lunes, 8 de abril de 2013

Pequeñas Semillitas 1998


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 1998 ~ Lunes 8 de Abril de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Alabado sea Jesucristo…
Esta es la reflexión dominical de ayer de la página “La verdad católica”:
La conciencia de que el desamor y la incongruencia de los creyentes genera la incredulidad de los que no confiesan a Jesús como Señor ya era patente para el apóstol san Pablo, que lo escribía con todas sus letras a sus hermanos judíos: "por culpa de ustedes maldicen los paganos el Nombre de Dios".
Los pasajes referidos por la liturgia ponderan la importancia de las señales. Santo Tomás se las reclama al resto de los Doce y los habitantes de Jerusalén las acogen de manos de los apóstoles.
La comunidad en donde los cristianos vivamos y donde nos reunamos a celebrar la fe, tiene derecho a exigirnos congruencia y fidelidad al mensaje que profesamos.
No se trata de multiplicar las prédicas, ni los discursos. Es algo menos sonoro pero más persuasivo: se trata de vivir haciendo el bien y curando, en la medida de nuestras posibilidades, las enfermedades que afligen el cuerpo y el espíritu de nosotros mismos y de nuestros parientes y vecinos.


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy

Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, magistrado judío. Fue éste donde Jesús de noche y le dijo: «Rabbí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede realizar las señales que tú realizas si Dios no está con él». Jesús le respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios».
Dícele Nicodemo: «¿Cómo puede uno nacer siendo ya viejo? ¿Puede acaso entrar otra vez en el seno de su madre y nacer?». Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu. No te asombres de que te haya dicho: ‘Tenéis que nacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu».
(Jn 3,1-8)

Comentario
Hoy, un «magistrado judío» (Jn 3,1) va al encuentro de Jesús. El Evangelio dice que lo hace de noche: ¿qué dirían los compañeros si se enterasen de ello? En la instrucción de Jesús encontramos una catequesis bautismal, que seguramente circulaba en la comunidad del Evangelista.
Hace muy pocos días celebrábamos la vigilia pascual. Una parte integrante de ella era la celebración de Bautismo, que es la Pascua, el paso de la muerte a la vida. La bendición solemne del agua y la renovación de las promesas fueron puntos clave en aquella noche santa.
En el ritual del bautismo hay una inmersión en el agua (símbolo de la muerte), y una salida del agua (imagen de la nueva vida). Se es sumergido con el pecado, y se sale de ahí renovado. Esto es lo que Jesús denomina «nacer de lo alto» o «nacer de nuevo» (cf. Jn 3,3). Esto es “nacer del agua”, “nacer del Espíritu” o “del soplo del viento...”.
Agua y Espíritu son los dos símbolos empleados por Jesús. Ambos expresan la acción del Espíritu Santo que purifica y da vida, limpia y anima, aplaca la sed y respira, suaviza y habla. Agua y Espíritu hacen una sola cosa.
En cambio, Jesús habla también de la oposición de carne y Espíritu: «Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu» (Jn 3,6). El hombre carnal nace humanamente cuando aparece aquí abajo. Pero el hombre espiritual muere a lo que es puramente carnal y nace espiritualmente en el Bautismo, que es nacer de nuevo y de lo alto. Una bella fórmula de san Pablo podría ser nuestro lema de reflexión y acción, sobre todo en este tiempo pascual: «¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? Fuimos, pues, con Él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva» (Rom 6,3-4).
Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM (Barcelona, España)


Santoral Católico:
La Anunciación del Señor

Esta festividad corresponde al día 25 de marzo, pero como este año esa fecha estuvo dentro de la Semana Santa, su celebración se ha desplazado al día de hoy.

En Pequeñas Semillitas número 1984 nos hemos ocupado de desarrollar el tema. Puedes verlo haciendo clic acá.


¡Buenos días!

Confío en ti, Señor

Confiar en Dios, es depositar toda tu fe en él, buscar en él refugio y defensa. Dejarle el cuidado de tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre” (salmo 131). Y seguir confiando sobre todo en las pruebas, cuando las cosas resultan incomprensibles.

Señor, muchas veces el miedo al futuro no me deja vivir el presente con alegría. Yo no puedo controlarlo todo ni tener todo previsto, y por eso el futuro me atemoriza. Tengo miedo a perder lo que tengo, tengo temor de que me sucedan cosas malas. Pero ese miedo es inútil. Sin ti todo es incierto e inseguro, Señor, pero contigo todo será más fácil. Por eso te pido la gracia de confiar en ti, para que pueda aceptar tus proyectos sobre mi vida sin aferrarme a los míos. Quiero dejarme tomar por ti, Señor, y caminar por la vida con esa confianza, como un niño seguro de la mano de su padre. Amén. (Víctor Fernández).

Para la persona de fe, todo sucede porque lo quiere o lo permite Dios. Y él es experto en sacar bien del mal. Imagínate el río de bendiciones que bajó del Calvario donde murió Jesús en la cruz. También él tiene proyectos de salvación para cada una de tus contradicciones aceptadas en paz. Que el Señor te proteja y bendiga.

Padre Natalio


Palabras del Papa Francisco

“¡Qué hermosa es la mirada de Jesús sobre nosotros, cuánta ternura!
No perdamos nunca la confianza en la paciente misericordia de Dios”

Papa Francisco

  
Tema del día:
A favor de la vida

Este 8 de abril en muchos países se tendrá la Jornada por la Vida, en que muchas personas se manifestarán a favor de ella.

Ya se han tenido diferentes manifestaciones. Por ejemplo, en Perú, nunca se había tenido una marcha tan multitudinaria como la que se vivió el sábado 23 de marzo. Reunió a más de cien mil personas que alzaron su voz a favor de la vida y en rechazo al aborto. Familias, adultos mayores, niños, jóvenes, sacerdotes, religiosas, políticos, personas del ambiente artístico, niños de orfanatos y con habilidades especiales, universidades, centros educativos, entre otras, hicieron de esta Gran Marcha por la Vida todo un éxito.

En ocasiones se atenta contra la vida de los aún no nacidos, en que no han faltado actos heroicos de la mujer para tener a su hijo y resistir la presión que ejercen, aunque con buena voluntad, médicos o de su misma familia. Tal es el caso que a continuación relatamos.

Pattie Mallette es la joven mamá del celebérrimo cantante Justin Bieber. Sin embargo, Pattie tuvo una infancia muy difícil y dolorosa. Ella misma lo contaba en una entrevista por televisión. Una hermana de cinco años murió atropellada. Tenía un padre alcohólico que no la trataba nada bien y acabó por abandonar la familia: “La herida del abandono viaja profundamente y te cambia para siempre", escribía. Sufrió abusos sexuales y buscó refugio en el alcohol y las drogas. Fue ingresada en un centro psiquiátrico tras intentar suicidarse.

Al salir, volvió a juntarse con las malas amistades y a la temprana edad de 17 años acabó con un embarazo no deseado de un hombre casado que la dejó abandonada.

Recibió muchas presiones para que abortara, una idea no muy feliz, seguramente, para las millones de fans de su hijo Justin. Pero ella simplemente se negó: "Yo solo sabía que no podía. Sabía que tenía que conservarlo y hacer las cosas lo mejor que pudiera. No sabía cómo iba a hacerlo, pero ¿sabes? lo que sí sabía es que no podía, que no podía abortar. Tenía que dar lo mejor de mí misma. Tenía que ver qué hacer. Y estaba dispuesta a hacer lo que hiciera falta", relataba en el espacio televisivo, donde mostraba una oportunidad para que toda mujer se plantee de nuevo una reflexión sobre el tema del derecho a la vida de todo ser humano desde su concepción.

Quizás por todo ello, el primer llanto de su pequeño Justin le pareciera música celestial: "Sé que parece una locura, pero sonaba como si estuviese cantando. ¡De verdad! ¡Oh, Dios mío, era tan precioso, tan increíble! Yo sólo quería comérmelo...".

Mallete fue la encargada de inculcarle la pasión por la música: a los 4 años ya tocaba la batería y, recibió clases de piano en la Iglesia, cuando su madre volvió a refugiarse en la fe para salir adelante.

Una mujer muy valiente y con gran coraje que ahora comprueba que valió la pena. Su hijo es uno de los artistas que más discos y entradas vende en el mundo.
En la actualidad, por fin, Pattie ya disfruta de la vida. Es productora audiovisual y se ha convencido de que su fe puede mover montañas y cree firmemente en el dicho: "Busca a Dios, y el resto de cosas vendrán por añadidura".

Pattie es la viva estampa que demuestra que querer es poder y que no rendirse puede tener una recompensa tremendamente satisfactoria.

Pbro. José Martínez Colín


Meditación breve

Sé un humano pensando como el pájaro… celebrando cada amanecer con una linda canción.
Sé un humano pensando como el caballo… librando los obstáculos con clase, firmeza y determinación.
Sé un humano pensando como un perro… dando tú amor en constante muestra de cariño, lealtad y fidelidad.
Sé un humano pensando como el gato… teniendo la calma y equilibrio en cualquier dificultad.
Sé un humano pensando como la abeja… constatando que nada se construye por sí solo.
Sé un humano pensando como la hormiga… viendo que el trabajo y el éxito caminan juntos y en la misma dirección.
Sé un humano pensando como la ballena… Viendo la importancia y el poder de la solidaridad.
Sé un humano teniendo la pureza y la sencillez de los animales… ¡y la paz mundial dejara de ser un sueño y se convertirá en una realidad!


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Federico C., de Tucumán, Argentina, 40 años de edad, que el día miércoles será intervenido por un tumor en el mediastino. Y también por Emma M., de Ituzaingó, Argentina, que hoy será operada de vesícula. Que la Santísima Virgen de Lourdes proteja a ambos y el Señor les conceda una pronta recuperación.

Pedimos acompañar en la oración a Héctor Javier R. C., que vive en Colombia, y dice: “Señor Jesús, tu sabes las dificultades que estoy pasando, pero también repito siempre Jesús hijo de David ten compasión de mí, haz Señor que por medio de esta hermosa cadena de oración alcance mis necesidades. Gloria a Ti Señor Jesús”.

Pedimos oración por Judith, de Guatemala, que hoy tiene una entrevista laboral, rogando al Señor Misericordioso que la acompañe en ese momento.

Pedimos oración por Camilo B. R., de Colombia, quien desde hace un año y medio padece una enfermedad neurológica llamada esclerosis lateral amiotrófica, para la cual le medicina no tiene curación. Que el Señor Jesús lo fortalezca y la Santísima Virgen lo acompañe en su dolor con una fe siempre renovada.


Pedimos oración por la salud de Américo Ricardo M., 50 años, de Santa Fe, Argentina, enfermo con cáncer de huesos, rogando que por los méritos de la divina sangre de Jesús, pueda obtener un alivio en su enfermedad.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


Necesitamos tu colaboración

Tal como lo hago dos veces por año, vuelvo a poner a consideración de los miles de lectores de “Pequeñas Semillitas” y “Juan Pablo II inolvidable” el tema de la necesidad de colaboración para sostener estos emprendimientos evangelizadores católicos por internet, que como bien saben quienes siguen desde hacen años esta tarea, son resultado exclusivo de mi trabajo personal.

Acceder a estos sitios, tanto en Internet, como por correo electrónico, como por Facebook (tres muros) o por Twitter, es y seguirá siendo gratuito para cualquier persona del mundo que desee leerlos. No obstante, al igual que la mayoría de las grandes páginas católicas en internet (y dejo constancia que las mías no son grandes sino pequeñas), se necesita el apoyo económico voluntario de los lectores para poder atender numerosos costos que demanda su mantenimiento. Y mientras los grandes sitios internacionales suelen sustentarse con publicidad, mis pequeñas páginas no tienen ni tendrán ninguna clase de sponsors ya que no quiero desvirtuar el objetivo espiritual y religioso, ni tampoco verme comprometido con ninguna empresa o corporación que pueda pretender influir en la línea editorial.

Es sabido que en la República Argentina vivimos un proceso de constante incremento de costos y precios a todo nivel. Mes a mes resulta más caro comprar y/o renovar los equipos informáticos necesarios, adquirir libros para de ellos obtener material para las páginas, costear la suscripción a revistas diversas de las que también se obtiene material; imprimir textos y reflexiones para regalar a personas que no tienen computadora; comprar y renovar elementos de respaldo informático para seguridad; pagar antivirus de la mejor calidad (cobran en dólares); y también las conexiones de internet para poder enviar correos diarios a más de 22.000 suscriptores gratis, con velocidad y con archivos pesados, son cada vez más caras. También hay que pagar honorarios a personal técnico que mensualmente hace el mantenimiento de equipos y eventuales reparaciones, y otros gastos imprevistos que van surgiendo y que se hace necesario atender.

A todo ello se suma un hecho no menor: toda la tarea de búsqueda de material (textos e imágenes), diseño, compaginación, edición y publicación de “Pequeñas Semillitas” y “Juan Pablo II inolvidable” tanto en Internet, como por correo electrónico, Facebook y Twitter, la realizo solo, y ello implica muchas horas diarias de trabajo personal todos los días de la semana, que reducen notablemente las posibilidades de realizar las tareas laborales habituales del que escribe con la consiguiente pérdida de ingresos.

Todo lo explicado hace necesaria la colaboración voluntaria de los lectores y beneficiarios de este trabajo, pues de lo contrario la continuidad de estos servicios se ve comprometida, podría tener que reducirse a un mínimo o hasta no poder hacerse más. Si consideramos la difusión por internet, correo electrónico, Facebook y Twitter, más los reenvíos que hacen muchas personas que reciben la información por correo, se puede asegurar que son miles los lectores diarios de estas páginas en todo el mundo donde hay personas de habla hispana. Por eso es poco entendible que sean tan pocas las personas que colaboran con el mantenimiento de este esfuerzo de evangelización.

En tal sentido puedo decir que desde hace un año y medio, cuando publiqué el primer pedido de colaboración para estas páginas, la respuesta ha sido mínima: algunas personas han hecho uno o dos aportes en estos 18 meses y tan solo unas diez personas están haciendo un aporte mensual (A esas diez personas que generosamente colaboran mes a mes, les pido que no tengan en cuenta este pedido de colaboración, pues ellas ya lo vienen haciendo).

Lo que se busca es conseguir nuevos aportantes voluntarios que apadrinen/amadrinen estas páginas, aunque sea con cifras bajas, pero con una continuidad (mensual o bimestral) que permita planificar y asegurar una permanencia y un crecimiento de este esfuerzo que llega a miles de lectores cada día y se descarte totalmente el riesgo de tener que interrumpirlo por falta de apoyos.

Si estás dispuesto/a a colaborar te pido que te pongas en contacto conmigo escribiendo a pequesemillitas@gmail.com  y recibirás los datos para hacerlo vía depósito o transferencia a través de Banco Santander Río si vives en Argentina o vía Wester Union si vives fuera de Argentina con los datos que te proporcionaré cuando me escribas. También puedes hacerlo a través de tu tarjeta de crédito en los logos que están en la columna derecha (abajo) en el blog de “Pequeñas Semillitas” o en “Juan Pablo II inolvidable” (donde dice "Donate").

Muchas gracias por tu ayuda que permitirá seguir sembrando por muchos años más. “Dad y se os dará” (Lc 6, 38)

Felipe

“Intimidad Divina”

Diálogo con Dios

La primera carta de San Juan se abre con esta preciosa afirmación: “Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos a vosotros, a fin de que viváis también en comunión con nosotros. Y esta comunión nuestra es con el Padre y con su Hijo Jesucristo” (1, 3). Toda la historia de la creación y de la salvación del hombre converge hacia este único fin: establecer una comunión íntima y amigable entre el hombre y Dios. “La razón más alta de la dignidad humana –afirma el Concilio– consiste en la vocación del hombre a la unión con Dios. Desde su mismo nacimiento, el hombre es invitado al diálogo con Dios” (GS 19). Altísima vocación del hombre, que lo diferencia de todas las demás criaturas, las cuales, por grandes y hermosas que sean, son incapaces de entrar en relación con Dios y de dar una respuesta al que las ha sacado de la nada. Pero al llamar al hombre a la vida, Dios lo creó a su imagen y semejanza, inteligente y libre, capaz de responder a su amor. De esta manera empieza el diálogo entre Dios y el hombre… Desde ese momento cada uno de los creyentes es introducido en el coloquio de Cristo con el Padre celestial, aún más, es llamado a tomar parte de él por medio de su oración personal.

La oración cristiana es por esencia la participación al sublime coloquio del Hijo con el Padre en el amor y en la comunión del Espíritu Santo. Cuando el Evangelio dice que Jesús “gustaba retirarse a lugares solitarios” para orar (Lc 5, 16) o “pasaba las noches en oración” (Lc 6, 12), nos señala precisamente estos íntimos coloquios suyos de tú a tú con el Padre, pero de los cuales Jesús mismo reveló algunos aspectos para instruir a sus discípulos. Tenemos así sus oraciones al Padre, expresadas en alta voz, en las cuales pone siempre de relieve su actitud de hijo. “¡Padre!”, repite Jesús en todas sus invocaciones. Él es el Hijo único de Dios y es por su divinidad absolutamente igual al Padre; el Padre se manifiesta todo en el Hijo y el Hijo manifiesta por completo al Padre en un coloquio eterno tan perfecto que se derrama en aquel principio de comunión mutua que es el Espíritu Santo.

Pues bien, desde el momento de la Encarnación en ese coloquio no interviene sólo el Verbo, sino el Verbo encarnado. Jesús, verdadero dios y verdadero hombre, y en él está toda la humanidad por haberla asociado él a su misterio. En efecto, Jesús mediante la gracia hace participante al hombre de su filiación divina, haciéndolo verdaderamente hijo de Dios… Y habiéndonos hecho hijos, Jesús nos invita a tomar parte en su eterno coloquio con el Padre. Cuando los discípulos le dicen: “Señor, enséñanos a orar” (Lc 11, 1), Jesús les introduce en seguida en este diálogo y como primera cosa les enseña a invocar a Dios con el nombre de Padre Nuestro. Nombre que muchas veces pronunciamos distraídamente y sólo por costumbre, pero que compendia toda la substancia de la oración cristiana y expresa su actitud más esencial, la de hijos en el Hijo.

¡Cuán grande es tu misericordia, oh Cristo Señor, cuán grande es tu favor y tu bondad en hacernos orar así en la presencia de Dios, hasta poder llamarlo Padre! Y como tú eres Hijo de Dios, también nosotros somos llamados hijos. Ninguno de nosotros hubiera osado emplear esta palabra en la oración: era necesario que tú mismo nos animases a ello. ¡Oh Jesús!, ayúdanos a recordar que, cuando llamamos a Dios Padre nuestro, debemos portarnos como hijos de Dios. Si nos complacemos en Dios como en nuestro Padre, también él debe poder complacerse en nosotros como en sus hijos. ¡Oh Padre nuestro!, haz que seamos templos tuyos, en que los hombres puedan reconocer tu presencia. Que nuestra conducta no traicione a tu Espíritu; pues nos has hecho celestiales y espirituales, ayúdanos a pensar y a obrar lo que es celestial y espiritual. (San Cipriano, De Dominica Ortione, 11)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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