viernes, 26 de abril de 2013

Pequeñas Semillitas 2015

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2015 ~ Viernes 26 de Abril de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Señor, tú eres la verdadera luz. Tú me conoces a fondo y sabes perfectamente para qué estoy hecho y qué es lo que me conviene. Yo muchas veces me confundo, o tomo decisiones apresuradas que luego me perjudican o perjudican a los demás. No quiero caminar a oscuras, como si la luz no existiera, no quiero una vida sin sentido y sin orientación. Prefiero caminar según tu proyecto y cumplir tu sueño para mi vida. Dame la gracia de aprender a consultarte para no desgastar mi vida inútilmente. Ilumina mis pasos y guíame por el camino correcto.
Víctor Fernández

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino». Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí».
(Jn 14,1-6)

Comentario
Hoy, en este Viernes IV de Pascua, Jesús nos invita a la calma. La serenidad y la alegría fluyen como un río de paz de su Corazón resucitado hasta el nuestro, agitado e inquieto, zarandeado tantas veces por un activismo tan enfebrecido como estéril.
Son los nuestros los tiempos de la agitación, el nerviosismo y el estrés. Tiempos en que el Padre de la mentira ha inficionado las inteligencias de los hombres haciéndoles llamar al bien mal y al mal bien, dando luz por oscuridad y oscuridad por luz, sembrando en sus almas la duda y el escepticismo que agostan en ellas todo brote de esperanza en un horizonte de plenitud que el mundo con sus halagos no sabe ni puede dar.
Los frutos de tan diabólica empresa o actividad son evidentes: enseñoreado el “sinsentido” y la pérdida de la trascendencia de tantos hombres y mujeres, no sólo han olvidado, sino que han extraviado el camino, porque antes olvidaron el Camino. Guerras, violencias de todo género, cerrazón y egoísmo ante la vida (anticoncepción, aborto, eutanasia...), familias rotas, juventud “desnortada”, y un largo etcétera, constituyen la gran mentira sobre la que se asienta buena parte del triste andamiaje de la sociedad del tan cacareado “progreso”.
En medio de todo, Jesús, el Príncipe de la Paz, repite a los hombres de buena voluntad con su infinita mansedumbre: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí» (Jn 14,1). A la derecha del Padre, Él acaricia como un sueño ilusionado de su misericordia el momento de tenernos junto a Él, «para que donde esté yo estéis también vosotros» (Jn 14,3). No podemos excusarnos como Tomás. Nosotros sí sabemos el camino. Nosotros, por pura gracia, sí conocemos el sendero que conduce al Padre, en cuya casa hay muchas estancias. En el cielo nos espera un lugar, que quedará para siempre vacío si nosotros no lo ocupamos. Acerquémonos, pues, sin temor, con ilimitada confianza a Aquél que es el único Camino, la irrenunciable Verdad y la Vida en plenitud.
Rev. D. Josep Mª MANRESA Lamarca (Les Fonts del Vallès, Barcelona, España)


Santoral Católico:
San Isidoro
Obispo y Doctor de la Iglesia

Nació en Sevilla en el año 556. Era el menor de cuatro hermanos, todos los cuales fueron santos y tres de ellos obispos. San Leandro, San Fulgencio y Santa Florentina se llamaron sus hermanos.

Su hermano mayor, San Leandro, que era obispo de Sevilla, se encargó de su educación obteniendo que Isidoro adquiriera el hábito o costumbre de dedicar mucho tiempo a estudiar y leer, lo cual le fue de gran provecho para toda la vida.

Al morir Leandro, lo reemplazó Isidoro como obispo de Sevilla, y duró 38 años ejerciendo aquel cargo, con gran brillo y notables éxitos.

Isidoro fue el obispo más sabio de su tiempo en España. Poseía la mejor biblioteca de la nación. Escribió varios libros que se hicieron famosos y fueron muy leídos por varios siglos como por ej. Las Etimologías, que se pueden llamar el Primer Diccionario que se hizo en Europa. También escribió La Historia de los Visigodos y biografías de hombres ilustres.

San Isidoro es como un puente entre la Edad Antigua que se acababa y la Edad Media que empezaba. Su influencia fue muy grande en toda Europa y especialísimamente en España, y su ejemplo llevó a muchos a dedicar sus tiempos libres al estudio y a las buenas lecturas.

Fue la figura principal en el Concilio de Toledo (año 633) del cual salieron leyes importantísimas para toda la Iglesia de España y que contribuyeron muy fuertemente a mantener firme la religiosidad en el país.

Se preocupaba mucho porque el clero fuera muy bien instruido y para eso se esforzó porque en cada diócesis hubiera un colegio para preparar a los futuros sacerdotes, lo cual fue como una preparación a los seminarios que siglos más tarde se iban a fundar en todas partes.

Dice San Ildefonso que "la facilidad de palabra era tan admirable en San Isidoro, que las multitudes acudían de todas partes a escucharle y todos quedaban maravillados de su sabiduría y del gran bien que se obtenía al oír sus enseñanzas".

Su amor a los pobres era inmenso, y como sus limosnas eran tan generosas, su palacio se veía continuamente visitado por gentes necesitadas que llegaban a pedir y recibir ayudas. De todas las ciencias la que más le agradaba y más recomendaba era el estudio de la Sagrada Biblia, y escribió unos comentarios acerca de cada uno de los libros de la S. Biblia. Cuando sintió que iba a morir, pidió perdón públicamente por todas las faltas de su vida pasada y suplicó al pueblo que rogara por él a Dios. A los 80 años de edad murió, el 4 de abril del año 636.

La Santa Sede de Roma lo declaró "Doctor de la Iglesia".

Fuente: EWTN

¡Buenos días!

Enséñame tu camino

En la Biblia la palabra “camino”, es utilizada muchas veces como símbolo del estilo de vida que llevamos, de las normas que orientan nuestra conducta. Por eso los preceptos de Dios muestran el “camino” para llevar una vida honesta y justa, agradable al Señor. Profundiza este deseo con una estrofa del salmo 86, en estructura de responsorio.

Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad.
Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad.
Mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre.
Para que siga tu verdad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad.

El salmo 81 presenta a Dios quejándose de las rebeldías de Israel: “Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti: ¡ojalá me escuchases, Israel! Pero mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no quiso obedecer: los entregué a su  corazón obstinado, para que anduviesen según sus antojos. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo y caminase Israel por mi camino!”. Amigo/a: escucha a Jesús en su Evangelio, donde dijo: “Yo soy el camino”.

Padre Natalio


La frase de hoy

“No hay nada más interesante que los ojos. ¿Ya miraste a los ojos de la otra persona? De la persona amada y no amada. Del amigo y del conocido. Del jefe y del compañero de trabajo. De un niño y un anciano. Los ojos emiten una energía que es la misma energía del alma, por eso son conocidos como las ventanas del alma. Cuando miro en los ojos y dejo que los otros miren en mis ojos, estoy abriendo puertas hacia un mundo de comprensión y amor”
Pablo Neruda


Temas Médicos:
Los peligros de fumar

Mucho se ha dicho y escrito sobre los peligros que implica el hábito de fumar. Seguramente ya escuchó que fumar es malo para su salud. ¿Pero sabía que el humo del cigarrillo contiene aproximadamente 4000 productos químicos productos químicos, muchos de los cuales se sabe que causan cáncer?

Algunos de esos productos tóxicos son: Cianuro de Hidrógeno, Toluidina, Amoníaco. Tolueno, Arsénico, Dibenzocridina, Fenol, Butano, Polonio-210, DDT, Acetona, Naftilamina, Metanol, Pireno, Dimetilnitrosamina, Naftaleno, Cadmio, Monóxido de Carbono, Benzopireno, Cloruro de vinilo, Uretano, etc.

Fumar es más que un hábito… es una adicción. Por eso usted puede sentirse irritable, ansioso o preocupado cuando no tiene un cigarrillo. Es que cuando usted fuma, la nicotina va directamente a su cerebro y libera productos químicos que lo hacen “sentir bien”. El problema es que su cuerpo no quiere que esa sensación termine y pide más nicotina a medida que usted sigue fumando.

Según la Organización Mundial de la Salud, fumar es la causa de muerte evitable más frecuente en el mundo. La mitad de los fumadores muere por causa del tabaco. Además el cigarrillo duplica el riesgo de muerte súbita, ya que los fumadores tienen tres veces más riesgo de sufrir un infarto y treinta por ciento más de posibilidades de padecer ataques cerebrales.

El tabaco produce arrugas faciales en forma prematura; es causa de piel de colorido grisáceo amarillento y pálido. En otro orden de cosas el tabaco duplica la chance de parecer impotencia sexual.

Dando algunas cifras más, se puede decir que es un factor de riesgo para enfermedad cardíaca, circulatoria, digestiva, y de aparato respiratorio, donde es responsable del 85% de todos los nuevos casos de cáncer pulmonar.

Algunas ayudas para dejar de fumar

Si usted ha tomado conciencia de la necesidad de dejar de fumar, es bueno que diseñe su propio plan para acompañar el tratamiento. Para ello pueden ser útiles algunos pasos simples tales como:

A. Planifique estrategias para las situaciones de gran necesidad de fumar:
- Caramelos sin azúcar.
- Frutas o verduras.
- Agua en botellas pequeñas, jugos sin azúcar, etc.
- Tal vez no sea hambre exactamente sino la necesidad de tener algo en la boca o en las manos.
- Palitos o lapiceras para llevarse o tener en la boca.
- Bandas elásticas.
- Pelotitas anti-estrés.
- Salga a caminar.
- Escuche música o realice alguna otra actividad placentera para usted (regar las plantas, leer, pintar, nadar).
- Aplique alguna técnica de relajación que conozca.
- Lávese frecuentemente los dientes con una pasta refrescante.

• B. Prepare su ambiente:
- Tire los encendedores, ceniceros y cualquier elemento relacionado con el consumo de cigarrillos que se encuentre en su casa, el automóvil o su lugar de trabajo.
- Limpie su casa y disfrute del nuevo aroma.
- Si el auto huele a tabaco hágalo limpiar.
- Compre un nuevo cepillo dental.
- Hágase una limpieza dental profunda.
- Pídale a sus amigos que no fumen en su casa, ellos lo entenderán.
- Declare su casa o su entorno libre de humo de tabaco.

C. Pida ayuda médica.

D. Cambie las rutinas e incorpore nuevos hábitos:
- Cambie el horario habitual de levantarse, por ejemplo 15 minutos más temprano.
- Tome una ducha de agua tibia, el bañarse relaja.
- Desayune en un lugar diferente al habitual.
- Cambie el menú del desayuno, por ejemplo si siempre toma café en el desayuno, consuma té, yogurt, frutas, etc.
- Comience con actividad física como rutina. No dude en consultar a su médico sobre qué tipo de actividad física es apropiada en su caso, en particular si sufre alguna enfermedad crónica.
- Cambie las bebidas que tenía asociadas al consumo de tabaco como el alcohol o el café; reemplácelas por otras como agua, jugos de fruta, infusiones o té de diferentes sabores.
- Incorpore a su dieta más frutas y verduras, evite las comidas pesadas o con alto contenido en grasa.
- Después de almorzar o cenar rompa la rutina, salga a dar una caminata, cepille sus dientes, lave los platos… evite la sobremesa.
- No deje tiempo libre, trate de armar programas con actividades que sean gratificantes, por ejemplo ir al cine, dar un paseo por un parque, hacer alguna actividad que tenía postergada.


Meditación breve

Conocedor de cuánto les gustan las cerezas a los monos, un cazador inventó un sencillo método para cazarlos. Colocó una en el interior de un frasco de vidrio y lo dejó abierto en la selva. Cuando llegó el primer mono, metió la mano en el recipiente, decidido a atrapar el apetitoso fruto. Instintivamente, cerró el puño con firmeza y observó, con inesperada tristeza, que no podría lograr su objetivo con su preciso manotazo.
La mano había quedado atascada por la boca del frasco, aunque con el fruto alcanzado. El cazador se acercó rápidamente al mono, lo ató, le dio un fuerte y preciso golpe en el codo y logró sacar la mano con la cereza, preparada e intacta para una nueva víctima golosa.
A veces en la vida nos ocurre algo muy similar: Por no soltar algunos apegos queridos, quedamos anclados al dolor, debilitados y vulnerables ante cualquier mínimo temporal devastador. Una simple apertura de mano, un soltar oportuno, puede hacernos percibir y lograr nuevos objetivos, mucho más importantes que el inicial y rutinario...


Pedidos de oración

Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén


“Intimidad Divina”

Transformados en la imagen de Cristo

El Concilio Vaticano II enseña que la “santidad de la Iglesia se manifiesta… en los frutos de gracia que el Espíritu Santo produce en los fieles” (LG 39). Entre ellos, el más excelente, al cual todos los demás van ordenados, es la conformidad con Cristo. La Encíclica Mystici Corporis lo dice expresamente: el Espíritu Santo “ha sido comunicado a la Iglesia… para que cada uno de sus miembros, día a día, se vaya haciendo más semejante al Redentor”. Todos los elegidos son por Dios “predestinados para ser conformes a la imagen de su Hijo” (Rm 8, 29); nosotros seremos santos según la medida de nuestra semejanza con Cristo. Y el Espíritu Santo nos ha sido dado precisamente para que esculpa en nosotros los rasgos de esta divina semejanza, haciéndonos “de día en día más semejantes al Redentor”. ¡Oh!, sería menester realmente que no pasase un solo día en que esta divina semejanza no aumentase en nosotros. Si Jesús es el modelo al cual debemos asemejarnos, no es presunción aspirar a asemejarnos a él de tal modo que nuestra vida sea una “prolongación” de la suya y él pueda continuar en nosotros su incesante obra de adoración y glorificación del Padre y de redención de los hombres.

“Todos nosotros, a cara descubierta, reflejamos como espejos la gloria del Señor y nos transformamos en la misma imagen de gloria en gloria, como movidos por el Espíritu del Señor” (2 Cr 3, 18). En su condición de hijos de Dios, los bautizados reflejan en sí mismos la “gloria” de Cristo, es decir, la gracia de su “filiación”. Esto puede llegar a realizarse con tal perfección –“a cara descubierta”, esto es, sin velo alguno– que sean transformados “en la misma imagen” del Señor por acción de su Espíritu que habita en los creyentes. El ideal de la perfecta conformidad con Cristo es tan sublime que sobrepasa inmensamente la capacidad del hombre y sería locura pensar que lo puede conseguir con sus propias fuerzas, sin embargo lo puede alcanzar por el poder del Espíritu Santo “que nos ha sido dado” (Rm 5, 5) y permanece siempre con nosotros para sostener nuestra debilidad. El Espíritu Santo impulsa desde dentro el deseo de imitar a Cristo, de asemejarnos a sus sentimientos y a su vida; infunde energías sobrenaturales, sostiene la buena voluntad del hombre y la refuerza con su divina potencia.

Él, que guió a Jesús en el cumplimiento perfecto de la voluntad del Padre, guía al cristiano por el mismo camino. Lo ilumina acerca del querer divino, se lo hace aprender como el mayor tesoro y se lo hace amar como el bien más grande, pues sólo en la voluntad de Dios encontrará su santificación y podrá hacerse semejante a Cristo. La voluntad divina  debe ser para el cristiano, como lo fue para Jesús, su comida y su bebida, de manera que no exista ya en el alma “cosa alguna contraria a la voluntad divina, sino que todos sus movimientos sean en todo y por todo solamente voluntad de Dios” (San Juan de la Cruz). Todo esto desea realizar en el bautizado el Espíritu Santo, a continuación de que el alma se abra con toda docilidad a la acción de su gracia. En espera de la fiesta de Pentecostés la Liturgia invoca al Espíritu Santo para que venga a purificar los corazones de los fieles. Sólo el Espíritu Santo podrá apartar todos los obstáculos –apego a la propia voluntad, egoísmos, caprichos– que impiden a la gracia de adopción calar hondamente en la vida del cristiano; y así su espíritu totalmente puro, podrá recibir “cara a cara” la irradiación de la gloria de Cristo y ser transformado en su imagen.

¡Oh Jesús!, infunde en mí un gran deseo de ser guiado, conducido, movido en todas las cosas por tu Espíritu. Tú, en cuanto hombre, nada hacías sino por impulso del Espíritu Santo y bajo su dependencia… Haz que yo me abandone sin reservas y sin resistencia a este Espíritu, Padre de los pobres y dador de los dones, y así seré conducido ciertamente por tu mismo camino y de la manera que tú quieres. El Espíritu Santo me mueve a dirigirme al Padre como tú: ¡Abba, Padre! (C. Marmion)

P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
.

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