lunes, 1 de abril de 2013

Pequeñas Semillitas 1991


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 1991 ~ Lunes 1° de Abril de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)


Alabado sea Jesucristo…
Alegría para todos. Que la creación entera se estremezca con un latido más de vida y esperanza. Que los creyentes todos resplandezcan con vestido nuevo, perfumado en el Ungido. Y vosotros, los pobres, los dolientes, los pequeños, que pasáis inadvertidos, abríos a la esperanza y a la dicha, que va a estallar el sol en vuestras vidas.
Que nadie sufra de pesimismo o de tristeza. Que se alejen los espíritus malignos, los que amargan la vida de los hombres, porque han sido definitivamente derrotados… Verdaderamente la cruz fue necesaria para que el Amor triunfara de la muerte.
Ahora es el tiempo del juego y de la risa, de la fe reconquistada y la esperanza cierta; ahora es el tiempo del amor hasta la muerte. Es la hora del reencuentro, de la presencia y la amistad gozadas, del pan partido y compartido, de promesas y dones generosos.
A partir de esta noche todo estará más claro y florecido: la Pasión del mundo continúa, pero ya ninguna cruz será maldita, y en todos los surcos de la muerte se siembra la esperanza.
Un mensaje de alegría para todos hombres de toda religión y raza: la vida ha salido victoriosa, la justicia triunfará, sin duda, porque Cristo resucitado está en el centro de la historia: Él es la Pascua,  el sol que dinamiza nuestro mundo.
(Oración-Himno atribuido a San Ambrosio de Milán)


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy

En aquel tiempo, las mujeres partieron a toda prisa del sepulcro, con miedo y gran gozo, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. En esto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «¡Dios os guarde!». Y ellas se acercaron a Él, y abrazándole sus pies, le adoraron. Entonces les dice Jesús: «No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».
Mientras ellas iban, algunos de la guardia fueron a la ciudad a contar a los sumos sacerdotes todo lo que había pasado. Estos, reunidos con los ancianos, celebraron consejo y dieron una buena suma de dinero a los soldados, advirtiéndoles: «Decid: ‘Sus discípulos vinieron de noche y le robaron mientras nosotros dormíamos’. Y si la cosa llega a oídos del procurador, nosotros le convenceremos y os evitaremos complicaciones». Ellos tomaron el dinero y procedieron según las instrucciones recibidas. Y se corrió esa versión entre los judíos, hasta el día de hoy.
(Mt 28,8-15)

Comentario
Hoy, la alegría de la resurrección hace de las mujeres que habían ido al sepulcro mensajeras valientes de Cristo. «Una gran alegría» sienten en sus corazones por el anuncio del ángel sobre la resurrección del Maestro. Y salen “corriendo” del sepulcro para anunciarlo a los Apóstoles. No pueden quedar inactivas y sus corazones explotarían si no lo comunican a todos los discípulos. Resuenan en nuestras almas las palabras de Pablo: «La caridad de Cristo nos urge» (2Cor 5,14).
Jesús se hace el “encontradizo”: lo hace con María Magdalena y la otra María —así agradece y paga Cristo su osadía de buscarlo de buena mañana—, y lo hace también con todos los hombres y mujeres del mundo. Y más todavía, por su encarnación, se ha unido, en cierto modo, a todo hombre.
Las reacciones de las mujeres ante la presencia del Señor expresan las actitudes más profundas del ser humano ante Aquel que es nuestro Creador y Redentor: la sumisión —«se asieron a sus pies» (Mt 28,9)— y la adoración. ¡Qué gran lección para aprender a estar también ante Cristo Eucaristía!
«No tengáis miedo» (Mt 28,10), dice Jesús a las santas mujeres. ¿Miedo del Señor? Nunca, ¡si es el Amor de los amores! ¿Temor de perderlo? Sí, porque conocemos la propia debilidad. Por esto nos agarramos bien fuerte a sus pies. Como los Apóstoles en el mar embravecido y los discípulos de Emaús le pedimos: ¡Señor, no nos dejes!
Y el Maestro envía a las mujeres a notificar la buena nueva a los discípulos. Ésta es también tarea nuestra, y misión divina desde el día de nuestro bautizo: anunciar a Cristo por todo el mundo, «a fin que todo el mundo pueda encontrar a Cristo, para que Cristo pueda recorrer con cada uno el camino de la vida, con la potencia de la verdad (...) contenida en el misterio de la Encarnación y de la Redención, con la potencia del amor que irradia de ella» (Juan Pablo II).
Rev. D. Joan COSTA i Bou (Barcelona, España)


Santoral Católico:
San Hugo de Grenoble
Obispo

El obispo que nunca quiso serlo y que se santificó siéndolo, nació en Valence, a orillas del Isar, en el Delfinado, en el año 1053. Casi todo en su vida se sucede de forma poco frecuente. Su padre Odilón, después de cumplir con sus obligaciones patrias, se retiró con el consentimiento de su esposa a la Cartuja y al final de sus días recibió de mano de su hijo los últimos sacramentos. Así que el hijo fue educado en exclusiva por su madre.

Aún joven obtiene la prebenda de un canonicato y su carrera eclesiástica se promete feliz por su amistad con el legado del papa. Como es bueno y lo ven piadoso, lo hacen obispo a los veintisiete años muy en contra de su voluntad por no considerarse con cualidades para el oficio -y parece ser que tenía toda la razón-, pero una vez consagrado ya no había remedio; siempre atribuyeron su negativa a una humildad excesiva. Lo consagró obispo para Grenoble el papa Gregorio VII, en el año 1080, y costeó los gastos la condesa Matilde.

Al llegar a su diócesis se la encuentra en un estado deprimente: impera la usura, se compran y venden los bienes eclesiásticos (simonía), abundan los clérigos concubinarios, la moralidad de los fieles está bajo mínimos con los ejemplos de los clérigos, y sólo hay deudas por la mala administración del obispado. El escándalo entre todos es un hecho. Hugo -entre llantos y rezos- quiere poner remedio a todo, pero ni las penitencias, ni las visitas y exhortaciones a un pueblo rudo y grosero surten efecto. Después de dos años todo sigue en desorden y desconcierto. Termina el obispo por marcharse a la abadía de la Maison-Dieu en Clermont (Auvernia) y por vestir el hábito de san Benito. Pero el papa le manda taxativamente volver a tomar las riendas de su iglesia en Grenoble.

Con repugnancia obedece. Se entrega a cumplir fielmente y con desagrado su sagrado ministerio. La salud no le acompaña y las tentaciones más aviesas le atormentan por dentro. Inútil es insistir a los papas que se suceden le liberen de sus obligaciones, nombren otro obispo y acepten su dimisión. Erre que erre ha de seguir en el tajo de obispo sacando adelante la parcela de la Iglesia que tiene bajo su pastoreo. Vendió las mulas de su carro para ayudar a los pobres porque no había de dónde sacar cuartos ni alimentos, visita la diócesis andando por los caminos, estuvo presente en concilios y excomulgó al antipapa Anacleto; recibió al papa Inocencio II -que tampoco quiso aceptar su renuncia- cuando huía del cismático Pedro de Lyon y contribuyó a eliminar el cisma de Francia.

Ayudó a san Bruno y sus seis compañeros a establecerse en la Cartuja que para él fue siempre remanso de paz y un consuelo; frecuentemente la visita y pasa allí temporadas viviendo como el más fraile de todos los frailes.

Como él fue fiel y Dios es bueno, dio resultado su labor en Grenoble a la vuelta de más de medio siglo de trabajo de obispo. Se reformaron los clérigos, las costumbres cambiaron, se ordenaron los nobles y los pobres tuvieron hospital para los males del cuerpo y sosiego de las almas. Al final de su vida, atormentado por tentaciones que le llevaban a dudar de la Divina Providencia, aseguran que perdió la memoria hasta el extremo de no reconocer a sus amigos, pero manteniendo lucidez para lo que se refería al bien de las almas. Su vida fue ejemplar para todos, tanto que, muerto el 1 de abril de 1132, fue canonizado solo a los dos años, en el concilio que celebraba en Pisa el papa Inocencio.

No tuvo vocación de obispo nunca, pero fue sincero, honrado en el trabajo, piadoso, y obediente. La fuerza de Dios es así. Es modelo de obispos y de los más santos de todos los tiempos.

Fuente: Catholic.net


¡Buenos días!

Oración de protección

Te ofrezco una oración de protección, compuesta por el Papa León 13º (1878-1903), quien ordenó rezarla al final de la Misa. Así se hizo hasta la reforma del Misal de san Pío V (1570), sustituido por el actual misal posconciliar del Papa Pablo 6º (1969). En la oración pedimos el amparo de san Miguel Arcángel contra las insidias del Maligno.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla: sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del Demonio. “Reprímale Dios”, pedimos suplicantes: y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. Así sea.

“El evangelio es el primer texto de la antigüedad, donde el demonio se presenta como un enemigo al que se puede vencer. Uno de los grandes éxitos del cristianismo, en su primera difusión, se basó en el poder de los exorcistas cristianos sobre el demonio. La iglesia primitiva vivió esta certeza de vencer al “fuerte”, en nombre del “más fuerte”, Cristo”.

Padre Natalio


Palabras del Beato Juan Pablo II

"Es legítimo pensar que verosímilmente Jesús Resucitado se apareció a su Madre en primer lugar. La ausencia de María del grupo de las mujeres que al alba se dirigieron al sepulcro (ver Mc 16,1; Mt 28,1), ¿no podría constituir un indicio del hecho de que Ella ya se había encontrado con Jesús? Esta deducción quedaría confirmada también por el dato de que las primeras testigos de la Resurrección, por Voluntad de Jesús, fueron las mujeres, las cuales permanecieron fieles al pie de la Cruz y, por tanto, más firmes en la fe"
Beato Juan Pablo II


Tema del día:
Empieza la Pascua
(Dios no se cansa de perdonar)

1) Para saber

Durante el tiempo de Cuaresma, la liturgia de la Palabra nos fue mostrando el rostro amoroso de Dios. Nuestro Señor Jesucristo nos lo mostró de diferentes maneras: al narrarnos la parábola del hijo pródigo, o con sus acciones al perdonar a la mujer adúltera, o luego, culminando su misterio pascual, con su misma pasión y muerte: todo nos ha de llevar a considerar el amor misericordioso de Dios por nosotros.

El Papa Francisco nos invitaba a reconsiderar que Dios nunca se cansa de perdonar. Por ello no podemos cansarnos de pedirle perdón, pues Él es el Padre amoroso que siempre perdona, que tiene ese corazón misericordioso con todos nosotros.

Al respecto, el Papa en su primera alocución con motivo del Ángelus en la Plaza de San Pedro quiso compartirnos una anécdota personal, que a continuación transcribimos.

2) Para pensar

Decía el Papa que en el año 1992, teniendo poco como obispo, estuvo confesando durante la Misa que hubo con motivo de la llegada de la Virgen de Fátima, en Buenos Aires. Ya casi al final de la Misa se levantó porque debía de ir a confirmar a unos fieles. En eso se acercó una mujer anciana, muy humilde, de más de ochenta años, con quien tuvo un diálogo.

Al verla le dijo: “Abuela –en Argentina a las personas ancianas les llaman abuelas- ¿desea confesarse?” Ella le contestó que sí. Entonces le dijo: “Pero si usted no tiene pecados…” Ella respondió: “Todos tenemos pecados”. Y viendo su empeño le dijo: “Pero, quizás el Señor no la perdona…” Y ella le dijo muy segura: “El Señor perdona todo”. Asombrado le preguntó: “Pero, y ¿cómo lo sabe usted abuela?” Contestó sin dudar: “Si el Señor no perdonara todo, el mundo no existiría”. Dice el Papa que tuvo ganas de preguntarle: “Dígame, señora, ¿ha estudiado usted en la Universidad Gregoriana? Porque esa es la sabiduría que concede el Espíritu Santo: la sabiduría interior hacia la misericordia de Dios”.

Descubrir esa misericordia es un don del Espíritu Santo que nos mueve a amar más a Dios.

3) Para vivir

Por ello, este tiempo de Pascua que comienza es un tiempo de alegría profunda. Mas no por acontecimientos que puedan pasar, como una fiesta, unas vacaciones, o la compañía de un ser querido, que terminan más pronto de lo que deseamos. El acontecimiento que celebramos con la Pascua es permanente: Dios Padre nos ha concedido su perdón, gracias a su Hijo que ha querido pagar con su sangre el rescate por toda la humanidad. Como ya lo había anunciado el profeta Isaías siglos atrás y cuyas palabras se cumplen en Jesús: “Fue él quien tomó sobre sí nuestras enfermedades y cargó con nuestros dolores... Fue traspasado por nuestras iniquidades y molido por nuestros pecados. El castigo de nuestra salvación pesó sobre él, y en sus llagas hemos sido curados” (Is 53, 4-5).

El precio de nuestra salvación ya fue pagado por Jesús. Ahora es preciso aplicárnosla mediante los Sacramentos. Agradezcámosle al Señor y alegrémonos por esta Buena Nueva.

Pbro. José Martínez Colín


Meditación breve

Dios no nos ha creado para la ruina sino para la felicidad, y por eso todo lo que Él disponga será para nuestro bien. Lo que tenemos que poner de nuestra parte es la confianza en Él, y así el Señor podrá actuar en nosotros y en nuestras vidas con libertad, y entonces daremos muchos frutos.
Nosotros estamos embarcados, porque no hemos pedido nacer, no hemos pedido existir, Dios simplemente nos ha creado, pero nos ha creado por amor, por soberana voluntad y libertad suya. ¿Y acaso estamos arrepentidos de existir? Ya no podemos mirar para otro lado sino que debemos enfrentar esta aventura que se nos presenta, que es la vida sobre la tierra; aventura que terminará en el más radiante gozo, o en el más horrendo dolor.
Si estamos leyendo esto, es porque Dios nos quiere hacer un llamado de atención para ver cómo estamos utilizando nuestros dones, sus dones, que nos ha dado para que, haciéndolos producir buenos frutos, merezcamos la Vida eterna.
No tengamos miedo de Dios, porque Él es bueno, y sólo quiere el bien para nosotros. De modo que estando seguros de que Él nos cuida, animémonos a emprender grandes obras y apostolados por su gloria y por la salvación de las almas.
Jesús, María, os amo, salvad las almas.
www.santisimavirgen.com.ar


Pedidos de oración


Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Respondiendo al mismo pedido del Papa Francisco, nos sumamos en oración por la paz en el mundo, especialmente por aquellas regiones donde en estos momentos esa paz está más amenazada, como Siria, la península de Corea y diversas naciones de África. Jesús, que has vencido a la muerte, danos la paz.

Pedimos oración por Edna, que vive en Quetzaltenango, Guatemala, para que el Señor Resucitado con su comprensión y su luz la ayude a orientar su vida y a encontrarse consigo misma y los caminos que conducen hacia Él.

Pedimos oración por Delicia del Valle B., de Córdoba, Argentina, que en fue asaltada y lesionada gravemente por lo que está internada actualmente en terapia intensiva. Pedimos a nuestra Madre de Lourdes que la acompañe en su dolor y a Jesús que le conceda la gracia de sanarse pronto.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


Estadísticas de los Blogs


El siguiente es el estado demostrativo de la cantidad de visitas registradas en los dos blogs que llevamos adelante en internet: "Pequeñas Semillitas" y "Juan Pablo II inolvidable". Esta información se publica el primer día de cada mes.

Debe recordarse que las visitas se cuentan desde el inicio de cada uno de ellos que ha sido en fechas distintas:

   Desde el 1º de Marzo de 2007 hasta hoy ha sido visitado por 1.853.266 lectores. Durante el último mes (marzo 2013) registró 12.149 nuevas visitas.

   Desde el 25 de Diciembre de 2009 hasta hoy ha sido visitado por 349.206  lectores. Durante el último mes (marzo 2013) registró 6.060 nuevas visitas.


“Intimidad Divina”

Lunes de Pascua

Mientras Marcos refiere únicamente el susto de las mujeres al anuncio de la Resurrección, Mateo completa la narración añadiendo que al temor se unió un “gran gozo, corriendo a comunicarlo a los discípulos” (28, 8). Las mujeres, impulsadas por su amor, son las primeras en ir al sepulcro al amanecer del domingo, las primeras en verlo abierto y vacío, las primeras en conocer la resurrección; sin embargo no son las destinatarias exclusivas de la gran nueva, sino más bien sus mensajeras. Es importante que sea informada la Iglesia, constituida por el núcleo de los discípulos en torno a Pedro… Mientras las mujeres van a llevar la alegre nueva, una vez más tienen ellas la primicia: ven al Maestro resucitado antes que los apóstoles, quizá en premio de la fidelidad con que le siguieron al Calvario, asistieron a su sepultura y volvieron después  para honrar a su cuerpo. Jesús las saluda y les repite cuanto ya el ángel les había dicho: “No temáis, id y decid a mis hermanos que vayan a Galilea y que allí me verán” (Mt 28, 10).

Mateo refiero otro particular, a saber, los mezquinos manejos de los sumos sacerdotes para ocultar la resurrección del Señor. Un verdadero fraude a base de dinero. Y mientras para tener en sus manos a Jesús habían ofrecido al traidor unas pocas monedas, ahora para corromper a los guardias del sepulcro no dudan en empeñar “bastante dinero” (Mt 28, 12). Los judíos que no creyeron en Jesús vivo y obrador de milagros en medio de ellos, tampoco creen ahora en la evidencia de su resurrección y se hacen propagadores de falsedades. Jesús resucitado ha derrotado al Maligno y éste no prevalecerá; sin embargo no cesa de poner obstáculos a la verdad sembrando falsedades y mentiras. Y siempre es verdad que quien no quiere creer por falta de buena voluntad, no cede ni siquiera frente a la evidencia. Jesús lo ha dicho: “Si no oyen a Moisés y a los Profetas, tampoco se dejarán persuadir si un muerto resucita” (Lc 16, 31).

Completamente diversa es la actitud de los discípulos. Aunque en un primer momento, trastornados por la grandiosidad del hecho, a duras penas se deciden a creer en la resurrección, por considerarla algunos como fruto de la imaginación de las mujeres (Lc 24, 11), sin embargo más tarde, comprobado el hecho, se convierten en sus testigos más ardientes. La incredulidad de los judíos, por preceder de orgullo, es insanable; la fe de los discípulos, debida más bien al pasmo de la mente humana frente a lo divino, se cambia pronto en fe ardiente. Y será Pedro quien el mismo día de Pentecostés y a nombre de todos los discípulos dará sin miedo testimonio de la Resurrección delante de quienes habían condenado a Jesús y a quienes él tanto había temido: “a éste… después de fijarlo en la cruz por medio de hombres sin ley, le disteis muerte. Al cual Dios le resucitó después de soltar las ataduras de la muerte” (Hc 2, 23-24). Quien posee un corazón humilde y recto podrá atravesar horas de zozobra, pero llegará siempre a la verdad que Dios nunca cesa de ofrecer a todos los hombres.

¡Oh Jesús!, resucitando de entre los muertos por divina virtud, nos abriste las puertas de la eternidad y nos mostraste los caminos de la vida… A las tímidas mujeres apareciste resucitado antes que a los demás, porque tal favor merecía el afecto de una intensa piedad. Sucesivamente fuiste visto de Pedro, de los discípulos camino de Emaús, de los Apóstoles reunidos… Así, por cuarenta días apareciendo en muchas formas, comiendo y bebiendo con ellos, nos iluminaste en la fe con sus argumentos, nos levantaste a la esperanza con sus promesas, para de esta suerte encendernos en el amor con los dones del cielo. Bienaventurados los ojos que te vieron, Señor. Pero yo también seré dichoso si un día lograre contemplar tan deseada luz, dentro y fuera clarísima. (San Buenaventura, El árbol de la vida)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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