PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 11 - Número 2925
~ Domingo 31 de Enero de 2016
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Don Bosco
Alabado
sea Jesucristo…
Siguiendo
la narración de Lucas, el domingo pasado nos quedábamos con la sensación del
éxito de Jesús: ¡Todos los ojos puestos en Él! Hoy, por el contrario, todas las
manos parecen estar sobre Él para empujarlo y despeñarlo por una ladera.
La
vida, en todos los estados y en variadas situaciones, nos trae a la memoria
esta cruda realidad: tan pronto te aplauden como te critican. Pero, aquel que
es o quiera ser profeta, ha de saber (hemos de saber) que no ha venido al mundo
para ser elogiado, ni tampoco con el ánimo de ser impopular, sino para sentirse
tan en las manos de Dios que, cumplir su voluntad, es la ocupación y la preocupación
de todo apostolado. Lo demás… queda en segundo plano. Agarrarse a Dios, y estar
menos pendiente de la imagen, da fuerza al apostolado. Lo contrario…lo
debilita.
Hemos
de prepararnos ante unos tiempos que, según estamos percibiendo, nos traen nuevos
retos y no pocas dificultades. Pero… ¡No temamos! El Señor va por delante. Que
seamos capaces de abrirnos paso en medio de una turba que, más que airada, está
despistada y sin control.
*P. Javier Leoz
¡Buenos días!
San Juan Bosco
Hoy la
Iglesia celebra a san Juan Bosco. A los dos años quedó huérfano de padre. Pero
se constituyó en padre de numerosos huérfanos. Y millares de jóvenes de toda
raza y nación, lo aclaman como “Padre y maestro de la juventud”. Nació en un
hogar pobre. Su vida transcurrió en la pobreza. Dedicó sus mejores energías a
la juventud indigente y necesitada.
Padre y Maestro de la juventud, san Juan
Bosco, que, dócil a los dones del Espíritu Santo y abierto a las realidades de
tu tiempo, fuiste para los jóvenes signo de la predilección amorosa de Dios.
Enséñanos a ser amigos del Señor, para descubrir, en él y en su Evangelio, el
sentido de la vida y de la verdadera felicidad. Ayúdanos a responder con
generosidad a la vocación recibida de Dios, para ser constructores de comunión
y, unidos a la Iglesia, promover en nuestro ambiente la cultura del amor.
Concédenos perseverar en la vivencia intensa de la vida cristiana, según el
espíritu de las Bienaventuranzas, y así, guiados por Maria Auxiliadora, nos
encontremos un día contigo en el cielo. Amén.
Don
Bosco revitalizó el “sistema preventivo” para la educación cristiana de niños y
jóvenes, basado en la doctrina evangélica asimilada por su vigorosa y original
personalidad. Cimentó su método educativo en la razón, la religión y el amor.
Don Bosco figura entre los grandes educadores de la humanidad. Honremos a este
“gigante de la santidad” (Pío XI).
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir
en la sinagoga: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy». Y
todos daban testimonio de Él y estaban admirados de las palabras llenas de
gracia que salían de su boca. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?». Él les
dijo: «Seguramente me vais a decir el refrán: ‘Médico, cúrate a ti mismo’. Todo
lo que hemos oído que ha sucedido en Cafarnaúm, hazlo también aquí en tu
patria». Y añadió: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su
patria. Os digo de verdad: Muchas viudas había en Israel en los días de Elías,
cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo
el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de
Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta
Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».
Oyendo estas cosas, todos los de la
sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad,
y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada
su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó. (Lc
4,21-30)
Comentario
Hoy, en este domingo cuarto del tiempo
ordinario, la liturgia continúa presentándonos a Jesús hablando en la sinagoga
de Nazaret. Empalma con el Evangelio del domingo pasado, en el que Jesús leía
en la sinagoga la profecía de Isaías: «El Espíritu del Señor sobre mí, porque
me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a
proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la
libertad a los oprimidos (...)» (Lc 4,18-19). Jesús, al acabar la lectura,
afirma sin tapujos que esta profecía se cumple en Él.
El Evangelio comenta que los de Nazaret
se extrañaban que de sus labios salieran aquellas palabras de gracia. El hecho
de que Jesús fuese bien conocido por los nazarenos, ya que había sido su vecino
durante la infancia y juventud, no facilitaba su predisposición para aceptar
que era un profeta. Recordemos la frase de Natanael: «¿De Nazaret puede salir
algo bueno?» (Jn 1,46). Jesús les reprocha su incredulidad, recordando aquello:
«Ningún profeta es bien recibido en su patria» (Lc 4,24). Y les pone el ejemplo
de Elías y de Eliseo, que hicieron milagros para los forasteros, pero no para
los conciudadanos.
Por lo demás, la reacción de los
nazarenos fue violenta. Querían despeñarlo. ¡Cuántas veces pensamos que Dios
tiene que realizar sus acciones salvadoras acoplándose a nuestros
grandilocuentes criterios! Nos ofende que se valga de lo que nosotros
consideramos poca cosa. Quisiéramos un Dios espectacular. Pero esto es propio
del tentador, desde el pináculo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo»
(Lc 4,9). Jesucristo se ha revelado como un Dios humilde: el Hijo del hombre
«no ha venido a ser servido, sino a servir» (Mc 10,45). Imitémosle. No es
necesario, para salvar a las almas, ser grande como san Javier. La humilde
Teresa del Niño Jesús es su compañera, como patrona de las misiones.
* P. Pere SUÑER i Puig SJ (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Juan Bosco
Presbítero y
Fundador
Nació junto a Castelnuovo, en la
diócesis de Turín, el año 1815. Su niñez fue dura. Ordenado sacerdote, dedicó
sus energías y sus admirables dones carismáticos a la educación de los jóvenes,
a los que enseñaba diversos oficios y formaba en la vida cristiana, en aquel
momento histórico de la naciente industrialización y de la aparición del
movimiento obrero. Escribió también algunos opúsculos en defensa de la
religión. Promovió la devoción a María Auxiliadora. Destacó entre los santos de
su tiempo, especialmente en el apostolado de la juventud, en el que usó y
enseñó el método basado en el amor y la confianza en los jóvenes, la
persuasión, la religiosidad auténtica, el amor atento a prevenir más que a
reprimir. Fue terciario franciscano y muy devoto de san Francisco. Fundó la
Sociedad de San Francisco de Sales, los salesianos, y de la Congregación de
Hijas de María Auxiliadora. Murió en Turín el 31 de enero de 1888.
Oración: Señor, tú que has suscitado
en san Juan Bosco un padre y un maestro para la juventud, danos también a
nosotros un celo infatigable y un amor ardiente, que nos impulse a entregarnos
al bien de los hermanos y a servirte a ti en ellos con fidelidad. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras de San
Juan Pablo II
"Queridos jóvenes, ya lo sabéis:
el cristianismo no es una opinión
y no consiste en palabras vanas.
¡El cristianismo es Cristo!
¡Es una Persona, es el Viviente!
Encontrar a Jesús, amarlo y hacerlo
amar:
he aquí la vocación cristiana"
Predicación del
Evangelio
¿No necesitamos
profetas?
«Un gran profeta ha surgido entre nosotros».
Así gritaban en las aldeas de Galilea, sorprendidos por las palabras y los
gestos de Jesús. Sin embargo, no es esto lo que sucede en Nazaret cuando se
presenta ante sus vecinos como ungido como Profeta de los pobres.
Jesús observa primero su admiración y
luego su rechazo. No se sorprende. Les recuerda un conocido refrán: «Os aseguro
que ningún profeta es bien acogido en su tierra». Luego, cuando lo expulsan
fuera del pueblo e intentan acabar con él, Jesús los abandona. El narrador dice
que «se abrió paso entre ellos y se fue alejando». Nazaret se quedó sin el
Profeta Jesús.
Jesús es y actúa como profeta. No es un
sacerdote del templo ni un maestro de la ley. Su vida se enmarca en la
tradición profética de Israel. A diferencia de los reyes y sacerdotes, el
profeta no es nombrado ni ungido por nadie. Su autoridad proviene de Dios,
empeñado en alentar y guiar con su Espíritu a su pueblo querido cuando los
dirigentes políticos y religiosos no saben hacerlo. No es casual que los
cristianos confiesen a Dios encarnado en un profeta.
Los rasgos del profeta son
inconfundibles. En medio de una sociedad injusta donde los poderosos buscan su
bienestar silenciando el sufrimiento de los que lloran, el profeta se atreve a
leer y a vivir la realidad desde la compasión de Dios por los últimos. Su vida
entera se convierte en "presencia alternativa" que critica las
injusticias y llama a la conversión y el cambio.
Por otra parte, cuando la misma religión
se acomoda a un orden de cosas injusto y sus intereses ya no responden a los de
Dios, el profeta sacude la indiferencia
y el autoengaño, critica la ilusión de eternidad y absoluto que amenaza a toda
religión y recuerda a todos que sólo Dios salva. Su presencia introduce una
esperanza nueva pues invita a pensar el futuro desde la libertad y el amor de
Dios.
Una Iglesia que ignora la dimensión
profética de Jesús y de sus seguidores, corre el riesgo de quedarse sin
profetas.
Nos preocupa mucho la escasez de
sacerdotes y pedimos vocaciones para el servicio presbiteral. ¿Por qué no
pedimos que Dios suscite profetas? ¿No los necesitamos? ¿No sentimos necesidad
de suscitar el espíritu profético en nuestras comunidades?
Una Iglesia sin profetas, ¿no corre el
riesgo de caminar sorda a las llamadas de Dios a la conversión y el cambio?
Un cristianismo sin espíritu profético,
¿no tiene el peligro de quedar controlado por el orden, la tradición o el miedo
a la novedad de Dios?
* José Antonio Pagola
Nuevo vídeo y
artículo
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas
Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de
esta página.
Hay nuevo material publicado en el blog
"Juan
Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:
Agradecimientos
Dicen que en el cielo hay dos oficinas
diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la
tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas
gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin
descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los
agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles
aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde
la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas
Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los
mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias
concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.
De Argentina, María Angélica G. escribe
y dice: “Damos gracias a Jesús y a María por la recuperación de la Hermana Patricia I., de Corrientes. Que
la Virgen de Lourdes la fortalezca para afrontar el tratamiento oncológico”.
Que así sea.
En este día en que hacemos memoria de Don Bosco, quiero agradecer a Dios los excelentes amigos salesianos que me ha dado: sacerdotes y damas de esa congregación que me enriquecen con su amistad y a los que hoy particularmente tengo presente en mis oraciones y siempre en mi corazón.
En este día en que hacemos memoria de Don Bosco, quiero agradecer a Dios los excelentes amigos salesianos que me ha dado: sacerdotes y damas de esa congregación que me enriquecen con su amistad y a los que hoy particularmente tengo presente en mis oraciones y siempre en mi corazón.
Los cinco minutos
de Dios
Enero 31
Hay
una vida alegre; una vida en la que todo sale bien y en la que gozamos de todos
y de todo.
Una
vida llena de optimismo, de éxitos, de nuevos planes que se llevan a cabo; una
vida de ilusiones realizadas; una vida de paz y de comprensión con los propios
y los ajenos.
Y
también una vida de dolor; una vida en la que la enfermedad muerde nuestros
cuerpos; una vida en la que la enfermedad de algunos de los nuestros aprieta
nuestro corazón; una vida de dificultades y de fracasos, de pobreza y de falta
de trabajo, de incomprensiones y dificultades, de lágrimas y angustias, de
sentida soledad.
Pero
también puede haber una vida que sea la suma de las dos anteriores, vale decir:
una vida que no sea solamente de alegría o de dolor, sino que llegue a ser de
alegría en el dolor; la alegría y el dolor probablemente no dependen de tu
deseo, pero el hacer de tu vida una vida de alegría en el dolor dependerá
exclusivamente de ti.
Pero eso no lo lograrás si no miras el dolor
en la cruz; la cruz sin Cristo se torna insoportable; el Cristo en la cruz la
hace llevadera. “Estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo
vive en mi” (Gal 2,19-20). “Yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor
Jesucristo, por quien el mundo está crucificado para mí, como yo lo estoy para
el mundo” (Gal 6,14)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.