martes, 19 de julio de 2016

Pequeñas Semillitas 3073

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 3073 ~ Martes 19 de Julio de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La Biblia es una carta de Dios que nos ama. Medita estas frases: “Yo soy tu proveedor: miro por tus necesidades” (Mt 6, 31-33). “El plan que tengo para tu futuro está siempre lleno de esperanza” (Jer. 29, 11). “Yo te amo con amor eterno” (Jer. 31, 3). “Me regocijo por ti con cantos de alegría” (Sof. 3, 7). “Tú eres de gran precio para mí, porque eres valioso” (Is.43, 4). “Yo deseo afirmarte dándote todo mi corazón y toda mi alma” (Jer. 32, 41). “Deléitate en mí y te concederé las peticiones de tu corazón” (Sal. 37, 4). “Porque yo soy el que produce en ti el querer y el hacer” (Flp. 2, 13). “Yo también soy el Padre que te consuela y reconforta en todos tus problemas” (2 Cor. 1,3-4). “Como el pastor carga a un cordero, yo te cargo a ti cerca de mi corazón” (Is. 40, 11).
Dicen que si Dios tuviera una heladera, tu fotografía estaría pegada a su puerta. Si él tuviera una billetera, llevaría en ella tu foto. Él te envía flores cada primavera. Él te regala un amanecer soleado cada mañana. Las veces que deseas hablar, él te escucha. Él puede vivir en cualquier parte del universo, pero eligió... tu corazón. Reconócelo como amigo. ¡Él está loco por ti! Dios no prometió días sin dolor, risas sin penas, sol sin lluvias, pero prometió fortaleza para el día, consuelo para las lágrimas, y luz para el camino. Tanto te ama que murió por ti. Ahora mismo, abre tu corazón y déjate amar por Dios.
Que la Palabra de Dios fortalezca tu confianza en el Señor, uno y trino.

¡Buenos días!

Por falta de vigilancia
Jesús llamó felices a los puros de corazón porque ellos verán a Dios. El salmista dijo que sólo los de manos limpias y puro corazón pueden presentarse delante del Señor. Esa limpieza del alma Dios nos la ha confiado a nosotros y nos presta toda la ayuda que le pidamos con tal finalidad. Vigila por lo tanto tus pensamientos y sentimientos.

Breno, caudillo galo, invadió Roma al frente de sus tropas. Algunos romanos se refugiaron en el Capitolio. Una noche con gran sigilo asaltaron los galos, pero los gansos que anidaban en las cornisas del edificio, despertaron con sus graznidos a los desprevenidos defensores que al punto rechazaron el ataque. Los sitiados, para dar a entender que no estaban acosados por el hambre, arrojaron a los galos gran cantidad de pan. Los perros del Capitolio no ladraron al escalar los enemigos la fortaleza. En castigo de su falta de vigilancia, en una fiesta anual, algunos perros eran sacrificados recordando el suceso.

La nobleza y belleza del alma dependen de la vigilancia sobre el corazón. Dios se apareció a Abrahán y le dijo: “Camina en mi presencia y sé perfecto”. Nada mejor pues que vivir en la presencia de aquél que “es luz y en quien no existe tiniebla alguna”: su luminosidad nos ayudará a tener un corazón recto, noble, justo.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, mientras Jesús estaba hablando a la muchedumbre, su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con Él. Alguien le dijo: «¡Oye! ahí fuera están tu madre y tus hermanos que desean hablarte». Pero Él respondió al que se lo decía: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?». Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre». (Mt 12,46-50)

Comentario:
Hoy, el Evangelio se nos presenta, de entrada, sorprendente: «¿Quién es mi madre?» (Mt 12,48), se pregunta Jesús. Parece que el Señor tenga una actitud despectiva hacia María. No es así. Lo que Jesús quiere dejar claro aquí es que ante sus ojos —¡ojos de Dios!— el valor decisivo de la persona no reside en el hecho de la carne y de la sangre, sino en la disposición espiritual de acogida de la voluntad de Dios: «Extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ‘Éstos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre’» (Mt 12,49-50). En aquel momento, la voluntad de Dios era que Él evangelizara a quienes le estaban escuchando y que éstos le escucharan. Eso pasaba por delante de cualquier otro valor, por entrañable que fuera. Para hacer la voluntad del Padre, Jesucristo había dejado a María y ahora estaba predicando lejos de casa.
Pero, ¿quién ha estado más dispuesto a realizar la voluntad de Dios que María? «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38). Por esto, san Agustín dice que María, primero acogió la palabra de Dios en el espíritu por la obediencia, y sólo después la concibió en el seno por la Encarnación.
Con otras palabras: Dios nos ama en la medida de nuestra santidad. María es santísima y, por tanto, es amadísima. Ahora bien, ser santos no es la causa de que Dios nos ame. Al revés, porque Él nos ama, nos hace santos. El primero en amar siempre es el Señor (cf. 1Jn 4,10). María nos lo enseña al decir: «Ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lc 1,48). A los ojos de Dios somos pequeños; pero Él quiere engrandecernos, santificarnos.
*  P. Pere SUÑER i Puig SJ (Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Arsenio
Monje
Cuando el emperador Teodosio el Grande buscaba un buen profesor para sus dos hijos, el Papa San Dámaso le recomendó a Arsenio, un senador sumamente sabio y muy práctico en sus consejos. Durante diez años, San Arsenio vivió en el palacio del emperador educando a sus dos hijos, Arcadio y Honorio.

Estando un día orando, en medio de una gran crisis espiritual, mientras le pedía a Dios que le iluminara lo que debía hacer para santificarse, oyó una voz que le decía: "Apártate del trato con la gente, y vete a la soledad". Entonces dispuso irse al desierto a orar y a hacer penitencia con los monjes.

Cuando llegó al monasterio del desierto, los monjes, sabiendo que había estado viviendo tanto tiempo como senador y como alto empleado del Palacio imperial, dispusieron ponerle algunas pruebas para saber si en verdad era apto para esa vida de humillación y mortificación. Fue ahí, donde San Arsenio se hizo muy conocido por todos por sus penitencias extraordinarias.

Por muchos siglos han sido enormemente estimados los dichos o frases breves que San Arsenio acostumbraba decir a la gente. Desde remotas tierras iban viajeros ansiosos de escuchar sus enseñanzas que eran cortas pero sumamente provechosas. Entre muchas de sus enseñanzas o frases que el Santo pronunciaba están: "muchas veces he tenido que arrepentirme de haber hablado. Pero nunca me he arrepentido de haber guardado silencio"; o "siempre he sentido temor a presentarme al juicio de Dios, porque soy un pecador".
© Aciprensa   

El pensamiento del día

"¿Cómo saben los gansos cuando volar hacia el sol?
¿Quién les ha enseñado sobre las estaciones del año?
¿Cómo nosotros, los seres humanos,
podemos saber cuándo es el momento de seguir adelante?
Al igual que las aves migratorias,
seguramente hay una voz dentro de nosotros...
si tan sólo escuchamos, nos indicaría, sin duda,
el momento de salir hacia lo desconocido."
-Elizabeth Kubler Ross-

Tema del día:
Cargar papas podridas
 
1)  Para saber
En la vida familiar se pueden dar situaciones donde alguien ofende a otro. Entonces caben dos opciones: permitir que un mal sentimiento penetre en nuestro corazón, que guardemos rencor por el mal recibido, “lo tomemos en cuenta”. O, por el contrario, que perdonemos intentando comprender la debilidad ajena e incluso busquemos una excusa para ese comportamiento, como cuando Jesús exclamó ante los que lo estaban crucificando: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23,34).
Uno mismo es quien decide qué actitud tomar. San Pablo nos recuerda que “el amor no toma en cuenta el mal”, no busca culpas, no es rencoroso. El peligro del rencor es que podemos hacerlo crecer cuanto queramos, dice el Papa Francisco, pues “la tendencia suele ser la de buscar más y más culpas, la de imaginar más y más maldad, la de suponer todo tipo de malas intenciones, y así el rencor va creciendo y se arraiga”. Es preciso evitar darle a todo la misma gravedad pues así se daña el vínculo amoroso y la estabilidad familiar.

2) Para pensar
En una ocasión el maestro pidió a sus alumnos que llevaran unas papas y una bolsa de plástico, pues les explicaría sobre el resentimiento. Ya en clase, se trataba de tomar una papa por cada persona a la que se le guardara resentimiento, escribir su nombre en ella y ponerla dentro de la bolsa. Algunas bolsas eran realmente pesadas.
El ejercicio consistía en que durante una semana cada uno llevaría la bolsa de papas a todos lados donde se fuera. Naturalmente la condición de las papas se iba deteriorando con el tiempo y hacía descuidar deberes por estar pendientes de ella. El fastidio de acarrear esa bolsa en todo momento mostró claramente el peso espiritual de cargarla a diario. Al final todos arrojaron gustosos esa carga con las papas podridas. Los alumnos comprendieron lo pesado e inútil que era mantener el resentimiento por algo que ya pasó y no puede cambiarse.
A veces le damos mucha importancia a las promesas no cumplidas o a pequeños desaires, y nos llenan de resentimiento y malestar. Pensemos ahora en las papas que se pudren en nuestra "mochila" sentimental, para decidirnos a arrojarlas fuera de nosotros.

3) Para vivir
La solución para recuperar la paz es el perdón. La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina envenenando. Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los beneficiados somos nosotros mismos.
El perdón es posible, pero no fácil, exige sacrificio, dice el Papa Francisco. Perdonar no significa aprobar lo que pasó o darle la razón a alguien que nos lastimó. Simplemente significa dejar de lado, “no tener en cuenta” aquello que nos causó dolor o enojo, pero solo será posible a partir del amor.
Muchas veces la persona más importante a la que tenemos que perdonar es a nosotros mismos. Esto supone la experiencia de ser perdonados por Dios, por un amor incondicional que nos estimula. “Entonces podremos amar más allá de todo, perdonar a los demás aun cuando hayan sido injustos con nosotros”, logrando que donde vivamos sea un lugar de comprensión, acompañamiento y estímulo.
* Pbro. José Martínez Colín

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por el señor Jorge Alberto C., de Medellín, Colombia, que tiene muchas deudas para que la Virgen le conceda tomar las mejores decisiones, en este momento de prueba.

Pedimos oración para Liza G. C. A., de Nelva (Huila), Colombia, que ha tenido una recaída y su estado neurofuncional se ha dificultado por no poder aceptar y enfrentar la situación de su madre Luz María por quien también pedimos oración; también pedimos por su padre Alfonso. Rezamos también por María Edilma T. y Aidée G., de Bogotá, Colombia, con sendos procesos tumorales en plan de cirugía. Que el Señor derrame todas su misericordia y les conceda la salud que necesitan.

Pedimos a nuestro Señor Jesús y la intercesión de María Auxiliadora por la salud del niño Edwin Ricardo C. B., de 4 años de edad, que se encuentra en grave estado de salud en unidad de cuidados intensivos del hospital de la ciudad de Ibagué-Colombia, diagnosticado por muerte cerebral al parecer por una bacteria.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de Dios
Julio 19
Los poetas cantaron con mimo a las flores; todos nos extasiamos ante la hermosura de las rosas, ante el aroma del clavel, la blancura de la azucena, la complicada armonía de una orquídea, la caprichosa formación de una pasionaria, la invisible presencia de una violeta, la exquisita pequeñez del “no me olvides”.
Todos cuidamos con esmero las flores de nuestro jardín, de nuestras macetas destinadas a formar ramos para nuestros centros de mesa, o para obsequiar a los que queremos bien.
Pero hay ciertas flores que están destinadas a marchitar su colorido y su esbeltez y a deshacer su aroma, acariciando las pequeñas puertas de un sagrario; parecería que a esas flores les ha tocado la lotería de no morir en la opaca tierra, sino ante el Dios de todo.
En tu vida, hermano, haz de reservar –como las flores– algunos actos que dediques única y exclusivamente a tu Dios; estará bien que hagas lo demás, pero estará mejor que no te olvides de Aquel que de ti se acuerda minuto a minuto.
“¡A ti sólo se debe adoración, Señor!” (Bar 6,5). “Entren, inclinémonos para adorarlo! ¡Doblemos la rodilla ante el Señor que nos creó! Porque Él es nuestro Dios” (Sal 95,6-7). Que tu postura, tu actitud en el templo, sobre todo durante la celebración de la Misa, sea de un verdadero adorador, de uno que adora en espíritu y en verdad.
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.