PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
11 - Número 3056 ~ Sábado 2 de Julio de 2016
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
El
motor de un automóvil está compuesto por cientos de piezas diferentes. No todas tienen la misma forma ni cumplen la
misma función, pero todas trabajan juntas para hacer un trabajo que hace cien
años parecía imposible. Y si alguna de
esas partes deja de trabajar en armonía con las demás, el motor deja de
funcionar.
Como
una pieza dentro de un motor bien afinado, tengo que trabajar en armonía con
las demás personas para hacer de este mundo un mejor lugar para vivir. Aunque todos somos distintos, y no me parezco
a otros ni vivo en el mismo ambiente, puedo crear armonía y paz en mi propio
espacio.
Si
saludo a los otros con amistad y amor, es muy probable que ellos respondan de
igual modo. Este proceso puede
continuar, pasando de una persona a otra, y todas responderán con bondad, hasta
que toda la población trabaje junta con una finalidad. Vivir
y trabajar en armonía con los demás…
¡Buenos días!
Con la mirada en el cielo
Don
Bosco vivió con una mirada fija en el Cielo y otra en las realidades de este
mundo para orientarlo a la felicidad que no tiene fin. Pero trabajó sin
cansancio en cambiar las situaciones de desprotección y abandono de niños y
jóvenes pobres. En sus escritos hay pensamientos que brotaron de su profunda
visión de fe. Son joyas de sólida espiritualidad. He aquí algunos:
La vida es demasiado corta. Hay que hacer de prisa lo
poco que se pueda, antes que nos sorprenda la muerte. Los ociosos, al final de
la vida, experimentarán grandes remordimientos por el tiempo perdido. Las
espinas de la vida serán las flores de la eternidad. A la hora de la muerte se
ven las cosas desde otro punto de vista. ¿Quieres llevar contigo el dinero a la
eternidad? Da limosna a los pobres. Hagamos el bien que podamos y no aguardemos
la recompensa del mundo, sino solamente de Dios. Un rinconcito de paraíso lo
arregla todo.
Qué
aire celestial traen estas consignas que san Juan Bosco repetía en las homilías
y confesiones, y a veces al oído de un muchacho triste en un rincón del patio.
Son pensamientos simples pero nos invitan a pensar en otra dimensión, con
parámetros de eternidad. ¿Por qué no enriquecerte con estas perspectivas de la
vida en abundancia?
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, se le acercan los discípulos de Juan y le dicen: «¿Por qué
nosotros y los fariseos ayunamos, y tus discípulos no ayunan?». Jesús les dijo:
«¿Pueden acaso los invitados a la boda ponerse tristes mientras el novio está
con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán.
Nadie echa un remiendo de paño sin tundir en un vestido viejo, porque lo
añadido tira del vestido, y se produce un desgarrón peor. Ni tampoco se echa
vino nuevo en pellejos viejos; pues de otro modo, los pellejos revientan, el
vino se derrama, y los pellejos se echan a perder; sino que el vino nuevo se
echa en pellejos nuevos, y así ambos se conservan». (Mt 9,14-17)
Comentario:
Hoy
notamos cómo con Jesús comenzaron unos tiempos nuevos, una doctrina nueva,
enseñada con autoridad, y cómo todas las cosas nuevas chocaban con la praxis y
el ambiente dominante. Así, en las páginas que preceden al Evangelio que
estamos contemplando, vemos a Jesús perdonando los pecados al paralítico y
curando su enfermedad, mientras que los escribas se escandalizan; Jesús
llamando a Mateo, cobrador de impuestos y comiendo con él y otros publicanos y
pecadores, y los fariseos “subiéndose por las paredes”; y en el Evangelio de
hoy son los discípulos de Juan quienes se acercan a Jesús porque no comprenden
que Él y sus discípulos no ayunen.
Jesús,
que no deja nunca a nadie sin respuesta, les dirá: «¿Pueden acaso los invitados
a la boda ponerse tristes mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que
les será arrebatado el novio; entonces ayunarán» (Mt 9,15). El ayuno era, y es,
una praxis penitencial que contribuye a «adquirir el dominio sobre nuestros
instintos y la libertad del corazón» (Catecismo de la Iglesia, n. 2043) y a
impetrar la misericordia divina. Pero en aquellos momentos, la misericordia y
el amor infinito de Dios estaba en medio de ellos con la presencia de Jesús, el
Verbo Encarnado. ¿Cómo podían ayunar? Sólo había una actitud posible: la
alegría, el gozo por la presencia del Dios hecho hombre. ¿Cómo iban a ayunar si
Jesús les había descubierto una manera nueva de relacionarse con Dios, un
espíritu nuevo que rompía con todas aquellas maneras antiguas de hacer?
Hoy
Jesús está: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt
28,20), y no está porque ha vuelto al Padre, y así clamamos: ¡Ven, Señor Jesús!
Estamos
en tiempos de expectación. Por esto, nos conviene renovarnos cada día con el
espíritu nuevo de Jesús, desprendernos de rutinas, ayunar de todo aquello que
nos impida avanzar hacia una identificación plena con Cristo, hacia la
santidad. «Justo es nuestro lloro —nuestro ayuno— si quemamos en deseos de verle»
(San Agustín).
A
Santa María le suplicamos que nos otorgue las gracias que necesitamos para
vivir la alegría de sabernos hijos amados.
* Rev. D. Joaquim FORTUNY i Vizcarro (Cunit,
Tarragona, España)
Santoral Católico:
San Bernardino Realino
Sacerdote
Nació
en Carpi, provincia de Módena (Italia), el año 1630, en el seno de una familia
acomodada. Estudió primero en su casa, y luego en Módena y Bolonia, donde sacó
el doctorado en ambos derechos. Ejerció diversos cargos en la administración
civil. El fallecimiento de su prometida le provocó una crisis sobre su
vocación. Se trasladó a Nápoles, como lugarteniente del virrey, y allí conoció
a los jesuitas. Ingresó en la Compañía de Jesús en 1564 y en 1567 recibió la
ordenación sacerdotal. Estuvo trabajando en un colegio de Nápoles hasta que en
1574 lo destinaron a Lecce, donde pasó el resto de su vida. Realizó una muy
grande labor apostólica en la ciudad como predicador, confesor y director de
las congregaciones marianas, y atrajo a multitud de personas a la vida
cristiana. Fue ilustre por su caridad y su benignidad; había despreciado los
honores del mundo y se entregó al cuidado pastoral de los presos y de los
enfermos, y al ministerio de la palabra y del sacramento de la penitencia.
Murió el 2 de julio de 1616.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
"Cada
santa misa escuchada con atención y devoción
produce
en nuestra alma efectos maravillosos,
abundantes
gracias espirituales y materiales,
que
ni nosotros mismos conocemos"
-Santo Padre Pío-
Temas Médicos:
Conviviendo con el Alzheimer
Esta
enfermedad no mata en poco tiempo, pero hace al paciente partir lentamente. Para la familia es un duelo anticipado; para
el paciente, una condena que lo obligará a depender de otros.
Saber
que un familiar de edad avanzada está enfermo no es tan difícil de aceptar,
"de algo nos vamos a morir", se dice.
Incluso puede ser menos violento que saber que alguien joven tiene
cáncer. Sin embargo, comprender que una
persona querida —que es independiente y quizás, el responsable de la casa—
empezará lentamente a perder sus capacidades intelectuales, cognitivas y
prácticas hasta llegar a ser como un niño, es lo más difícil de enfrentar de
esta enfermedad. No es que vaya a
morirse en un par de meses o años, pero sí perderá su independencia y dejará de
ser partícipe consciente de su entorno y de actuar como sí mismo. Estará presente, pero no estará.
Generalmente,
cuando se lleva al paciente al doctor para saber si el diagnóstico es
Alzheimer, quien lo acompaña (principalmente cónyuge e hijos) ya presiente de qué
se trata por los síntomas y sobre todo, en los casos en que hay antecedentes
familiares. Desde ese momento se presenta un período de duelo y de carga muy
fuerte.
Lo
más sabio es aceptarlo como parte de la vida, es decir, que para todos acaba de
alguna forma, y esta enfermedad es sólo una manera más de terminarla. Pero hay
familiares que niegan la enfermedad, lo que va en desmedro del paciente; ya que
no se toman las medidas necesarias.
Reunir
la mayor información posible, mantener la unión de la familia, conversarlo y
repartirse las tareas, ayuda considerablemente en el proceso de aceptación, lo
que se traduce en una mejor contención del familiar enfermo.
Consejos para vivir con el Alzheimer
En
la primera fase de la enfermedad se deterioran actividades prácticas, como las
relacionadas con números o dinero. Los pacientes son independientes en cuanto a
lo cotidiano, pero se ponen repetitivos.
La
segunda etapa es la de mayor cuidado, ya que no se dan cuenta de sus errores.
Es cuando se desorientan o tienen accidentes en la casa. Para que no corran
peligro, los familiares los controlan y restringen, lo que causa fuertes roces.
En
la tercera y última fase la persona es completamente dependiente. En general,
ha perdido la capacidad de hablar y caminar, por lo que puede estar postrada.
Otro
aspecto a considerar es que la enfermedad compromete áreas cerebrales que
regulan la conducta. Esto hace que los rasgos de la personalidad se
intensifiquen o cambien; puede haber desinhibición, disminución de la autorregulación
e imposibilidad de adecuarse al contexto social. Por esto, algunos pacientes se vuelvan
agresivos, incluso con sus familiares más cercanos.
Para
una convivencia sana, la familia debe aceptar que es imposible hacerles
entender ciertas cosas. La solución es persuadirlos y cambiar el tema. También ayuda entender y recordar que no se
dan cuenta de lo que sucede y por ende, no sufren igual que quien los cuida.
Desde
el punto de vista mental y conductual, un paciente activo tendrá un mejor
desempeño, por eso lo ideal es que la familia genere espacios de interacción
donde él pueda participar. También hay terapias enfocadas a estimulación
múltiple, que incluyen la memoria, lo cognitivo y lo emocional.
Por
otro lado, con la orientación adecuada, se deben tomar medidas para asegurar el
cuidado de los pacientes, como no dejarlos solos, quitarles las llaves de la
casa y no permitirles manejar ni trabajar en la cocina o con elementos
cortantes o con el gas. Arriesgarse para evitar contradecirlo puede ser peor,
pero hay que considerar que el dejarlo sin supervisión ni afecto es una forma
de maltrato.
Cuidados para el cuidador
Encargarse
de un paciente con Alzheimer es muy absorbente. El mismo cuidador puede
terminar afectado, con estrés no sólo por el trabajo en sí, sino por la carga
emocional que conlleva, o con otras enfermedades por una sobrecarga física y
afectiva.
Se
debe tener en cuenta que un cuidador enfermo o alterado afectivamente puede
perder la paciencia, enfermarse y quedar afectado emocionalmente, lo que
también es perjudicial para el paciente, que puede llegar a vivir situaciones
de maltrato.
Además,
el cuidador debe darse espacios para desarrollar actividades que le sean
gratificantes y estén relacionadas con su plan de vida futuro, que se ha visto
interrumpido por el cuidado del paciente. En último caso, debería pedir ayuda
si se ve demasiado recargado.
* Fuente Clínica Alemana
"Pequeñas Semillitas" por e-mail
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Semillitas" por correo, más el agregado de un powerpoint. Las
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Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la
unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de
los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por las
ciudades y campos de la provincia de Córdoba, Argentina, y otras provincias
vecinas, que padecen los efectos de las inundaciones desde hace meses, con
inmenso perjuicio para la vida cotidiana y la economía de las personas que allí
habitan pues se ven imposibilitados de ejercer su actividad laboral, económica
y productiva, e incluso tienen situaciones dramáticas porque las napas están
muy altas y aflora el agua en las calles y en las casas, está en peligro la
salud por contaminación de las napas con residuos cloacales, y muchas otras
dificultades más. Le pedimos a Dios que perdone todas las agresiones que los
seres humanos le causamos a la naturaleza y a este bello planeta que nos regaló
para vivir y que calme la furia de los elementos para que la vida de miles y
miles de personas pueda volver a sus carriles normales.
Los cinco minutos de Dios
Julio 2
Se
habla de unos doscientos millones de enfermos en el mundo. Un día serás tú
contado en ese número. Para ese entonces, reflexiona que, si la muerte es
consecuencia del pecado, tiene otras proyecciones que no debes dejar pasar por
alto.
La
enfermedad ilumina el misterio de nuestro futuro: nos está recordando que no
somos sólo para aquí; la enfermedad nos humilla, nos sitúa en la verdad de lo
que somos y nos deja confiados en las manos de Dios.
¿Por
qué con la salud habrá tanto ser altivo y opresor, cuando hemos de acabar como
enfermos que imploran piedad y suscitan compasión? ¿Por qué tanto egoísmo y
avaricia, cuando hemos de acabar entregados a los que caritativamente nos
sostengan y ayuden hasta nuestro último momento?
La
enfermedad nos da la posibilidad de acercarnos a Dios; es el único con quien
nos vamos a quedar y de quien recibiremos para siempre amor y dicha.
“El salario del pecado es la muerte; pero el don
gratuito de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor” (Rom 6, 23).
No está mal ofrecer lo que sufrimos por nuestras enfermedades como una
reparación por nuestros propios pecados.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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