sábado, 27 de abril de 2013

Pequeñas Semillitas 2016


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2016 ~ Sábado 27 de Abril de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Alabado sea Jesucristo…
Al empezar cada día, trataré de aprender algo nuevo sobre mí, sobre ti y sobre el mundo en que vivimos, de tal modo que pueda continuar sintiendo y viviendo todas las cosas como si acabaran de nacer.
Al empezar el día, me acordaré de participarte mi alegría, así como mi pena, de manera que nos podamos conocer mejor el uno al otro.
Al empezar cada día, me pondré a escucharte de verdad e intentaré comprender tu punto de vista, al tiempo que trataré de darte el mío de la forma más suave, recordando que ambos estamos creciendo y cambiando y cambiando de mil formas distintas.
Al empezar el día, recordaré que soy un ser humano y no exigiré de ti la perfección hasta que yo sea perfecto.
Al empezar cada día, me cuidaré de acercarme a ti y acariciarte con ternura, porque no quiero dejar de sentirte.
Al empezar el día, me dedicaré a renovarme como hombre que ama y a esperar los acontecimientos.
Al empezar el día, estaré sonriendo para cautivar al mundo con mi sonrisa.
Leo Buscaglia


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto». Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras.
»Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si pedís algo en mi nombre, yo lo haré».
(Jn 14,7-14)

Comentario
Hoy, estamos invitados a reconocer en Jesús al Padre que se nos revela. Felipe expresa una intuición muy justa: «Muéstranos al Padre y nos basta» (Jn 14,8). Ver al Padre es descubrir a Dios como origen, como vida que brota, como generosidad, como don que constantemente renueva cada cosa. ¿Qué más necesitamos? Procedemos de Dios, y cada hombre, aunque no sea consciente, lleva el profundo deseo de volver a Dios, de reencontrar la casa paterna y permanecer allí para siempre. Allí se encuentran todos los bienes que podamos desear: la vida, la luz, el amor, la paz… San Ignacio de Antioquía, que fue mártir al principio del siglo segundo, decía: «Hay en mí un agua viva que murmura y dice dentro de mí: ‘¡Ven al Padre!’».
Jesús nos hace entrever la tan profunda intimidad recíproca que existe entre Él y el Padre. «Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí» (Jn 14,11). Lo que Jesús dice y hace encuentra su fuente en el Padre, y el Padre se expresa plenamente en Jesús. Todo lo que el Padre desea decirnos se encuentra en las palabras y los actos del Hijo. Todo lo que Él quiere cumplir a favor nuestro lo cumple por su Hijo. Creer en el Hijo nos permite tener «acceso al Padre» (Ef 2,18).
La fe humilde y fiel en Jesús, la elección de seguirle y obedecerle día tras día, nos pone en contacto misterioso pero real con el mismo misterio de Dios, y nos hace beneficiarios de todas las riquezas de su benevolencia y misericordia. Esta fe permite al Padre llevar adelante, a través de nosotros, la obra de la gracia que empezó en su Hijo: «El que crea en mí, hará él también las obras que yo hago» (Jn 14,12).
P. Jacques Philippe (Cordes sur Ciel, Francia)


Santoral Católico:
Nuestra Señora de Monserrat
Advocación Mariana. Patrona de Cataluña

Información amplia haciendo clic acá

Fuente: Catholic.net


¡Buenos días!

Anoche tuve un sueño

“Hay quienes “no tienen los pies sobre la tierra”, sencillamente vuelan. Vuelas, cuando consideras tus sueños como realidad; cuando pasas el tiempo concibiendo planes que jamás realizas; cuando no te adaptas a las personas y a las cosas. Tienes derecho a aferrarte de un extremo del ensueño para seguir adelante, pero jamás para alejarte de la realidad”, (M. Quoist).

—Mi amor, anoche soñé que el domingo, en mi cumpleaños, me regalabas un anillo de diamantes, ¿Qué significado tendrá ese sueño?
—¡Tranquila, mujer, que el domingo lo sabrás! El domingo por la mañana el hombre le entrega a su esposa un paquete envuelto en papel de regalo y con un elegante adorno. La dama muy emocionada lo abre y encuentra un libro: "El significado de los sueños".

Las vanidades humanas son esas frivolidades, completamente intrascendentes, que acaparan tiempo y fatiga, mientras dejas en la penumbra tus auténticas prioridades que merecen dedicación y entusiasmo incansables. Si tienes bien claras tus metas, decidirás con facilidad las renuncias necesarias, para que nada detenga tus logros.

Padre Natalio


Palabras del Papa Francisco

“Jesús quiere que salgamos de nosotros mismos para ir al encuentro de los demás, para ir hasta las periferias de la existencia, ser nosotros los primeros en movernos hacia nuestros hermanos y hermanas, especialmente los que están más alejados, los olvidados, los que están más necesitados de comprensión, de consuelo y de ayuda. ¡Hay tanta necesidad de llevar la presencia viva de Jesús Misericordioso y lleno de Amor!”


Papa Francisco


Tema del día:
Confesiones de un zapatero

«Los zapatos negros de siempre, nada de rojo»: fiel a su estilo austero y leal con sus amigos, el Papa Francisco llamó por teléfono a Carlos Samaria, su "zapatero de cabecera" desde hace 40 años, para pedirle que no cambie el modelo de los zapatos que usará a partir, seguramente, del mes de mayo.

«Un corte sencillo, sobre becerro negro, capellada lisa, sin firuletes. Si uno agarra un zapato del Papa parece una galocha, sin adorno pero con cordones», contó el zapatero de 81 años al diario argentino "Clarín". Samaria conoce a Bergoglio desde que era rector del Colegio Máximo de los Jesuitas en San Miguel, y desde entonces fabrica y repara el calzado de su humilde amigo, el Pontífice.

«Él no quiere zapatos nuevos, sólo que le arregle los viejos, pero ahora le preparé un par sencillo, pero nuevo, para cuando me avise que lo pueda visitar, en mayo». Con emoción, el zapatero del Papa recordó las suelas gastadas de Francisco, cuando las mostró al ser consagrado obispo y luego cardenal. En la ceremonia los consagrados deben acostarse en el piso, en señal de humildad.

Por eso los zapatos del pescador son humildes y cómodos. Así los prefiere Francisco, casi como las sandalias del pescador de Galilea. «Él es humilde como un pajarito», dijo del Papa en el comedor de su casa de la calle Montevideo. Allí se reunían a comer pescado cuando aún era cardenal.

Hace dos semanas, el Pontífice lo despertó con una llamada telefónica a las 7,30 con el ya clásico: «Hola Samaria, habla Bergoglio». El zapatero seguía medio dormido y no entendió bien: «¿Quién?». «Francisco, el Papa, Samaria». Entonces Samaria le preguntó que de qué color quería los zapatos y el Papa le respondió que prefería «los negros de siempre, nada de rojo».

Y en broma, Samaria lo dijo: «¿No quiere que le haga unos guantes de amianto? Porque cuando más grande la manija, más quema». El Papa se rió con ganas y le dijo: «Es una broma muy buena, tiene razón Samaria». Y le agradeció con sus modos humildes y sencillos.


Meditación breve

Es curioso que cuando los Apóstoles discutían entre sí a ver quién de ellos era el mayor en el Reino de Dios, Cristo les mostró que el mayor es quien se hace como un niño. Por eso si queremos llegar a un elevado puesto en el Paraíso, tenemos que hacernos pequeños en el mundo.
Porque efectivamente quien quiso hacerse adulto: el demonio, perdió el puesto más elevado y cayó a lo más hondo del infierno.
Entonces nosotros tenemos que hacernos pequeños, para que el Señor, a su debido tiempo nos eleve, ya que quien se humilla será elevado, y quien se eleva será humillado.
Pero no busquemos los puestos elevados en el Cielo por gloria humana, sino más bien porque en esos puestos estaremos más cerca del Señor y de su Madre, y conoceremos mejor a Dios y estaremos más llenos de amor. Pues en el Cielo no hay competencias ni celos, sino sólo amor y admiración de unos a otros.
Y a esos puestos de honor en el Paraíso se llega de manera inversa a como los hombres quieren escalar puestos en la tierra. Efectivamente en el mundo los hombres buscan trepar a los puestos de honor y poder; en cambio nosotros tenemos que elegir los puestos más humildes en la tierra, para que en el otro mundo estemos en lo alto de la gloria, muy cerca del Corazón de Dios.
www.santisimavirgen.com.ar


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Cleofé Z., de Cuba, que ha partido a la casa del Padre celestial.

Pedimos oración por Genuario C., que vive en Aluminé, Neuquén, Argentina, y es tío de una querida lectora de esta página. Él tiene 79 años y está con pancreatitis aguda, realizando un riguroso tratamiento. Invocamos a Jesús y la dulcísima Virgen María para que lo protejan y pueda recuperarse.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


"Pequeñas Semillitas" por e-mail

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Felipe de Urca


“Intimidad Divina”

Cristo, nuestro todo

Jesús, Verbo encarnado, es verdadero hombre y verdadero Dios. Como hombre, Jesús es el Camino, es el que ha venido a tomar al hombre de la mano para volverlo a la casa paterna. Es la fuente de la vida porque ha merecido la gracia y continúa ahora dispensándola a sus fieles; es el Maestro que enseña el camino para ir a Dios, es el modelo que muestra con su ejemplo cómo se ha de vivir como hijos de Dios. Y habiendo hecho a los hombres partícipes de la vida divina que él posee por la unión hipostática con toda plenitud, los ha hecho dignos de ser readmitidos a la intimidad de la familia de Dios. “Así, pues, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios” (Ef 2, 19). Jesús da a los hombres parte en todo lo que posee: en su gloria de Hijo de Dios, en su vida divina, en los secretos de su Padre y hasta en el amor con que el Padre le ama. En él encuentra el hombre todo lo que puede desear y todo lo que necesita para su salvación, su santificación y su vida de unión con Dios. En verdad que puede la humanidad entera repetir con el Apóstol: “Bendito sea Dios…, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en Cristo” (Ef 1, 3).

Jesús es también nuestra meta, Jesús es el Verbo encarnado y como Verbo es en todo igual al Padre y al Espíritu Santo; por lo tanto, igual que el Padre y el Espíritu Santo, es nuestro principio, el Creador de quien viene toda vida natural y sobrenatural. Y siendo nuestro principio, es también nuestro último fin, nuestra meta a la que debemos tender con la fe, el amor y el servicio generoso y constante, para luego poder gozarle eternamente en el cielo, junto con el Padre y el Espíritu Santo. Si como hombre ha merecido Jesús la gracia y la dispensa, como Verbo la crea en unión con las otras Personas de la Santísima Trinidad; si como hombre ha merecido y todavía impetra que sea enviado al mundo el Espíritu Santo, como Verbo, en unión con el Padre, lo envía realmente a sus fieles, ya que el Espíritu Santo procede de él lo mismo que del Padre.

En Jesús, pues, encuentra el hombre a un mismo tiempo a su Mediador y a su Dios. De modo que cuando Jesús como Mediador toma al hombre de la mano, lo atrae también a sí como Dios; y cuando el cristiano va a Cristo-Mediador, al mismo tiempo va a Cristo-Dios. Se puede fijar la mirada preferentemente sobre la humanidad de Cristo o sobre su divinidad, según el atractivo interior del momento, pero no se las puede nunca separar; están tan estrechamente unidas que forman una sola persona, Jesús Verbo encarnado, nuestro Salvador, y en esta única persona han de ser contempladas ambas. Ir a Jesús es ir al Verbo, e ir al Verbo es ir al Padre y al Espíritu Santo, o sea, a la Santísima Trinidad. Por tal motivo sostiene con calor Santa Teresa de Jesús que no hay que prescindir nunca de Cristo: “Por esta puerta hemos de entrar… No quiera otro camino…, por aquí va seguro. Este Señor nuestro es por quien nos vienen todos los bienes”. Y el Concilio Vaticano II declara: “Todos los hombres están llamados a esta unión con Cristo, luz del mundo, de quien procedemos, por quien vivimos y hacia quien caminamos” (LG 3).

¿Qué puedo hacer yo por mi Esposo?... ¿En qué seré para Vos, mi Dios? ¿Qué puede hacer por Vos quien se dio tan mala maña a perder las mercedes que me habéis hecho? ¿Qué se podrá esperar de sus servicios? Ya que con vuestro favor haga algo, mirad qué puede hacer un gusanillo; ¿para qué le ha menester un poderoso Dios? ¡Oh amor!... Porque sólo él nos da licencia para que pensemos que Él tiene necesidad de nosotros, este verdadero Amador, Esposo y Bien mío… Pues si Vos venís a mí, ¿en qué dudo que puedo mucho serviros? Pues de aquí adelante, Señor, quiérome olvidar de mí y mirar sólo en qué os puedo servir y no tener voluntad sino la vuestra. Mas mi querer no es poderoso; Vos sois el poderoso, Dios mío. En lo que yo puedo, que es determinarme, desde este punto lo hago para ponerlo por obra. (Santa Teresa de Jesús, Conceptos).

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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