sábado, 9 de julio de 2016

Pequeñas Semillitas 3063

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 3063 ~ Sábado 9 de Julio de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy los argentinos celebramos el bicentenario de la Declaración de la Independencia, producida en la ciudad de San Miguel de Tucumán el 9 de julio de 1816.
Entonces las Provincias Unidas del Río de la Plata (hoy República Argentina) transitaban por tiempos de muchas dificultades, pero a pesar de todas las vicisitudes, aquellos patriotas tuvieron la visión y el coraje de proclamar la Independencia de toda metrópoli extranjera.
Han pasado doscientos años y la Argentina todavía vive inmersa en una diversidad de circunstancias políticas, sociales y económicas muy difíciles, que hacen necesaria una alta cuota de patriotismo, de desapego por lo material, de olvido de los egoísmos y privilegios, de sensatez y conductas honradas y altruistas que nos permitan visualizar con optimismo el futuro de grandeza que soñaron nuestros próceres hace dos siglos.
Invoquemos hoy a la Virgen de Luján, patrona y protectora de la Argentina, y a Jesucristo, Señor de la Historia, para que nos concedan la inspiración y las fuerzas necesarias a fin de que podamos entre todos, unidos y generosos, construir la Patria grande que nos merecemos.

¡Buenos días!

Entroniza a Jesús en tu hogar
Jesús pide hospedaje en tu familia. Él quiere el primer lugar, pues quiere ser el Rey. Jesús quiere ser el centro, el alma, el amigo vivo de tu hogar. La familia debe considerarlo como un miembro más y acudir a Él, representado en la imagen del Corazón de Jesús, con plena confianza en las alegrías y en las penas; siempre, pues Él quiere participar de nuestra vida. Cuenta el P. Mateo:

En cierta familia cristiana, una de las hijas, joven, dotada de gran inteligencia y fineza de espíritu, se trastorna de repente hasta la demencia. El médico la observa varios días y asegura que es incurable y que se debe internarla. Yo les dije: —Vayan ante el Rey de amor y, postrados ante Jesús, renueven su consagración familiar. Recen después un Magnificat en acción de gracias, porque los ha juzgado dignos de este sacrificio. La madre titubea, pero luego, junto con sus hijos, ofrece su pena al Corazón de Jesús. Todos los días, al despertar, el Magníficat es la primera oración para agradecer gracia tan grande como dolorosa. Sólo habían transcurrido unas semanas, cuando recibo una carta de gratitud, anunciándome la curación total de la enferma, calificada de milagrosa por los médicos.

Ahora bien, para asegurar el éxito de la entronización es preciso que estén presentes todos los miembros de la familia y que todos lo acepten como su Rey y Señor. Si en la casa, el papá no fuera creyente, pero permite hacerlo, también se puede hacer. En este caso, la familia entera debe orar por el papá para obtener de Jesús su conversión.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus Apóstoles: «No está el discípulo por encima del maestro, ni el siervo por encima de su amo. Ya le basta al discípulo ser como su maestro, y al siervo como su amo. Si al dueño de la casa le han llamado Beelzebul, ¡cuánto más a sus domésticos!
»No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados. Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna. ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos. Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos». (Mt 10,24-33)

Comentario:
Hoy, el Evangelio nos invita a reflexionar sobre la relación maestro-discípulo: «No está el discípulo por encima del maestro, ni el siervo por encima de su amo» (Mt 10,24). En el campo humano no es imposible que el alumno llegue a sobrepasar a quien le enseñó el abc de una disciplina. Hay en la historia ejemplos como Giotto, que se adelanta a su maestro Cimabue, o como Manzoni al abad Pieri. Pero la clave de la suma sabiduría está sólo en manos del Hombre-Dios, y todos los demás pueden participar de ella, llegando a entenderla según diversos niveles: desde el gran teólogo santo Tomás de Aquino hasta el niño que se preparara para la Primera Comunión. Podremos añadir adornos de varios estilos, pero no serán nunca nada esencial que enriquezca el valor intrínseco de la doctrina. Por el contrario, es posible que rayemos en la herejía.
Debemos tener precaución al intentar hacer mezclas que pueden distorsionar y no enriquecer para nada la substancia de la Buena Noticia. «Debemos abstenernos de los manjares, pero mucho más debemos ayunar de los errores», dice san Agustín. En cierta ocasión me pasaron un libro sobre los Ángeles Custodios en el que aparecen elementos de doctrinas esotéricas, como la metempsicosis, y una incompresible necesidad de redención que afectaría a estos espíritus buenos y confirmados en el bien.
El Evangelio de hoy nos abre los ojos respecto al hecho ineludible de que el discípulo sea a veces incomprendido, encuentre obstáculos o hasta sea perseguido por haberse declarado seguidor de Cristo. La vida de Jesús fue un servicio ininterrumpido en defensa de la verdad. Si a Él se le apodó como “Beelzebul”, no es extraño que en disputas, en confrontaciones culturales o en los careos que vemos en televisión, nos tachen de retrógrados. La fidelidad a Cristo Maestro es el máximo reconocimiento del que podemos gloriarnos: «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos» (Mt 10,32).
* P. Raimondo M. SORGIA Mannai OP (San Domenico di Fiesole, Florencia, Italia)

Santoral Católico:
Santa Verónica Giuliani
Abadesa
Es una de las grandes místicas de la Iglesia. Nacida en Mercatello (Marcas, Italia) el año 1660, fue de niña caprichosa y vivaracha, a la vez que piadosa y de buen corazón. Era la menor de siete hermanas y su madre, que les dio una esmerada educación cristiana, falleció prematuramente. A los 16 años entró en el monasterio de clarisas capuchinas de Città di Castello (Umbría), en el que ejerció todos los cargos domésticos y fue muchos años maestra de novicias y abadesa. Destacó por su vida de oración y alta contemplación, acompañada de fenómenos místicos extraordinarios, incluso físicos, relacionados especialmente con la Pasión de Cristo. En el «Diario» que escribió por orden de sus confesores nos ha dejado un elocuente testimonio de sus experiencias místicas. Murió en su convento el 9 de julio de 1727.
Oración: Señor, Dios nuestro, que hiciste admirable por las señales de la pasión de tu Hijo a tu virgen santa Verónica; haz que, por su intercesión y ejemplo, aceptemos humildemente la cruz de Cristo para llegar a la gloria de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá
Patrona de Colombia 
Más información 
haciendo clic acá

Pensamientos del día
 
“Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo,
tantas dificultades que se vencerían rápidamente
si hubiera un poco de interés por la patria”
-Manuel Belgrano-

“Un buen gobierno no está asegurado
por la liberalidad de sus principios,
pero sí por la influencia que tiene
en la felicidad de los que obedecen”
-José de San Martín-

“La libertad de los pueblos no consiste en palabras,
ni debe existir en los papeles solamente.
Cualquier déspota puede obligar a sus esclavos
a que canten himnos a la libertad;
y este cántico maquinal es muy compatible
con las cadenas y opresión de los que lo entonan.
Si deseamos que los pueblos sean libres,
observemos religiosamente el sagrado dogma de la igualdad”
-Mariano Moreno-

Historia:
Declaración de Independencia Argentina
Tras la Revolución de Mayo y la instauración de la Primera Junta, en 1814, el rey Fernando VII regresó al trono de España. Este país quería reconquistar sus colonias. Los realistas habían triunfado en Huaqui, Vilcapugio y Ayohúma, y eran fuertes en el Alto Perú, actual Bolivia. Desde allí pensaban en invadir todo el territorio de Argentina.

El 15 de abril de 1815, una revolución terminó con el gobierno unitario de Carlos María de Alvear. Los revolucionarios exigieron la convocatoria de un Congreso General Constituyente. El Congreso de Tucumán comenzó a sesionar el 24 de marzo de 1816 con 33 diputados. Varias provincias no enviaron representantes por diversos motivos. De acuerdo a lo que habían decidido, la presidencia del Congreso era rotativa y debía cambiar cada mes.

En una de sus primeras decisiones, el Congreso nombró Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata a uno de sus diputados, el general Juan Martín de Pueyrredón. A partir de allí, debatieron acerca de los alcances de sus atribuciones y su funcionamiento interno, además de decidir acerca de cuestiones políticas de nivel nacional e internacional.

Varios miembros del Congreso, incluido el general José de San Martín, gobernador de la Intendencia de Cuyo, solicitaron que se iniciara la discusión sobre la Declaración de Independencia. Con la presidencia del cuerpo uno de los representantes de San Juan, Francisco Narciso de Laprida, la votación se realizó el 9 de Julio, en la casa propiedad de Francisca Bazán de Laguna, declarada Monumento Histórico Nacional en 1941.

Ningún país reconoció en ese momento la independencia nacional. Sin embargo, el 21 de julio de 1816 juraron la Independencia en la sala de sesiones por los miembros del Congreso, ante la presencia del gobernador, el general Manuel Belgrano, el clero, comunidades religiosas y demás corporaciones.

Poesía
Romance del Gran Congreso
 
El Congreso va a reunirse,
va a reunirse en Tucumán,
cada pueblo elige al hombre
que lo representará.

De sus hijos el preclaro
(sacerdote, militar,
o civil el más bueno!)
resuelto el camino va.

Ya sesiona el Gran Congreso
ya sesiona en Tucumán,
si la patria está en sus manos
¿quién mejor la cuidará?

De Fray Justo es la palabra
que domina a los demás;
declarad la Independencia,
compañeros, ¿qué esperáis ?

Es un rayo de entusiasmo.
Todos gritan Libertad !
Y la voz del Presidente
se alza augusta : ¿lo juráis ?

Por su Dios y por su Patria
jura cada congresal…
Y la Patria se ha salvado,
se ha salvado en Tucumán !…
Cecilia Borja

Oración por la Patria 
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Nos sentimos heridos y agobiados.
Precisamos tu alivio y fortaleza.
Queremos ser nación, una nación cuya identidad
sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común.
Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios
para amar a todos sin excluir a nadie,
privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden,
aborreciendo el odio y construyendo la paz.
Concédenos la sabiduría del diálogo
y la alegría de la esperanza que no defrauda.
Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor,
cercanos a María, que desde Luján nos dice:
¡Argentina! ¡Canta y camina!
Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.
Amén.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Luz María T. U., de ciudad Camargo, Chihuahua, México, que está internada con diagnóstico de leucemia aguda con mal pronóstico le hicieron una biopsia de medula y el lunes le dan los resultados. Le pedimos a la Santísima Virgen que interceda ante Jesús por su salud.

Pedimos oración para dos personas de Colombia: Alcira C., que ha sufrido un derrame cerebral y está muy grave; y Luz María A., que está internada en un geriátrico con enfermedad de Alzheimer, encomendando a ambas a la bondad de nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María.

Pedimos oración por la salud de Melina G, de 17 años, de Buenos Aires, Argentina, que padece un cáncer terminal de colon; y si tu designio es otro, a pesar del dolor que ello conlleva, te pedimos Paz para este Ángel, y sosiego y resignación para todos los que la aman, para poder sobrellevar el duro trance. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de Dios
Julio 9
Es preciso comprender todo el alcance de la fe. Creer es nada más y nada menos que acostumbrarse a amar, comprometerse siempre más, compartirlo todo por amor a Cristo: hasta mi vida, mi sangre (¿por qué no en un centro de transfusión?), mi tiempo, mi dinero, mi cultura, mis diversiones, mi casa, mi comida, mi alegría, mi amistad, mi debilidad, mis fuerzas, mis proyectos, mi ideal, mis esperanzas, mi esperanza cristiana, mi voluntad de creer, a pesar de todo, contra todo, en la salvación infalible del hombre y del mundo por Cristo.
Yo digo que soy creyente; ¿en qué se notan mis creencias, mi dependencia de Dios? ¿Quién es Dios para mí: un ser abstracto o un ser personal, tripersonal? ¿Un Dios que no se preocupa de mí o, por el contrario, un Dios que piensa en mí y que me ama?
A veces oigo decir por ahí que cada uno debe ser creyente “a su manera”; pero, si tengo fe en que Dios ha hablado, ¿cómo puedo ser creyente a mi manera y no a la manera como Dios me ha dicho que debo serlo?
“La fe, si no tiene obras, está completamente muerta” (Sant 2, 17). Las promesas hechas al Señor, si no llegan a ser realidades, de nada nos sirven. Mal hace el que promete y no cumple; peor hace el que ni siquiera se anima a prometer; solamente el que cumple lo prometido es el que se hace digno del premio. Si Cristo cuenta contigo, no lo defraudes.   
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.