PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2892
~ Martes 29 de Diciembre de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
Por lo
visto, la del Dios-Amor no es una consideración circunstancial en el Nuevo
Testamento. Hace a su esencia. Pero como suelo repetir, Dios no revela nada
sólo para que lo conozcamos. Sino para que creyendo de veras en su palabra, la
abracemos con fe viva y la pongamos en práctica. Juan nos muestra el camino:
“Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los
unos a los otros” (1 Jn 4,12)
Se
trata para los cristianos de tener un amor fundado en el amor de Dios por el
hombre pecador. Por tanto, no sólo al amigo, sino al enemigo. Estamos llamados
a diferenciarnos, como creyentes y como ciudadanos, de los que conocen sólo la
ley del talión. Como enseña Jesús en el Sermón del Monte: “Ustedes han oído que
se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a
sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está
en el cielo” (Mt 5, 43-45)
Mons. Carmelo Giaquinta
¡Buenos días!
Después de la vida
Una
vez un taxista me interrumpió una reflexión sobre la vida que sigue a esta vida
terrenal, diciéndome: “¡Nadie ha venido a contarnos lo que hay después!”.
“Mire, le dije, en la vida de san Juan Bosco hay un hecho que fue presenciado
por un grupo de seminaristas entre los 20 y 30 años y que ha testificado este
santo (1815-1888) en sus memorias”.
Siendo Don Bosco seminarista hizo un trato
con su amigo Luis Comollo: “el que muera primero vendrá a avisar si está o no
en el Cielo”. Al poco tiempo murió el amigo de Don Bosco. Habían pasado cuatro días
del entierro, y Bosco no podía dormir. Cuando el reloj de la iglesia tocó las
doce, se oyó un rumor sordo que hizo vibrar las paredes, el pavimento y el
techo.
Los seminaristas se despertaron y quedaron
mudos. “Yo estaba petrificado de horror —cuenta Don Bosco— se abrió violentamente la puerta del
dormitorio; solo se vio un fulgor pálido. Luego un repentino silencio; la luz
brilló más y oí la voz de Comollo, que por tres veces me dijo: “¡Bosco, Bosco,
Bosco! ¡Me he salvado!”.
Morir
en pecado mortal sin estar arrepentido ni acoger el amor misericordioso de
Dios, significa permanecer separados de Él para siempre por nuestra propia y
libre elección. Eso es el infierno: algo peor que el fuego y cualquier
tormento, la separación de un Dios todo bondad, belleza y verdad. Jesús habló
quince veces del infierno para que estemos muy atentos.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
Cuando se cumplieron los días de la
purificación según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para
presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón
primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de
tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
Y he aquí que había en Jerusalén un
hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la
consolación de Israel; y en él estaba el Espíritu Santo. Le había sido revelado
por el Espíritu Santo que no vería la muerte antes de haber visto al Cristo del
Señor. Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron
al Niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre Él, le tomó en
brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra,
dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la
que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los
gentiles y gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados de
lo que se decía de Él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está
puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de
contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que
queden al descubierto las intenciones de muchos corazones». (Lc
2,22-35)
Comentario
Hoy, 29 de diciembre, festejamos al
santo Rey David. Pero es a toda la familia de David que la Iglesia quiere
honrar, y sobre todo al más ilustre de todos ellos: ¡a Jesús, el Hijo de Dios,
Hijo de David! Hoy, en ese eterno “hoy” del Hijo de Dios, la Antigua Alianza del
tiempo del Rey David se realiza y se cumple en toda su plenitud. Pues, como
relata el Evangelio de hoy, el Niño Jesús es presentado al Templo por sus
padres para cumplir con la antigua Ley: «Cuando se cumplieron los días de la
purificación según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para
presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón
primogénito será consagrado al Señor» (Lc 2,22-23).
Hoy, se eclipsa la vieja profecía para
dejar paso a la nueva: Aquel, a quien el Rey David había anunciado al entonar
sus salmos mesiánicos, ¡ha entrado por fin en el Templo de Dios! Hoy es el gran
día en que aquel que San Lucas llama Simeón pronto abandonará este mundo de
oscuridad para entrar en la visión de la Luz eterna: «Ahora, Señor, puedes,
según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos
tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos» (Lc
2,29-32).
También nosotros, que somos el Santuario
de Dios en el que su Espíritu habita (cf. 1Cor 3,16), debemos estar atentos a
recibir a Jesús en nuestro interior. Si hoy tenemos la dicha de comulgar,
pidamos a María, la Madre de Dios, que interceda por nosotros ante su Hijo: que
muera el hombre viejo y que el nuevo hombre (cf. Col 3,10) nazca en todo
nuestro ser, a fin de convertirnos en los nuevos profetas, los que anuncien al
mundo entero la presencia de Dios tres veces santo, ¡Padre, Hijo y Espíritu
Santo!
Como Simeón, seamos profetas por la
muerte del “hombre viejo”! Tal como dijo el Papa san Juan Pablo II, «la
plenitud del Espíritu de Dios viene acompañada (…) antes que nada por la
disponibilidad interior que proviene de la fe. De ello, el anciano Simeón,
‘hombre justo y piadoso’, tuvo la intuición en el momento de la presentación de
Jesús en el Templo».
Chanoine Dr. Daniel MEYNEN (Saint Aubain, Namur,
Bélgica)
Santoral Católico:
Santo Tomás Becket
Obispo y Mártir
Nació en Londres el año 1118. Estudió en
París y se hizo clérigo del arzobispo de Canterbury. Completó sus estudios en
Roma y Bolonia, y luego en Auxerre. A la edad de 36 años fue elevado a la
dignidad de canciller del reino por Enrique II. Gozó de los favores del rey por
siete años y compartió muchos de sus afanes terrenos. El año 1162, nombrado por
influencia del rey sucesor del arzobispo, recibió la ordenación sacerdotal y
episcopal. Desde aquel momento cambió su vida, haciéndose más austera y
apartándose de los usos de la corte. Pronto la amistad del rey se convirtió en
odio. Tuvo que elegir entre la fidelidad a Enrique II y su responsabilidad como
pastor, y optó por lo segundo y además tomó la defensa de los derechos de la
Iglesia contra las pretensiones regias. Tomás tuvo que refugiarse en Francia y,
vuelto a su sede, fue asesinado por los esbirros del rey el 29 de diciembre de
1170.
Oración: Señor, tú que has dado a
santo Tomás Becket grandeza de alma para entregar su vida en pro de la
justicia, concédenos, por su intercesión, sacrificar por Cristo nuestra vida
terrena para recuperarla de nuevo en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
© Directorio Franciscano
Pensamiento de hoy
Es Navidad cada vez que sonríes a un
hermano y le tiendes la mano.
Es Navidad cada vez que estás en
silencio para escuchar al otro.
Es Navidad cada vez que no aceptas
aquellos principios
que destierran a los oprimidos al margen de la sociedad.
que destierran a los oprimidos al margen de la sociedad.
Es Navidad cada vez que esperas con
aquellos que desesperan en la pobreza física y espiritual.
Es Navidad cada vez que reconoces con
humildad tus límites y tu debilidad.
Es Navidad cada vez que permites al
Señor renacer para darlo a los demás.
Tema del día:
Madre Teresa en 12
frases
Tras el anuncio oficial de la aprobación
del milagro que se realizó por intercesión de la Madre Teresa de Calcuta y con
el que próximamente podrá ser declarada Santa, presentamos 12 aspectos que tal vez
no sabías de esta gran mujer que con su servicio en los más pobres mostró la
gran misericordia de Dios.
1. Nació el 26 de agosto de 1910 en
Skopje, actual Macedonia, que en ese entonces formaba parte de a Albania. Fue
bautizada con el nombre de Gonxha, que en albanés significa “capullo de rosa o
pequeña flor”, y de Agnes, que español es el nombre Inés.
2. Hizo su primera comunión con cinco
años y fue confirmada a los seis. A los ocho murió su padre y su familia pasó
por un periodo de estrechez económica. Recibió una sólida formación cristiana
en casa y en la Parroquia jesuita del Sagrado Corazón de Jesús.
3. A los 18 años dejó su hogar para ir a
Irlanda e ingresó en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, más
conocida como Hermanas de Loreto. Tomó el nombre de Teresa en honor a Santa
Teresa de Lisieux, Patrona de las misiones y Doctora de la Iglesia.
4.
Llegó a Calcuta un 6 de enero de 1929, fiesta de la Epifanía o bajada de
reyes. El 24 de mayo de 1937, fiesta de María Auxiliadora, realizó su profesión
perpetua convirtiéndose entonces, como ella misma dijo, en “esposa de Jesús”
para “toda la eternidad”.
5. Estuvo muchos años en la Congregación
de las Hermanas de Loreto dedicándose a la enseñanza. El 10 de septiembre de
1946, en un viaje para ir a su retiro anual, recibió lo que denominó la
“llamada dentro de la llamada” en la que una sed de amor y almas se apoderó de
su corazón.
6. Mediante locuciones y visiones, Jesús
le fue mostrando la nueva misión a la que la llamaba. “Ven y sé mi luz”, le
suplicó el Señor. Cristo le reveló su dolor por el olvido de los pobres, su
pena por la ignorancia que tenían de Él y el deseo de ser amado por ellos.
7. La Madre Teresa dejó el convento de
las Hermanas de Loreto y vestida con el sari blanco orlado de azul se introdujo
en el mundo de los más necesitados. Recibió un curso de medicina con las
Hermanas Médicas Misioneras y encontró alojamiento temporal con las Hermanitas
de los Pobres.
8. Comenzaba su día con la Eucaristía y
salía de casa con el rosario en la mano para servir al Señor en los más pobres.
Un 7 de octubre de 1950, fiesta de Nuestra Señora del Rosario, se estableció
oficialmente la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad.
9. En los años sesenta, la Madre Teresa
empezó a enviar a sus hermanas a diversas partes de la India y la primera obra
que abrió fuera de ese país se estableció en Venezuela. Luego se expandieron a
demás continentes, incluso en países comunistas como la antigua Unión Soviética
y Cuba.
10. La Madre Teresa también fundó a los
Hermanos Misioneros de la Caridad, la rama contemplativa de las Hermanas, los
Hermanos Contemplativos, los Padres Misioneros de la Caridad, los Colaboradores
de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes. Asimismo inició el
Movimiento Sacerdotal Corpus Christi.
11. En su vida interior experimentó un
profundo, doloroso y constante sentimiento de separación de Dios, incluso de
sentirse rechazada por Él, unido a un deseo creciente de su amor. Ella llamó
“oscuridad” a esta experiencia interior que comenzó más o menos al inicio de su
servicio a los pobres y que continuó hasta el final de su vida.
12. La Madre Teresa y San Juan Pablo II
fueron grandes amigos y se reunieron en varias oportunidades. El mismo Santo
permitió la apertura de su causa de canonización y la beatificó un 19 de
octubre de 2003, día en que se celebró la Jornada Mundial de las Misiones.
-Fuente: ACI-
Oración a San
Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo contra la perversidad
y acechanzas del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial
arroja en el infierno con tu divino
poder
a satanás y demás espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para perdición de las almas.
Amén
La Festividad de San Miguel Arcángel se celebra el 29
de Setiembre.
Pero igualmente es una práctica muy recomendada el
rezar esta oración
todos los días a la finalización de la Santa Misa.
Y también en estos tiempos para pedir por el Santo
Padre
y por la santidad de todos los sacerdotes del mundo.
En "Pequeñas Semillitas" la publicaremos los
días 29 de cada mes.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia
Católica; por el Papa Francisco, por
el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por
la Paz en el mundo; por los cristianos
perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el
hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo;
por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por
la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación
de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para la niña Delfina, de San Cristóbal, Argentina, afectada de meningo encefalitis, rogando a Jesús que la toque con Sus manos y le conceda la gracia de sanarse.
Pedimos oración para la niña Delfina, de San Cristóbal, Argentina, afectada de meningo encefalitis, rogando a Jesús que la toque con Sus manos y le conceda la gracia de sanarse.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Unidos a María
La
Sinaxis de la Madre de Dios es probablemente la más antigua de las fiestas
marianas (Siglo V) en la Iglesia Bizantina.
El
niñito reclinado en el pesebre no es un simple hombre llamado a recibir la
gracia divina en recompensa a sus virtudes, como los Santos o los Profetas, un
elegido de Dios o un hombre divinizado (teofórico), sino el Verbo verdadero, la
segunda Persona de la Santísima Trinidad, que se hizo hombre para renovar,
recrear y restaurar en Sí mismo la imagen de Dios, empañada y deformada por el
pecado.
Paraíso
Espiritual del “Segundo Adán”, Templo de la Divinidad, Puente que une la tierra
con el Cielo, Escalera por la cual Dios desciende a la tierra y el hombre sube
al Cielo, la Madre de Dios es más venerable que los Querubines, Serafines y
todas las Potencias celestes, abrigando a Cristo en su vientre “más vasto que
el cielo” es ahora el Trono de Dios.
Gracias
a Ella, el hombre es elevado por encima de los Ángeles y la gloria de la
Divinidad resplandece en su cuerpo.
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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