PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año 10 - Número 2773
~ Jueves 27 de Agosto de 2015
Desde la ciudad de
Córdoba (Argentina)
Alabado
sea Jesucristo…
La doctrina de Jesús consiste en poner
la otra mejilla, perdonar a los demás y a uno mismo incondicionalmente, servir
y no querer ser servidos, no juzgar, dar, sin esperar nada a cambio, no de lo
que sobra sino de lo necesario, preferir ocupar los últimos puestos, colaborar
en la construcción de un mundo más humano.
El encuentro con Jesús supone una opción
personal, un proceso continuo y selectivo. El resultado es para celebrarlo
desde la gratuidad, la confianza, la alegría, la esperanza. Seguir a Jesús es
cuestión de Amor y de Espíritu. Jesús opone el “espíritu”, que es la fuerza, la
alegría, la libertad, la vida, a la “carne”, que en la Biblia significa
egoísmo, pesimismo, falsedad, cobardía...
Seguir a Jesús supone aceptarle a él y a
su estilo de vida. Lo que Jesús pide
-vivir como vivió Él- es lo que
más compromete y lo que más felicidad y libertad proporciona. Es la “exigencia”
del amor, pues la fe no es un tranquilizante. Creer compromete.
Es importante nuestra respuesta. Una
respuesta libre y personal que es elección, opción de permanecer en la
seguridad del suelo o de lanzarse a volar con la confianza de que Alguien nos
sostiene y nos hace ver, vivir y sentir la vida desde otra perspectiva, desde
otra sensibilidad, desde la plena confianza en Alguien que nunca falla.
A. Gutiérrez
¡Buenos días!
La bondad: el primer valor
Cuando
de alguien se dice, “es una buena persona”, así simplemente, se la está
calificando con la nota más excelente: la bondad. Ser bueno es ser de nobles
sentimientos, honrado, servicial, respetuoso con todos, amable, generoso. La
bondad sintetiza aspectos muy valiosos de la personalidad, que generan en los
demás, aprecio y admiración.
La primera persona a quien has de convencer
de tu bondad eres tú mismo. Tu conciencia no te engañará. Y cuando ella te diga
que eres bueno, cuando esa voz de adentro te lo afirme, tu corazón desbordará
de gozo. Porque tú serás dueño de decidirte entre muchos oficios y profesiones
y adquirirás, acaso, una habilidad especial que te destaque; pero nada hay en
el mundo que supere a la bondad. Cuando dicen de un hombre: "Es un gran
ingeniero", de otro que “es un herrero muy hábil”, de otro: "Es un
pintor famoso", queda por saber lo principal: si es bueno. Ser bueno es la
gran tarea, la más noble profesión, el tesoro inagotable, la mayor sabiduría,
el mejor negocio, la verdadera gloria, la felicidad suprema.
Para
lograr esta meta moral hay que orientarse por los principios fundamentales de
la buena conducta. En el libro de Tobías, el padre da preciosos consejos a su
hijo para que lleve una vida honesta y feliz. Por ejemplo: “Si vives conforme a
la verdad, te irá bien en todas tus obras”, y “No hagas a nadie lo que no te
gusta a ti”. La palabra de Dios sea luz en tu sendero.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de
Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus
discípulos: «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche iba a venir
el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa. Por eso,
también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá
el Hijo del hombre. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el
señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo?
Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo
os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si el mal siervo
aquel se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda’, y se pone a golpear a sus
compañeros y come y bebe con los borrachos, vendrá el señor de aquel siervo el
día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su
suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes». (Mt
24,42-51)
Comentario
Hoy, el texto evangélico nos habla de la
incertidumbre del momento en que vendrá el Señor: «No sabéis qué día vendrá»
(Mt 24,42). Si queremos que nos encuentre velando en el momento de su llegada,
no nos podemos distraer ni dormirnos: hay que estar siempre preparados. Jesús
pone muchos ejemplos de esta atención: el que vigila por si viene un ladrón, el
siervo que quiere complacer a su amo... Quizá hoy nos hablaría de un portero de
fútbol que no sabe cuándo ni de qué manera le vendrá la pelota...
Pero, quizá, antes debiéramos aclarar de
qué venida se nos habla. ¿Se trata de la hora de la muerte?; ¿se trata del fin
del mundo? Ciertamente, son venidas del Señor que Él ha dejado expresamente en
la incertidumbre para provocar en nosotros una atención constante. Pero,
haciendo un cálculo de probabilidades, quizá nadie de nuestra generación será
testimonio de un cataclismo universal que ponga fin a la existencia de la vida
humana en este planeta. Y, por lo que se refiere a la muerte, esto sólo será
una vez y basta. Mientras esto no llegue, ¿no hay ninguna otra venida más
cercana ante la cual nos convenga estar siempre preparados?
«¡Cómo pasan los años! Los meses se
reducen a semanas, las semanas a días, los días a horas, y las horas a
segundos...» (San Francisco de Sales). Cada día, cada hora, en cada instante,
el Señor está cerca de nuestra vida. A través de inspiraciones internas, a través
de las personas que nos rodean, de los hechos que se van sucediendo, el Señor
llama a nuestra puerta y, como dice el Apocalipsis: «Mira que estoy a la puerta
y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré
con él y él conmigo» (Ap 3,20). Hoy, si comulgamos, esto volverá a pasar. Hoy,
si escuchamos pacientemente los problemas que otro nos confía o damos
generosamente nuestro dinero para socorrer una necesidad, esto volverá a pasar.
Hoy, si en nuestra oración personal recibimos —repentinamente— una inspiración
inesperada, esto volverá a pasar.
+ Rev. D. Albert TAULÉ i Viñas (Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa Mónica
Madre de San
Agustín
Nació en Tagaste, provincia romana al
norte de África, el año 331, de familia cristiana. Educada con esmero, muy
joven fue dada en matrimonio a un hombre llamado Patricio, pagano, que se
convirtió y bautizó antes de morir; hombre bueno pero de carácter irascible, a
quien supo amar, servir y soportar, y del que tuvo tres hijos, entre ellos san
Agustín, por cuya conversión derramó muchas lágrimas y oró insistentemente a
Dios. Fue un modelo de madre y de esposa; alimentó su fe con la oración y la
enriqueció con sus virtudes. Educó a sus hijos en la fe, y según la costumbre
de entonces los inscribió en el catecumenado pero no los bautizó. Agustín en su
juventud se desvió religiosa y moralmente, lo que provocó las lágrimas y
oración de la madre. Ésta lo siguió a Roma y después a Milán, donde Agustín se
convirtió y recibió el bautismo de manos de san Ambrosio. Cuando volvían a
África, Mónica murió en Ostia (Roma) el año 387, contenta y satisfecha de ver a
su hijo convertido en siervo de Dios.
Oración: Oh Dios, consuelo de los que
lloran, que acogiste piadosamente las lágrimas de santa Mónica impetrando la
conversión de su hijo Agustín, concédenos, por intercesión de madre e hijo, la
gracia de llorar nuestros pecados y alcanzar tu misericordia y tu perdón. Por
Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
Palabras del Papa
Francisco
“Precisamente, a este mundo desafiante,
con sus egoísmos, Jesús nos envía, y nuestra respuesta no es hacernos los
distraídos, argüir que no tenemos medios o que la realidad nos sobrepasa.
Nuestra respuesta repite el clamor de Jesús y acepta la gracia y la tarea de la
unidad”
Historias:
¿A dónde corres?
Mi amigo cuenta la historia de algo que
sucedió mientras su papá estaba cazando venados en los bosques.
Con el rifle acunado en el hueco de sus
brazos, su padre iba por un antiguo camino de leñadores casi borrado por la
exuberante espesura. Caía la tarde y estaba pensando en regresar al campamento
cuando oyó un ruido en los arbustos cerca de él. Antes de que tuviera
oportunidad de levantar el rifle, un bultito castaño y blanco corrió hacia el a
toda velocidad. Mi amigo se ríe cuando cuenta la historia.
"Todo sucedió tan rápido, que papá
apenas tuvo tiempo de pensar. Miró hacia abajo y allí estaba un conejito
castaño (en extremo agotado) acurrucado contra sus piernas entre sus botas. La
cosita temblaba como una hoja, pero allí estaba sin moverse.
Esto era sumamente raro. Los conejos
silvestres tienen miedo de la gente, y ni siquiera es fácil llega a ver alguno...
mucho menos uno que venga y se siente en nuestros pies.
Mientras papá trataba de encontrarle
explicación a aquello, otro actor entro en la escena: Más abajo en el camino
una comadreja saltó al camino, cuando vio a mi padre (y a la que consideraba su
presa, sentada a sus pies) el predador quedo congelado, el hocico jadeante, los
ojos con un brillo rojo.
Entonces comprendió papá que había
irrumpido en medio de un pequeño drama de vida y muerte en el bosque. El
conejito, exhausto por la persecución, estaba a solo minutos de la muerte. Papá
era su última esperanza de refugio. Olvidando su natural recelo y miedo, el
animalito instintivamente se había pegado a él buscando protección de los
afilados dientes de su implacable enemigo".
El padre de mi amigo no lo decepcionó:
alzó su rifle, apuntó y disparó al suelo justo debajo de la comadreja. El
animal pareció saltar casi recto al aire un par de pies y entró disparado hacia
el bosque de nuevo, a toda velocidad que sus patas se lo permitían.
Durante un rato el conejito no se movió.
Siguió echadito allí, acurrucado entre los pies del hombre, en la tarde que
caía poco a poco, mientras el le hablaba suavemente.
¿A dónde fue, chiquitín? No pienso que
te molestará por un tiempo. Parece que esta noche te has librado de la trampa. Pronto
el conejito se fue saltando, alejándose de su protector para entrar en el
bosque.
¿A dónde corres, querido, en momentos de
necesidad? ¿A dónde corres cuando te persiguen predadores como los problemas,
las preocupaciones y los temores?
¿Dónde te escondes cuando tu pasado te
persigue como un lobo implacable, tratando de destruirte? ¿Dónde buscas
protección cuando las comadrejas de la tentación, la corrupción y la maldad
amenazan con vencerte? ¿A dónde te vuelves cuando tu energía se agota... cuando
la debilidad te embarga y sientes que no puedes huir por más tiempo? ¿Te vuelves
a tu protector, Aquel que está firme con los brazos abiertos, esperando porque
vuelvas y te refugies en la seguridad de todo lo que Él es?
Nuevo vídeo
Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas
Semillitas" en internet
con la vida de Santa Mónica
Para verlo tienes que ir al final de
esta página.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia
Católica; por el Papa Francisco, por
el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por
la Paz en el mundo; por los cristianos
perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por
nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las
enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el
hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los inmigrantes del Mediterráneo;
por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por
la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación
de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones
sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la salud de Margarita M. L., que vive en Apaxco,
México, quien se encuentra enferma por un carcinoma hepático para que por el
Santo Nombre de Jesús reciba la gracia de la sanación.
Pedimos oración por un buen trabajo para
Luis Fernando B. V., de México,
invocando para ello a Dios en su infinita misericordia.
Pedimos oración para Guillermo Alejandro J., de Argentina,
que está internado en terapia intensiva, con un cuadro crítico, necesitado de
nuestras plegarias, rosarios y misas por su delicado estado de salud. Él
siempre ora por todos nosotros… hagámoslo ahora por él para que el Creador lo
cure.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Unidos a María
La
vida del hombre sobre la tierra es milicia, dice el libro de Job en la Biblia,
y se podría agregar que la vida de cada hombre es como una tempestad que de
repente estalla y quiere sumergirlo todo.
Suele
suceder que de un día calmo sobreviene una tormenta que quiere destruir todo lo
que con tanto esfuerzo hemos conseguido, y entonces es el momento de llamar a
María, de invocar a María, la Estrella del Mar, la que pone calma en nuestra
alma turbada, y calma las olas del mundo y del demonio.
Que no
se nos caiga de los labios el dulce y fuerte Nombre de María, porque el demonio
es muy astuto y, en cuanto puede, quiere arrastrarnos al mal y hacernos
enemigos de Dios por el pecado. No lo dejemos actuar. Pero como él es mucho más
fuerte que nosotros por naturaleza, por ser él un ángel y nosotros simples
mortales, entonces invoquemos a María, llamémosla en nuestro auxilio, porque
antes el sol dejará de brillar, a que María deje de prestarnos su ayuda. El
demonio le tiene terror a la Virgen, y en cierto sentido la teme más que al
mismo Dios.
Cuando
todo parezca perdido y la barquita de nuestra vida esté a punto de irse a
pique, miremos a María y llamémosla en nuestro socorro, y veremos cómo todo
vuelve a la calma y a la normalidad.
Jardinero de Dios
-el más
pequeñito de todos-
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