lunes, 25 de enero de 2016

Pequeñas Semillitas 2919

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 2919 ~ Lunes 25 de Enero de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Al comienzo de la Nueva Alianza, un hombre y una mujer son interpelados, y tenemos un anuncio a María (Lucas 1: 26-38) y otro a José (Mt 1: 18-25). María, que después del diálogo con el ángel asiente. José piensa en no unir su vida a la de María, hasta el día en que el ángel le revela su misión.
San Juan Pablo II escribió el 15 de agosto 1988 sobre María: "A principios de la Nueva Alianza, que debía ser eterna e irrevocable, hay una mujer: la Virgen de Nazaret". Y acerca de José, el 15 de agosto 1989: "El hombre justo [José], que llevaba consigo toda la herencia de la antigua alianza, también fue conducido a principios de la nueva y eterna alianza, a Jesucristo."
Así que gracias al "sí" de una mujer (María) y el "sí" de un hombre (José) Dios realiza el Nuevo Pacto: el hijo del Altísimo, la Palabra divina, reviste nuestra carne para convertirse, de la manera más sublime, en el Emmanuel - Dios con nosotros - y ser designado como el hijo de María (Mc 6,3) o el hijo de José (Jn 1,45).

¡Buenos días!

Los ejemplos arrastran
Hay un refrán que dice: “La palabras mueven, los ejemplos arrastran”. Estos dichos populares son expresión de esa sabiduría que tiene el aval de la experiencia cotidiana. Son irrefutables. Y es la pura verdad que más que las palabras lo que mueve y conmueve a grandes y pequeños son los ejemplos que vemos. Y tanto para el mal como para el bien. He aquí una constatación.

—¡Baja de ahí, sinvergüenza, y dime tu nombre! – le gritó el propietario a un niñito que estaba subido en un árbol robándole las manzanas.
—¿Para qué quiere saber mi nombre?
—Para llamar a tu padre y decírselo.
—Pues búsquelo en la copa de aquel manzano...

¿Gracioso, verdad? Pero la enseñanza es clara. El ejemplo debe subrayar lo que inculcas con las palabras. No puedes escribir con una mano y borrar con la otra. Sólo es posible influir positivamente con la coherencia total. Por ejemplo, ¿puede un padre o una madre orientar por el camino de la sinceridad a sus hijos, cuando manda responder a quien pregunta por teléfono: “decile que no estoy”? Que pases un buen día. Hasta mañana.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Éstas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien». (Mc 16,15-18)

Comentario
Hoy, la Iglesia celebra la fiesta de la Conversión de san Pablo, apóstol. El breve fragmento del Evangelio según san Marcos recoge una parte del discurso acerca de la misión que confiere el Señor resucitado. Con la exhortación a predicar por todo el mundo va unida la tesis de que la fe y el bautismo son requisitos necesarios para la salvación: «El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará» (Mc 16,16). Además, Cristo garantiza que a los predicadores se les dará la facultad de hacer prodigios o milagros que habrán de apoyar y confirmar su predicación misionera (cf. Mc 16,17-18). La misión es grande —«Id por todo el mundo»—, pero no faltará el acompañamiento del Señor: «Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20).
La oración colecta de hoy, propia de la fiesta, nos dice: «Oh Dios, que con la predicación del Apóstol san Pablo llevaste a todos lo pueblos al conocimiento de la verdad, concédenos, al celebrar hoy su conversión, que, siguiendo su ejemplo, caminemos hacia Ti como testigos de tu verdad». Una verdad que Dios nos ha concedido conocer y que tantas y tantas almas desearían poseer: tenemos la responsabilidad de transmitir hasta donde podamos este maravilloso patrimonio.
La Conversión de san Pablo es un gran acontecimiento: él pasa de perseguidor a convertido, es decir, a servidor y defensor de la causa de Cristo. Muchas veces, quizá, también nosotros mismos hacemos de “perseguidores”: como san Pablo, tenemos que convertirnos de “perseguidores” a servidores y defensores de Jesucristo.
Con Santa María, reconozcamos que el Altísimo también se ha fijado en nosotros y nos ha escogido para participar de la misión sacerdotal y redentora de su Hijo divino: Regina apostolorum, Reina de los apóstoles, ¡ruega por nosotros!; haznos valientes para dar testimonio de nuestra fe cristiana en el mundo que nos toca vivir.
* Rev. D. Josep GASSÓ i Lécera (Ripollet, Barcelona, España)

Santoral Católico:
La conversión del apóstol San Pablo
Fiesta Litúrgica
Saulo de Tarso, fariseo fanático, discípulo de Gamaliel, fue desde muy joven perseguidor de la Iglesia naciente. Pero, cuando iba camino de Damasco para traerse presos a Jerusalén a los cristianos, se le apareció Cristo, lo derribó del caballo y le dijo: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» Saulo acabó respondiendo: «¿Señor, qué quieres que haga?» Entró en Damasco y allí lo bautizó Ananías. Ya convertido, volvió a Jerusalén para conocer a Pedro y luego marchó a Tarso, donde permaneció hasta que Bernabé fue a buscarlo y lo integró en la comunidad de Antioquía. Algún tiempo después comenzó su carrera de Apóstol de las Gentes.
Oración: Señor, Dios nuestro, tú que has instruido a todos los pueblos con la predicación del apóstol san Pablo, concede a cuantos celebramos su conversión caminar hacia ti, siguiendo su ejemplo, y ser ante el mundo testigos de tu verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

La frase de hoy

“La espiritualidad cristiana consiste en ir dejándonos seducir por la alegre noticia de que hay esperanza. Hay esperanza para todos los pobres, porque son los preferidos de Dios y de todos los que tienen entrañas, y porque los pobres son los primeros que tienen entrañas  tiernas y poderosas. Dios sufre con ellos, pero no se resigna a que ellos sigan sufriendo”
~ José Arregi ~

Tema del día:
El logo del Año de la Misericordia
Ya está en marcha el Año de la Misericordia, por eso hemos querido dedicar este tiempo para reflexionar sobre su logo oficial. Mientras nuestras sensibilidades artísticas pueden variar, vale la pena preguntarnos: ¿Cómo puede ser que Dios me esté hablando? ¿Hay algo aquí que no estoy viendo?

Hoy voy a tratar de explicar algunas de las particularidades de este logotipo diseñado por el Padre Marko Rupnik. Espero que te puedan ayudar a profundizar en el significado de la Misericordia de Dios en tu vida y que puedas acompañar a otros a hacer lo mismo.

1. El estilo general: simbólico
La imagen evidentemente no pretende ser una representación literal de Jesús (el volumen y los ángulos son todos estilizados, más que realistas). El estilo es profundamente simbólico, poético y metafórico. Esta es una elección consciente de la artista. Cada vez que tratamos de decir algo muy profundo y muy hermoso el lenguaje científico es insuficiente, es necesaria la poesía. Lo mismo se aplica aquí: un enfoque más simbólico permite al artista transmitir realidades que van más allá de lo que cualquier representación realista podría aspirar a capturar.

Su naturaleza simbólica implica un poco más de trabajo por nuestra parte. Su significado no es necesariamente tan claro a primera vista (como tantas veces ocurre en nuestro encuentro diario con Dios, ya sea en nuestra vida diaria, o en la liturgia). Acá la comprensión de la intención del autor es la clave. ¿Por qué utiliza ciertas formas y colores? Echemos un vistazo.

2. La forma de Almendra
La escena se representa dentro una forma artística particular llamada mandorla (“tuerca de la almendra” en italiano). Es una forma oval formada por la superposición de dos círculos. Sirve como una especie de paréntesis dentro de un icono.  Dentro de la mandorla, en este logotipo, vemos representada la encarnación de Cristo. La forma de almendra representa la unión de dos círculos, es decir, las dos naturalezas de Cristo: divina y humana. El almendro es también la primera planta en florecer cada año en Grecia y como tal, es un símbolo de la nueva vida y de la fertilidad.

3. Los Colores
El rojo representa la sangre, la vida y sobre todo a Dios. El azul representa al hombre, la única criatura que sabe cómo aspirar al cielo. El blanco tiene una variedad de significados: es el color del Espíritu Santo, ya que refleja la vida de la Trinidad y Cristo es blanco porque representa la luz que salva, la vida eterna del Hijo. La ropa de Adán (el hombre llevado por Jesús, del que hablaré más adelante) es de color verde (color de la humanidad), sin embargo, está tornándose oro (color de la divinidad) lo que representa el hecho de que Adán (y cada uno de nosotros) está participando en un proceso de divinización, es decir, llegar a ser como Dios a través de Jesucristo.

4. Las bandas de azul
Las bandas azules, que se van tornando más oscuras hacia el interior, reflejan lo que se llama el camino apofático para reflexionar sobre Dios. Esto significa que a menudo es más fácil hablar de Dios –Inefable, Infinito, El ser en sí– describiendo lo que no es. Esta es la razón por la que la mandorla que rodea a Cristo muestra bandas concéntricas de sombreado que son más oscuras hacia el centro, en lugar de más claras. Tenemos que pasar a través de las etapas de lo que parece aumentar el misterio y lo desconocido, con el fin de encontrar a Jesucristo. En un sentido misterioso, este punto de vista nos llama siempre hacia el interior en la reflexión. En esta imagen la profundidad de la sombra negra nos sugiere la impenetrabilidad del amor del Padre que perdona todo y los tres óvalos concéntricos, con colores progresivamente más claros a medida que avanzamos hacia el exterior, aluden al movimiento de Cristo que por su Encarnación lleva a la humanidad de la noche del pecado y de la muerte, a la luz de su amor y de su perdón.

5. El hombre en hombros de Jesús
El logotipo nos muestra a Jesús llevando a un hombre sobre sus hombros. El Padre Rupnik nos dice que se trata de Jesús como el Buen Pastor llevando a Adán en sus hombros. Cuando Jesús encuentra a su “oveja perdida” reúne a sus amigos y vecinos y les dice: “Alégrense conmigo, porque he hallado mi oveja perdida” (Lucas 15: 5-6). Otros han ofrecido la parábola del buen samaritano como medio para reflexionar sobre el logotipo. Esta parábola nos recuerda al samaritano que se detiene para ayudar a un hombre en el camino. Jesús pide al oyente: “¿Cuál de estos tres, en su opinión, era vecino de la víctima de los ladrones” (Lucas 10: 36-37).

6. Una mirada compartida
Una de las características más llamativas de la imagen es el hecho de que Jesús y el hombre sobre sus hombros comparten un ojo (esto no tiene absolutamente nada que ver con la teoría del “tercer ojo”). Cristo ve con los ojos de Adán y Adán con los ojos de Cristo. Cada persona descubre en Cristo, el nuevo Adán, la propia humanidad y el propio futuro, contemplando en su mirada el amor del Padre. El Padre Rupnik explica que la mirada de Dios al hombre le permite comprenderse a sí mismo. Dio revela de tal manera que el hombre es capaz de ver. Solo en la mirada del Padre podemos realmente entender lo que somos, nuestra identidad: hijos e hijas de Dios Padre.

¡Cristo nunca está lejos! En todo lo que vemos, en todo lo que vivimos, en nuestras alegrías y en nuestras penas, Él está acompañándonos. Él sabe lo que pasamos. A través de su mirada nos invita a una mayor conversión, a cambiar nuestra manera de ver a los demás, nos invita a que empecemos a mirar a nuestros hermanos con sus mismos ojos de Misericordia. Estamos llamados a contemplar la realidad con la misma mirada de Cristo. En todas las situaciones de nuestra vida estamos llamados a descubrir, escuchar y cumplir la voluntad del Padre, especialmente con los más necesitados.

La cercanía de Jesús y Adán
Como un pensamiento final me pareció muy interesante la explicación del Padre Rupnik sobre la cercanía de la cara de Adán y la de Jesús. Cuando Cristo expiró en la cruz el hombre cogió este aliento y comenzó a respirar de nuevo. Por lo tanto, como Adán recibió el aliento de vida en el momento de la creación, en nuestro bautismo recibimos el nuevo aliento de vida, la vida del Espíritu, con la que podemos empezar a vivir una nueva vida en Cristo.

Preguntas para la reflexión personal:
1. ¿Qué quiere decirme Dios este año jubilar? ¿Cómo puedo abrirme más a su Misericordia?
2. ¿Me veo con la misma mirada de Cristo? ¿Qué me impide mirar a los demás y a mí mismo con la Misericordia de Cristo?
* Garrett Johnson para  Catholic-Link

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Los cinco minutos de Dios
Enero 25
Dios te ha hecho completo: te ha dado cabeza, manos y corazón; la cabeza para pensar, las manos para obrar, el corazón para sentir.
Necesitas de las tres cosas; no pretendas desprenderte de ninguna de ellas, pues quedarías incompleto, imperfecto: no serías hombre.
No puedes prescindir de la cabeza, pues entonces tus obras serían imprudentes y podrían llevarte al fracaso; no puedes prescindir de las obras, pues de lo contrario, tus pensamientos quedarían estériles e infecundos; no puedes olvidarte del corazón, pues tus pensamientos y tus obras resultarían muy fríos y por lo mismo no serían humanos.
Ni cabeza sin manos y sin corazón; ni manos sin pensamientos y sin corazón; ni corazón sin ideas y obras. La cabeza, para pensar; las manos, para obrar; el corazón, para sentir.
Y pensando, obrando y sintiendo llegarás a ser plenamente humano.
Dios como centro de nuestro pensamiento, obras y deseos; así nos iremos despojando de nuestro propio yo, para dejarnos llenar y absorber por Dios mismo. “Mejor es refugiarse en el Señor, que fiarse de los hombres” (Sal 118,8). “Líbrame, Señor, de la gente malvada, protégeme de los hombres violentos” (Sal 140,2)
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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