lunes, 6 de marzo de 2017

Pequeñas Semillitas 3291

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3291 ~ Lunes 6 de Marzo de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
¿Qué significa concretamente «entrar en la Cuaresma»?
Significa comenzar un tiempo de particular compromiso en el combate espiritual que nos opone al mal presente en el mundo, en cada uno de nosotros y a nuestro alrededor. Quiere decir mirar al mal cara a cara y disponerse a luchar contra sus efectos, sobre todo contra sus causas, hasta la causa última, que es Satanás.
Significa no descargar el problema del mal sobre los demás, sobre la sociedad, o sobre Dios, sino que hay que reconocer las propias responsabilidades y asumirlas conscientemente. En este sentido, resuena entre los cristianos con particular urgencia la invitación de Jesús a cargar cada uno con «su propia cruz» y a seguirle con humildad y confianza (Mateo 16, 24). La «cruz», por más pesada que sea, no es sinónimo de desventura, de una desgracia que hay que evitar lo más posible, sino una oportunidad para seguir a Jesús y de este modo alcanzar la fuerza en la lucha contra el pecado y el mal.
Entrar en la Cuaresma significa, por tanto, renovar la decisión personal y comunitaria de afrontar el mal junto a Cristo. La Cruz es el único camino que lleva a la victoria del amor sobre el odio, de la generosidad sobre el egoísmo, de la paz sobre la violencia.
Desde esta perspectiva, la Cuaresma es verdaderamente una ocasión de intenso compromiso ascético y espiritual fundamentado sobre la gracia de Cristo.
Benedicto XVI

¡Buenos días!

Reino importante
Jesús comenzó a predicar a la gente diciendo: “El tiempo se ha cumplido. El reino de Dios ha llegado. Conviértanse y crean en la buena noticia”. Estas palabras que resonaron como una clarinada para convocar al pueblo de Dios, siguen señalando el camino de la salvación: volver al Señor, purificando el corazón…

Un Emperador de la antigua Alemania visitando una escuela hizo algunas preguntas. Tomando una naranja, preguntó a una niñita: —¿A qué reino pertenece? —Al reino  vegetal, dijo la niña con aplomo. —Bien, y ¿a qué reino pertenece esta moneda de oro? —Al reino mineral, volvió a responder. —¿Y a qué reino pertenezco yo?, preguntó con picardía el emperador. La niña se ruborizó sin atreverse a decir, al reino animal; pero, se le ocurrió una idea ingeniosa. —Al reino de Dios, señor, dijo con los ojos relucientes. El emperador se conmovió y enjugó una lágrima que asomó a sus ojos; puso su mano sobre la cabeza de la pequeña y añadió seriamente: —¡Ojalá que yo sea digno de ese reino!

Jesús a todos nos invita a entrar en este reino por la puerta de la conversión y de la fe en las buenas nuevas de salvación que están en su mensaje. Es fundamental leer la Palabra de Dios para dar solidez a nuestra vida cristiana. Ojalá tomes el hábito de comer este pan celestial. Gracias por encontrarte cada día en este lugar.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy 
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles, entonces se sentará en su trono de gloria. Serán congregadas delante de Él todas las naciones, y Él separará a los unos de los otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces dirá el Rey a los de su derecha: ‘Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme’. Entonces los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?’. Y el Rey les dirá: ‘En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’.
»Entonces dirá también a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis’. Entonces dirán también éstos: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?’. Y él entonces les responderá: ‘En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo’. E irán éstos a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna». (Mt 25,31-46)

Comentario:
Hoy se nos recuerda el juicio final, «cuando el Hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles» (Mt 25,31), y nos remarca que dar de comer, beber, vestir... resultan obras de amor para un cristiano, cuando al hacerlas se sabe ver en ellas al mismo Cristo.
Dice san Juan de la Cruz: «A la tarde te examinarán en el amor. Aprende a amar a Dios como Dios quiere ser amado y deja tu propia condición». No hacer una cosa que hay que hacer, en servicio de los otros hijos de Dios y hermanos nuestros, supone dejar a Cristo sin estos detalles de amor debido: pecados de omisión.
El Concilio Vaticano II, en la Gaudium et spes, al explicar las exigencias de la caridad cristiana, que da sentido a la llamada asistencia social, dice: «En nuestra época, especialmente urge la obligación de hacernos prójimo de cualquier hombre que sea y de servirlos con afecto, ya se trate de un anciano abandonado por todos, o de un niño nacido de ilegítima unión que se ve expuesto a pagar sin razón el pecado que él no ha cometido, o del hambriento que apela a nuestra conciencia trayéndonos a la memoria las palabras del Señor: ‘Cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis’ (Mt 25,40)».
Recordemos que Cristo vive en los cristianos... y nos dice: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).
El Concilio Lateranense IV define el juicio final como verdad de fe: «Jesucristo ha de venir al fin del mundo, para juzgar a vivos y muertos, y para dar a cada uno según sus obras, tanto a los reprobados como a los elegidos (...) para recibir según sus obras, buenas o malas: aquellos con el diablo castigo eterno, y éstos con Cristo gloria eterna».
Pidamos a María que nos ayude en las acciones de servicio a su Hijo en los hermanos.
* Rev. D. Joaquim MONRÓS i Guitart (Tarragona, España)

Santoral Católico:
San Olegario
Obispo
Nació en Barcelona de familia noble hacia el año 1060. Se educó en la escuela catedralicia y en 1093 se ordenó de sacerdote. Sintiéndose atraído por la vida religiosa, ingresó en los Canónigos Regulares de San Adrián de Besós; luego pasó a San Rufo de Provenza, donde fue elegido abad en 1110. Cinco años después lo eligieron obispo de Barcelona, y se entregó al ministerio de la predicación y a la asistencia a los pobres y enfermos. Cuando Tarragona fue reconquistada, el papa le encomendó su sede metropolitana, sin dejar la de Barcelona. Asistió al Concilio Ecuménico I de Letrán el año 1123. Fue legado pontificio en la tarea de reconquista del conde de Barcelona. Visitó Tierra Santa. A la muerte del papa Honorio II, hubo una doble elección, y Olegario prestó su obediencia a Inocencio II. En medio de una intensa actividad eclesiástica y civil, como la mediación entre los reyes de Castilla y Aragón, llevó una intensa vida interior, de alta contemplación, con un profundo sentido de la justicia y una generosa caridad para con los pobres. Murió en Barcelona el año 1136.
© Directorio Franciscano      

Pensamiento del día

“Del mismo modo que, al final del invierno, cuando vuelve la primavera, el navegante arrastra hasta el mar su nave, el soldado limpia sus armas y entrena su caballo para el combate, el agricultor afila la hoz, el peregrino fortalecido se dispone al largo viaje y el atleta se despoja de sus vestiduras y se prepara para la competición; así también nosotros, al inicio de este ayuno, casi al volver una primavera espiritual, limpiamos las armas como los soldados; afilamos la hoz como los agricultores; como los marineros disponemos la nave de nuestro espíritu para afrontar las olas de las pasiones absurdas; como peregrinos reanudamos el viaje hacia el cielo; y como atletas nos preparamos para la competición despojándonos de todo”.
San Juan Crisóstomo

Tema del día:
Primereando
El Miércoles de Ceniza comenzó la Cuaresma. Ese tiempo propicio para orar, para reflexionar, pedir perdón, perdonar. Tiempo de conversión.

Muchos de nosotros, es posible, que en un momento dado, ante una enfermedad grave o una situación límite como la muerte de un ser amado, nos hayamos enfrentado a crisis y planteado preguntas: ¿Y ahora, qué? ¿Hay algo detrás de la muerte? La resurrección, ¿qué significado tiene? ¿Es un sedante para no desesperar? ¿O es una prueba de amor tan maravillosa que resulta increíble?

Estamos en Cuaresma. Caminamos hacia la Pascua. Para el Pueblo Judío, la Pascua significaba el paso del Mar Rojo rumbo a la Tierra Prometida; el paso de la esclavitud a la libertad. Para los cristianos, Pascua significa el paso de la muerte a la vida. Cristo muere por amor y por amor resucita probando con ello que el amor vence a la muerte.

Hoy, con el avance de la ciencia y la técnica, cuando la psicología ayuda a conocernos más, a solucionar problemas, complejos y otras yerbas, es fácil que se llegue a pensar y a creer que el demonio y el pecado, ya no tienen vigencia en nuestro mundo actual, que no existen, que son  frutos de la ignorancia, de la tradición, cosas del pasado. ¡Es tan inteligente el tentador que busca la manera más convincente para apartarnos de la verdad, para alejarnos del bien!

Pero está claro que si no nos reconocemos pecadores no vamos a convertirnos, no vamos a volver los ojos hacia Aquel que nos busca incansablemente, pidiendo una respuesta de amor a cambio de su entrega absoluta. Que desea más que nadie nuestra felicidad. Que nos invita a salir de nuestro letargo, de nuestra comodidad e involucrarnos, llevando con nosotros la alegría del Evangelio. Nos invita a “primerear” porque Él primereó primero, valga la redundancia.

El Papa Francisco en la Evangelii Gaudium (1, 24) emplea el neologismo “primereando”. ¡Me gusta! Él se refiere a que la comunidad evangelizadora ha experimentado el amor de Jesús, su infinita misericordia y por eso “sabe adelantarse, tomar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para invitar a los excluidos”, obedeciendo al mandato misionero de Jesús.

Por el Bautismo es posible vivir como hombres nuevos, resucitados. Por eso, para el cristiano creer en la resurrección significa vivir en plenitud, responsablemente, asumiendo cada día el compromiso de amor sellado en el Bautismo. Significa tener como meta la santidad. Significa esperanza. Saberse pecador y luchar para ser mejor cada día. Pedir perdón y perdonar de corazón. Significa creer  en  la continuidad de la vida recibida en el Bautismo, en la vida para siempre cara a cara con el Amor. Significa tener el coraje de “primerear” siempre cuando se trate de dar testimonio de su fe, siguiendo las huellas de esa Madre  primereadora, que el Señor le regaló al pie de la cruz para que lo guíe por el camino de la verdad, del bien, de la alegría, del verdadero amor.

¡Bendecida Cuaresma para todos!

Ana María Casal
(Lectora de Pequeñas Semillitas)

Cuaresma día a día
Existencia del demonio
I. El demonio existe. La Sagrada Escritura habla de él desde el primero hasta el último libro revelado, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. La historia del hombre ha padecido la influencia del diablo. Hay rasgos presentes en nuestros días de una intensa malicia, que no se explican por la sola actuación humana. El demonio, en formas muy diversas, causa estragos en la Humanidad. La actuación del demonio es misteriosa, real y eficaz. Con Jesucristo ha quedado mermado el dominio del diablo, pues Él “nos ha liberado del poder de Satanás” (CONCILIO VATICANO II, Sacrosanctum Concilium). Por razón de la obra redentora, el demonio sólo puede causar verdadero daño a quienes libremente le permitan hacérselo, consintiendo en el mal y alejándose de Dios: nadie peca por necesidad. Además, para librarnos del influjo diabólico, Dios ha dispuesto también un Ángel que nos ayude y proteja. “Acude a tu Ángel Custodio, a la hora de la prueba, y te amparará contra el demonio y te traerá santas inspiraciones” (SAN JOSEMARIA ESCRIVÁ, Camino).

II. El demonio es un ser personal, real y concreto, de naturaleza espiritual e invisible, y que por su pecado se apartó de Dios para siempre. Es el padre de la mentira (Juan 8, 44), del pecado, de la discordia, de la desgracia, del odio, de lo malo y absurdo que hay en la tierra (Hebreos 2, 14), el enemigo que siembra el mal en el corazón del hombre (Mateo 13, 28-39), y al único que hemos de temer si no estamos cerca de Dios. Su único fin en el mundo, al que no ha renunciado, es nuestra perdición. Y cada día intentará llevar a cabo ese fin a través de todos los medios a su alcance. Es el primer causante de las rupturas en las familias y en la sociedad. Sin embargo, el demonio no puede violentar nuestra voluntad para inclinarla al mal. El santo Cura de Ars dice que “el demonio es un gran perro encadenado, que acosa, que mete mucho ruido, pero que solamente muerde a quienes se le acercan demasiado”.

III. Nos debe dar gran confianza saber que el Señor nos ha dejado muchos medios para vencer y para vivir en el mundo con la paz y alegría de un buen cristiano: la oración, la mortificación, la Confesión y la Eucaristía, y el amor a la Virgen. El uso del agua bendita es también eficaz protección contra el influjo del diablo. Nuestro esfuerzo en la Cuaresma por mejorar la fidelidad a lo que sabemos que Dios nos pide, es la mejor manifestación de que frente al Non serviam del demonio, queremos poner nuestro serviam: Te serviré, Señor.
Francisco Fernández Carvajal

Oración por la Patria
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Mirko, un bebé recién nacido de Buenos Aires, Argentina, que llegó al mundo con muy bajo peso y alteraciones congénitas en labio y paladar, lo que ocasiona dificultades para respirar y alimentarse, por lo que hoy será sometido a una intervención quirúrgica. Lo encomendamos a las santas manos de Jesús para que todo salga muy bien y se recupere pronto.

Pedimos oración para Raúl Luis P., de Córdoba, Argentina, cristiano y padre de familia ejemplar, que por un proceso oncológico de colon, hoy inicia un ciclo de quimioterapia. Lo encomendamos a la mediación de la Virgen del Valle y del Santo Cura Brochero, para que este tratamiento sea bien tolerado y dé los mejores resultados.

Pedimos oración por las siguientes personas de Colombia: María Edilma T., a quien han extirpado un pequeño tumor de estómago, rogando que no sea nada maligno; Álvaro M. B., muy delicado por infección bacteriana, lo que no ha permitido extraer el resto de un tumor invasivo en su vejiga; Luz María A., que está en una situación muy difícil de indefensión para que el Señor pose en ella sus manos sanadoras; y por Carlos C. O., para que Dios ilumine a las personas que tienen que tomar la decisión de concederle la pensión de gracia a la que tiene derecho.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de María
Marzo 6
En las diversas circunstancias de su vida, María se presenta como la mujer responsable que asume sobre su conciencia las determinaciones que toma.
Recordemos el momento del fiat de la anunciación, cuando va a Belén para cumplir con la ley del censo, cuando huye a Egipto para salvar al Niño, y en tantas otras ocasiones.
Todos nosotros nos vemos en nuestra vida frente a situaciones difíciles, que no podemos soslayar; en esos momentos acudamos a la oración para pedir las luces que necesitamos y, muy en particular, pidamos la protección maternal de María, y ella nos escuchará.
María, enséñanos a evangelizar, es decir, a instaurar el Reino de Dios aquí y ahora.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.