sábado, 16 de enero de 2016

Pequeñas Semillitas 2910

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 2910 ~ Sábado 16 de Enero de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Cuenta una historia que un joven adolescente robó un libro a uno de sus compañeros de escuela y se lo mostró a su madre. Ella no solamente se abstuvo de castigarlo, sino más bien lo estimuló. A la siguiente oportunidad se robó una capa y se la llevó a su madre quien de nuevo lo alabó. El joven creció y ya adulto fue robando cada vez cosas de más valor hasta que un día fue capturado en el acto, y con las manos atadas fue conducido al cadalso para su ejecución pública.
Su madre lo siguió entre la multitud y se golpeaba violentamente su pecho de tristeza. Al verla el ladrón dijo: "Deseo decirle algo a mi madre en su oído".
Ella acercó su oído a él, y éste rápidamente mordió su oreja cortándosela. Su madre le reclamó que era un hijo desnaturalizado, a lo que él replicó: "¡Ah! Si me hubieras reprendido en mi primer robo del libro aquel, nunca hubiera llegado a esto y ser condenado a una ingrata muerte.
La moraleja es muy clara: “Al nuevo árbol se le endereza tierno para que crezca derecho”.

¡Buenos días!

Maledicencias
“Cuando te hiera la maledicencia, —dice Cicerón— consuélate pensando que no son los peores frutos los que pican las avispas”. Nos sucede que somos excesivamente perspicaces para detectar los mínimos defectos ajenos, pero nos volvemos muy ciegos para descubrir nuestras propias debilidades y falencias y, si las vemos, somos hábiles en disculparlas.

Mientras desfilaba la majada, al salir del corral, un carnero que caminaba solo, escuchaba la conversación de dos ovejas que iban detrás de él. Hablaban de sus compañeras y criticaban sin piedad a todas las que pasaban cerca de ellas. «¡Qué facha! ¡Qué modo de caminar! ¡Qué lana fea! ¡Qué gorda! ¡Qué flaca!» y mil otras cosas peores, algunas. El carnero, pensando al oírlas, que quienes así hablaban no podían ser sino un compendio de la hermosura ovejuna, se dio vuelta, dispuesto a admirar, y se encontró con dos ovejas horrorosas que casi lo asustaron (G. Daireaux).

“Encontré a un hombre de buenas cualidades —relata el P. Alfonso Milagro— que casi las maldecía. Le pregunté por qué y me respondió: “Porque hacen sombra y eso no me lo perdonan”. Casi siempre detrás de la crítica está la envidia “por ver a otro gozar de lo que deseamos; los celos, por ver a otro poseer lo que quisiéramos para nosotros” (D. Laercio).
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo por la orilla del mar, toda la gente acudía a Él, y Él les enseñaba. Al pasar, vio a Leví, el de Alfeo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme». Él se levantó y le siguió. Y sucedió que estando Él a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que le seguían. Al ver los escribas de los fariseos que comía con los pecadores y publicanos, decían a los discípulos: «¿Qué? ¿Es que come con los publicanos y pecadores?». Al oír esto Jesús, les dice: «No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores». (Mc 2,13-17)

Comentario
Hoy, en la escena que relata san Marcos, vemos cómo Jesús enseñaba y cómo todos venían a escucharle. Es manifiesto el hambre de doctrina, entonces y también ahora, porque el peor enemigo es la ignorancia. Tanto es así, que se ha hecho clásica la expresión: «Dejarán de odiar cuando dejen de ignorar».
Pasando por allí, Jesús vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado donde cobraban impuestos y, al decirle «sígueme», dejándolo todo, se fue con Él. Con esta prontitud y generosidad hizo el gran “negocio”. No solamente el “negocio del siglo”, sino también el de la eternidad.
Hay que pensar cuánto tiempo hace que el negocio de recoger impuestos para los romanos se ha acabado y, en cambio, Mateo —hoy más conocido por su nuevo nombre que por el de Leví— no deja de acumular beneficios con sus escritos, al ser una de las doce columnas de la Iglesia. Así pasa cuando se sigue con prontitud al Señor. Él lo dijo: «Y todo el que haya dejado casa, hermanos o hermanas, padre o madre, hijos o campo por mi nombre, recibirá el ciento por uno y gozará de la vida eterna» (Mt 19,29).
Jesús aceptó el banquete que Mateo le ofreció en su casa, juntamente con los otros cobradores de impuestos y pecadores, y con sus apóstoles. Los fariseos —como espectadores de los trabajos de los otros— hacen presente a los discípulos que su Maestro come con gente que ellos tienen catalogados como pecadores. El Señor les oye, y sale en defensa de su habitual manera de actuar con las almas: «No he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mc 2,17). Toda la Humanidad necesita al Médico divino. Todos somos pecadores y, como dirá san Pablo, «todos han pecado y se han privado de la gloria de Dios» (Rm 3,23).
Respondamos con la misma prontitud con que María respondió siempre a su vocación de corredentora.
Rev. D. Joaquim MONRÓS i Guitart (Tarragona, España)

Santoral Católico:
San Marcelo I
Papa
Fue papa sólo unos meses entre los años 308 y 309. Tuvo serios problemas con los apóstatas que rechazaban la penitencia que él les había impuesto para su reconciliación. Lo denunciaron falsamente ante la corte imperial, y murió en el destierro.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco 
“Nunca tendrás un mejor mañana
si siempre estás pensando en el ayer.
Recuerda: pasado pisado y presente de frente”

Tema del día:
Las flores hablan
Cuentan de Ignacio de Loyola en su vejez que al pasearse por el jardín de su residencia romana, acariciaba con su bastón las florecillas, y les decía suavemente: “Callad, callad, que ya os entiendo”.

Sabía su lenguaje. Entendía lo que querían decirle. También nosotros comprendemos enseguida el diálogo imaginario. Pero hay una diferencia. Para nosotros es una anécdota edificante de una narración hagiográfica. Para su santo protagonista, era una experiencia. Él pronunciaba su sentimiento íntimo con la punta de su bastón, y oía la respuesta floral con realismo palpable. Casi le gritaban tanto las flores, que tenía que pedirle que se callasen. Las oía bien.

Había sido guerrero y cortesano. Fue ya mayor cuando acudió a las aulas. No estaba la poesía entre las disciplinas de su juventud. Nunca fue artesano del lenguaje y el estilo. Pero era místico profundo de trato familiar con Dios y sus criaturas, y la vista de una humilde flor bastaba para llevarlo al instante a la presencia de quien la formó. Entendía el lenguaje de pétalos, perfumes y colores. Era un enamorado.

Menos nos sorprende su reacción en el jardín cuando recordamos lo que al principio de su carrera espiritual dejó escrito en los Ejercicios que han guiado a generaciones en el camino de encontrar a Dios. Allí, al acabar treinta días de contemplación asidua en purificación del alma, seguimiento de Cristo y búsqueda de la divina voluntad, describe la última experiencia con la que despide al candidato a las alturas y lo entrena para el resto de su vida. Esto es lo que le dice:

“Mirar cómo Dios habita en las criaturas, en los elementos dando ser, en las plantas vegetando, en los animales sensando, en los hombres dando entender; y así en mí dándome ser, animando, sensando, y haciéndome entender, así mismo haciendo templo de mí siendo criado a la similitud e imagen de su divina majestad.

Considerar cómo Dios trabaja y labora por mí en todas las cosas criadas sobre el haz de la tierra. Así como en los cielos, elementos, plantas, frutos, ganados…, cando ser, conservando, vegetando y sensando.

Mirar cómo todos los bienes y dones descienden de arriba, así como la mi medida potencia de la suma e infinita de arriba, y así justicia, bondad, piedad, misericordia..., así como del sol descienden los rayos, y de la fuente las aguas.”(Contemplación para alcanzar amor)

Siguen las creaturas siendo sagradas. Dios está en ellas, “trabaja” en ellas, vive en ellas como vive en mí, y todo lo que existe desciende de su ser como del sol los rayos o de la fuente las aguas. Presencia divina en entornos terrenos. Parentesco de cielo y tierra. Intimidad del Creador con sus criaturas. Todo nos habla de él, porque él está en todo.

“Callad, callad, que ya os entiendo.” Las flores hablan.
* Carlos G. Vallés S.J.

Humor
Método para repartir las limosnas, según un cura: inglés, francés, y otro argentino:
Inglés: tracemos un círculo en el suelo, tiramos las monedas al aire, las que caen dentro, se las ofrecemos a Dios, y las otras para la parroquia.
Francés: ¡Ah!, no… Mejor trazamos una línea recta en el suelo y tiramos las monedas, las que caen a la derecha se las ofrecemos a Dios, y las otras, para la parroquia.
Argentino: No, no, no… Mejor tiramos las monedas al aire: ¡Las que agarra Dios son para él! ¡Y las otras son para la parroquia!
Llega el juez que preside la audiencia. En ese momento, el fiscal se levanta y le grita al abogado defensor:
-¡Es usted un sinvergüenza!
El abogado defensor le responde gritando:
-¡Y usted es un ladrón!
El Juez toma asiento y tranquilamente dice:
-Bueno, ya que ambas partes se han identificado plenamente, podemos dar inicio a la audiencia.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de bombero voluntario Aníbal Carballo, de Entre Ríos, Argentina, fallecido por contraer leptospirosis mientras colaboraba con los afectados por las inundaciones en Concordia. Paz para su alma y consuelo a su familia.

Pedimos oración por las necesidades y la salud de la familia Rodríguez Tagle, de México. Que el Señor atienda generosamente a estos hijos suyos.

Pedimos también oración por las necesidades de Rómulo y Gianella.

Pedimos oración por el Padre José Yuba Arlaban, sacerdote de la Congregación de Hijos de la Sagrada Familia, de Medellín, Colombia, al que le están haciendo un procedimiento quirúrgico muy delicado.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de Dios
Enero 16
Las dificultades están hechas para superarlas y no para dejarse superar por ellas; porque en la vida, quieras o no quieras, siempre te encontrarás con dificultades.
No temas los golpes de la dificultad; a veces son duros, son crueles, pero el atleta no se hace entre sábanas, sino en las pistas; el sabio no resulta de las diversiones, sino de los estudios; el santo no es fruto de contemplaciones, sino de vencimientos; el hombre no se hace entre blanduras, sino bregando con la dificultad.
Los espartanos con frecuencia trataban con severidad a sus hijos para hacerlos fuertes y resistentes; así llegaron a ser aquel esforzado pueblo indomable. A costa de sacrificios te harás hombre y llegarás a ser santo.
Tu palanca será la oración, pero también el sacrificio, que te moverá a negarte muchas cosas, y eso por amor; por amor a Dios y por amor a los hermanos. “Sin efusión de sangre, no hay remisión de los pecados” (Heb 9,22). Sin la muerte de Cristo no hubiéramos nosotros gozado de la Vida, y sin tu propia entrega, sin tu palabra de sacrificio, algunos de tus hermanos no recibirán la gracia. La cruz no pesa cuando estamos de colores; los colores de la gracia no sólo dan hermosura, sino sobre todo fuerza.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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