lunes, 28 de diciembre de 2015

Pequeñas Semillitas 2891

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2891 ~ Lunes 28 de Diciembre de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy es el día en que recordamos a los Santos Inocentes. El Evangelio (con su comentario) nos dan cuenta de ello.
Pero debemos estar atentos porque en nuestro tiempo continúa la masacre de inocentes. Millones son masacrados por el aborto; millones mueren en las guerras, persecuciones o en campos de refugiados; millones más mueren abandonados al hambre... ¿Qué hacemos todos ante este abominable hecho?
En nuestras “sociedades occidentales” el aborto es el mayor asesino de niños que se pueda imaginar. No cabe ninguna duda de que un acto, cuyo fin es el de quitar la vida a un niño por nacer, es un acto de matar a una persona inocente e indefensa y que, por ende, no admite otro nombre que el de "homicidio". Nada autoriza para considerar al aborto como algo distinto a lo que en realidad es: “un crimen abominable” cuya legalización pone en tela de juicio la supervivencia de la sociedad misma. Hoy en día, padres y madres que consienten el aborto, médicos que lo practican, los legisladores que lo promueven y las personas que lo apoyan, son los nuevos Herodes de estos tiempos.

¡Buenos días!

Señor, bendice a mi familia
La oración es la llave que abre los tesoros del cielo. Es el puente siempre accesible por el que llegamos a Dios. El arte de orar es el arte de amar al Señor. Pero orar bien es un regalo de Dios. Por lo tanto, implora que envíe su Espíritu para que llene tu corazón con el fuego de su amor.

Señor, bendice a mi familia, a mis amigos y a sus familias. Revélales tu amor y tu poder. Señor, muéstrate en este momento: que donde haya dolor, nos des paz y consuelo y donde haya duda, tengamos confianza porque creemos en ti. Jesús, visita mi casa y llévate mis problemas, angustias y dolores. Señor, contágiame tu fuerza, para que yo también pueda aceptar la voluntad del Padre. Hoy vengo a ti, lleno de dolor, a llorar mis penas en tus brazos, Recurro a ti para que me libres y destrabes de todos los males que me acechan y me impiden ser feliz. Espero confiadamente en ti. Vivo confiadamente en ti.

La familia que reza unida permanece unida y reproduce el clima de la casa de Nazaret: Jesús está en el centro, se comparten con él alegrías y dolores, se ponen en sus manos las necesidades y proyectos, se obtienen de él la esperanza y la fuerza para el camino. Esa oración alcanza su culmen cuando la familia participa de la Misa del domingo.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Después que los magos se retiraron, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma contigo al Niño y a su madre y huye a Egipto; y estate allí hasta que yo te diga. Porque Herodes va a buscar al Niño para matarle». Él se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto; y estuvo allí hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliera el oráculo del Señor por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo».
Entonces Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: «Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen». (Mt 2,13-18)

Comentario
Hoy celebramos la fiesta de los Santos Inocentes, mártires. Metidos en las celebraciones de Navidad, no podemos ignorar el mensaje que la liturgia nos quiere transmitir para definir, todavía más, la Buena Nueva del nacimiento de Jesús, con dos acentos bien claros. En primer lugar, la predisposición de san José en el designio salvador de Dios, aceptando su voluntad. Y, a la vez, el mal, la injusticia que frecuentemente encontramos en nuestra vida, concretado en este caso en la muerte martirial de los niños Inocentes. Todo ello nos pide una actitud y una respuesta personal y social.
San José nos ofrece un testimonio bien claro de respuesta decidida ante la llamada de Dios. En él nos sentimos identificados cuando hemos de tomar decisiones en los momentos difíciles de nuestra vida y desde nuestra fe: «Se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto» (Mt 2,14).
Nuestra fe en Dios implica a nuestra vida. Hace que nos levantemos, es decir, nos hace estar atentos a las cosas que pasan a nuestro alrededor, porque —frecuentemente— es el lugar donde Dios habla. Nos hace tomar al Niño con su madre, es decir, Dios se nos hace cercano, compañero de camino, reforzando nuestra fe, esperanza y caridad. Y nos hace salir de noche hacia Egipto, es decir, nos invita a no tener miedo ante nuestra propia vida, que con frecuencia se llena de noches difíciles de iluminar.
Estos niños mártires, hoy, también tienen nombres concretos en niños, jóvenes, parejas, personas mayores, inmigrantes, enfermos... que piden la respuesta de nuestra caridad. Así nos lo dice San Juan Pablo II: «En efecto, son muchas en nuestro tiempo las necesidades que interpelan a la sensibilidad cristiana. Es la hora de una nueva imaginación de la caridad, que se despliegue no sólo en la eficacia de las ayudas prestadas, sino también en la capacidad de hacernos cercanos y solidarios con el que sufre».
Que la luz nueva, clara y fuerte de Dios hecho Niño llene nuestras vidas y consolide nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad.
Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez Secretario del obispo de Sant Feliu (Sant Feliu de Llobregat, España)

Santoral Católico:
Los Santos Inocentes
Mártires
Son los niños a quienes asesinó el rey Herodes persiguiendo al Niño Jesús. El hecho nos lo refiere san Mateo. Nacido Jesús en Belén, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?». El rey Herodes se sobresaltó, llamó aparte a los magos y averiguó el tiempo de la aparición de la estrella que los guiaba. Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad, y cuando encontréis al niño, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle». Ellos llegaron a Belén, entraron en la casa, vieron al niño y, postrándose, le adoraron. Y, avisados en sueños que no volvieran donde Herodes, se retiraron a su país por otro camino. Después el Ángel del Señor se apareció a José y le dijo que huyera a Egipto. Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se retiró a Egipto. Herodes, al ver que había sido burlado, se enfureció y envió a matar a todos los niños de Belén y de su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos.
Oración: Los mártires Inocentes proclaman tu gloria en este día, Señor, no de palabra, sino con su muerte; concédenos, por su intercesión, testimoniar con nuestra vida la fe que confesamos de palabra. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco
“En Navidad Dios se nos da totalmente a Sí mismo donando a su Hijo, el Único que es toda su alegría. Y sólo con el corazón de María, la humilde y pobre hija de Sion, que se convirtió en Madre del Hijo del Altísimo, es posible exultar y alegrarse por el gran don de Dios y por su imprevisible sorpresa”

Tema del día:
Niños que mueren sin el Bautismo
Cuando preguntan, ¿Dónde en la Biblia dice que bauticen a los niños? Se podría responder con otra pregunta: ¿Dónde dice la Biblia que sólo deben bautizarse los adultos? Tanto la Biblia como la práctica de la Iglesia desde el primer siglo, indican que los niños deben ser bautizados en la fe de sus padres. El bautismo es un don para la salvación de todos, incluso de los niños.

En la Iglesia del Nuevo Testamento, cuando la cabeza de la familia recibía el bautismo, se bautizaba toda la familia. Ej.: El carcelero es bautizado con "todos los suyos" (cf. Hch 16,15.33; 18,8; 1 Co 1,16). No se encuentra en el Nuevo Testamento ningún caso en que los niños sean excluidos del bautismo ni tampoco hay un caso en que los hijos de cristianos sean bautizados más tarde.

Ahora bien, entendido esto, ¿A dónde van los niños que mueren y no están bautizados?

Nos dice nuestra doctrina católica que todos nacemos con el pecado original, nadie puede entrar en la visión beatífica si no supera el pecado original. La vía normal es la de ser bautizado, es un medio infalible para asegurar la plena felicidad en la visión beatífica. Pero, ¿qué sucede a quienes mueren sin bautismo?

La Iglesia no conoce otro medio que el Bautismo para asegurar la entrada en el cielo. Pero también reconoce que la manera en que Dios interviene para la salvación de las almas no queda reducida a los sacramentos. Así por ejemplo, se aplican el Bautismo de sangre (cuando alguien asesinado en nombre de Cristo. Su martirio sirve de bautismo) o el de deseo (deseo de ser bautizado unido a su fiel arrepentimiento)

Lo siguiente es un extracto del documento realizado por la Comisión Teológica Internacional del Vaticano que lleva por tema: "La esperanza de salvación  para los niños que mueren sin bautismo"

81. a) "La gracia de Dios llega a todo ser humano y su providencia abraza a todos. El Concilio Vaticano II enseña que Dios no niega la ayuda necesaria para la salvación a aquellos que, sin culpa por su parte, todavía no han llegado a un explícito conocimiento de Dios, pero que, con la ayuda de la gracia, se esfuerzan por conseguir una vida recta. Dios ilumina a todos para que al fin tengan la vida. El Concilio enseña además que la gracia obra de modo invisible en el corazón de todos los hombres de buena voluntad. Estas palabras se aplican directamente a quienes han alcanzado la edad de la razón y que toman decisiones responsables, pero es difícil negar su aplicabilidad también a los que no han alcanzado el uso de la razón...

Esta profunda afirmación del Vaticano II nos lleva al corazón del proyecto de amor de la Santísima Trinidad y pone de relieve que el proyecto de Dios supera la comprensión humana. Confiando en que Dios provee en todas las circunstancias, se enumeran algunos caminos mediante los cuales los niños que mueren sin Bautismo pueden tal vez ser unidos a Cristo.

85. a) En general, podemos descubrir en estos niños que sufren y mueren una conformidad salvífica con Cristo en su propia muerte, una intimidad con Él...

86. b) Algunos de los niños que sufren y mueren son víctimas de la violencia. En su caso, teniendo como referencia el ejemplo de los Santos Inocentes, podemos descubrir una analogía con el bautismo de sangre que otorga la salvación. Aunque de un modo inconsciente, los Santos Inocentes sufrieron y murieron por Cristo; sus verdugos trataban de matar al Niño Jesús. Como los que quitaron la vida a los Santos Inocentes estaban motivados por el miedo y el egoísmo, igualmente la vida de los niños de hoy, de manera especial los que están todavía en el seno materno, con frecuencia se encuentra amenazada por el miedo o el egoísmo de otros. En este sentido, se encuentran en solidaridad con los santos Inocentes. Más todavía, se encuentran en una situación de solidaridad con Cristo, que ha dicho: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt 25,40)

87. c) Es posible también que Dios simplemente actúe para conceder el don de la salvación a niños no bautizados en analogía con el don de la salvación concedido sacramentalmente a los niños bautizados. Tal vez podamos comparar este caso al don inmerecido de Dios a María en su Inmaculada Concepción, mediante el cual actúa simplemente para darle anticipadamente la gracia de la salvación en Cristo.

95. Hay dos posibles destinos finales para el ser humano en este orden sobrenatural: o la visión de Dios o el infierno (cf. Gaudium et spes 22). Aunque algunos teólogos medievales mantuvieron la posibilidad de un destino intermedio, natural, obtenido por la gracia de Cristo, o sea el limbo, consideramos que esta solución es problemática y deseamos indicar que otras soluciones son posibles, fundadas en la esperanza de una gracia redentora dada a los niños que mueren sin bautizar que les abre el camino del cielo

Entonces, la Iglesia confía en que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, de un modo conocido sólo por Dios, se salven. Y confía también en la misericordia divina, que quiere que todos se salven (1 Timoteo 2, 4) pensando que hay un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo, y ese camino es la unión íntima a Cristo desde el seno materno.
- PildorasdeFe.net
- Con información de Vatican.va

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por las personas damnificadas por las inundaciones en la región del litoral de Argentina y también en Brasil, Paraguay y Uruguay. Que el Señor detenga la furia de la naturaleza tantas veces agredida por el hombre.

Pedimos oración para las siguientes personas de México: el bebé A. que nació prematuro y está grave; por la salud y necesidades de René; y por la salud de Javier H. T. próximo a una cirugía a corazón abierto.

Pedimos oración por la recuperación de María Antonia (Maruca), de Córdoba, Argentina, 93 años, afectada de una fractura de pelvis y con indicación de reposo absoluto en cama por 90 días. Que el Niño Jesús la fortalezca en su cuerpo y en su alma y dé también esa misma fortaleza espiritual a su hija Adriana y a toda la familia, de la que el autor de esta página forma parte.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Unidos a María
La Natividad del Señor ilumina una vez más con su luz las tinieblas que con frecuencia envuelven nuestro mundo y nuestro corazón, y trae esperanza y alegría. ¿De dónde viene esta luz? De la gruta de Belén, donde los pastores encontraron a “María y a José, y al niño reclinado en el pesebre”.
Ante la Sagrada Familia surge otra pregunta más profunda: ¿cómo pudo aquel niño pequeño y débil traer al mundo una novedad tan radical como para cambiar el curso de la historia? ¿No hay, tal vez, algo de misterioso en su origen que va más allá de aquella gruta?
La pregunta sobre el origen de Jesús, la misma que plantea el procurador Poncio Pilato durante el proceso: “¿De dónde eres tú?”. Sin embargo, se trata de un origen bien claro. En el Evangelio de Juan, cuando el Señor afirma: “Yo soy el pan bajado del cielo”, (…) “No vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis”

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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