PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3292 ~ Martes 7 de Marzo de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El
lenguaje de la amistad no está hecho con palabras sino con significados. Es una
inteligencia por encima de las palabras.
Supongamos
que alguien va a despedir a un amigo que parte de viaje.
¿De
qué otra forma puede expresar sus sentimientos más que con un abrazo o un
apretón de manos?
Hay
ciertas cosas de las que un hombre nunca habla y son aún más preciosas porque
se mantienen en silencio.
Las
más profundas comunicaciones sólo necesitan que les prestemos un oído
silencioso...
En
las relaciones humanas la tragedia comienza no cuando no se interpretan las
palabras, sino cuando no se interpreta el silencio...
Henry David Thoreau
¡Buenos días!
Fortaleza en la lucha
Sufrir
tentaciones o pruebas es una situación normal del hombre. Surgen de nuestra
naturaleza inclinada al mal, o también del enemigo de Dios o de ese mundo que
vive al margen de la ley divina. La tentación es una incitación a pecar.
También los santos pasaron por tentaciones. Pero lucharon y triunfaron.
Abba Poimén contaba que el famoso ermitaño Juan
Colobos había rogado a Dios que le quitara sus pasiones y lo convirtiera en un
ser libre de toda inquietud. Y le fue concedido. Pero, después de un tiempo fue
a ver a un Anciano para decirle: —Yo me veo descansando, sin tener ningún
combate. Y el Anciano le aconsejó: —Ve y suplica a Dios para combatir
nuevamente con la misma aflicción y la misma humildad que tenías antes, ya que
es a través de los combates como progresa el alma. Entonces suplicó a Dios y,
cuando se produjo el combate, ya no rogó para que lo eximiera de la lucha, sino
que le rogó: —Señor, dame fortaleza en los combates.
Las
tentaciones te ofrecen una ocasión favorable para vivir la fe en el Señor,
acrecentar la humildad y expresarle tu gratitud. Son oportunidad de
crecimiento. Aprovéchalas, pero no las busques. “Quien busca el peligro, en él
perecerá”. Sé valiente y ten ánimo, con el Señor triunfarás.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Al orar, no charléis mucho, como
los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No
seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de
pedírselo.
»Vosotros,
pues, orad así: ‘Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
Nombre; venga tu Reino; hágase tu Voluntad así en la tierra como en el cielo.
Nuestro pan cotidiano dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como
nosotros hemos perdonado a nuestros deudores; y no nos dejes caer en tentación,
mas líbranos del mal’. Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os
perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a
los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas». (Mt 6,7-15)
Comentario:
Hoy,
Jesús —que es el Hijo de Dios— me enseña a comportarme como un hijo de Dios. Un
primer aspecto es el de la confianza cuando hablo con Él. Pero el Señor nos
advierte: «No charléis mucho» (Mt 6,7). Y es que los hijos, cuando hablan con
sus padres, no lo hacen con razonamientos complicados, ni diciendo muchas
palabras, sino que con sencillez piden todo aquello que necesitan. Siempre
tengo la confianza de ser escuchado porque Dios —que es Padre— me ama y me
escucha. De hecho, orar no es informar a Dios, sino pedirle todo lo que
necesito, ya que «vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo» (Mt
6,8). No seré buen cristiano si no hago oración, como no puede ser buen hijo
quien no habla habitualmente con sus padres.
El
Padrenuestro es la oración que Jesús mismo nos ha enseñado, y es un resumen de
la vida cristiana. Cada vez que rezo al Padre nuestro me dejo llevar de su mano
y le pido aquello que necesito cada día para llegar a ser mejor hijo de Dios.
Necesito no solamente el pan material, sino —sobre todo— el Pan del Cielo.
«Pidamos que nunca nos falte el Pan de la Eucaristía». También aprender a
perdonar y ser perdonados: «Para poder recibir el perdón que Dios nos ofrece,
dirijámonos al Padre que nos ama», dicen las fórmulas introductorias al
Padrenuestro de la Misa.
Durante
la Cuaresma, la Iglesia me pide profundizar en la oración. «La oración, el
coloquio con Dios, es el bien más alto, porque constituye (...) una unión con
Él» (San Juan Crisóstomo). Señor, necesito aprender a rezar y a sacar
consecuencias concretas para mi vida. Sobre todo, para vivir la virtud de la
caridad: la oración me da fuerzas para vivirla cada día mejor. Por esto, pido
diariamente que me ayude a disculpar tanto las pequeñas molestias de los otros,
como perdonar las palabras y actitudes ofensivas y, sobre todo, a no tener
rencores, y así podré decirle sinceramente que perdono de todo corazón a mis
deudores. Lo podré conseguir porque me ayudará en todo momento la Madre de
Dios.
* Rev. D. Joaquim FAINÉ i Miralpech (Tarragona,
España)
Santoral Católico:
Santas Perpetua y Felicidad
Mártires
Fueron
mártires de Cartago, cerca de Túnez, en el año 203. Conservamos las Actas
auténticas del martirio, redactadas hasta la víspera del sacrificio por la
misma Perpetua y continuadas luego por un testigo. A raíz del decreto del
emperador Septimio Severo contra los cristianos, fueron apresados muchos de
ellos. Perpetua, de ilustre cuna y exquisita formación, era hija de padre
pagano, estaba casada como matrona y tenía un hijo recién nacido. Felicidad era
una joven esclava, casada y a punto de dar a luz. El proceso fue penoso y
prolongado. En todo momento Perpetua mostró su entereza, reafirmando su fe ante
las autoridades y animando a sus compañeros de martirio. En los dolores del
parto, en la cárcel, dijo Felicidad a un guardián: «Ahora soy yo la que sufro;
en el anfiteatro será Otro el que sufra por mí». Con motivo del aniversario del
hijo del emperador, se iban a celebrar unos juegos en los que el número fuerte
del programa sería el martirio de los encarcelados. En el anfiteatro les
soltaron las fieras que malhirieron a nuestras santas y fueron rematadas luego
a golpe de espada.
Oración: Señor, tus santas mártires Perpetua y
Felicidad, a instancias de tu amor, pudieron resistir al que las perseguía y
superar el suplicio de la muerte; concédenos, por su intercesión, crecer
constantemente en nuestro amor a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano Aciprensa
Palabras del Papa Francisco
“Muchas
veces estamos tentados en pensar que la creación sea nuestra propiedad, una
posesión que podemos explotar a nuestro agrado y del cual no debemos dar cuenta
a nadie. Pero cuando se deja llevar por el egoísmo, el ser humano termina por
destruir incluso las cosas más bellas que le han sido confiadas. Y así ha sucedido
también con la creación […] Este es el contenido de nuestra esperanza. El
cristiano no vive fuera del mundo, sabe reconocer en la propia vida y en lo que
lo que lo circunda los signos del mal, del egoísmo y del pecado. Es solidario
con quien sufre, con quien llora, con quien es marginado, con quien se siente
desesperado… Pero, al mismo tiempo, el cristiano ha aprendido a leer todo esto
con los ojos de la Pascua, con los ojos del Cristo Resucitado”.
Tema del día:
Vencer las tentaciones
San
Gregorio de Nacianzo, también conocido como san Gregorio Nacianceno (329 –
389), fue patriarca de Constantinopla, teólogo, escritor y considerado el más
talentoso orador de la era patrística de la Iglesia, formado en los clásicos y
conocedor de la filosofía.
La
Iglesia ortodoxa, que le tiene mucho aprecio, lo llama simplemente “el
Teólogo”. En la tradición católica, san Gregorio es reconocido con el
importante título de Doctor de la Iglesia. Te compartimos un texto suyo:
Si,
tras el bautismo, fueras atacado por el perseguidor, el tentador de la luz, tienes
material para la victoria. Él ciertamente te atacará, ya que también atacó al
Verbo, mi Dios, engañado por la apariencia humana que escondía la luz increada.
No
tengas miedo del combate. Se le opone el agua del bautismo, se le opone el
Espíritu Santo en quien se extinguen todos los dardos inflamados lanzados por
el maligno.
Necesidad
Si
él te muestra las necesidades que te oprimen –y lo hizo con Jesús-, si te
recuerda que tienes hambre, no le hagas ver que ignoras sus propuestas.
Enséñale lo que él no sabe; se le opone la Palabra de vida, ese verdadero Pan
enviado del cielo y que da vida al mundo.
Vanidad
Si
te pone la trampa de la vanidad –y la usó contra Cristo, cuando lo llevó al
pináculo del Templo y le dijo: “Lánzate hacia abajo”, para hacerlo manifestar
su divinidad-, ten cuidado en no caer por haber querido elevarte.
Ambición
Si
te tienta con la ambición, mostrándote, en una visión instantánea, todos los
reinos de la tierra sometidos a tu poder, y te exige que lo adores,
desprécialo: él no es más que un pobre hermano tuyo.
Y
dile, confiando en la devoción divina: “Yo también soy imagen de Dios; no he
sido, como tú, precipitado de lo alto de mi gloria a causa de mi orgullo. Estoy
revestido de Cristo; me he vuelto otro Cristo por mi bautismo; cabe en ti
adorarme”.
Estoy
seguro que él se irá, vencido y humillado por estas palabras. Procedentes de un
hombre iluminado por Cristo, las sentirá como si emanaran de Cristo, la luz
suprema.
Estos
son los beneficios que el agua del bautismo trae a los que reconocen su fuerza.
San Gregorio Nacienceno
Homilía XL, 10
Cuaresma día a día
La ayuda de los Ángeles Custodios
I.
San Mateo termina la narración de las tentaciones de nuestro Señor con este
versículo: Entonces lo dejó el diablo, y los ángeles vinieron y le servían
(Mateo 4, 11). Es doctrina común que todos los hombres, bautizados o no, tienen
su Ángel Custodio. Su misión comienza en el momento de la concepción de cada
hombre y se prolonga hasta el momento de su muerte. San Juan Crisóstomo afirma
que todos los ángeles custodios concurrirán al juicio universal para “dar
testimonio ellos mismos del ministerio que ejercieron por orden de Dios para la
salvación de cada hombre”. En los Hechos de los Apóstoles encontramos numerosos
pasajes en que se manifiesta la intervención de estos santos ángeles, y también
la confianza con han sido tratados por los primeros cristianos (5, 19-20; 8,
26; 10, 3-6). Nosotros hemos de tratarles con la misma confianza, y nos
asombraremos muchas veces del auxilio que nos prestan, para vencer en la lucha
contra los enemigos.
II.
Los Ángeles Custodios tienen la misión de ayudar a cada hombre a alcanzar su
fin sobrenatural, por lo tanto, los auxilian contra todas las tentaciones y
peligros, y traen a su corazón buenas inspiraciones. Son nuestros intercesores,
nuestros custodios, y nos prestan su ayuda cuando los invocamos. Nuestro Ángel
Custodio nos puede prestar también ayudas materiales, si son convenientes para
nuestro fin sobrenatural o para el de los demás. No tengamos reparo en pedirle
su favor en las pequeñas cosas materiales que necesitamos cada día, como por
ejemplo, encontrar estacionamiento para el coche. Especialmente pueden
colaborar con nosotros en el trato de las personas que nos rodean y en el
apostolado. Hemos de tratarle como a un entrañable amigo; él siempre está en
vela y dispuesto a prestarnos su concurso, si se lo pedimos. Y al final de la
vida, nuestro Ángel nos acompañará ante el tribunal de Dios.
III.
Para que nuestro Ángel nos preste su ayuda es necesario darle a conocer, de
alguna manera, nuestras intenciones y deseos, puesto que no puede leer el
interior de la conciencia como Dios. Basta con que le hablemos mentalmente para
que nos entienda, o incluso para que llegue a deducir lo que no somos capaces
de expresar. Por eso debemos tener un trato de amistad con él; y tenerle
veneración, puesto que a la vez que está con nosotros, está siempre en la
presencia de Dios. Hoy le pedimos a la Virgen, Regina Angelorum, que nos enseñe a tratar a nuestro Ángel,
particularmente en esta Cuaresma.
Francisco Fernández Carvajal
Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas
Formulo
el siguiente ofrecimiento únicamente
para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas
Semillitas" por e-mail: Si desean recibir el power point y los comentarios
del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para
tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos pastorales
sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo
deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia
y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Los cinco minutos de María
Marzo 7
María
Santísima habló muy poco; sus palabras, de las que nos queda constancia en el
Evangelio, son escasas; pero si no nos animó con sus palabras, sí lo hizo muy
elocuentemente con su vida y sus ejemplos.
Las
palabras que pronuncias, con las que proclamas tu fe en Jesucristo, y
fundamentalmente tus acciones, darán testimonio de tu vida cristiana. Las
palabras mueven y los ejemplos arrastran; sé cristiano con tus palabras, pero
no lo seas menos con tus ejemplos.
Gracias María, porque al pronunciar tu sí, la
humanidad entera comienza su retorno a Dios.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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