PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 11 - Número 2895
~ Viernes 1° de Enero de 2016
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Por
gracia de Dios estamos comenzando el undécimo año calendario de existencia de “Pequeñas Semillitas”, contando siempre
con la ayuda de nuestro especial “equipo
de redacción” integrado por Jesús, Nuestra Señora de Lourdes, San José y
San Juan Pablo II, seguros de que con su celestial ayuda podremos seguir
sembrando estas semillitas en el corazón de los miles de lectores a los que
llegan cada día en todo el mundo.
Doy
gracias a Dios porque a pesar de mis miserias y pecados, me permite ser el
sembrador de estas semillas. Y por cierto, gracias también a los lectores,
que cada año aumentan más, y que son los destinatarios de este sencillo
apostolado laico y quienes me dan fuerzas con su permanente respuesta para
seguir adelante con esta siembra de la Palabra de Jesús que habrá de continuar
por todo el tiempo que el Señor quiera.
Comenzamos
un nuevo año que seguramente será duro e intenso para todos, y vienen a mi memoria
estas palabras que alguien dijo: "Si quieres un año de prosperidad,
siembra trigo. Si quieres diez años de prosperidad, siembra árboles frutales.
Si quieres una vida de prosperidad, siembra amigos."
Y en eso
estamos.... A partir de hoy -con la
bendición de Dios- comenzamos otro año de siembra.
¡Buenos días!
Te
deseo un año feliz
Al comenzar un nuevo año te deseo doce
meses de crecimiento. La superación personal comienza con el conocimiento de ti
mismo: tus fortalezas y tus debilidades. Sé sincero contigo mismo, no confundas
lo que te gustaría ser, con lo que realmente eres. Crecer supone repetición de
actos en la dirección correcta. Colabora con tu voluntad y esfuerzo. Dios ayuda
al valiente.
Te
deseo que este año tengas suficiente felicidad para mantenerte dulce;
suficientes problemas para mantenerte fuerte; suficientes penas para mantenerte
humano; suficiente esperanza para mantenerte feliz; suficientes fracasos para
mantenerte humilde; suficientes éxitos para mantenerte sereno; suficientes
amigos para recibir consuelo; suficientes entradas para cubrir tus necesidades;
suficiente entusiasmo para enfrentar las dificultades; suficiente confianza en
ti mismo para no caer en depresiones; suficiente determinación y valor para
hacer que este año sea el mejor de tu vida.
Tu crecimiento personal depende de los
hábitos buenos que vas incorporando a tu vida. Uno de éstos es la actitud de
formación permanente, superándote de día en día, porque “crecer es un aprendizaje
constante y culmina cuando nos retiramos de esta fiesta que es la vida”. El
Señor te acompañe con su bondadosa bendición.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, los pastores fueron a
toda prisa, y encontraron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre.
Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel Niño; y
todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían.
María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían
oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. Cuando se cumplieron los
ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el
ángel antes de ser concebido en el seno. (Lc 2,16-21)
Comentario
Hoy, la Iglesia contempla agradecida la
maternidad de la Madre de Dios, modelo de su propia maternidad para con todos
nosotros. Lucas nos presenta el “encuentro” de los pastores “con el Niño”, el
cual está acompañado de María, su Madre, y de José. La discreta presencia de
José sugiere la importante misión de ser custodio del gran misterio del Hijo de
Dios. Todos juntos, pastores, María y José, «con el Niño acostado en el pesebre»
(Lc 2,16) son como una imagen preciosa de la Iglesia en adoración.
“El pesebre”: Jesús ya está ahí puesto,
en una velada alusión a la Eucaristía. ¡Es María quien lo ha puesto! Lucas
habla de un “encuentro”, de un encuentro de los pastores con Jesús. En efecto,
sin la experiencia de un “encuentro” personal con el Señor no se da la fe. Sólo
este “encuentro”, el cual ha comportado un “ver con los propios ojos”, y en
cierta manera un “tocar”, hace capaces a los pastores de llegar a ser testigos
de la Buena Nueva, verdaderos evangelizadores que pueden dar «a conocer lo que
les habían dicho acerca de aquel Niño» (Lc 2,17).
Se nos señala aquí un primer fruto del
“encuentro” con Cristo: «Todos los que lo oyeron se maravillaban» (Lc 2,18).
Hemos de pedir la gracia de saber suscitar este “maravillamiento”, esta
admiración en aquellos a quienes anunciamos el Evangelio.
Hay todavía un segundo fruto de este
encuentro: «Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo
lo que habían oído y visto» (Lc 2,20). La adoración del Niño les llena el
corazón de entusiasmo por comunicar lo que han visto y oído, y la comunicación
de lo que han visto y oído los conduce hasta la plegaria de alabanza y de
acción de gracias, a la glorificación del Señor.
María, maestra de contemplación
—«guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón» (Lc 2,19)— nos da
Jesús, cuyo nombre significa “Dios salva”. Su nombre es también nuestra Paz.
¡Acojamos en el corazón este sagrado y dulcísimo Nombre y tengámoslo
frecuentemente en nuestros labios!
Rev. D. Manel VALLS i Serra (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa María Madre
de Dios
La Iglesia celebra con toda solemnidad
el misterio de la maternidad divina de la Virgen el día 1 de enero, fecha en
que también se conmemora lo que nos recuerda el evangelio de San Lucas: al
cumplirse los ocho días del Nacimiento del Niño, lo circuncidaron y le pusieron
por nombre Jesús. La fiesta de hoy está destinada a celebrar la parte que tuvo
María en el misterio de la salvación y a exaltar la singular dignidad de que
goza la madre de Jesús, Dios y hombre. «San Francisco de Asís -dice San
Buenaventura- amaba con indecible afecto a la Madre del Señor Jesús, por ser
ella la que ha convertido en hermano nuestro al Señor de la majestad».
Oración: Dios y Señor nuestro, que por
la maternidad virginal de María entregaste a los hombres los bienes de la
salvación, concédenos experimentar la intercesión de aquella de quien hemos
recibido a tu Hijo Jesucristo, el autor de la vida. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa
Francisco
"Agradezco a cuantos me han
mostrado su cercanía espiritual y me han expresado sus felicitaciones para la
Navidad y el Año Nuevo. Yo también de corazón les deseo a todos, a sus
familias, en especial a los que se sienten solos, que en la fe puedan
experimentar profundamente la presencia del recién nacido Hijo de Dios en sus
vidas y gozar su amor, su paz y su alegría ¡Feliz Año Nuevo!"
Tema del día:
Celebraciones de
hoy
Hoy tenemos
varias celebraciones: comienza el nuevo año, pero sobre todo es una gran fiesta
de la Virgen como Madre de Dios y es la octava de Navidad y la circuncisión de
Jesús e imposición de su nombre. También es la Jornada Mundial sobre la Paz.
1.
Comienza el nuevo año. Esto no es una celebración
litúrgica, sino algo sólo convencional en el calendario civil. En otras
civilizaciones o culturas comienza el año en otras fechas. Lo nuestro del 1 de
Enero viene de una costumbre romana en que comenzaban a regir los cónsules.
Pero es una ocasión y una oportunidad para pensar que el tiempo pasa y que
debemos hacer realidad lo de: “año nuevo,
vida nueva”. El tiempo no es algo fijo, nosotros pasamos por él y ya no lo
podemos recuperar, sólo podemos aprovechar mejor el que va a venir. Este es un
tiempo de bendición, como comenzamos en la primera lectura de la misa. Pero no
sólo queremos que Dios nos bendiga. Todos debemos ser bendición para los demás
y para el mundo. Por eso aprovechemos el comienzo de un nuevo año para una
mayor limpieza de nuestras culpas y un hermoso deseo de aprovechar esta
oportunidad que nos da Dios.
2.
Celebramos sobre todo la solemnidad de María Madre de Dios. Es el mayor título que un ser creado puede tener. Ha habido muchos
que dicen ser impropio de María llevar ese nombre porque a Dios nadie lo ha
hecho. En parte tienen razón; pero María es la madre de Jesús y, como Jesús,
además de hombre, es Dios, a su madre la podemos llamar Madre de Dios. Así lo
entendieron los obispos reunidos en Éfeso en el año 431. Y desde entonces así
la proclamamos, señalando la unión tan profunda con su Hijo “en las penas y
alegrías”, y también en la redención y en las gracias que Dios nos va dando.
Por eso es también nuestra madre espiritual y madre de la Iglesia. En este día
nos alegramos por las maravillas que Dios ha hecho en su Madre. Ella, aun
colmada de dones, siguió siendo libre y cooperó generosamente. Si María es nuestra
madre, la contemos nuestros problemas y pidamos su ayuda para superarlos; pero
sobre todo hagamos en este nuevo año lo que gustaría a nuestra madre del cielo.
3.
A los ocho días circuncidaron a Jesús. A nosotros
nos puede decir muy poco; pero era muy importante para los israelitas: era el
día de la entrada y aceptación legal en la comunidad de Israel y de hacerse
responsable de la carga que supone la ley. Era como otro nacimiento. Nacer es
comenzar y, en cierto sentido, nacemos varias veces. Hasta en lo material,
cuando alguno se ha salvado de un gran accidente, dice que ha vuelto a nacer.
También puede decirse cuando comienza una vida social muy diferente, como era
la circuncisión para los israelitas. Y mucho más nacemos nosotros cuando
comenzamos una vida de gracia, como es el bautismo. Y así como para nacer a la vida del cuerpo se
necesita ayuda externa, así es para la circuncisión y el bautismo.
El nombre de Jesús se lo puso el mismo
Dios. Así el ángel se lo dijo a María y a José. Los israelitas daban mucha
importancia al significado, y Jesús significa “Dios salva”. Debemos poner mucho
amor y confianza al pronunciar este bendito nombre.
4.
Jornada Mundial de la Paz. Así se llama este día
desde 1967. Todos los años el papa nos da un mensaje especial sobre la paz. El
año pasado cuyo tema era: “No esclavos sino hermanos”, terminaba el papa
Francisco diciendo que mucho de la esclavitud sucedía por la indiferencia de
muchos hermanos. Para esta jornada de 2016 ha seguido con esta idea y ha puesto
como lema: “Vence la indiferencia y
conquista la paz”. Nos dice que en el mundo hay muchos males que van contra
la paz, como es el fundamentalismo, por tomar mal la religión, hay
persecuciones, violaciones de la libertad, crimen organizado y guerras, etc.
Ante tantos males existe una gran indiferencia en muchas personas. La paz es un
bien difícil, que debe ser conquistado por muchos, si colaboramos para esta
gran empresa. Que María, madre de Dios y madre nuestra nos ayude a conseguir la
paz.
* P. Silverio Velasco
Oración por la
Patria
Jesucristo, Señor de la historia, te
necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya
identidad
sea la pasión por la verdad y el
compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los
hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando
a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la
paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no
defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos
dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te
necesitamos.
Amén.
Los cinco minutos
de Dios
Enero1
Todos nos
felicitamos hoy, deseándonos: "¡Feliz Año Nuevo!". Y somos sinceros
al hacerlo.
Y también
solemos repetir la conocida frase: "¡Año nuevo, vida nueva!".
Un nuevo
año supone para cada uno de nosotros una nueva posibilidad de mejoramiento, de
perfección, de propia superación. No te contentes con ser este nuevo año como
fuiste el año pasado. No; no te digo que el año pasado fuiste malo; pero es
verdad que en este nuevo año tienes que ser mejor.
Porque si
fue bueno que el año pasado no hayas sido malo; sería muy malo si este año no
fueras mejor. Es la ley del progreso, que es ley propia de todo ser viviente.
Así como vas adelantando en todo, en edad, en conocimientos, en experiencia...
también debes ir creciendo en tu espíritu.
Feliz Año
Nuevo, pues, te deseo, con esa felicidad que es fruto del esfuerzo diario por
superarse en cada uno de los actos.
La gracia, además de consciente, tiene que ser en
ti “creciente”; ha de ir aumentando cada vez más. Sigue el ejemplo de Jesús,
que “iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y a gracia de Dios
estaba con él” (Lc 2,40)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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