PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3313 ~ Martes 28 de Marzo de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Un
anciano viendo cercana su muerte, habló así a sus tres hijos: —No puedo dividir
en tres lo que poseo. Es tan poco que perjudicaría a todos. He dejado encima de
la mesa una moneda para cada uno de ustedes. Tómenla. El que compre con esa
moneda algo con lo que llenar la casa, se quedará con toda la herencia. Se
fueron. El primer hijo compró paja, pero sólo consiguió llenar la casa hasta la
mitad. El segundo compró sacos de plumas, pero no consiguió llenar la casa
mucho más que el anterior. El tercer hijo -que consiguió la herencia- sólo
compró una pequeña vela. Esperó hasta la noche, encendió la vela y llenó la
casa de luz.
El
Señor te ha regalado la luz de la fe para que la irradies a tu alrededor, con
el ejemplo y la palabra. Cada uno tiene posibilidades distintas, pero no menos
importantes, aunque parezcan limitadas. Dios ha dispuesto que las almas vayan
iluminando otras almas, como si fueran antorchas. Él espera que “hagas brillar
ante los ojos de los hombres la luz que hay en ti”.
¡Buenos días!
No olvides los días hermosos
Si
sabes descubrir el lado positivo de las cosas, en las dificultades, te
superarás con más facilidad; en las dudas, sabrás discernir con mayor
seguridad; en los problemas, la solución te resultará más fácil; en los
momentos de soledad, el pesimismo no te doblegará; en la enfermedad, sabrás
luchar con fe.
Si estás cansado o insatisfecho, si te sientes muy
desgraciado, acuérdate por un momento de los días hermosos: cuando te reías y
soñabas, cuando estabas alegre como niño sin problemas. ¡No olvides los días
hermosos! Si el horizonte aparece oscuro y sin luz; si tu corazón está lleno de
tristeza y amargura, si tal vez toda esperanza ha desaparecido, busca con
cuidado entre tus recuerdos los días hermosos. Cuando todo marchaba bien,
cuando te sentías confiado; cuando podías entusiasmarte, ¡no olvides los días hermosos!
Si los olvidas, no volverán jamás a sonreír. Vuelve a ser dueño de ti mismo.
Llena tu espíritu de sueños alegres, tu corazón de compresión, paciencia y
amor; tu boca de una sonrisa, y todo volverá a ir bien.
Winston
Churchill dijo que “el optimista descubre una oportunidad en toda calamidad,
mientras el pesimista señala una calamidad en toda oportunidad.” Que el Señor
te ayude a especializarte en descubrir oportunidades en todas las situaciones
de tu vida. Esto marcará la diferencia entre el fracaso y el éxito. Que pases
un día muy positivo.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Era
el día de fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén,
junto a la Probática, una piscina que se llama en hebreo Betsaida, que tiene
cinco pórticos. En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos,
paralíticos, esperando la agitación del agua. Había allí un hombre que llevaba
treinta y ocho años enfermo. Jesús, viéndole tendido y sabiendo que llevaba ya
mucho tiempo, le dice: «¿Quieres curarte?». Le respondió el enfermo: «Señor, no
tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se agita el agua; y mientras yo
voy, otro baja antes que yo». Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y
anda». Y al instante el hombre quedó curado, tomó su camilla y se puso a andar.
Pero
era sábado aquel día. Por eso los judíos decían al que había sido curado: «Es
sábado y no te está permitido llevar la camilla». Él le respondió: «El que me
ha curado me ha dicho: ‘Toma tu camilla y anda’». Ellos le preguntaron: «¿Quién
es el hombre que te ha dicho: ‘Tómala y anda?’». Pero el curado no sabía quién
era, pues Jesús había desaparecido porque había mucha gente en aquel lugar. Más
tarde Jesús le encuentra en el Templo y le dice: «Mira, estás curado; no peques
más, para que no te suceda algo peor». El hombre se fue a decir a los judíos
que era Jesús el que lo había curado. Por eso los judíos perseguían a Jesús,
porque hacía estas cosas en sábado. (Jn 5,1-3.5-16)
Comentario:
Hoy,
san Juan nos habla de la escena de la piscina de Betsaida. Parecía, más bien,
una sala de espera de un hospital de trauma: «Yacía una multitud de enfermos,
ciegos, cojos, paralíticos» (Jn 5,3). Jesús se dejó caer por allí.
¡Es
curioso!: Jesús siempre está en medio de los problemas. Allí donde haya algo
para “liberar”, para hacer feliz a la gente, allí está Él. Los fariseos, en
cambio, sólo pensaban en si era sábado. Su mala fe mataba el espíritu. La mala
baba del pecado goteaba de sus ojos. No hay peor sordo que el que no quiere
entender.
El
protagonista del milagro llevaba treinta y ocho años de invalidez. «¿Quieres
curarte?» (Jn 5,6), le dice Jesús. Hacía tiempo que luchaba en el vacío porque
no había encontrado a Jesús. Por fin, había encontrado al Hombre. Los cinco
pórticos de la piscina de Betsaida retumbaron cuando se oyó la voz del Maestro:
«Levántate, toma tu camilla y anda» (Jn 5,8). Fue cuestión de un instante.
La
voz de Cristo es la voz de Dios. Todo era nuevo en aquel viejo paralítico, gastado
por el desánimo. Más tarde, san Juan Crisóstomo dirá que en la piscina de
Betsaida se curaban los enfermos del cuerpo, y en el Bautismo se restablecían
los del alma; allá, era de cuando en cuando y para un solo enfermo. En el
Bautismo es siempre y para todos. En ambos casos se manifiesta el poder de Dios
por medio del agua.
El
paralítico impotente a la orilla del agua, ¿no te hace pensar en la experiencia
de la propia impotencia para hacer el bien? ¿Cómo pretendemos resolver, solos,
aquello que tiene un alcance sobrenatural? ¿No ves cada día, a tu alrededor,
una constelación de paralíticos que se “mueven” mucho, pero que son incapaces
de apartarse de su falta de libertad? El pecado paraliza, envejece, mata. Hay
que poner los ojos en Jesús. Es necesario que Él —su gracia— nos sumerja en las
aguas de la oración, de la confesión, de la apertura de espíritu. Tú y yo
podemos ser paralíticos sempiternos, o portadores e instrumentos de luz.
* Rev. D. Àngel CALDAS i Bosch (Salt, Girona, España)
Santoral Católico:
Beato Enrique Susso
Religioso Dominico
Fue
un prodigio de santidad en un ambiente muy corrompido. Nació en 1296 en Suabia,
Alemania. A los 15 años fue admitido como religioso en el convento de los
Padres Dominicos en Constanza. Su apellido era Von Berg, pero como su padre era
descuidado borrachín y en cambio la mamá era una santa, el joven tomó el
apellido materno que era Susso.
Más
información haciendo clic acá.
© EWTN
Pensamiento del día
“Un
hombre vino a nuestra Casa del Moribundo cuando acabábamos de traer a un
enfermo recogido en la calle. Tenían que haberlo recogido de una alcantarilla,
porque estaba cubierto de gusanos. Sin saberse observada, una hermana acudió a
atender al recién llegado. Aquel hombre se quedó mirando a la hermana: con qué
delicadeza lo trataba, lo lavaba, le sonreía. En fin, todos los detalles. Aquel
hombre, tras observar el espectáculo sin perderse un detalle, se dirigió a mí
para decirme: — Vine aquí sin Dios, con el corazón lleno de odio. Vine aquí...
(y añadió todos los adjetivos que logró encontrar para calificar su estado de
ánimo anterior). Ahora me voy lleno de Dios. He visto el amor de Dios en
acción. A través de las manos de esa hermana, a través de su expresión, de su
ternura tan llena de amor hacia aquel pobre infeliz, he visto descender el amor
de Dios a aquel hombre por medio de la hermana. Ahora creo”.
Madre Teresa de Calcuta
Tema del día:
Un alto en el camino
Cuaresma
2017. Tiempo de peregrinación hacia la
Pascua. Nos vamos acercando a la celebración de la Luz, de la Alegría, del
Amor, de la Vida Nueva, de la Resurrección. Avanzamos llenos de esperanza
vislumbrando el final del camino.
Y
justamente, a mitad del trayecto, nos detuvimos a celebrar la Fiesta de la
Anunciación, la Encarnación, a reflexionar acerca del “sí” de la Virgen, del inmenso valor de su consentimiento libre a
la voluntad de Dios, ese momento maravilloso en que María se convierte en la
Puerta de Salvación para todos los seres humanos, al aceptar el pedido del Altísimo de ser la Madre de Jesús,
por obra del Espíritu Santo, antes de que estuviera casada con José. Se
manifiesta esclava del Señor, a pesar de las dificultades que esto podía
acarrearle.
También
en nuestro itinerario hacia la Pascua, celebramos la Fiesta de San José, varón
noble, justo, valiente, elegido por Dios para darle el nombre, brindarle
protección, cuidados, educación a su hijo. Para amar a la Virgen y al
Niño. ¡Qué inmenso es el valor de la
familia! Tan maravilloso que Dios mismo quiso en Jesús, nacer y crecer en una
familia, hacerse niño, aprender de un padre y una madre humanos todo lo que un
niño necesita aprender para ser solidario, compasivo, feliz.
El
mismo día que festejamos la Anunciación del Arcángel Gabriel a la Virgen María,
celebramos La Vida del Niño por Nacer. Esta fecha nos lleva a reflexionar sobre
un hecho terrible: la inmensa cantidad de criaturas que son asesinadas en el
vientre materno por quienes la concibieron y por profesionales, que juraron
defender, curar, proteger la vida, una situación que resulta incomprensible,
teniendo en cuenta el milagro que significa la concepción de un niño, la
gestación asombrosa de un ser humano. ¡Cada uno de estos pequeñitos constituye
un sueño de Dios, al que no se le permite realizarse! ¡Duele el alma al
pensarlo!
Podemos
imaginar a Jesús hoy, caminando, curando, enseñando, cansado de tanto andar,
pero feliz de dar a conocer el Amor Misericordioso del Padre. Podemos
contemplarlo en aquel momento (Marcos 10, 13-16), en que los Apóstoles apartan
a quienes traen sus niños para que reciban la bendición del Señor de la Vida,
para que no lo molesten. ¡Se indigna con quienes actuaron de esta manera, con
quienes apartaron a los niños de su lado! Él los abraza, los bendice y les
habla a los Apóstoles, de manera tal que entiendan que jamás deberán hacer
semejante cosa si desean tener parte en el Reino de los Cielos. Les explica que
para entrar en la Casa del Padre, hay que tener corazón de niño y recibirlo con
la alegría y la inocencia de un niño. Hoy, como ayer, Jesús continúa
estrechando a cada niño entre sus brazos, bendiciéndolo. Hoy, como ayer,
Nuestra Madre Celestial, con su testimonio de entrega, con su ternura maternal,
le recuerda a la humanidad a cada instante, la importancia de defender el
derecho a la vida, como el mayor de los tesoros.
¿Por
qué resulta tan difícil entender que sólo si le permitimos al Señor y a su
Madre Santísima entrar en nuestros corazones lograremos vivir en paz, construir
un mundo diferente, desterrar la violencia? ¿Por qué se le permite al demonio
usar sus mentiras, sus engaños, su fuerza inteligentemente diabólica, para
destruir lo más bello de la creación, la familia, convenciendo a tantas
personas que el aborto es defensa de la
libertad, de los derechos humanos, especialmente de la mujer? ¿Por qué esa
ceguera que impide ver la luz?
Como
dicen los últimos versos de una conocida canción: “Comprendí que al hombre/
nada le alcanza/ cuando se pierde ese niño/ que se lleva en el alma”.
Que
la Sagrada Familia de Nazaret interceda para que no perdamos o recuperemos el
corazón de niño que trajimos al mundo. Y que el mundo, enemigo del alma, tanto
ayer como hoy, se esfuerza por desvalorizarlo.
© Ana María Casal
Cuaresma día a día
Lucha paciente contra los defectos
I.
No podemos nunca “conformarnos” con deficiencias y flaquezas que nos separan de
Dios y de los demás, excusándonos en que forman parte de nuestra manera de ser,
en que ya hemos intentado combatirlos otras veces sin resultados positivos. La
Cuaresma nos mueve precisamente a mejorar en nuestras disposiciones interiores
mediante la conversión del corazón a Dios y las obras de penitencia que
preparan nuestra alma para recibir las gracias que el Señor quiere darnos. El
Señor siempre está dispuesto a ayudarnos, sólo nos pide nuestra perseverancia
para luchar y recomenzar cuantas veces sea necesario, sabiendo que en la lucha
está el amor. Nuestro amor a Cristo se manifestará en el esfuerzo por arrancar
el defecto dominante o alcanzar aquella virtud que se presenta difícil
adquirir, y en la paciencia que hemos de tener en la lucha interior.
II.
Es necesario saber esperar y luchar con paciente perseverancia, convencidos de
que con nuestro interés agradamos a Dios. La adquisición de una virtud no se
logra con esfuerzos esporádicos, sino con la continuidad en la lucha, la
constancia de intentarlo cada día, cada semana, ayudados por la gracia. El alma
de la constancia es el amor; sólo por amor se puede ser paciente (Santo Toomás,
Suma Teológica) y luchar, sin aceptar los defectos y los fallos como algo
inevitable. En nuestro caminar hacia el Señor sufriremos derrotas; muchas de
ellas no tendrán importancia; otras sí, pero el desagravio y la contrición nos
acercarán todavía más a Dios. Este dolor es el pesar de no estar devolviendo
tanto amor como el Señor se merece, el dolor de estar devolviendo mal por bien
a quien tanto nos quiere.
III.
Además de ser pacientes con nosotros mismos hemos de serlo con quienes tratamos
con más frecuencia, sobre todo si tenemos obligación de ayudarles en su
formación, o una enfermedad. Hemos de contar con los defectos de quienes nos
rodean. La comprensión y fortaleza nos ayudarán a tener calma, sin dejar de
corregir cuando sea oportuno y en el momento indicado. La impaciencia hace
difícil la convivencia, y también vuelve ineficaz la posible ayuda y la
corrección. Debemos ser especialmente constantes y pacientes en el apostolado.
Las personas necesitan tiempo y Dios tiene paciencia: en todo momento da su
gracia, perdona y anima a seguir adelante. Con nosotros ha tenido esta
paciencia sin límites. Pidamos a Nuestra Madre paciencia para nosotros mismos y
para los que nos rodean.
Francisco Fernández Carvajal
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Pedimos
oraciones para Pedrito, de Córdoba,
Argentina, niño afectado de enfermedad de Kawasaki, una afección autoinmune muy
severa, que ataca los pequeños vasos sanguíneos en especial los relacionados
con el corazón. Lo encomendamos a la Virgen de Schoenstatt, para que ella sea
mediadora ante Dios por la gracia de la curación para este chico.
Pedimos
oración para dos personas de México: Daniel
W., de Veracruz, que tiene pancreatitis y daño hepático, está en
tratamiento y oramos para que se salve de la cirugía y pronto esté bien. Y también por Martha A. T., para que sus estudios
salgan bien y su presión arterial se estabilice, y su hermana Mariela, con arritmia cardíaca, para que pronto sea controlada.
Pedimos
oración para Matías S., de
Argentina, que hoy comienza un tratamiento de quimioterapia, y tiene que estar
internado durante 5 días, para luego seguir con otra parte del protocolo que es
autotransplante de médula ósea como parte del tratamiento de la enfermedad
oncológica que padece. Que la Santísima Virgen lo fortalezca y lo acompañe en
estas instancias.
Pedimos
oración para Claudia, de Argentina,
que está pasando momentos de ansiedad y depresión, temores laborales y otras
circunstancias de estrés que la afectan mucho. Que en esta Cuaresma encuentre
la cercanía de Jesús y de María y pueda apoyarse en ellos para superar sus
problemas con fe y alegría.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Marzo 28
Nada
hay más agradable para una madre que hablarle de su hijo y nada podemos ofrecer
a la Santísima Virgen que más le agrade que hablar de su Hijo Jesús, darlo a
conocer a todos los hombres, predicar y proclamar su Evangelio, transmitir su
mensaje de salvación.
No
digas que amas a la Virgen si no das a conocer a Jesucristo, si tus palabras
pocas veces lo mencionan, si nunca está en tus conversaciones; no digas que
amas a la Virgen si no amas a Jesús, pues conoces muy bien que, si vamos a
María, es para llegar a Jesús.
Si
amas a Jesús, habla de María; si amas a María, habla de Jesús; que el hombre no
separe lo que Dios ha unido.
Madre, refuerza nuestro entusiasmo misionero para que
anunciemos a tu Hijo en todos los ambientes que frecuentamos.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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