PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3055 ~ Viernes 1 de Julio de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Amado
Señor, aquí estoy para comenzar un nuevo mes e iniciando nuevamente mi jornada,
que por tu misericordia puedo vivir. Te quiero pedir que me des la capacidad de
liberarme de aquello que me ata, me ancla y no me deja crecer. Quiero ser libre
frente a recuerdos, amores, amistades, vicios, que me están haciendo daño y que
no puedo quitar de mi vida. Hoy quiero solicitarte tu ayuda poderosa, quiero
que actúes con todo el poder que hay en Ti y me hagas libre de esas
situaciones. Que pueda vivir para Ti, amarte y abrirme a nuevas experiencias de
bendición que la vida me está trayendo. No quiero, Señor mío, seguir inmóvil
mientras la vida pasa y suma más días y más experiencias. Quiero vivir
comprometido con el bien y hacer lo que Tú quieres que haga. Te suplico que hoy
pueda dar testimonio de libertad y de fortaleza Y confiar plenamente en tu amor
misericordioso. Amén.
¡Buenos días!
Se le perdió un diente
El
egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los demás
encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por ti mismo y tu
propio entorno, si vives para acumular dinero y comodidades, no te quedará
tiempo para los demás. Si no vives para los demás, la vida carecerá de sentido
para ti, porque la vida sin amor no vale nada.
Un hombre rico pero muy avaro estaba llorando. Un
amigo lo vio y se acercó preocupado por su lamentable situación:
—Pero Samuel, ¿qué te pasa?
—Es que a mi peine se le ha roto un diente, y ahora
tengo que comprarme uno nuevo.
—Pero hombre, no es para tanto, total, puedes seguir
peinándote con ese peine aunque le falte un diente.
—No, no lo entiendes, es que era el último diente que
le quedaba...
San
Pablo recomienda que seamos ricos en buenas obras, que demos con generosidad y
sepamos compartir las riquezas. “Así —dice— adquirirán para el futuro un tesoro
que les permitirá alcanzar la verdadera Vida” (1Tm 6, 17-19). Encerrarte en ti
mismo te dejará atrofiado y no te realizarás jamás. Una señal de madurez es
entregarte más a los demás que a ti mismo.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el
despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme». Él se levantó y le siguió. Y
sucedió que estando Él a la mesa en casa de Mateo, vinieron muchos publicanos y
pecadores, y estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos. Al verlo los
fariseos decían a los discípulos: «¿Por qué come vuestro maestro con los
publicanos y pecadores?». Mas Él, al oírlo, dijo: «No necesitan médico los que
están fuertes, sino los que están mal. Id, pues, a aprender qué significa
aquello de: ‘Misericordia quiero, que no sacrificio’. Porque no he venido a
llamar a justos, sino a pecadores». (Mt 9,9-13)
Comentario:
Hoy,
el Evangelio nos habla de una vocación, la del publicano Mateo. Jesús está
preparando el pequeño grupo de discípulos que han de continuar su obra de
salvación. Él escoge a quien quiere: serán pescadores, o de una humilde
profesión. Incluso, llama a que le siga un cobrador de impuestos, profesión
menospreciada por los judíos —que se consideraban perfectos observantes de la
ley—, porque la veían como muy cercana a tener una vida pecadora, ya que
cobraban impuestos en nombre del gobernador romano, a quien no querían
someterse.
Es
suficiente con la invitación de Jesús: «Sígueme» (Mt 9,9). Con una palabra del
Maestro, Mateo deja su profesión y muy contento le invita a su casa para
celebrar allí un banquete de agradecimiento. Era natural que Mateo tuviera un
grupo de buenos amigos, del mismo “ramo profesional”, para que le acompañaran a
participar de aquel convite. Según los fariseos, toda aquella gente eran
pecadores reconocidos públicamente como tales.
Los
fariseos no pueden callar y lo comentan con algunos discípulos de Jesús: «¿Por
qué come vuestro maestro con los publicanos y pecadores?» (Mt 9,10). La respuesta
de Jesús es inmediata: «No necesitan médico los que están fuertes, sino los que
están mal» (Mt 9,12). La comparación es perfecta: «No he venido a llamar a
justos, sino a pecadores» (Mt 9,13).
Las
palabras de este Evangelio son de actualidad. Jesús continúa invitándonos a que
le sigamos, cada uno según su estado y profesión. Y seguir a Jesús, con
frecuencia, supone dejar pasiones desordenadas, mal comportamiento familiar,
pérdida de tiempo, para dedicar ratos a la oración, al banquete eucarístico, a
la pastoral misionera. En fin, que «un cristiano no es dueño de sí mismo, sino
que está entregado al servicio de Dios» (San Ignacio de Antioquía).
Ciertamente,
Jesús me pide un cambio de vida y, así, me pregunto: ¿de qué grupo formo parte,
de la persona perfecta o de la que se reconoce sinceramente defectuosa? ¿Verdad
que puedo mejorar?
+ Rev. D. Pere CAMPANYÀ i Ribó (Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Justino Orona Madrigal
Sacerdote y Mártir
Justino
Orona Madrigal y Atiliano Cruz Alvarado eran el párroco y el coadjutor de
Cuquío (Jalisco, México) y fueron martirizados en el Rancho de las Cruces
(Guadalajara) el 1 de julio de 1928. Justino nació en Atoyac el año 1877.
Estudió en el seminario de Guadalajara y se ordenó de sacerdote en 1904. Trabajó
en diversas parroquias y en 1916 lo nombraron párroco de Cuquío. Fueron años de
apostolado fecundo en los que también colaboró con el seminario y contribuyó a
la fundación de las Clarisas del Sagrado Corazón dedicadas a recoger niñas
huérfanas y pobres. Por su parte Atilano nació el año 1901 en Ahuetiche de
Abajo. Estudió en los seminarios de Totaliche y Guadalajara, y en casas
particulares tras el cierre de los seminarios. Recibió la ordenación sacerdotal
en la clandestinidad en 1927, y enseguida lo destinaron a Cuquío. Era humilde y
celoso. Encontrándose el párroco en el Rancho, mandó llamar al coadjutor.
Estuvieron hablando largamente de la pastoral parroquial y rezaron juntos. A
las dos de la madrugada llegaron los soldados y golpearon la puerta. Les abrió
el párroco, y lo acribillaron a balazos mientas gritaba: ¡Viva Cristo Rey!
Luego balearon al coadjutor en su habitación, mientras rezaba con el crucifijo
y el rosario en sus manos.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
"Claro
que Dios podría hacer un mundo más bello que éste;
pero
no sería más bello si en él faltara María."
-San Juan María Vianney-
Tema del día:
La oración tiene efectos curativos
Un nuevo estudio realizado por un investigador
cristiano, revela que la curación física puede ocurrir como resultado de poder
de la oración.
El doctor Andrew Newberg, director de investigación de
Thomas Jefferson Hospital y Medical College en Pennsylvania, dirigió el
estudio, en el que los escáneres cerebrales de resonancia magnética,
demostraron que hay poder en la oración.
El estudio también encontró que el efecto de la
oración es muy parecido a un entrenamiento físico para el cerebro.
“Cuando nos fijamos en la forma cómo funciona el
cerebro, parece que es muy fácilmente capaz de participar en prácticas
religiosas y espirituales…. sólo tiene sentido, si Dios está allá arriba y
nosotros estamos aquí abajo, que nuestro cerebro es capaz de comunicarse con
Dios“, dijo Newberg a Christian Post.
En uno de sus estudios, Newberg tenía pacientes
ancianos con problemas de memoria, oraron cada día durante 12 minutos por ocho semanas.
Los resultados de la resonancia aparecieron positivos y dramáticamente
diferentes, después de concluir el experimento. Además, los resultados de
pruebas revelaron que el beneficio de la oración, puede en realidad formar el
cerebro.
En 2012, The Huffington Post informó que Newberg llevó
a cabo otro estudio, que las formas en que la oración y la meditación afecta al
cerebro humano. Su investigación demostró que cuando una persona se dedica a la
oración, hay un aumento de la actividad en los lóbulos frontales y el área del
lenguaje del cerebro, conocida por convertirse en activa durante la
conversación. Encontró que para el cerebro, orar a Dios es similar como hablar
con la gente.
Para llevar a cabo este estudio, se inyectó a los
participantes con un tinte radiactivo inocuo mientras estaban en profunda
oración o meditación. El tinte emigró a diferentes partes del cerebro en la que
el flujo de sangre era el más fuerte.
Newberg llegó a la conclusión que, independientemente
de la religión, la oración crea una experiencia neurológica entre las personas.
*Fuente: Familia Cristiana
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por
el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la salud de María Teresa P., de Santa Fe, Argentina y de Alfredo R., de Córdoba, Argentina. Ambos están en etapa de estudios por sus afecciones y para ellos pedimos la santa y misericordiosa protección de nuestro amado Jesús.
Pedimos oración por la salud de María Teresa P., de Santa Fe, Argentina y de Alfredo R., de Córdoba, Argentina. Ambos están en etapa de estudios por sus afecciones y para ellos pedimos la santa y misericordiosa protección de nuestro amado Jesús.
Pedimos oración por Martha A. R. T., de la ciudad de
México, pidiendo a Dios que sus estudios salgan bien y pronto recupere su
salud.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de Dios
Julio 1
Quizá
hoy te encontraste con una ambulancia y quizá ello te obligó a pensar en el
dolor; en ese pobre enfermo que iba en camino al hospital, en ese médico, en
ese enfermero, que viven dedicados plenamente a atender al enfermo y hacerle
más llevadero su dolor. Esa ambulancia ha sido para ti un verdadero despertador
de la espiritual modorra que engendra el no pensar en el mundo del dolor. Por
eso, Dios permitió que la ambulancia se cruzara en tu camino.
Esta
mañana te levantaste sano, y esta noche te acuestas sano; no pensaste en esa
riqueza inmensa que es la salud y te quejaste porque no tenías otras cosas. ¿No
hubiera sido más justo que agradecieras por lo que tienes y que no te quejaras
por lo que te falta? ¿Qué vieras al Dador de todos los bienes y no al negador
de ciertas comodidades?
Y
si Dios permitió que en el día de hoy sintieras algún dolor, ¿no hubiera sido
mejor que unieras tu dolor al dolor redentor de Cristo y al de tantos otros
hombres, que hacen posible que los hombres miren un poco más hacia el Padre, en
los cielos?
“Cristo, que era de condición divina, no retuvo esa
igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente, sino que se anonadó
a sí mismo, tomando condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres.
Y presentándose con aspecto humano, se humilló hasta aceptar por obediencia la
muerte y muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó” (Flp 2,6-9)
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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