lunes, 15 de abril de 2013

Pequeñas Semillitas 2005


PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2005 ~ Lunes 15 de Abril de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)

Alabado sea Jesucristo…
“Aquí no pasa nada”, es una frase popular que revela cierto desencanto y desilusión. Es la impresión de muchos cristianos que se esfuerzan en la evangelización y en obras de bien: no ven los frutos, pareciera que en el mundo “no pasa nada”.
Frente al desaliento, el cansancio y el aparente fracaso de tantos esfuerzos, Jesús se hace presente “en la orilla” de nuestra vida para devolvernos la tranquilidad, el dinamismo propio de una “tripulación cristiana”, hinchando las velas de la esperanza.
No importan las noches de trabajo aparentemente inútiles. Hace 2000 años que el Resucitado sigue ordenando: Tiren la red… y encontrarán.
No es verdad que “aquí no pasa nada”. Basta mirar el mundo con los ojos de la fe para advertir lo contrario.
"El Domingo"


La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy

Después que Jesús hubo saciado a cinco mil hombres, sus discípulos le vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del mar, vio que allí no había más que una barca y que Jesús no había montado en la barca con sus discípulos, sino que los discípulos se habían marchado solos. Pero llegaron barcas de Tiberíades cerca del lugar donde habían comido pan. Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús.
Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello». Ellos le dijeron: «¿Qué hemos de hacer para realizar las obras de Dios?». Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien Él ha enviado».
(Jn 6,22-29)

Comentario
Hoy, después de la multiplicación de los panes, la multitud se pone en busca de Jesús, y en su búsqueda llegan hasta Cafarnaúm. Ayer como hoy, los seres humanos han buscado lo divino. ¿No es una manifestación de esta sed de lo divino la multiplicación de las sectas religiosas, el esoterismo?
Pero algunas personas quisieran someter lo divino a sus propias necesidades humanas. De hecho, la historia nos revela que algunas veces se ha intentado usar lo divino para fines políticos u otros. Hoy, en el Evangelio proclamado, la multitud se ha desplazado hacia Jesús. ¿Por qué? Es la pregunta que hace Jesús afirmando: «Vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado» (Jn 6,26). Jesús no se engaña. Sabe que no han sido capaces de leer las señales del pan multiplicado. Les anuncia que lo que sacia al hombre es un alimento espiritual que nos permite vivir eternamente (cf. Jn 6,27). Dios es el que da ese alimento, lo da a través de su Hijo. Todo lo que hace crecer la fe en Él es un alimento al que tenemos que dedicar todas nuestras energías.
Entonces comprendemos por qué el Papa nos anima a esforzarnos para re-evangelizar nuestro mundo que frecuentemente no acude a Dios por los buenos motivos. En la constitución "Gaudium et Spes" ("La Iglesia en el mundo actual") los Padres del Concilio Vaticano II nos recuerdan: «Bien sabe la Iglesia que sólo Dios, al que ella sirve, responde a las aspiraciones más profundas del corazón humano, el cual nunca se sacia plenamente con solo los alimentos terrenos». Y nosotros, ¿por qué continuamos siguiendo a Jesús? ¿Qué es lo que nos proporciona la Iglesia? ¡Recordemos lo que dice el Concilio Vaticano II! ¿Estamos convencidos del bienestar que proporciona este alimento que podemos dar al mundo?
Abbé Jacques Fortin (Alma (Quebec), Canadá)


Santoral Católico:
San Damián de Molokai
Sacerdote

Leproso por voluntad divina, en Kalavai, de la isla de Molokay, en Oceanía, beato Damián de Veuster, presbítero de la Congregación de Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, quien, entregado a la asistencia de los leprosos, terminó él mismo contagiado de esta enfermedad (1889).
Información amplia haciendo clic acá.

Fuente: Catholic.net

¡Buenos días!

Última lección del padre

Los años juveniles son para adquirir buenos hábitos. La única diferencia entre el adulto fracasado y el que ha tenido éxito está en la diferencia de sus hábitos. Los buenos hábitos son la clave de todo éxito. Por lo tanto capitaliza las auténticas riquezas que, como todo lo esencial, “son invisibles a los ojos”; y persevera en el esfuerzo, aun si no ves resultados inmediatos.

A punto de acabar su vida, quiso un labrador dejar experimentados a sus hijos en la agricultura.  Los llamó, pues, y les dijo: —Hijos míos, voy a dejar este mundo; busquen lo que he escondido en la viña, y lo hallarán todo. Creyendo sus descendientes que había enterrado un tesoro, después de la muerte de su padre, con gran afán removieron profundamente el suelo de la viña. No hallaron ninguno tesoro, pero la viña quedó tan bien removida, que dio abundantes frutos.

El futuro es un desafío a prepararte para superar los problemas que la vida te presente. Empieza afrontando las dificultades de cada día como una oportunidad para desarrollar capacidades y destrezas y así esperar tranquilo las pruebas que vendrán. Un proverbio chino dice: “Excava el pozo antes de que tengas sed”. Sabio y prudente consejo.

Padre Natalio


La frase de hoy

“Necesitamos tener una habitación interior
a donde poder retirarnos cuando lo necesitemos.
Un lugar agradable, lleno de esas riquezas intangibles que nos renuevan:
serenidad, energías positivas y una firme ilusión de vivir”

Ignacio Larrañaga


Tema del día:
Nuestra alegría

La alegría debe ser uno de los ejes dominantes de nuestra vida. Una religiosa es como el sol en una comunidad. La alegría es el signo de una personalidad generosa. A veces es también un manto que encubre una vida de sacrificio y de generosidad. Una persona que tiene este don alcanza a menudo altas cimas.

Hagamos que quienes sufren hallen en nosotros ángeles de consuelo. ¿Por qué el trabajo entre las chabolas ha sido bendecido por Dios? No es ciertamente en consideración de determinadas cualidades personales, sino a causa de la alegría que las hermanas reparten a su paso.

La gente del mundo carece de nuestra alegría. Menos aún la poseen quienes viven en las chabolas. Nuestra alegría es el mejor medio para predicar el cristianismo a los paganos.

Vinieron algunas personas a Calcuta y antes de regresar a sus puntos de origen, me pidieron que les dijese algo que pudiera servirles para vivir sus vidas de manera más provechosa. Les contesté: “Sonríanse ustedes mismos unos a otros, sonrían a sus esposas, a sus maridos, a sus hijos, a todos, sin mirar de quién se trata. Que en cada uno pueda crecer día a día el amor recíproco hacia los demás”. A este punto, uno de los presentes me preguntó: ¿Está usted casada? Contesté: “Sí, a veces me cuesta sonreírle a Jesús, es verdad; a veces Jesús puede llegar a pedir mucho, pero es en tales ocasiones cuando Jesús nos pide más, cuando nuestra sonrisa resulta más hermosa”.

Esto es en realidad lo que Jesús nos pide que hagamos: que nos amemos unos a otros, una y otra vez, como el Padre lo amó a Él. Y ¿cómo amó el Padre a Cristo? Mediante el sacrificio: entregándolo a la muerte por nuestra salvación.

Si queremos de veras conquistar al mundo, no podremos con bombas ni con armas de destrucción. Conquistemos el mundo con nuestro amor. Entretejamos nuestra vida con eslabones de sacrificio y de amor y nos resultará posible conquistar el mundo.

Madre Teresa de Calcuta
Fuente: Web Católico de Javier


Meditación breve

Podría parecer que los pensamientos son algo privado y escondido bien dentro de ti. Sin embargo, influyen mucho más allá de ti.
¿Qué pasaría si los demás supiesen lo que estás pensando? ¿Cambiaría eso el contenido de tus pensamientos?
En muchos sentidos los demás pueden saber, y de hecho saben, lo que estás pensando. Porque tus pensamientos quedan fielmente expresados por la vida que llevas.
Si tienes todo el tiempo pensamientos negativos, limitantes, la gente se dará cuenta por tan sólo mirarte y observar tus condiciones de vida. Del mismo modo, si llenas tu mente de pensamientos positivos y alentadores, eso resultará maravillosamente obvio para los demás.
Podrías ocultar ciertos detalles específicos de tus pensamientos. Pero lo que no puedes ocultar es su verdadera naturaleza.
Tus pensamientos, sean cuales fueren, quedan de manifiesto en cada aspecto de tu vida. Enfoca esos pensamientos, constantemente, en direcciones que sean positivas, y toda tu vida los seguirá.


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Paz del Mundo; por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Violeta D., de Lima, Perú, con problemas de depresión, angustia y elevación del nivel de azúcar en la sangre. Que la Virgen Santísima la acompañe, la fortalezca y la ayude a salir de todo eso con la fe siempre puesta en Jesús.

Pedimos oración por la señora Rosa Q., que vive en Guatemala y le amputaran la otra pierna a causa de la diabetes, rogando al Señor que le conceda la fuerza necesaria para seguir adelante a pesar de las dificultades.

Pedimos oración por el alma de Concha M. de C., que descansó en la Paz del señor el día viernes 12 de abril; y también por sus hijas Juliana y Zulma, para que Dios les de fortaleza en estos momentos difíciles.

Pedimos oración por Rosario P. de M., de 42 años, que vive en Trujillo, Perú, a quien acaban de operar de un tumor cancerígeno en el cerebro y en este momento se encuentra en un coma inducido. Que Dios de fortaleza también a su esposo e hijos y a toda su familia.

Pedimos oración por el alma de Gladys S., que se nos ha adelantado en la marcha hacia la casa del Padre celestial.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a pequesemillitas@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.


“Intimidad Divina”

Con Jesús

Como Cristo es el centro de la oración  y del culto litúrgico, también lo debe ser de la oración personal. “Yo soy el camino, la verdad y la vida –ha declarado Jesús–; nadie viene al Padre sino por mí” (Jn 14, 6). Para traer los hombres de nuevo a su amistad, Dios ha querido servirse de su Hijo divino, y nosotros para ir a Dios debemos seguir el mismo camino: buscar a Cristo, unirnos a él, nuestro Mediador, Maestro y Redentor. Hablando de la oración dice Santa Teresa: “Traer a Cristo con nosotros aprovecha a todos estados y es un medio segurísimo para ir aprovechando” (Vida 12, 3)… “Con tan buen amigo –concluye Santa Teresa– todo se puede sufrir; es ayuda y da esfuerzo; nunca falta; es amigo verdadero. Y veo yo claro, y he visto después, que para contentar a Dios y que nos haga grandes mercedes, quiere sea por manos de esta Humanidad sacratísima, en quien dijo Su Majestad se deleita… He visto claro que por esta puerta hemos de entrar si queremos nos muestre la soberana Majestad grandes secretos” (Vida 22, 6). En realidad ya lo había dicho el mismo Jesús: “Yo soy la puerta: el que por mí entrare se salvará, y entrará y saldrá y hallará pasto” (Jn 10, 9). Quien toma a Jesús por guía de su oración, lleva un camino del todo seguro y puede repetir con el Salmista: “Yahvé es mi pastor; nada me falta. Me hace recostar en verdes pastos y me lleva a frescas aguas. Recrea mi alma” (Ps 23, 1-3).

Santa Teresa, enseñando a sus hijas a hacer oración, dice: ”Procurad luego, hija, pues estáis sola, tener compañía. ¿Pues qué mejor que la del mismo Maestro?... No os pido ahora que penséis en él ni que saquéis muchos conceptos ni que hagáis grandes y delicadas consideraciones con vuestro entendimiento; no os pido más de que le miréis… Si estáis alegre, miradle resucitado… Si estáis con trabajos o triste, miradle camino del huerto: qué aflicción tan grande llevaba en su alma… O miradle atado a la columna… O miradle cargado con la cruz… [Y entonces podréis hablarle] si se os ha enternecido el corazón de verle tal, que no sólo queráis mirarle, sino que os holguéis de hablar de él, no oraciones compuestas, sino de la pena de vuestro corazón, que las tiene él en muy mucho” (Camino 26, 1-6). Es éste un método de oración muy sencillo y eficaz, que ayuda al cristiano a ensimismarse con Cristo, a vivir sus misterios no sólo en la oración sino en la vida cotidiana.

La Iglesia misma, al distribuir en el curso del año los diversos misterios de la vida de Cristo, nos invita a seguir esa línea. Inspirándose en la Liturgia y aprovechándose de las ayudas que nos ofrece, el alma fiel dispondrá de una guía óptima para centrar su oración mental en Jesús y podrá al mismo tiempo seguir con mayor comprensión el desarrollo del año litúrgico. Vida litúrgica y vida de oración se completan mutuamente, teniendo en Jesús su común fundamento. San Pablo, el gran enamorado de Jesús, escribía a los Efesios: “doblo mis rodillas ante el Padre… para que os conceda… que podáis comprender, en unión con todos los santos, cuál es la anchura, la longura, la altura y la profundidad de la caridad de Cristo, que supera toda ciencia, para que séais llenos de toda la plenitud de Dios” (Ef 3, 14-19). El conocimiento de los misterios de Cristo de que habla el Apóstol, no es el que proviene del estudio sino de la oración; de la oración hecha a los pies de Jesús contemplándolo y amándolo, porque él ha dicho: “el que me ama… yo le amaré y me manifestaré a él” (Jn 14, 21).

Nos has amado, ¡oh Señor Jesús!, desde el abismo de tu amor; te has hecho hombre por nosotros; te has abajado para elevarnos; te has inclinado para levantarnos; te has despojado de tu majestad para llenarnos de tu divinidad; has descendido hasta nosotros para que nosotros subiéramos hasta él. No hay padre ni madre ni amigo ni persona alguna que nos haya amado tanto como tú, ¡oh Señor!, que nos creaste… ¡Qué hermosa cosa, qué buena y amable cosa sentir la violencia de tu amor, oh Señor nuestro Jesucristo!, que cada día iluminas nuestro espíritu con los rayos de ese amor de caridad tan grande, y curas las heridas del alma, e iluminas los secretos del corazón, y nutres y calientas la mente infundiendo en el alma una embriaguez divina que la fortalece… Cuán dulce es la misericordiosa suavidad y la ternura de tu amor, ¡oh Señor Jesucristo!, dador de la caridad de que gozan los que nada aman ni buscan ni siquiera fuera de ti. Tú nos invitas, nos arrebatas y nos atraes a tu amor previniéndonos, tan grande es la violencia de tu afecto. (R. Giordano, Contemplazioni sull’amore divino).

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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