PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 11 - Número 2901
~ Jueves 7 de Enero de 2016
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
En la
tradición de la Iglesia las celebraciones de las Fiestas del Señor tenían un
significado catequístico, que se hacía cultura en la vida del pueblo. Con algo
de nostalgia recuerdo cuando era niño y esperábamos el día de Reyes para
recibir los regalos. En Navidad no había regalos. El día de Reyes, podíamos
decir, era el Día del Niño. Todo niño era visto y homenajeado en ese día desde
el Niño de Belén. ¡Qué cálida imagen de amor con la que se veía a la niñez!
Tal
vez se ha querido superar lo que se podía llamar una pequeña mentira de los
padres que actuaban como Reyes Magos, a quienes escribíamos pidiendo un regalo,
y se movían con la complicidad de la familia y de la misma sociedad. El niño
era un don de Dios.
Creo
que mirar a la niñez en el contexto del nacimiento del niño de Belén y en el
marco de amor de la Sagrada Familia con la riqueza de sus virtudes nos
enriquecía, y a los adultos les hacía bien, porque los introducía y comprometía
con los valores y el mensaje de paz y fraternidad que nos comunica la Navidad.
Tal vez hay algo de nostalgia en esta apreciación, pero pienso que es
importante no perder de vista el contenido y el mensaje que dan sentido a una
Fiesta, y no perdernos en lo exterior que pasa y deja poco. La fe necesita
celebrarse y hacerse cultura para orientar la vida, las relaciones y la
conducta de las personas. Fe y cultura se necesitan y enriquecen.
* Mons. José M. Arancedo (Argentina)
¡Buenos días!
Lo importante en la vida
Los
infortunios y reveses traen siempre algún valioso mensaje que debes aprovechar
con sabiduría. “Son bendiciones de Dios que entran en casa rompiendo los
cristales”, como escribió un pensador cristiano. Pero hay que reflexionar con
calma para atesorar la experiencia que dejan, porque las desgracias descubren
al alma luces que en la prosperidad no llegas a percibir.
Es imposible cruzar la vida sin que un
trabajo salga mal hecho, sin que una amistad cause decepción, sin padecer algún
quebranto de salud, sin que un amor nos abandone, sin que ningún ser querido
fallezca, sin equivocarse en algún negocio. Ése es el costo de vivir. Sin
embargo, lo importante no es lo que suceda, sino cómo sobrellevarlo. Si te
pones a coleccionar heridas eternamente, vivirás como un pájaro herido incapaz
de volver a volar.
Hay un
refrán que dice: “Con las piedras que me arrojen, construiré mi casa”. La
capacidad de transformar un menos en más, es propia del hombre que no se deja
frenar por los obstáculos, sino que se apoya en ellos mismos para proyectarse
mucho más adelante. Que medites esta posibilidad y la hagas una realidad en tu
vida.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, cuando Jesús oyó que
Juan estaba preso, se retiró a Galilea. Y dejando la ciudad de Nazaret, fue a
morar en Cafarnaún, ciudad marítima, en los confines de Zabulón y de Neftalí.
Para que se cumpliese lo que dijo Isaías el profeta: «Tierra de Zabulón y
tierra de Neftalí, camino de la mar, de la otra parte del Jordán, Galilea de
los gentiles. Pueblo que estaba sentado en tinieblas, vio una gran luz, y a los
que moraban en tierra de sombra de muerte les nació una luz».
Desde entonces comenzó Jesús a predicar
y a decir: «Haced penitencia, porque el Reino de los cielos está cerca». Y
andaba Jesús rodeando toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos y
predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia
del pueblo. Y corrió su fama por toda Siria, y le trajeron todos los que tenían
algún mal, poseídos de varios achaques y dolores, y los endemoniados, y los
lunáticos y los paralíticos, y los sanó. Y le fueron siguiendo muchas gentes de
Galilea y de Decápolis y de Jerusalén y de Judea, y de la otra ribera del
Jordán. (Mt 4,12-17.23-25)
Comentario
Hoy, por así decirlo, recomenzamos. El «Pueblo
que estaba sentado en tinieblas, vio una gran luz» (Mt 4,16), nos dice el
profeta Isaías, citado en este Evangelio de hoy, y que nos remite al que
escuchábamos en Nochebuena. Volvemos a comenzar, tenemos una nueva oportunidad.
El tiempo es nuevo, la ocasión lo merece, dejemos —humildemente— que el Padre
actúe en nuestra vida.
Hoy comienza el tiempo en que Dios nos
da una vez más su tiempo para que lo santifiquemos, para que estemos cerca de
Él y hagamos de nuestra vida un servicio de cara a los otros. La Navidad se
acaba, lo hará el próximo domingo —si Dios quiere— con la fiesta del Bautismo
del Señor, y con ella se da el pistoletazo de salida para el nuevo año, para el
tiempo ordinario —tal y como decimos en la liturgia cristiana— para vivir in extenso
el misterio de la Navidad. La Encarnación del Verbo nos ha visitado en estos
días y ha sembrado en nuestros corazones, de manera infalible, su Gracia
salvadora que nos encamina, nuevamente, hacia el Reino del Cielo, el Reino de
Dios que Cristo vino a inaugurar entre nosotros, gracias a su acción y
compromiso en el seno de nuestra humanidad.
Por esto, nos dice san León Magno que
«la providencia y misericordia de Dios, que ya tenía pensado ayudar —en los
tiempos recientes— al mundo que se hundía, determinó la salvación de todos los
pueblos por medio de Cristo».
Ahora es el tiempo favorable. No
pensemos que Dios actuaba más antes que ahora, que era más fácil creer cerca de
Jesús —físicamente, quiero decir— que ahora que no le vemos tal como es. Los
sacramentos de la Iglesia y la oración comunitaria nos otorgan el perdón y la
paz y la oportunidad de participar, nuevamente, en la obra de Dios en el mundo,
a través de nuestro trabajo, estudio, familia, amigos, diversión o convivencia
con los hermanos. ¡Que el Señor, fuente de todo don y de todo bien, nos lo haga
posible!
* Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala (Sant Hipòlit de
Voltregà, Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Raimundo de
Peñafort
Presbítero
Dominico
Nació hacia el año 1175, cerca de
Barcelona. Fue primero canónigo de la iglesia barcelonesa y después ingresó en
la Orden de Predicadores. Eminente canonista, editó, por mandato del papa
Gregorio IX, la compilación de las Decretales. Elegido tercer general de su
Orden, la gobernó con sabiduría y prudencia. Entre sus escritos destacan las
obras destinadas a la administración genuina y provechosa del sacramento de la
penitencia. Fue consejero del rey Jaime I de Aragón. Propició la acción
misionera frente a las herejías y entre los musulmanes y los judíos, y apoyó a
san Pedro Nolasco en la fundación de los Mercedarios para la redención de
cautivos. Murió en Barcelona el 6 de enero de 1275.
Oración: Oh Dios, que diste a san
Raimundo de Peñafort una entrañable misericordia para con los cautivos y los
pecadores, concédenos por su intercesión que, rotas las cadenas del pecado, nos
sintamos libres para cumplir tu divina voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa
Francisco
“En nuestra época de profundos cambios,
la Iglesia está llamada a presencia y de la cercanía de Dios. Y el Jubileo es
un tiempo favorable para todos nosotros, porque contemplando la Divina
Misericordia, que supera cada límite humano y resplandece sobre la obscuridad
del pecado, podamos transformarnos en testigos más convencidos y eficaces […]
¿Qué cosa es lo que “a Dios le gusta más”? Perdonar a sus hijos, tener
misericordia de ellos, de modo que también ellos puedan a su vez perdonar a los
hermanos, resplandeciendo como antorchas de la misericordia de Dios en el mundo
[…] La alegría de Dios es perdonar, el ser de Dios es misericordia, por esto
este año debemos abrir el corazón, para que este amor, esta alegría de Dios nos
llene, nos llene a todos nosotros de esta misericordia”
Tema del día:
No tener miedo
Para no tener miedo en la vida, debemos
cumplir los Diez Mandamientos, pues dice la Sagrada Escritura que a quien
cumple los mandamientos, todo lo que haga le saldrá bien.
También debemos rezar todos los días el
Santo Rosario, pues la Santísima Virgen, en su promesa número seis nos dice lo
siguiente: “El que recitase el Rosario devotamente, aplicándose a meditar los
Sagrados Misterios, no será vencido por la mala fortuna. En Su justo juicio,
Dios no lo castigará. No sufrirá la muerte improvisa. Y si es justo,
permanecerá en la gracia de Dios, y será digno de alcanzar la vida eterna.”
Porque el miedo viene del pecado y de
nuestra debilidad. Pero si cumplimos los Mandamientos y rezamos a Dios,
especialmente con el Santo Rosario, todo nos saldrá bien, e incluso los males
que nos afecten, no serán sino causas de bienes mayores, que aprovecharemos
para nuestro adelanto espiritual, e incluso a veces también material.
Es lógico que a veces tengamos miedo,
porque somos débiles y quizás nos educaron con defectos en la virtud de la
fortaleza. Pero cuanto más miedosos seamos, tanto mayor mérito tendremos si
aprendemos, con la ayuda de Dios, a vencer esos miedos.
Los hombres buscamos seguridades.
Algunos compran armas, otros enrejan sus casas y ponen alarmas en sus
pertenencias. Pero la verdad es que nada de esto sirve, si la persona no tiene
una conducta intachable ante Dios y los hombres, y si no reza cada día su
Rosario y otras oraciones.
Porque la ayuda viene de Dios, y si Dios
nos ayuda –y si cumplimos los mandamientos y rezamos, Dios nos ayudará-,
entonces no debemos temer nada. Incluso aunque nos den muerte, estaremos
tranquilos porque nuestra conciencia está en paz y somos gratos a los ojos de
Dios. En cambio quien vive pecando, está
desprovisto de Dios, y está indefenso ante todos los males.
Recordemos que Dios puede enviar a sus
ángeles a cuidarnos y defendernos, incluso visiblemente, si ello fuera
necesario. Vemos que en la Biblia, el pueblo de Israel caía en desgracias
cuando dejaba de cumplir la Ley de Dios, entonces venían las guerras, las
esclavitudes, las desgracias de todo tipo para el pueblo. En cambio cuando en
general el pueblo cumplía los Mandamientos, la paz y el bienestar surgían.
Si ahora el mundo está tan mal, es
porque los hombres hemos dejado de lado a Dios. Entonces Dios se aparta de los
hombres y los deja librados a las potencias del Mal, y así la humanidad está
cada vez peor.
Pero Dios es Fiel, y no puede desdecirse
de sus promesas, y a cada uno que se le encomiende por la oración, y sea fiel
en cumplir sus Mandamientos, el Señor lo protegerá en todo momento, y aunque
pierda la vida material, no perderá el alma, no perderá la Vida espiritual, que
es lo principal.
Abandonar a Dios y a su Ley nos acarrea
toda clase de males. En cambio seguir los Mandamientos de Dios y orar cada día,
nos acarrea la bendición y protección del Cielo.
* Sitio Santísima Virgen
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia
Católica; por el Papa Francisco, por
el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por
la Paz en el mundo; por los cristianos
perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el
hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo;
por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por
la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación
de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por el sacerdote verbita
Juan Banogbanog, filipino que se
encuentra misionando en Cuba, muy querido por su comunidad que en estos
momentos se encuentra ingresado en terapia intermedia por un sangramiento digestivo. Le pedimos a
Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, y a su Hijo Jesucristo, que tenga
misericordia de él, y de su familia, que está tan lejana en estos momentos,
aunque cuenta con el amor y la oraciones de las comunidades que atiende.
Pedimos oración para Gustavo, de Argentina, que acaba de ser diagnosticado con cáncer de esófago, rogando al Señor que lo asista y a la santísima Virgen que acompañe y fortalezca a su esposa e hijos.
Pedimos oración por Mario M., de Guatemala, que se encuentra internado en cuidados intensivos con serios problemas de corazón y mañana será intervenido para la realización de tres by pass. Que Dios, con su infinita misericordia, le ayude a superar con bien esta enfermedad.
Pedimos oración para Gustavo, de Argentina, que acaba de ser diagnosticado con cáncer de esófago, rogando al Señor que lo asista y a la santísima Virgen que acompañe y fortalezca a su esposa e hijos.
Pedimos oración por Mario M., de Guatemala, que se encuentra internado en cuidados intensivos con serios problemas de corazón y mañana será intervenido para la realización de tres by pass. Que Dios, con su infinita misericordia, le ayude a superar con bien esta enfermedad.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos
de Dios
Enero 7
Saber
hablar y saber callar; no sabemos qué será más fácil o más difícil, más
conveniente o más meritorio.
Callar de
sí mismo es humildad; no hablar de sí, cuando siente uno el deseo de exponer
los propios méritos o las propias ideas o iniciativas, es signo de verdadera
humildad.
Callar los
defectos ajenos es caridad; no criticar
a los demás, sus actitudes, sus intenciones, sus actos; no emitir juicios comparativos, no hablar
tanto de los otros, siempre con un dejo de crítica o pesimismo, es ciertamente
caridad.
Callar a
tiempo es prudencia; no hablar cuando nos sentimos con el impulso de la
reacción, cuando nos viene a la punta de la lengua toda una serie de palabras,
invectivas o denuestos, eso es prudencia.
Callar en
el dolor es heroísmo; no tratar de volcar en los corazones de los demás las
penas propias, los dolores íntimos; hacerles partícipes no tanto de los
dolores, cuanto de las alegrías, reservándonos las penas, eso es heroísmo.
Los enemigos de Cristo lo acusan falsamente; pero
“Él permanecía en silencio y no respondía nada” (Mc 14,61). “El hombre
inteligente sabe callar” (Prov 11,12). “Uno se calla y es tenido por sabio y el
otro se hace odioso por hablar demasiado… El sabio guarda silencio hasta el
momento oportuno, pero el fanfarrón y el necio no se fija en el momento” (Eclo
20,5-8)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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