viernes, 8 de julio de 2016

Pequeñas Semillitas 3062

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 11 - Número 3062 ~ Viernes 8 de Julio de 2016
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Tener fe es haber descubierto el inmenso amor que Dios tiene por ti; y, ante tan enorme y fascinante hallazgo, organizar tu vida como una respuesta fiel y coherente. El Espíritu de Dios, Espíritu de amor, te ayude a interiorizar este pensamiento en la meditación, porque está en el centro de la auténtica relación con el Señor.
La vida no es un pasillo recto y fácil por el que viajamos libres y sin obstáculos, sino un laberinto de pasajes en el que debemos hallar nuestro camino, perdidos y confundidos, una y otra vez, atrapados en un callejón sin salida. Pero, si tenemos fe, Dios siempre nos abrirá una puerta que aunque tal vez no sea la que queríamos, al final será buena para nosotros (A. Cronin)
No basta escuchar y conocer las verdades de la fe: hay que vivirlas. “Dichoso el hombre que escucha la Palabra de Dios y la práctica”. Sólo así tu vida adquirirá consistencia y nada la derribará, pasarás victorioso las pruebas de este mundo perecedero y tendrás junto a Dios una morada de eterna felicidad. El Señor te asista en el combate de la fe.

¡Buenos días!

Pan… con manteca
Suplicar a Dios aquello que necesitas es permitirle entrar en la trama concreta de tu vida. De esa manera sientes la presencia y la proximidad del Señor en tus problemas cotidianos. Dios quiere librarte de tus angustias y afanes y se pone a tu alcance para cualquier necesidad, grande o pequeña, espiritual o material. Basta que lo hagas con fe, como un niño.

En un jardín de infantes de Hermanas había una niña muy buena y muy pobre. Un día sus compañeritas oyeron que al rezar el Padrenuestro, decía: "Danos hoy nuestro pan de cada día… con manteca”, y se echaron a reír, y fueron a contarlo a la Hermana. Manifestó entonces la niña que su madre había quedado viuda con seis hijos, y no podía ya darles manteca. Comprendió la religiosa y la animó a seguir pidiendo, pero que lo hiciera en voz baja. Dios oyó la oración de la niña, porque una de ellas contó a su mamá lo ocurrido en el colegio. Ésta se informó la dirección de la familia y mandó a su empleada que cada día dejara un paquete de manteca en esa casa. Cuando llegó la manteca, la niñita dijo a su madre: “Mamá, aquí está la manteca que nos manda Dios.

“La oración de petición es oportuna para ejercitar la fe y crecer en humildad y al mismo tiempo genera una relación afectuosa y concreta con Dios; te enriquece de seguridad y felicidad, mientras te ayuda a resolver los problemas básicos de la vida” (A. Gasparino). Inténtalo y no te desanimes si alguna vez no te escucha. Es seguramente para tu bien.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas. Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros.
Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará. Cuando os persigan en una ciudad huid a otra, y si también en ésta os persiguen, marchaos a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre». (Mt 10,16-23)

Comentario:
Hoy, el Evangelio remarca las dificultades y las contradicciones que el cristiano habrá de sufrir por causa de Cristo y de su Evangelio, y como deberá resistir y perseverar hasta el final. Jesús nos prometió: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20); pero no ha prometido a los suyos un camino fácil, todo lo contrario, les dijo: «Seréis odiados de todos por causa de mi nombre» (Mt 10,22).
La Iglesia y el mundo son dos realidades de “difícil” convivencia. El mundo, que la Iglesia ha de convertir a Jesucristo, no es una realidad neutra, como si fuera cera virgen que sólo espera el sello que le dé forma. Esto habría sido así solamente si no hubiese habido una historia de pecado entre la creación del hombre y su redención. El mundo, como estructura apartada de Dios, obedece a otro señor, que el Evangelio de san Juan denomina como “el señor de este mundo”, el enemigo del alma, al cual el cristiano ha hecho juramento —en el día de su bautismo— de desobediencia, de plantarle cara, para pertenecer sólo al Señor y a la Madre Iglesia que le ha engendrado en Jesucristo.
Pero el bautizado continúa viviendo en este mundo y no en otro, no renuncia a la ciudadanía de este mundo ni le niega su honesta aportación para sostenerlo y para mejorarlo; los deberes de ciudadanía cívica son también deberes cristianos; pagar los impuestos es un deber de justicia para el cristiano. Jesús dijo que sus seguidores estamos en el mundo, pero no somos del mundo (cf. Jn 17,14-15). No pertenecemos al mundo incondicionalmente, sólo pertenecemos del todo a Jesucristo y a la Iglesia, verdadera patria espiritual, que está aquí en la tierra y que traspasa la barrera del espacio y del tiempo para desembarcarnos en la patria definitiva del cielo.
Esta doble ciudadanía choca indefectiblemente con las fuerzas del pecado y del dominio que mueven los mecanismos mundanos. Repasando la historia de la Iglesia, Newman decía que «la persecución es la marca de la Iglesia y quizá la más duradera de todas
* P. Josep LAPLANA OSB Monje de Montserrat (Montserrat, Barcelona, España)

Santoral Católico:
San Procopio de Cesarea
Mártir 
Información haciendo clic acá.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco
Vuelven a la mente las palabras cargadas de significado que san Juan XXIII pronunció en la apertura del Concilio para indicar el camino a seguir: “En nuestro tiempo, la Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de la severidad… La Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la antorcha de la verdad católica, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella”.
En el mismo horizonte se colocaba también el beato Pablo VI quien, en la Conclusión del Concilio, se expresaba de esta manera: “Queremos más bien notar cómo la religión de nuestro Concilio ha sido principalmente la caridad… La antigua historia del samaritano ha sido la pauta de la espiritualidad del Concilio… Una corriente de afecto y admiración se ha volcado del Concilio hacia el mundo moderno. Ha reprobado los errores, sí, porque lo exige, no menos la caridad que la verdad, pero, para las personas, sólo invitación, respeto y amor. El Concilio ha enviado al mundo contemporáneo en lugar de deprimentes diagnósticos, remedios alentadores; en vez de funestos presagios, mensajes de esperanza: sus valores no sólo han sido respetados sino honrados, sostenidos, sus incesantes esfuerzos, sus aspiraciones, purificadas y bendecidas… Otra cosa debemos destacar aún: toda esta riqueza doctrinal se vuelca en una única dirección: servir al hombre. Al hombre en todas sus condiciones, en todas sus debilidades, en todas sus necesidades”
Papa Francisco. Misericordiae Vultus, n. 4

Historias:
La olla
Un día, un experto en administración del tiempo estaba hablando a un grupo de estudiantes y buscó una serie de acciones para sus comentarios, de forma que a los jóvenes se les quedara la idea en su mente para siempre. El experto se colocó enfrente de todos con una olla de cerámica con boca ancha. La colocó sobre la mesa y tomó una docena de piedras grandes y las fue colocando dentro de la olla.

Cuando la olla estuvo llena y no cabía una piedra más, preguntó: "¿Está llena la olla?

Todos en la clase contestaron: "Siiiiiii"

Dijo él: "¿De verdad?"  Entonces tomó un cubo con grava y empezó a vaciar su contenido en la olla hasta que ésta se fue colocando en los huecos que existían entre las piedras más grandes hasta que ya no pudo entrar una más.

Él preguntó: "¿Está llena ahora?"

Alguien del grupo contestó: "Probablemente no"

"¡Bien!" exclamó. Enseguida tomo una cubeta con arena y la vacío dentro de la olla de tal manera que la arena cubrió los huecos dejados por las piedras y la grava y ya no cupo más.
Preguntó: " ¿Está llena ahora?"

"¡Nooo!" exclamó el grupo

"¡Excelente!" - les dijo, a la vez que vaciaba una jarra con agua en el interior y ésta era absorbida por la arena. "¿Cuál es la moraleja de este ejemplo?"

Un estudiante comentó: "La moraleja es que no importa cuán llena esté tu agenda, si te esfuerzas habrá cabida para algo más".

"No, -contestó el experto-. La moraleja que nos ilustra esto es que si no colocas las piedras grandes en primer lugar, no podrás hacerlo después" ¿Qué son para ustedes las piedras grandes en su vida? ¿Un proyecto pendiente de lograr? ¿Tiempo de calidad con tu familia? ¿Tu fe? ¿Una causa justa? ¿Tus finanzas? ¿Tus estudios?
Recuerden: "Pongan las piedras grandes de su vida primero, ya que no podrán colocarlas después"
* Web católico de Javier

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por la salud de Alcira Jacqueline C., que vive en Asunción, Paraguay, padece cáncer de mama y debe operarse. Invocamos a la Virgen de Caacupé, patrona de su país, para que ella sea mediadora ante Jesús para pedir sus gracias de sanación para nuestra hermanita paraguaya.

Pedimos oración para las siguientes personas: Armando N., 72 años, de Colombia, con cáncer de vejiga y complicaciones hepáticas; por su hermana Marta y por su familia; Carola A. C., 73 años, de Perú, operada de un tumor pulmonar, rogando que le biopsia y demás pruebas resulten negativas; María Luisa, de Colombia, para que salga de sus complicaciones; Antonio S., de Colombia, afectado de leucemia en espera de un posible trasplante de médula; Roberto A. J., 74 años, de Perú, enfermo de diabetes, presión alta, colesterol y depresión: Violeta, 89 años, de Canadá, que sufrió una caída con varias lesiones en cara, muñeca y dedos.  Que Dios, con su infinita misericordia, les conceda a todos ellos sus gracias de sanación.

Pedimos oración por la salud de la señora Zulema, de casi 96 años de edad, de Buenos Aires, Argentina, que está sufriendo un paulatino deterioro en su condición física, rogando a Dios que no permita su sufrimiento y pueda encontrar la paz en su misericordia.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Los cinco minutos de Dios
Julio 8
Te sueles quejar de que no tienes fe; es que quizá no sabes ubicarte en la noción de fe y menos aún en la realidad de la fe.
Para creer en Dios, hay que despojarse de sí mismo, hay que reconocerse débil, hay que confesarnos a nosotros mismos nuestra miseria, la poca cosa que somos; como a ti te cuesta hacer esto, por eso tienes tantas dificultades para tener fe.
O tal vez estarás pasando lo que se llama una crisis de fe; estás desalentado; tienes ganas de echarlo todo a rodar. A través de esa crisis, Dios quiere llevarte a creer más profundamente, no con una fe de niño, con una fe sin conciencia y sin responsabilidad, sino con una fe adulta, una fe de compromiso; al fin y al cabo, eso y solamente eso es la fe. Así, cuando la fe parece perdida, puede ser que la tengas más arraigada, más personal, más consustanciada con tu propia vida; cuando parece muerta, puede estar más viva. Ya sabes, solamente cuando ya no tengas nada, cuando sobre todo ya no te tengas  a ti mismo, podrás comenzar a tener fe.
“Así hemos visto confirmada la palabra de los profetas, y ustedes hacen bien en prestarle atención, como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro hasta que despunte el día y aparezca el lucero de la mañana en sus corazones” (1 Pe 1,19)
* P. Alfonso Milagro

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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