PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3294 ~ Jueves 9 de Marzo de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Apartar,
separar, discriminar, priorizar, percibir con claridad lo bueno de lo malo, lo
que nos eleva de lo que nos hunde, lo que nos energiza de lo que nos devora
claridad y voluntad.
Intentemos
a diario brindarnos ese rincón de lavado interior, de limpieza del alma, de
cerrar los ojos y permitirnos sentir, visualizar con realismo, lo que nos está
lastimando, y sin buscar entender mucho simplemente prescindir de eso.
El
acto de desprendimiento de aquello que nos daña a veces requiere un esfuerzo
descomunal, porque muchos han generado mucha dependencia con ese aspecto
(lugar, persona, situación) de sus vidas. Pero ya es tiempo de VERLO, ser
conscientes, y actuar en consecuencia.
El
tiempo corre en los relojes de arena, en los de cuerda, y en los digitales, no
hay nada ni nadie que frene tu reloj, tu vida sigue sin frenos elije los mejores
pasos a seguir, los que impliquen calidad y calidez en tus días, limpia tu
mundo interno, aférrate con fuerza de aquello que te libera, te eleva, te deja
ser tú mismo, y te empuja a seguir el recorrido más liviano y por qué no… con
la sonrisa propia del deber cumplido.
Que
este tiempo de Cuaresma te sea propicio para encontrarte contigo mismo, con tus
hermanos y con el Señor.
¡Buenos días!
Ustedes serán
mis testigos
Un
día Jesús dijo a una famosa mística francesa, Gabriela Bossis (Él y yo) (+ 1950),
después de la comunión:
"Vive sólo para mí. Cuando hables, que se vea
bien que lo único que te importa soy Yo. No temas mencionar mi nombre en la
conversación, pues todos, sin saberlo, tienen necesidad de mí. Y el Nombre de
Dios puede suscitar el bien en las almas. Trata de adquirir este hábito y Yo te
ayudaré. Vendrán a ti para oír hablar de mí. ¿Qué podrías temer, si Yo me tomo
la parte más grande de tu trabajo? Que te dé placer sembrar mi Nombre en las
palabras que pronuncias; como una tierna reparación por el dolor que me causan
todos aquéllos que quieren borrarme en todas partes, aún en el alma de los
niños pequeños. Siembra mi Nombre. Yo daré el crecimiento.”
Como
testigos de Cristo debemos dar testimonio valiente de nuestra pertenencia a él.
No sólo en circunstancias especiales como lo hicieron los mártires, sino en el
día a día. Con sencillez y entereza el
discípulo de Cristo irradia quién es para él el tesoro de su corazón, la razón
de su vida, la fuerza que lo sostiene.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Pedid y se os dará; buscad y
hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca,
halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al
hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra?
Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,
¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se
las pidan! Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo
también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas». (Mt 7,7-12)
Comentario:
Hoy,
Jesús nos habla de la necesidad y del poder de la oración. No podemos entender
la vida cristiana sin relación con Dios, y en esta relación, la oración ocupa
un lugar central. Mientras vivimos en este mundo, los cristianos nos
encontramos en un camino de peregrinaje, pero la oración nos acerca a Dios, nos
abre las puertas de su amor inmenso y nos anticipa ya las delicias del cielo.
Por esto, la vida cristiana es una continua petición y búsqueda: «Pedid y se os
dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá» (Mt 7,7), nos dice Jesús.
Al
mismo tiempo, la oración va transformando el corazón de piedra en un corazón de
carne: «Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros
hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los
que se las pidan!» (Mt 7,11). El mejor resumen que podemos pedir a Dios se
encuentra en el Padrenuestro: «Venga a nosotros tu Reino, hágase tu voluntad
así en la tierra como en el cielo» (cf. Mt 6,10). Por tanto, no podemos pedir
en la oración cualquier cosa, sino aquello que sea realmente un bien. Nadie
desea un daño para sí mismo; por esto, tampoco no lo podemos querer para los
demás.
Hay
quien se queja de que Dios no le escucha, porque no ve los resultados de manera
inmediata o porque piensa que Dios no le ama. En casos así, no nos vendrá mal
recordar este consejo de san Jerónimo: «Es cierto que Dios da a quien se lo
pide, que quien busca encuentra, y a quien llama le abren: se ve claramente que
aquel que no ha recibido, que no ha encontrado, ni tampoco le han abierto, es
porque no ha pedido bien, no ha buscado bien, ni ha llamado bien a la puerta».
Pidamos, pues, en primer lugar a Dios que haga bondadoso nuestro corazón como
el de Jesucristo.
* Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del
Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa Francisca Romana
Religiosa
Nació
en Roma el año 1384 de familia noble y rica. Pronto se sintió atraída por la
vida religiosa, pero no pudo rehuir la boda que sus padres le prepararon. Se
casó muy joven y tuvo tres hijos. Fue una esposa amante y abnegada, que se
adaptó y cuidó a su buen marido, y guardó las formas que su estado le exigían,
sin renunciar por ello a su vida de oración, austeridad y penitencia. Encontró
en su cuñada Vanozza una amiga y compañera ideal para la vida virtuosa. Fue
siempre generosa con todos, especialmente con los indigentes. El año 1425 fundó
la Congregación de Oblatas, bajo la Regla de San Benito, que no necesariamente
vivían enclaustradas. Muerto su esposo en 1435, repartió sus bienes entre los
pobres, se dedicó al cuidado de los enfermos, a los que atendía en sus casas,
en los hospitales de Roma, e incluso en su propio domicilio, y desempeñó una
admirable actividad con los necesitados, destacando, sobre todo, por su
humildad y paciencia. Murió el año 1440.
Oración: Oh Dios, que nos diste en santa Francisca
Romana un modelo singular de vida matrimonial y monástica, concédenos vivir en
tu servicio con tal perseverancia, que podamos descubrirte y seguirte en todas
las circunstancias de la vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa Francisco
“Hay
normas y preceptos eclesiales secundarios
que
hace tiempo eran eficaces,
pero
que ahora han perdido valor o significado.
La
visión de la doctrina de la Iglesia
como
monolito que debe ser defendido sin matices es errónea...
Las
formas de expresión de la verdad pueden ser multiformes;
es
más, esto es necesario para la transmisión
del
mensaje evangélico en su significado inmutable”
Tema del día:
Cuaresma… en resumen
I. Cuarenta días de trabajo
1.
Cuaresma significa "cuarenta" y se aplica a los 40 días de intensa
preparación a la fiesta de PASCUA.
2.
Jesús se retiró durante 40 días. Moisés aguardó 40 días antes de subir al
Sinaí. Elías caminó durante 40 días hacia el Horeb. Y la marcha de los judíos
por el desierto duró 40 años.
3.
"40" es pues, un número simbólico que expresa víspera,
"preparación" intensa de algo importantísimo que, para nosotros, es
la PASCUA
4.
No se entiende la Cuaresma si no es en función de la PASCUA.
5.
El tiempo de Cuaresma empieza el Miércoles de Ceniza y acaba el Domingo de
Ramos. En ese período no se canta el "Aleluya" ni se recita el
"Gloria".
6.
En los primeros tiempos, la Cuaresma era un período de preparación intensiva al
Bautismo, que se celebra en la noche de Pascua.
7.
El ser bautizado exige una coherencia y un cambio de mentalidad.
II.
Tiempo de cambio
1.
El Miércoles de Ceniza se nos dice: "Convertíos y creed en el
Evangelio". La Cuaresma es pues, un tiempo de conversión.
2.
Convertirse significa "volver", "cambiar", "corregir
el camino" "Renovarse"
3.
El cambio que queremos es pasar del "hombre viejo" al "hombre
nuevo"
4.
"Hombre viejo" es el que vive a espaldas de Cristo y del Evangelio.
"Hombre nuevo" es el que sigue a Jesús y vive según el Evangelio.
5.
¿Tú eres un "hombre viejo" o un "hombre nuevo"? Piénsalo
bien, ¡hombre!
6.
Algunos cristianos creen que la conversión es sólo para los paganos y herejes…
Y, claro, no necesitan la Cuaresma.
7.
Otros piensan que con no comer carne los viernes o dejar de fumar ya han
cumplido... ¡No! Si no hay cambio, no hay Cuaresma.
8.
Cuaresma es cambiar de vida.
III.
Cambiar el corazón
1.
El Miércoles de Ceniza es día de ayuno y abstinencia. Los Viernes de Cuaresma
son días de abstinencia.
2.
Ayunar por ayunar no tiene sentido y no hace a la gente mejor... Sobre todo en
un mundo en que muchos ayunan, no porque es Cuaresma, sino porque no tienen qué
comer.
3.
Abstenerse de comer carne es un signo que tiene su importancia por lo que
significa.
4.
El ayuno y la abstinencia son "signos de conversión". No son "la
conversión".
5.
El ayuno es signo de que tú:
- quieres "ayunar de pecados"
- te solidarizas con los hambrientos
- prefieres el pan de la Palabra
- frenas el consumismo
- quieres compartir lo tuyo.
6.
La abstinencia es signo de que tú:
- quieres abstenerte del pecado
- no te comes el pan de los pobres
- te "mantienes en forma" por
dentro.
7.
Lo que interesa es cambiar el corazón.
IV.
"Convertíos y creed en el Evangelio"
1.
La Cuaresma es un tiempo de renovación para la comunidad. O la hacemos todos
juntos o no es Cuaresma.
2.
Hace Cuaresma: la pareja, la familia, el grupo, la parroquia, la comunidad.
Nadie hace la Cuaresma solo
3.
Si los creyentes de este país cambian, todo el país hará el cambio. La Cuaresma
ayuda a cambiar la sociedad.
4.
El modelo del cambio está en el Evangelio, la Palabra de Dios. Cuaresma es un
tiempo favorable para el anuncio y la escucha de la Palabra.
5.
San Jerónimo decía: "Ignorar el Evangelio es ignorar a Cristo".
6.
Jesús decía: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale
de la boca de mi Padre".
7.
La lectura del Evangelio en familia, las convivencias, los Ejercicios
Espirituales, los cultos de las Hermandades... son momentos privilegiados para
escuchar la Palabra de Dios. No cierres tus oídos a la Palabra.
V.
La Cuaresma y el hombre de hoy
1.
El hombre de hoy es un poco autosuficiente y algo olvidado de Dios. Confía
demasiado en la razón y, a veces se cierra a la fe, ¿no te parece?
2.
El hombre de hoy piensa que la Cuaresma es para los "carrozas" y los
"carcas": "ya no se estila".
3.
Dicen que el hombre de hoy ha perdido la conciencia de pecado. ¿Será verdad que
ya no hay pecados?
4.
¿0 será que el hombre de hoy necesita más que ningún otro convertirse?
5.
Lo que pasa es que convertirse es algo complicado.
6.
Cuando el hombre de hoy comprenda lo serio que es cambiar de vida y poner en
cuarentena el corazón, entonces se dará cuenta que necesita la Cuaresma.
7.
El hombre de hoy es el hombre del evangelio, porque el evangelio siempre es de
hoy.
8.
Todos somos hombres de hoy, que necesitamos una Cuaresma de "hoy".
© Web Católico de Javier
Cuaresma día a día
La oración de petición
I.
Pedir y dar; eso es la mayor parte de nuestra vida y de nuestro ser. Al pedir
nos reconocemos necesitados. Al dar podemos ser conscientes de la riqueza sin
término que Dios ha puesto en nuestro corazón. Lo mismo nos ocurre con Dios.
Gran parte de nuestras relaciones con Él están definidas por la petición; el
resto, por el agradecimiento. Pedir nos hace humildes. Además, damos a nuestro
Dios la oportunidad de mostrarse como Padre. No pedimos con egoísmo, ni llenos
de soberbia, ni con avaricia, ni por envidia. Debemos examinar en la presencia
los verdaderos motivos de nuestra petición. Le preguntaremos en la intimidad de
nuestra alma si eso que hemos solicitado nos ayudará a amarle más y a cumplir
mejor su Voluntad. La primera condición de toda petición eficaz es conformar
primero nuestra voluntad con la Voluntad de Dios, y así habremos dado un paso
muy importante en la virtud de la humildad.
II.
Jesús nos oye siempre: también cuando parece que calla. Quizá es entonces
cuando más atentamente nos escucha; quiere que le pidamos confiadamente, sin
desánimo, con fe. Pero no basta pedir; hay que hacerlo con perseverancia, sin
cansarnos, para que la constancia alcance lo que no pueden nuestros méritos.
Dios ha previsto todas las gracias y ayudas que necesitamos, pero también ha
previsto nuestra oración. Pedid y se os dará... llamad y se os abrirá. Y
recordamos ahora nuestras muchas necesidades personales y las de aquellas
personas que viven cerca de nosotros. No nos abandona el Señor.
III.
Si alguna vez no se nos concedió algo que pedimos confiadamente, es que no nos
convenía: ¡Él sí que sabe lo que nos conviene! Esa oración que hicimos con
tanta insistencia habrá sido eficaz para otros bienes, o para otra ocasión más
necesaria. Para que nuestra petición sea atendida con más prontitud, podemos
solicitar las oraciones de otras personas cercanas a Dios: “Después de la
oración del Sacerdote y de las vírgenes consagradas, la oración más grata a
Dios es la de los niños y la de los enfermos” (San Josemaría Escrivá, Camino).
También pedimos a nuestro Ángel Custodio que interceda por nosotros. Finalmente
tenemos el camino para que nuestras peticiones lleguen con prontitud ante la
presencia de Dios: Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra. A Ella acudimos
ahora y siempre.
Francisco Fernández Carvajal
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Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes
naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por
más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las
vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para María Rosa E., de
Buenos Aires, Argentina, que hoy será intervenida a nivel cardiovascular
(angioplastia coronaria o tal vez bypass), rogando a Jesús que por los méritos
de su Divina Sangre derramada en la Cruz por todos nosotros, le conceda sus
gracias de sanación. Pedimos también por su esposo Emilio, con su salud muy deteriorada, para que la Santísima Virgen
lo acompañe y lo sostenga en la espera de los resultados.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Marzo 9
La
comunión con nuestros hermanos, los hombres, se realiza en el amor de nuestra
Madre, en su Corazón.
Si
los hermanos cristianos estamos separados, es nuestra Madre la que debe
conseguirnos la unidad; solamente ella podrá alcanzarnos que cumplamos el
precepto que su Hijo nos dejó: “Ámense los unos a los otros”.
No
olvidemos que, para acercarnos a Dios, es preciso acercarnos primero a los
hermanos; para comulgar con Dios, previamente hay que comulgar con los
hermanos.
María, contágianos tu confianza en Dios, para que
seamos servidores de su proyecto.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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