martes, 7 de marzo de 2017

Pequeñas Semillitas 3292

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 12 - Número 3292 ~ Martes 7 de Marzo de 2017
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El lenguaje de la amistad no está hecho con palabras sino con significados. Es una inteligencia por encima de las palabras.
Supongamos que alguien va a despedir a un amigo que parte de viaje.
¿De qué otra forma puede expresar sus sentimientos más que con un abrazo o un apretón de manos?
Hay ciertas cosas de las que un hombre nunca habla y son aún más preciosas porque se mantienen en silencio.
Las más profundas comunicaciones sólo necesitan que les prestemos un oído silencioso...
En las relaciones humanas la tragedia comienza no cuando no se interpretan las palabras, sino cuando no se interpreta el silencio...
Henry David Thoreau

¡Buenos días!

Fortaleza en la lucha
Sufrir tentaciones o pruebas es una situación normal del hombre. Surgen de nuestra naturaleza inclinada al mal, o también del enemigo de Dios o de ese mundo que vive al margen de la ley divina. La tentación es una incitación a pecar. También los santos pasaron por tentaciones. Pero lucharon y triunfaron.

Abba Poimén contaba que el famoso ermitaño Juan Colobos había rogado a Dios que le quitara sus pasiones y lo convirtiera en un ser libre de toda inquietud. Y le fue concedido. Pero, después de un tiempo fue a ver a un Anciano para decirle: —Yo me veo descansando, sin tener ningún combate. Y el Anciano le aconsejó: —Ve y suplica a Dios para combatir nuevamente con la misma aflicción y la misma humildad que tenías antes, ya que es a través de los combates como progresa el alma. Entonces suplicó a Dios y, cuando se produjo el combate, ya no rogó para que lo eximiera de la lucha, sino que le rogó: —Señor, dame fortaleza en los combates.

Las tentaciones te ofrecen una ocasión favorable para vivir la fe en el Señor, acrecentar la humildad y expresarle tu gratitud. Son oportunidad de crecimiento. Aprovéchalas, pero no las busques. “Quien busca el peligro, en él perecerá”. Sé valiente y ten ánimo, con el Señor triunfarás.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.
»Vosotros, pues, orad así: ‘Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo. Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal’. Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas». (Mt 6,7-15)

Comentario:
Hoy, Jesús —que es el Hijo de Dios— me enseña a comportarme como un hijo de Dios. Un primer aspecto es el de la confianza cuando hablo con Él. Pero el Señor nos advierte: «No charléis mucho» (Mt 6,7). Y es que los hijos, cuando hablan con sus padres, no lo hacen con razonamientos complicados, ni diciendo muchas palabras, sino que con sencillez piden todo aquello que necesitan. Siempre tengo la confianza de ser escuchado porque Dios —que es Padre— me ama y me escucha. De hecho, orar no es informar a Dios, sino pedirle todo lo que necesito, ya que «vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo» (Mt 6,8). No seré buen cristiano si no hago oración, como no puede ser buen hijo quien no habla habitualmente con sus padres.
El Padrenuestro es la oración que Jesús mismo nos ha enseñado, y es un resumen de la vida cristiana. Cada vez que rezo al Padre nuestro me dejo llevar de su mano y le pido aquello que necesito cada día para llegar a ser mejor hijo de Dios. Necesito no solamente el pan material, sino —sobre todo— el Pan del Cielo. «Pidamos que nunca nos falte el Pan de la Eucaristía». También aprender a perdonar y ser perdonados: «Para poder recibir el perdón que Dios nos ofrece, dirijámonos al Padre que nos ama», dicen las fórmulas introductorias al Padrenuestro de la Misa.
Durante la Cuaresma, la Iglesia me pide profundizar en la oración. «La oración, el coloquio con Dios, es el bien más alto, porque constituye (...) una unión con Él» (San Juan Crisóstomo). Señor, necesito aprender a rezar y a sacar consecuencias concretas para mi vida. Sobre todo, para vivir la virtud de la caridad: la oración me da fuerzas para vivirla cada día mejor. Por esto, pido diariamente que me ayude a disculpar tanto las pequeñas molestias de los otros, como perdonar las palabras y actitudes ofensivas y, sobre todo, a no tener rencores, y así podré decirle sinceramente que perdono de todo corazón a mis deudores. Lo podré conseguir porque me ayudará en todo momento la Madre de Dios.
* Rev. D. Joaquim FAINÉ i Miralpech (Tarragona, España)

Santoral Católico:
Santas Perpetua y Felicidad
Mártires
Fueron mártires de Cartago, cerca de Túnez, en el año 203. Conservamos las Actas auténticas del martirio, redactadas hasta la víspera del sacrificio por la misma Perpetua y continuadas luego por un testigo. A raíz del decreto del emperador Septimio Severo contra los cristianos, fueron apresados muchos de ellos. Perpetua, de ilustre cuna y exquisita formación, era hija de padre pagano, estaba casada como matrona y tenía un hijo recién nacido. Felicidad era una joven esclava, casada y a punto de dar a luz. El proceso fue penoso y prolongado. En todo momento Perpetua mostró su entereza, reafirmando su fe ante las autoridades y animando a sus compañeros de martirio. En los dolores del parto, en la cárcel, dijo Felicidad a un guardián: «Ahora soy yo la que sufro; en el anfiteatro será Otro el que sufra por mí». Con motivo del aniversario del hijo del emperador, se iban a celebrar unos juegos en los que el número fuerte del programa sería el martirio de los encarcelados. En el anfiteatro les soltaron las fieras que malhirieron a nuestras santas y fueron rematadas luego a golpe de espada.
Oración: Señor, tus santas mártires Perpetua y Felicidad, a instancias de tu amor, pudieron resistir al que las perseguía y superar el suplicio de la muerte; concédenos, por su intercesión, crecer constantemente en nuestro amor a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano  Aciprensa    

Palabras del Papa Francisco
“Muchas veces estamos tentados en pensar que la creación sea nuestra propiedad, una posesión que podemos explotar a nuestro agrado y del cual no debemos dar cuenta a nadie. Pero cuando se deja llevar por el egoísmo, el ser humano termina por destruir incluso las cosas más bellas que le han sido confiadas. Y así ha sucedido también con la creación […] Este es el contenido de nuestra esperanza. El cristiano no vive fuera del mundo, sabe reconocer en la propia vida y en lo que lo que lo circunda los signos del mal, del egoísmo y del pecado. Es solidario con quien sufre, con quien llora, con quien es marginado, con quien se siente desesperado… Pero, al mismo tiempo, el cristiano ha aprendido a leer todo esto con los ojos de la Pascua, con los ojos del Cristo Resucitado”.

Tema del día:
Vencer las tentaciones
San Gregorio de Nacianzo, también conocido como san Gregorio Nacianceno (329 – 389), fue patriarca de Constantinopla, teólogo, escritor y considerado el más talentoso orador de la era patrística de la Iglesia, formado en los clásicos y conocedor de la filosofía.

La Iglesia ortodoxa, que le tiene mucho aprecio, lo llama simplemente “el Teólogo”. En la tradición católica, san Gregorio es reconocido con el importante título de Doctor de la Iglesia. Te compartimos un texto suyo:

Si, tras el bautismo, fueras atacado por el perseguidor, el tentador de la luz, tienes material para la victoria. Él ciertamente te atacará, ya que también atacó al Verbo, mi Dios, engañado por la apariencia humana que escondía la luz increada.

No tengas miedo del combate. Se le opone el agua del bautismo, se le opone el Espíritu Santo en quien se extinguen todos los dardos inflamados lanzados por el maligno.

Necesidad
Si él te muestra las necesidades que te oprimen –y lo hizo con Jesús-, si te recuerda que tienes hambre, no le hagas ver que ignoras sus propuestas. Enséñale lo que él no sabe; se le opone la Palabra de vida, ese verdadero Pan enviado del cielo y que da vida al mundo.

Vanidad
Si te pone la trampa de la vanidad –y la usó contra Cristo, cuando lo llevó al pináculo del Templo y le dijo: “Lánzate hacia abajo”, para hacerlo manifestar su divinidad-, ten cuidado en no caer por haber querido elevarte.

Ambición
Si te tienta con la ambición, mostrándote, en una visión instantánea, todos los reinos de la tierra sometidos a tu poder, y te exige que lo adores, desprécialo: él no es más que un pobre hermano tuyo.

Y dile, confiando en la devoción divina: “Yo también soy imagen de Dios; no he sido, como tú, precipitado de lo alto de mi gloria a causa de mi orgullo. Estoy revestido de Cristo; me he vuelto otro Cristo por mi bautismo; cabe en ti adorarme”.

Estoy seguro que él se irá, vencido y humillado por estas palabras. Procedentes de un hombre iluminado por Cristo, las sentirá como si emanaran de Cristo, la luz suprema.

Estos son los beneficios que el agua del bautismo trae a los que reconocen su fuerza.
San Gregorio Nacienceno
Homilía XL, 10

Cuaresma día a día
La ayuda de los Ángeles Custodios
I. San Mateo termina la narración de las tentaciones de nuestro Señor con este versículo: Entonces lo dejó el diablo, y los ángeles vinieron y le servían (Mateo 4, 11). Es doctrina común que todos los hombres, bautizados o no, tienen su Ángel Custodio. Su misión comienza en el momento de la concepción de cada hombre y se prolonga hasta el momento de su muerte. San Juan Crisóstomo afirma que todos los ángeles custodios concurrirán al juicio universal para “dar testimonio ellos mismos del ministerio que ejercieron por orden de Dios para la salvación de cada hombre”. En los Hechos de los Apóstoles encontramos numerosos pasajes en que se manifiesta la intervención de estos santos ángeles, y también la confianza con han sido tratados por los primeros cristianos (5, 19-20; 8, 26; 10, 3-6). Nosotros hemos de tratarles con la misma confianza, y nos asombraremos muchas veces del auxilio que nos prestan, para vencer en la lucha contra los enemigos.

II. Los Ángeles Custodios tienen la misión de ayudar a cada hombre a alcanzar su fin sobrenatural, por lo tanto, los auxilian contra todas las tentaciones y peligros, y traen a su corazón buenas inspiraciones. Son nuestros intercesores, nuestros custodios, y nos prestan su ayuda cuando los invocamos. Nuestro Ángel Custodio nos puede prestar también ayudas materiales, si son convenientes para nuestro fin sobrenatural o para el de los demás. No tengamos reparo en pedirle su favor en las pequeñas cosas materiales que necesitamos cada día, como por ejemplo, encontrar estacionamiento para el coche. Especialmente pueden colaborar con nosotros en el trato de las personas que nos rodean y en el apostolado. Hemos de tratarle como a un entrañable amigo; él siempre está en vela y dispuesto a prestarnos su concurso, si se lo pedimos. Y al final de la vida, nuestro Ángel nos acompañará ante el tribunal de Dios.

III. Para que nuestro Ángel nos preste su ayuda es necesario darle a conocer, de alguna manera, nuestras intenciones y deseos, puesto que no puede leer el interior de la conciencia como Dios. Basta con que le hablemos mentalmente para que nos entienda, o incluso para que llegue a deducir lo que no somos capaces de expresar. Por eso debemos tener un trato de amistad con él; y tenerle veneración, puesto que a la vez que está con nosotros, está siempre en la presencia de Dios. Hoy le pedimos a la Virgen, Regina Angelorum, que nos enseñe a tratar a nuestro Ángel, particularmente en esta Cuaresma.
Francisco Fernández Carvajal

Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas

Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir el power point y los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com 
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Los cinco minutos de María
Marzo 7
María Santísima habló muy poco; sus palabras, de las que nos queda constancia en el Evangelio, son escasas; pero si no nos animó con sus palabras, sí lo hizo muy elocuentemente con su vida y sus ejemplos.
Las palabras que pronuncias, con las que proclamas tu fe en Jesucristo, y fundamentalmente tus acciones, darán testimonio de tu vida cristiana. Las palabras mueven y los ejemplos arrastran; sé cristiano con tus palabras, pero no lo seas menos con tus ejemplos.
Gracias María, porque al pronunciar tu sí, la humanidad entera comienza su retorno a Dios.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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