PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3308 ~ Jueves 23 de Marzo de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La
contemplación es mirada de fe, fijada en Jesús. "Yo lo miro y él me
mira", decía, en tiempos de su santo cura, un campesino de Ars que oraba
ante el Sagrario. Esta atención a Él es renuncia “a mí”. Su mirada purifica el
corazón. La luz de la mirada de Jesús ilumina los ojos de nuestro corazón; nos
enseña a ver todo a la luz de su verdad y de su compasión por todos los
hombres.
La
contemplación dirige también su mirada a los misterios de la vida de Cristo.
Aprende así el "conocimiento interno del Señor para más amarlo y
seguirlo" (Cf San Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales 104). La
contemplación es escucha de la palabra de Dios. Lejos de ser pasiva, esta
escucha es la obediencia de la fe, acogida incondicional de siervo y adhesión
amorosa del hijo. Participa en el "sí" del Hijo hecho siervo y en el "fiat" de su humilde esclava.
La contemplación es silencio, este "símbolo del mundo venidero" (San
Isaac de Nínive, Tractatus Mystici 66) o "amor silencioso" (San Juan
de la Cruz).
Las
palabras en la oración contemplativa no son discursos, sino ramillas que
alimentan el fuego del amor. En este silencio, insoportable para el hombre
"exterior", el Padre nos da a conocer a su Verbo encarnado,
sufriente, muerto y resucitado, y el Espíritu filial nos hace partícipes de la
oración de Jesús (Catecismo de la Iglesia Católica 2715 - 2717).
¡Buenos días!
La sinceridad del sabio
Vivir
con sinceridad es decidirte a hablar con la verdad en la mano aunque a veces te
cueste; a no valerte de una mentira para salir de una dificultad o librarte de
una responsabilidad; a no mentir para que los demás piensen algo bueno de ti; a
reconocer con honestidad cuando te has equivocado sin tratar de justificarte.
He aquí un camino exigente de grandeza moral.
Una antigua leyenda china cuenta que un emperador
tenía entre sus consejeros a un sabio, por quien sentía una gran estima. Vivía
en el palacio a expensas del soberano. Por lo demás era un hombre muy humilde
y, cuando le presentaban un tema que ignoraba, aclaraba con sencillez que no
sabía nada sobre el asunto. Una vez un cortesano a quien le desagradaba esa
sinceridad, le preguntó severamente: —Pero, ¿acaso no te paga el emperador por
lo que sabes? Es verdad, —respondió el sabio con serenidad— porque si me pagara
por lo que no sé… ¡Ni las riquezas del imperio, ni las del mundo entero
bastarían!
Ser
una persona que ama la verdad, aun cuando ésta te perjudique, te reviste de
gran honor. Y el honor es mejor que los honores. Urge educar al niño a
descubrir la alegría que da hablar y actuar con la verdad, comprendiendo que no
debe avergonzarse de dar testimonio sincero de ella. Ojalá padres y maestros asuman esta tarea básica.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo; sucedió que,
cuando salió el demonio, rompió a hablar el mudo, y las gentes se admiraron.
Pero algunos de ellos dijeron: «Por Beelzebul, Príncipe de los demonios,
expulsa los demonios». Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del
cielo. Pero Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido
contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Si, pues, también
Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?, porque
decís que yo expulso los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por
Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso, ellos serán
vuestros jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha
llegado a vosotros el Reino de Dios. Cuando uno fuerte y bien armado custodia
su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y
le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos.
El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo,
desparrama». (Lc
11,14-23)
Comentario:
Hoy,
en la proclamación de la Palabra de Dios, vuelve a aparecer la figura del
diablo: «Jesús estaba expulsando un demonio que era mudo» (Lc 11,14). Cada vez
que los textos nos hablan del demonio, quizá nos sentimos un poco incómodos. En
cualquier caso, es cierto que el mal existe, y que tiene raíces tan profundas
que nosotros no podemos conseguir eliminarlas del todo. También es verdad que
el mal tiene una dimensión muy amplia: va “trabajando” y no podemos de ninguna
manera dominarlo. Pero Jesús ha venido a combatir estas fuerzas del mal, al
demonio. Él es el único que lo puede echar.
Se
ha calumniado y acusado a Jesús: el demonio es capaz de conseguirlo todo.
Mientras que la gente se maravilla de lo que ha obrado Jesucristo, «algunos de
ellos dijeron: ‘Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios’»
(Lc 11,15).
La
respuesta de Jesús muestra la absurdidad del argumento de quienes le
contradicen. De paso, esta respuesta es para nosotros una llamada a la unidad,
a la fuerza que supone la unión. La desunión, en cambio, es un fermento
maléfico y destructor. Precisamente, uno de los signos del mal es la división y
el no entenderse entre unos y otros. Desgraciadamente, el mundo actual está
marcado por este tipo de espíritu del mal que impide la comprensión y el
reconocimiento de los unos hacia los otros.
Es
bueno que meditemos cuál es nuestra colaboración en este “expulsar demonios” o
echar el mal. Preguntémonos: ¿pongo lo necesario para que el Señor expulse el
mal de mi interior? ¿Colaboro suficientemente en este “expulsar”? Porque «del
corazón del hombre salen las intenciones malas» (Mt 15,19). Es muy importante
la respuesta de cada uno, es decir, la colaboración necesaria a nivel personal.
Que
María interceda ante Jesús, su Hijo amado, para que expulse de nuestro corazón
y del mundo cualquier tipo de mal (guerras, terrorismo, malos tratos, cualquier
tipo de violencia). María, Madre de la Iglesia y Reina de la Paz, ¡ruega por
nosotros!
* Rev. D. Josep GASSÓ i Lécera (Ripollet, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
Santo Toribio de Mogrovejo
Obispo
Nació
en Mayorga, en las montañas de León (España), hacia 1538, de familia hidalga.
Estudió derecho en Salamanca y, durante seis años estuvo trabajando como
inquisidor en Granada con gran sentido de la moderación y la justicia. Fue
nombrado obispo de Lima el año 1578, cuando aún no tenía órdenes sagradas.
Recibida la consagración episcopal en Sevilla, marchó a América. Su diócesis
era muy extensa, pues llegaba más allá de la frontera de Perú. Puso gran empeño
en aplicar el Concilio de Trento en todos los terrenos de la pastoral e impulsó
la evangelización de los indios. Lleno de celo apostólico, reunió numerosos
sínodos y concilios que dictaron normas sabias y promovieron la formación del
clero y la elevación moral del pueblo. Fue un infatigable misionero en tierras
de los Incas y ardiente defensor de sus derechos. Defendió también con valentía
los derechos de la Iglesia. Murió en Seña, durante una visita pastoral, el 23
de marzo de 1606, y su cuerpo fue trasladado a Lima.
Oración: Señor, tú que has querido acrecentar la Iglesia
mediante los trabajos apostólicos y el celo por la verdad de tu obispo santo
Toribio, concede al pueblo a ti consagrado crecer constantemente en fe y en
santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
San José Oriol
Presbítero
Nació
el año 1650 en Barcelona (España), donde murió en 1702. Con la ayuda que le
prestaron pudo cursar la carrera eclesiástica; recibió la ordenación sacerdotal
en 1676. Estuvo primero de preceptor de la familia Garnién. En 1687 obtuvo del
papa Inocencio XI un beneficio en Santa María del Pino en Barcelona. A partir
de entonces vivió en comunidad con los demás sacerdotes, dando ejemplo de celo
apostólico, de oración y de austeridad. Fue un gran confesor y director de
almas, pero se le acusó de rigorista, por lo que se le apartó temporalmente del
confesonario. Fue también un predicador fervoroso, y se volcó en la atención a
los pobres y enfermos.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
“Como
cristianos somos invitados
a
seguir los pasos de Jesús
y
afrontar el combate espiritual contra el Maligno
con
la fuerza de la Palabra de Dios.
Para
esto se necesita tomar
tener
familiaridad con la Biblia:
leerla
a menudo, meditarla, asimilarla.
La
Biblia contiene la Palabra de Dios,
que
es siempre actual y eficaz.
¿Qué
pasaría si tratásemos la Biblia como a nuestro celular?"
Tema del día:
El lenguaje del rostro
El lenguaje del rostro es un lenguaje infinitamente
profundo, la forma de mirar, el brillo de los ojos, la expresión de las cejas y
la entonación de la voz, son mensajes que nada tienen que ver con las palabras
que se dicen, mensajes que complementan la idea inicial, mensajes que nos abren
la puerta al mundo interior.
La persona que ha decidido seguir el camino de la
felicidad, no puede equivocarse, la experiencia que está sintiendo en su
interior es reflejada a través de cada poro de su piel, es mostrada al mundo
con sus ojos, con sus palabras, con sus movimientos, con su sonrisa, con la
tranquilidad de su rostro.
La expresión se torna dulce, serena, armónica, los rasgos
se suavizan, la mirada se llena de un sentimiento de amor, la misma entonación
de la voz nos habla de esa fuerza, de esa armonía, de esa tranquilidad que la
persona está sintiendo en su fuero interno; el ser humano se hace congruente
con su realidad interna, y aunque permaneciera callado, su rostro hablaría por
él, y aun cuando sus palabras estuviesen recriminando suavemente a una persona,
sus ojos le estarían hablando del inmenso amor con que lo hace, su mirada
penetraría las más cerradas cárceles de los corazones lastimados; la forma de
hablar y conducirse inspirarían tal confianza en el resto de las personas, que
todos los temores y todos los prejuicios caerían derrumbados ante este
magnetismo que irradia.
Por eso es importante cuidar el rostro y entender que las
emociones internas se ven reflejadas en ese espejo que todos tenemos en la
cara.
Cultiven miradas dulces, profundas y escrutadoras, no
descuiden el lenguaje y véanlo siempre como la más perfecta manifestación, que
el hombre ha desarrollado para acercarse los unos a los otros.
Acérquense sin temor hacia aquellos a quienes aman y
muéstrenles algo de esa paz interior que ahora experimentan. El amor es una
irradiación de persona a persona.
¿Saben ustedes que los corazones que se han abierto el
uno al otro no necesitan de palabras, no necesitan incluso de miradas?, la
comunión total no tiene que ser explicada, no tiene que ser reafirmada, tan
sólo se vive, se experimenta, se disfruta.
Y transitaremos el camino buscando reflejar esa verdad
interior a través del rostro, siendo como los faros de luz que alumbran las
tinieblas de aquellos que aún no han aprendido a encender la mística lámpara
del espíritu. Y nuestros pasos nos llevarán sin prisas, hacia ese océano de paz
en el que se funden todas las almas una vez que han encontrado el camino de la
felicidad.
(Material de Internet)
Cuaresma día a día
Sinceridad y veracidad
I.
En el Evangelio de la Misa vemos a Jesús que cura a un endemoniado que era mudo
(Lucas 11, 14; Mateo 9, 32-33). La enfermedad, un mal físico normalmente sin
relación con el pecado, es un símbolo del estado en el que se encuentra el
hombre pecador; espiritualmente es ciego, sordo paralítico... Cuando en la
oración personal no hablamos al Señor de nuestras miserias y no le suplicamos
que las cure, o cuando no exponemos esas miserias nuestras en la dirección
espiritual, cuando callamos porque la soberbia ha cerrado nuestros labios, la
enfermedad se convierte prácticamente en incurable. El no hablar del daño que
sufre el alma suele ir acompañado del no escuchar: el alma se vuelve sorda a
los requerimientos de Dios, se rechazan los argumentos y las razones que
podrían dar luz para retornar al buen camino. Al repetir hoy, en el Salmo
responsorial de la Misa, Ojalá escuchéis hoy su voz: no endurezcáis vuestro
corazón (Salmo 94), formulemos el propósito de no resistirnos a la gracia,
siendo siempre muy sinceros.
II.
Para vivir una vida auténticamente humana, hemos de amar mucho la verdad, que
es, en cierto modo, algo sagrado que requiere ser tratado con amor y respeto.
El Señor ama tanto esta virtud que declaró de Sí mismo: “Yo soy la verdad”
(Juan 14, 6), mientras que el diablo es mentiroso y padre de la mentira (Juan
8, 44), todo lo que promete es falsedad. No podremos ser buenos cristianos si
no hay sinceridad con nosotros mismos, con Dios y con los demás. A los hombres
nos da miedo, a veces, la verdad porque es exigente y comprometida. Existe la
tentación de emplear el disimulo, la verdad a medias, la mentira misma, a
cambiar el nombre a los hechos. Para ser sinceros, el primer medio que hemos de
emplear es la oración: es segundo lugar, el examen de conciencia diario, breve,
pero eficaz, para conocernos. Después, la dirección espiritual y la Confesión,
abriendo de verdad el alma, diciendo toda la verdad. Si rechazamos el demonio
mudo tendremos alegría y paz en el alma.
III.
Quienes nos rodean han de sabernos personas veraces, que no mienten ni engañan
jamás, leales y fieles: la infidelidad es siempre un engaño, mientras que la
fidelidad es una virtud indispensable en la vida personal y social. Sobre ella
descansan el matrimonio, los contratos, la actuación de los gobernantes. El
amor a la verdad nos llevará a rectificar, si nos hubiéramos equivocado; a no
formarnos juicios precipitados; a buscar información objetiva, veraz y con
criterio. Entonces se hará realidad la promesa de Jesús: “La verdad os hará
libres” (Juan 8, 32).
Francisco Fernández Carvajal
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Shirley Lised T. S., de
Colombia, que hoy será operada de mama (su mamá Elizabeth ha sufrido cáncer de
mama y lo superó). Que las Santas Manos Sanadoras del Señor se posen sobre ella
y le concedan el don de la salud, con la intercesión de nuestra Madre la Virgen
Santísima.
Pedimos oración para las
siguientes personas de diversas nacionalidades: Alicia D., de Argentina, internada desde hace mucho con una infección
que no pueden controlar; Mónica, de
Argentina, enferma de cáncer; Einy,
de Canadá, 70 años de edad, con cáncer generalizado en estado terminal; su mamá
Beatriz, con depresión; su familia
toda (Colombia) por sanación y liberación; Ana
A., de Argentina, y sus hijos Franco
y Marco, por salud, liberación y
trabajo. Y por el esposo de Ana de R.
para que mejore su estado general.
Seguimos
rezando por las víctimas y damnificados por las catástrofes naturales en Perú, pidiendo al Señor que calme las
fuerzas desenfrenadas de los elementos del planeta. Que el santo de hoy
(Toribio de Mogrovejo) interceda ante Dios por esta petición.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Marzo 23
María
fue buscando a Jesús durante tres días y lo encontró en el Templo con los
doctores de la Ley. Como lo hubiera hecho cualquier madre, le reprobó a Nuestro
Señor que se hubiera quedado conversando sin avisarle, sin pedir autorización.
María
no comprendió la conducta de Jesús. Como nosotros tantas veces no alcanzamos a
comprender los planes de Dios. En esas situaciones que no podemos comprender
deberá aflorar nuestra fe, porque la fe no es tanto comprensión cuanto
aceptación de lo que no se comprende.
Son
muchas las cosas que ignoramos y que Dios nos dará a conocer cuando nos lleva a
su cielo. Mientras llega ese momento, es preciso vivir la oscuridad de la fe
con amor y en el amor.
Madre, libéranos de una caridad sin justicia, de una
justicia sin verdad, de una lucha sin perdón.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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