentes en el camino de nuestra vida...
¡Buenos días!
Tiempo de conversión
La
predicación de Jesús comenzó así: “El tiempo se ha cumplido. El reino de Dios
ha llegado. Conviértanse y crean en la buena noticia”. Esta invitación resonó
como una clarinada que movilizó al pueblo de Dios a volver al Señor, abandonar
sus caminos equivocados, purificar el corazón… La Reina de la Paz repite hoy el
mismo mensaje de salvación.
“¡Queridos hijos! Los invito a trabajar en la
conversión personal. Aún en su corazón, están lejos del encuentro con Dios. Por
eso, transcurran el mayor tiempo posible en oración y en adoración a Jesús en
el Santísimo Sacramento del altar, para que él los cambie y ponga en su
corazón, una fe viva y el deseo de la vida eterna. Todo es pasajero, hijitos,
sólo Dios es eterno. Yo estoy con ustedes y los aliento con amor. ¡Gracias por
haber respondido a mi llamado!”
El
sacramento de la reconciliación o confesión es una excelente respuesta al dulce
llamado a la conversión que te hace la Madre del Salvador. Te animo a acercarte
a este sacramento, porque ayuda a conocerse más a sí mismo, te da consuelo
espiritual, y es canal de gracia para superar la fuerza del mal y del pecado
que está en nosotros. El Espíritu del Señor te mueva.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, no ruego
sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán
en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos
también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo
les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos
uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo
conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a
mí.
»Padre,
los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para
que contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la
creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he
conocido y éstos han conocido que tú me has enviado. Yo les he dado a conocer
tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has
amado esté en ellos y yo en ellos». (Jn 17,20-26)
Comentario:
Hoy,
encontramos en el Evangelio un sólido fundamento para la confianza: «Padre
santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que (...) creerán en
mí» (Jn 17,20). Es el Corazón de Jesús que, en la intimidad con los suyos, les
abre los tesoros inagotables de su Amor. Quiere afianzar sus corazones apesadumbrados
por el aire de despedida que tienen las palabras y gestos del Maestro durante
la Última Cena. Es la oración indefectible de Jesús que sube al Padre pidiendo
por ellos. ¡Cuánta seguridad y fortaleza encontrarán después en esta oración a
lo largo de su misión apostólica! En medio de todas las dificultades y peligros
que tuvieron que afrontar, esa oración les acompañará y será la fuente en la
que encontrarán la fuerza y arrojo para dar testimonio de su fe con la entrega
de la propia vida.
La
contemplación de esta realidad, de esa oración de Jesús por los suyos, tiene
que llegar también a nuestras vidas: «No ruego sólo por éstos, sino también por
aquellos que (...) creerán en mí». Esas palabras atraviesan los siglos y
llegan, con la misma intensidad con que fueron pronunciadas, hasta el corazón
de todos y cada uno de los creyentes.
En
el recuerdo de la última visita de San Juan Pablo II a España, encontramos en
las palabras del Papa el eco de esa oración de Jesús por los suyos: «Con mis
brazos abiertos os llevo a todos en mi corazón —dijo el Pontífice ante más de
un millón de personas—. El recuerdo de estos días se hará oración pidiendo para
vosotros la paz en fraterna convivencia, alentados por la esperanza cristiana
que no defrauda». Y ya no tan cercano, otro Papa hacía una exhortación que nos
llega al corazón después de muchos siglos: «No hay ningún enfermo a quien le
sea negada la victoria de la cruz, ni hay nadie a quien no le ayude la oración
de Cristo. Ya que si ésta fue de provecho para los que se ensañaron con Él,
¿cuánto más lo será para los que se convierten a Él?» (San León Magno).
P. Joaquim PETIT
Llimona, L.C. (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Pascual Bailón
Religioso Franciscano
Nació
en Torrehermosa (Zaragoza) el año 1540. De joven, por su oficio de pastor
asalariado, recorrió tierras de Aragón y del Levante español. Para adelantar en
sus aspiraciones espirituales, en 1564 ingresó en la Orden de San Francisco,
vistiendo en Elche (Alicante) el hábito franciscano entre los alcantarinos. Era
de origen humilde y con pocos estudios, y en los conventos a que lo destinaron
ejerció siempre con entrega y caridad los oficios que solían confiarse a los
hermanos legos: limosnero, refitolero, portero, etc. Pero a la vez estaba lleno
de los dones de consejo y de sabiduría, gracias a los cuales ayudó a sus
contemporáneos con su ejemplo y sus palabras, y nos legó algunos escritos
breves en los que nos transmite su experiencia religiosa, especialmente su gran
devoción a la Eucaristía y a la Santísima Virgen. Murió en Villarreal
(Castellón) el 17 de mayo de 1592. León XIII lo nombró patrono de las Asociaciones
y Congresos eucarísticos.
Oración: Oh Dios, que otorgaste a san Pascual Bailón
un amor extraordinario a los misterios del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo,
concédenos la gracia de alcanzar las divinas riquezas que él alcanzó en este
sagrado banquete que preparas a tus hijos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Pensamiento del día
“Así es la oración según lo que enseña el Evangelio:
coloquio, conversación, contacto con Dios.
Encuentro casi aterrador
entre el yo, pobre cosa de este mundo
y el infinito, el Creador.
Pero frente a la turbación que puede tomarnos,
Jesús nos invita a hablar en un coloquio verdadero y
vivo.
Y por eso recordamos la actitud del pobre publicano
del Evangelio
que no se atreve a entrar en el templo
y reconoce su poquedad y debilidad e indignidad”
Pablo VI
Temas Médicos:
Descongestivos naturales
Las
flemas pueden producirse aun cuando no hay ningún proceso infeccioso en el
cuerpo, de hecho, es normal que las mucosas del cuerpo generen flemas. Un dato
curioso es que nuestro cuerpo puede producir hasta 2 litros de flema
diariamente con el fin de que las fosas nasales estén limpias y húmedas, esto a
su vez es de ayuda para atrapar todos los factores externos que pueden ser
dañinos para las vías respiratorias.
Desgraciadamente
esta producción de flemas aumenta en ciertos momentos, por ejemplo, cuando
tenemos gripe, inflamaciones o alergias. Lo más común, aunque desagradable, es
que estos fluidos que se producen demás se escurran por la garganta o la nariz.
Por
suerte, desde siempre las abuelas han tenido los mejores remedios para
diferentes dolencias y enfermedades, y las flemas no se escapan de esta
realidad.
Los
remedios naturales más destacados que han pasado de generación en generación
son:
- Ajo:
Muchos
no conocen las grandes cualidades curativas que tiene este alimento. El ajo es
considerado un potente antibiótico natural, de hecho, se le reconoce por su
gran efectividad.
Para
aprovechar sus beneficios bien puede aumentar el consumo de ajo en sus comidas,
o también puede hacer una infusión. Sin embargo, la manera más efectiva de
usarlo es tomando un diente de ajo directamente.
- Cebolla:
Aliada
del ajo en las mejores recetas, la cebolla también puede ser remedio muy
efectivo para las flemas gracias a sus propiedades expectorantes,
antiinflamatorias y desinfectantes.
Para
utilizarla sólo es necesario abrir una cebolla por la mitad y olerla
directamente. Otra opción es hacerla en una infusión con limón, jengibre y
miel.
- Vapor:
El
remedio más simple y tradicional, además de uno de los más efectivos para las
flemas, es el vapor de agua. Seguramente, todas las abuelas los recomiendan.
Para
hacerlo sólo tiene que colocar una olla con agua a calentar en una hornalla o
estufa, y con una toalla sobre la cabeza, ubicarse frente a ella para respirar
el vapor, siempre con mucho cuidado!
Si
quiere un efecto expectorante más potente, puede agregar hojas de eucalipto o
menta, y sal.
- Jarabe de miel y jengibre o miel y pimienta:
Todos
estos ingredientes son reconocidos como grandes aliados para la salud y sus
beneficios pueden aprovecharse fácilmente, con la elaboración de jarabes
caseros.
Una
opción es mezclando miel con un poco de jengibre en polvo y tomarlo un par de
veces al día. Otra opción es con pimienta negra molida, también conocida por
ser curativa. Como potenciador puede agregar limón.
- Agua con sal:
El
agua salada diluye la flema, lo que es de gran ayuda para su expulsión. Puede
tomar un vaso de agua tibia y agregarle sal y con esto hacer gárgaras, no es
para tomar, pues, el agua salada tiende a causar deshidratación. Una vez que
haya finalizado, puede aclarar con agua limpia.
Tenga
en cuenta que para mejorar las flemas es necesario ser constante con los
remedios naturales, sumado a esto es necesario hacer algunos cambios en el
estilo de vida para evitar que el problema se mantenga por mucho tiempo o que
vuelva a ocurrir.
Ahora,
de ser así, no dude en consultar a su médico para comenzar el tratamiento más
adecuado para usted.
Consejos básicos:
-
Dormir con la cabeza un poco levantada, esto ayuda a respirar.
-
Evite ambientes con humo.
-
Tome duchas con agua caliente para aprovechar ese vapor, además, tome
duchas ligeramente más largas.
-
Utilice aceite de eucalipto para frotar el pecho y tosa siempre que pueda para
expulsar las mucosidades.
-
Aplique toallas calientes sobre su pecho.
-
Controle la humedad del ambiente, ni muy húmedo ni muy seco.
-
Despeje su nariz aunque no lo sienta necesario, lo importante es que las flemas
sean expulsadas lo más rápido posible.
Por
otro lado, también existen algunos alimentos que favorecen la producción de
flema, otros las hacen más densas, por lo que resulta preferible evitarlos para
no aumentar el malestar general y facilitar su expulsión. Por ejemplo, los
productos lácteos, las carnes rojas, los alimentos fermentados, la soja, la
grasa en general, y algunas frutas y vegetales como la banana, el aguacate o
los frutos secos.
También
contribuyen al problema los vicios más comunes, el tabaquismo, la cafeína y el
alcohol. En el caso del tabaco, el humo irrita la garganta y las vías
respiratorias.
Combatiendo
las flemas de manera natural podrá evitar el uso de medicamentos que pueden
generar efectos secundarios para la salud.
© Sergio Russo
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Analiza
cuál es el tipo de relación que tienes con los demás.
Examina
si la comunicación con tus relacionados es de dependencia y sometimiento
servil, buscando complacerlos a costa de tu dignidad humana y de tus derechos
naturales.
No
hay razón para que te menosprecies y esclavices.
Observa
si tu actitud ante el prójimo es de poder dictatorial y dominación
tiránica.
Piensa
y reconoce que los otros no son tus esclavos.
Reconcíliate
con tus semejantes para que contribuyas a construir una comunidad fraternal que
progresa unida.
Si
tú eres débil, busca apoyo en Cristo, el amigo que nunca falla.
Si
el otro es débil, apóyalo con la fuerza que Dios te da.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, monjas,
religiosas, novicias, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico
de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios
Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones;
por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de
María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad
en Córdoba (Argentina); por los niños
con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del
Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países
del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las
familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes
hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Cinco minutos del Espíritu Santo
Mayo 17
La
súplica nos alivia por dentro, porque cuando le pedimos ayuda al Espíritu Santo
sentimos que la carga que estamos llevando ya no es tan pesada. Seguro él nos
ayudará de alguna manera para que encontremos una salida, y sobre todo para que
sepamos cómo enfrentar esa dificultad.
El
Espíritu Santo es como un maestro interior, como un médico del alma, como un
especialista en masajes interiores que sabe poner las cosas en su lugar. Así,
las dificultades no te enferman, no te derriban, no te lastiman tanto, porque
él derrama una fuerza, un perfume, un bálsamo que te alivia en medio de los
problemas. Por eso, nada mejor que pedirle ayuda al Espíritu Santo.
La
misma Biblia nos dice que tenemos que suplicar y pedir ayuda: "Confía tu
suerte al Señor, y él te sostendrá" (Salmo 55,23). "No se angustien
por nada, y en cualquier circunstancia recurran a la oración y a la
súplica" (Filipenses 4,6). "Si alguien está afligido, que ore"
(Santiago 5,13). "La súplica es descargar las inquietudes en el Señor,
sabiendo que él se ocupa de nosotros cuando se lo permitimos realmente" (1
Pedro 5,7).
Detengámonos
un momento a pedirle ayuda al Espíritu Santo, a suplicarle por aquellas cosas
que nos preocupan en este momento de nuestra vida.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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