PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3071 ~ Domingo 17 de Julio de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El
sacerdote español Javier Leoz cuenta la historia de un párroco que ocupaba todo
su tiempo en atender los diversos asuntos propios de su ministerio en relación
con sus feligreses, las catequesis, las visitas a enfermos, la administración
de la parroquia, reuniones con grupos de agentes pastorales… y muchas tareas
más por el estilo.
Después
de una larga lista de pequeñas o de grandes acciones, el sacerdote clavó los
ojos en el crucificado preguntándole a Jesús: “¿Qué más quieres que haga,
Señor?”
Jesús,
desde la cruz, le contestó: “Has olvidado lo más importante; el estar un
momento conmigo… te has olvidado de mí ¿Cuánto hace que no rezas?”.
Esta
anécdota (tan vinculada además con el texto del Evangelio de hoy) nos debe
hacer reflexionar que es necesario buscar lugares para la contemplación y el
descanso.
El
trajín interminable propio de nuestras tareas, las idas y las venidas, las
subidas y las bajadas, el monte o el mar, el aire o la playa… nos pueden
convertir en “nuevas Martas” con un final agotador, desolador, abrasador y
vacío de contenido.
Más
razón que un santo tiene el Señor cuando nos dice; “sólo una cosa es necesaria”. Me quedo con aquella que Jesús
propone: sentarnos frente a El de vez en cuando y dejar que repose,
refrescándose, el alma que todos llevamos dentro.
¡Buenos días!
El cabrito y el lobo
La
concentración en tus propósitos es fundamental para llegar a las metas que
deseas. En la medida en que dispersas tu atención, se retardan o se pierden los
objetivos anhelados. La concentración es una disciplina de la mente y voluntad
para hacer efectivos los deseos profundos del corazón. Una curiosa fábula
ilustra bien este principio de la conducta humana.
Un cabrito cansado se quedó atrás del rebaño y fue
alcanzado por un lobo que lo perseguía. Se volvió hacia éste y le dijo: —Ya sé,
señor lobo, que estoy condenado a ser tu almuerzo. Pero para no morir sin
honor, toca la flauta y yo bailaré por última vez. Y así lo hicieron, pero los
perros, que no estaban lejos, oyeron el sonido de la flauta y enseguida
corrieron a perseguir al lobo. Viendo frustrada su comida, se dijo el lobo:
—Con sobrada razón me ha sucedido esto, porque siendo yo cazador, no debí
meterme a flautista (Esopo).
San
Pablo les recordaba a los corintios que “los atletas se privan de todo, y lo
hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una
corona incorruptible”. Entre todos los objetivos que tenemos hay uno
importantísimo: alcanzar la corona de gloria en la vida eterna con Cristo. Que
tengas la disciplina necesaria para no olvidarlo.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió
en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del
Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos
quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me
deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor:
«Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de
pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será
quitada». (Lc
10,38-42)
Comentario:
Hoy
vemos a un Jesús tan divino como humano: está cansado del viaje y se deja
acoger por esta familia que tanto ama, en Betania. Aprovechará la ocasión para
hacernos saber qué es “lo más importante”.
En
la actitud de estas dos hermanas se acostumbra a ver reflejadas dos maneras de
vivir la vocación cristiana: la vida activa y la vida contemplativa. María,
«sentada a los pies del Señor»; Marta, atareada por muchas cosas y ocupaciones,
siempre sirviendo y contenta, pero cansada (cf. Lc 10,39-40.42). —«Calma», le
dice Jesús, «es importante lo que haces, pero es necesario que descanses, y más
importante aun, que descanses estando conmigo, mirándome y escuchándome». Dos
modelos de vida cristiana que hemos de coordinar y de integrar: vivir tanto la
vida de Marta como la de María. Hemos de estar atentos a la Palabra del Señor,
y vigilantes, ya que el ruido y el tráfico del día a día —frecuentemente—
esconde la presencia de Dios. Porque la vida y la fuerza de un cristiano
solamente se mantienen firmes y crecen si él permanece unido a la verdadera
vid, de donde le viene la vida, el amor, las ganas de continuar adelante... y
de no mirar atrás.
A
la mayoría, Dios nos ha llamado a ser como “Marta”. Pero no hemos de olvidar
que el Señor quiere que seamos cada vez más como “María”: Jesucristo también
nos ha llamado a “escoger la mejor parte” y a no dejar que nadie nos la quite.
Él
nos recuerda que lo más importante no es lo que podamos hacer, sino la Palabra
de Dios que ilumina nuestras vidas, y, así por el Espíritu Santo nuestras obras
quedan impregnadas de su amor.
Descansar
en el Señor solamente es posible si gozamos de su presencia real ante la
Eucaristía. ¡Oración ante el sagrario!: es el tesoro más grande que tenemos los
cristianos. Recordemos el título de la última encíclica de Juan Pablo II: La
Iglesia vive de la Eucaristía. El Señor tiene muchas cosas que decirnos, más de
las que nos pensamos. Busquemos, pues, momentos de silencio y de paz para
encontrar a Jesús y, en Él, reencontrarnos a nosotros mismos. Jesucristo nos
invita hoy a hacer una opción: escoger «la parte buena» (Lc 10,42).
* Rev. D. Bernat GIMENO i Capín (Barcelona, España)
Palabras de San Juan Pablo II
“¡También
yo llevo sobre mi corazón, desde hace tanto tiempo, el Escapulario del Carmen! Por
ello, pido a la Virgen del Carmen que nos ayude a todos los religiosos y las
religiosas del Carmelo y a los piadosos fieles que la veneran filialmente, para
crecer en su amor e irradiar en el mundo la presencia de esta Mujer del
silencio y de la oración, invocada como Madre de la misericordia, Madre de la
esperanza y de la gracia”
Predicación del Evangelio
Sólo una cosa es necesaria
Mientras
el grupo de discípulos sigue su camino, Jesús entra solo en una aldea y se
dirige a una casa donde encuentra a dos hermanas a las que quiere mucho. La
presencia de su amigo Jesús va a provocar en las mujeres dos reacciones muy
diferentes.
María,
seguramente la hermana más joven, lo deja todo y se queda «sentada a los pies
del Señor». Su única preocupación es escucharle. El evangelista la describe con
los rasgos que caracterizan al verdadero discípulo: a los pies del Maestro,
atenta a su voz, acogiendo su Palabra y alimentándose de su enseñanza.
La
reacción de Marta es diferente. Desde que ha llegado Jesús, no hace sino
desvivirse por acogerlo y atenderlo debidamente. Lucas la describe agobiada por
múltiples ocupaciones. Desbordada por la situación y dolida con su hermana,
expone su queja a Jesús: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado
sola con el servicio? Dile que me eche una mano».
Jesús
no pierde la paz. Responde a Marta con un cariño grande, repitiendo despacio su
nombre; luego, le hace ver que también a él le preocupa su agobio, pero ha de
saber que escucharle a él es tan esencial y necesario que a ningún discípulo se
le ha de dejar sin su Palabra «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con
tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no se
la quitarán».
Jesús
no critica el servicio de Marta. ¿Cómo lo va a hacer si él mismo está enseñando
a todos con su ejemplo a vivir acogiendo, sirviendo y ayudando a los demás? Lo
que critica es su modo de trabajar de manera nerviosa, bajo la presión de
demasiadas ocupaciones.
Jesús
no contrapone la vida activa y la contemplativa, ni la escucha fiel de su
Palabra y el compromiso de vivir prácticamente su estilo de entrega a los
demás. Alerta más bien del peligro de vivir absorbidos por un exceso de
actividad, en agitación interior permanente, apagando en nosotros el Espíritu,
contagiando nerviosismo y agobio más que paz y amor.
Apremiados
por la disminución de fuerzas, nos estamos habituando a pedir a los cristianos
más generosos toda clase de compromisos dentro y fuera de la Iglesia. Si, al
mismo tiempo, no les ofrecemos espacios y momentos para conocer a Jesús,
escuchar su Palabra y alimentarse de su Evangelio, corremos el riesgo de hacer
crecer en la Iglesia la agitación y el nerviosismo, pero no su Espíritu y su
paz. Nos podemos encontrar con unas comunidades animadas por funcionarios
agobiados, pero no por testigos que irradian el aliento y vida de su Maestro.
* José Antonio Pagola
Nuevo vídeo y artículo
Hay
un nuevo vídeo subido al blog
de
"Pequeñas Semillitas" en
internet.
Para
verlo tienes que ir al final de esta página.
Hay
nuevo material publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes
acceder en la dirección:
Agradecimientos
Dicen
que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las
oraciones de las personas en la tierra:
Una
es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que
atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que
llegan en todo momento.
La
otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y
en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega
ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde
esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por
semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina:
agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros
pedidos de oración.
Desde
Santa Cruz, Bolivia, Carlos O. G.
quiere dar gracias a Dios por las bendiciones recibidas, la mayor parte de
ellas sin haberlas pedido, y que hacen que los milagros se realicen aunque rara
vez nos damos cuenta cuando llegan, y lo peor es que no nos acordamos de dar
gracias…
Desde
Bogotá, Colombia, Carlos C. expresa su gratitud hacia las personas que rezaron
por Luz María A. y su familia, a la
vez que seguimos orando para que Dios permita que todos ellos sigan en orden a
Su Santa Voluntad.
Desde
Buenos Aires, Argentina, nos llega el agradecimiento a Dios y a las personas
que rezaron por la delicada cirugía digestiva a la que fue sometido esta semana
Jorge, afectado de un tumor en la
cola del páncreas, quedando por delante un largo camino para su recuperación para
el cual seguimos unidos en oración.
Desde
Guatemala, María Victoria quiere dar
gracias a Dios porque ha cumplido 42 años de matrimonio junto a su esposo Antonio. El Señor les ha permitido
superar pruebas siempre unidos y con la protección maternal de la Virgen María.
También agradece a quienes rezaron por el embarazo de su hija Luisa Fernanda,
que el pasado 28 de junio dio a luz una bella niña a la que pusieron el nombre
de Monserrat.
Desde
Argentina, Anita agradece a todos quienes acompañaron con sus oraciones por la
recuperación de Carlos D., que ahora
está completamente recuperado de su dolencia. Damos gracias a Dios.
Desde
México llega un agradecimiento a Dios y a los que rezaron por el bebé Pablo, que ya está dado de alta de la
neumonía y en casita.
Los cinco minutos de Dios
Julio 17
La
verdad te insta a que pidas perdón a Dios por aquellos mármoles que en los
templos no fueron mármoles sino marmolina o mármol pintado; y por la seda que
fue sedalina; y por las velas que solo tuvieron de velas su forma alargada y
fueron palos largos pintados de blanco; y por los ramos de flores que fueron
papeles o trapos u objetos de plástico.
Más
que un obsequio al Señor; un objeto auténtico, son una mueca de desprecio al
Único Auténtico y además un índice desdichado de nuestras mentiras, de nuestras
ilegitimidades y de nuestros fingimientos humanos.
De
eso sí deberás pedir perdón a Dios: de todo aquello que mostraste sin ser en
realidad; de tu piedad fingida; de tu amor falsificado; de tu entrega con doble
finalidad, cuando no con triple o más inconfesables intenciones.
Con
ojos de carne no es posible ver y con labios de barro no es posible orar; te sobra
carne; te falta espíritu.
“Cuando ofrezcan al Señor un sacrificio de acción de
gracias, háganlo de tal manera que les sea aceptado” (Lv 22,29). Para el
cristiano no rigen las prescripciones rituales del Antiguo Testamento, pero
sigue rigiendo más imperiosamente aún, si cabe, la obligación de ofrecer
sacrificio al Señor -el Sacrificio Eucarístico- y de ofrecerlo con amor y por
amor.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.