jueves, 13 de agosto de 2015

Pequeñas Semillitas 2759

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2759 ~ Jueves 13 de Agosto de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Confía en Dios. Él hace Su Labor mucho mejor de lo que tú podrías sugerirle.
Confía en Ti. El creador te puso a cargo de tu vida; seguro puedes elegir bien qué hacer con ella.
Confía en el Amor. Porque eres Amor. El miedo es sólo un amor al que golpearon. Sánate.
Confía en que estás en el lugar perfecto, en el momento preciso. Vive este presente así como es. Dios lo creó para ti y es perfecto: sumérgete en él, pon atención a cada detalle y siente con plenitud este presente, no la ilusión del presente en el que crees que deberías estar para ser espiritual. Si vives este presente a plenitud podrás pasar libremente al siguiente, sin lamentos ni indecisiones. Si vives atento, te darás cuenta de que se encuentra en tu corazón lo que buscabas en tus pensamientos.

¡Buenos días!

Renueva tus fuerzas
Cuenta el novelista francés René Bazin: “Durante la segunda guerra mundial, iba todos los días a misa y veía allí a una joven señora, que estaba con gran recogimiento y serenidad, a pesar de haber perdido a su esposo y tener a sus hijos prisioneros en un campo de concentración. Un día, le pregunté cuál era la razón de su tranquilidad, y ella me respondió:

— “Todos los días recibo a Jesús en la comunión y me da fuerzas para las 24 horas siguientes. La fuerza que recibo en la comunión, me hace superar todas las dificultades”

El sagrario de nuestras iglesias o la custodia donde está expuesto Jesús sacramentado es el mejor lugar del mundo para entablar una relación de amor y amistad con Dios. Allí nos espera el Dios omnipotente y allí podemos decirle, mejor que en ningún otro lugar, que lo amamos. Por eso, es el mejor lugar del mundo para hacer oración. (P. Ángel Peña en “Oración del corazón”)
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Pedro preguntó a Jesús: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?». Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía 10.000 talentos. Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: «Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré». Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda.
»Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: «Paga lo que debes». Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: «Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré». Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía. Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido. Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: «Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?». Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano».
Y sucedió que, cuando acabó Jesús estos discursos, partió de Galilea y fue a la región de Judea, al otro lado del Jordán. (Mt 18,21—19,1)

Comentario
Hoy, preguntar «¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano?» (Mt 18,21), puede significar: —Éstos a quienes tanto amo, los veo también con manías y caprichos que me molestan, me importunan cada dos por tres, no me hablan... Y esto un día y otro día. Señor, ¿hasta cuándo los he de aguantar?
Jesús contesta con la lección de la paciencia. En realidad, los dos colegas coinciden cuando dicen: «Ten paciencia conmigo» (Mt 18,26.29). Mientras la intemperancia del malvado, que ahogaba al otro por poca cosa, le ocasiona la ruina moral y económica, la paciencia del rey, a la vez que salva al deudor, a la familia y sus bienes, engrandece la personalidad del monarca y le genera la confianza de la corte. La reacción del rey, en labios de Jesús, nos recuerda aquello del libro de los Salmos: «Mas el perdón se halla junto a ti, para que seas temido» (Sal 130,4).
Está claro que nos hemos de oponer a la injusticia, y, si es necesario, enérgicamente (soportar el mal sería un indicio de apatía o de cobardía). Pero la indignación es sana cuando en ella no hay egoísmo, ni ira, ni necedad, sino deseo recto de defender la verdad. La auténtica paciencia es la que nos lleva a soportar misericordiosamente la contradicción, la debilidad, las molestias, las faltas de oportunidad de las personas, de los acontecimientos o de las cosas. Ser paciente equivale a dominarse a uno mismo. Los seres susceptibles o violentos no pueden ser pacientes porque ni reflexionan ni son amos de sí mismos.
La paciencia es una virtud cristiana porque forma parte del mensaje del Reino de los cielos, y se forja en la experiencia de que todo el mundo tenemos defectos. Si Pablo nos exhorta a soportarnos los unos a los otros (cf. Col 3,12-13), Pedro nos recuerda que la paciencia del Señor nos da la oportunidad de salvarnos (cf. 2Pe 3,15).
Ciertamente, ¡cuántas veces la paciencia del buen Dios nos ha perdonado en el confesionario! ¿Siete veces? ¿Setenta veces siete? ¡Quizá más!
Rev. D. Joan BLADÉ i Piñol (Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santos Ponciano e Hipólito
Papa y Presbítero. Mártires
Los santos mártires Ponciano, papa del año 230 al año 235, e Hipólito, presbítero de la Iglesia de Roma, fueron desaterrados juntos a Cerdeña, el año 235, por el emperador Maximino el Tracio, que los condenó a trabajos forzados en las canteras. Allí cumplieron juntos una condena común y, al parecer, fueron coronados con una misma corona, la del martirio. Después sus cuerpos fueron trasladados y enterrados en Roma, Ponciano en el cementerio de Calixto, Hipólito en el cementerio de la Vía Tiburtina. El pontificado de Ponciano se vio turbado por la continuación del cisma que había provocado el famoso escritor Hipólito. En el común cautiverio, ambos se reconciliaron antes de su muerte. Ponciano renunció el año 235 a la sede de Roma, y dejó expedito el camino para su sucesor san Antero. Hipólito, fecundo escritor, de tendencias rigoristas, estuvo en desacuerdo con la elección del papa san Calixto I (217-222), y él mismo fue elegido antipapa. El desatierro a Cerdeña fue el camino de la reconciliación en la Iglesia.
Oración: Te rogamos, Señor, que el glorioso martirio de tus santos aumente en nosotros los deseos de amarte y fortalezca la fe en nuestros corazones. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco

"Que el Señor nos dé a todos la gracia
de la valentía de ponernos siempre en camino
para buscar el rostro del Señor,
aquel rostro que un día veremos
y que aquí en la tierra debemos buscar" 

Tema del día:
Hay un tiempo…
Hay un tiempo cuando los padres quedan huérfanos de sus hijos. Es que los niños crecen independientes de nosotros, como árboles murmurantes y pájaros imprudentes. Crecen sin pedir permiso a la vida. Crecen con una estridencia alegre y, a veces, con alardeada arrogancia.

Pero no crecen todos los días, de igual manera, crecen de repente. Un día se sientan cerca de ti en la terraza y te dicen una frase con tal naturalidad que sientes que no puedes más ponerle pañales. ¿Dónde quedaron la placita de jugar en la arena, las fiestitas de cumpleaños con payasos  y los juguetes preferidos?

El niño crece en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil. Ahora estás allí, en la puerta de la discoteca, esperando que él o ella no sólo crezcan, sino aparezca. Allí están muchos padres al volante, esperando que salgan zumbando sobre patines y cabellos largos y sueltos. Allá están nuestros hijos, entre hamburguesas y gaseosas en las esquinas, con el uniforme de su generación, e incómodas mochilas de moda en los hombros. Allí estamos, con los cabellos casi emblanquecidos.

Esos son los hijos que conseguimos generar y amar a pesar de los golpes, de los vientos, de las cosechas, de las noticias, y observando y aprendiendo con nuestros errores y aciertos. Principalmente con los errores que esperamos que no repitan.

Hay un tiempo en que los padres van quedando  un poco huérfanos de los propios hijos... Ya no los buscaremos más de las puertas de las discotecas y de las fiestas. Pasó el tiempo del piano, el ballet, el inglés, natación y el karate. Salieron del asiento de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas.

Deberíamos haber ido más junto a su cama al anochecer, para oír su alma respirando conversaciones y confidencias entre las sábanas de la infancia. Y a los adolescentes cubrecamas de aquellas piezas llenas de calcomanías, posters, agendas coloridas y discos ensordecedores.

No los llevamos suficientemente al cine, a los juegos, no les dimos suficientes hamburguesas y bebidas, no les compramos todos los helados y ropas que nos hubiera gustado comprarles…

Ellos crecieron, sin que agotásemos con ellos todo nuestro afecto. Al principio fueron al campo o fueron a la playa entre discusiones, galletitas, congestionamiento, navidades, pascuas,  piscinas y amigos..

Sí, había peleas dentro del auto, la pelea por la ventana , los pedidos de chicles y reclamos sin fin. Después llegó el tiempo en que viajar con los padres comenzó a ser un esfuerzo, un sufrimiento, pues era imposible dejar el grupo de amigos y primeros amoríos.

Los padres quedaban exiliados de los hijos. "Tenían la soledad que siempre desearon", pero de repente, morían de nostalgia de aquellas "pestes".

Llega el momento en que sólo nos resta quedar mirando desde lejos, torciendo y rezando mucho para que escojan bien en la búsqueda de la felicidad, y que la conquisten del modo más completo posible.

El secreto es esperar... En cualquier momento nos pueden dar nietos. El nieto es la hora del cariño ocioso y picardía no ejercida en los propios hijos, y que no puede morir con nosotros. Por eso, los abuelos son tan desmesurados y distribuyen tan incontrolable cariño. Los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro afecto.

Así somos, sólo aprendemos a ser hijos después que somos padres, sólo aprendemos a ser padres después que somos abuelos...

Nuevo vídeos

Hay un nuevo vídeo subido al blog
de "Pequeñas Semillitas" en internet.
Para verlo tienes que ir al final de esta página.

Hay nuevo vídeo publicado en el blog
"Juan Pablo II inolvidable"
Puedes acceder en la dirección:

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los inmigrantes del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por las personas damnificadas por las inundaciones en la provincia de Buenos Aires, Argentina, producidas por las grandes lluvias de los últimos días y agravadas por la inacción de los gobernantes que, a pesar de que estos hechos se reiteran casi anualmente, no han hecho las obras necesarias para prevenir los daños.
Basílica de Luján inundada

Pedimos oración por el eterno descanso del alma de Hugo, que luego de larga agonía pasó a la casa del Padre celestial.

Desde Córdoba, Argentina, elevamos los siguientes pedidos de oración: por la salud de Marta C., afectada por un problema cardiaco; por Liliana B. con cáncer en estado terminal; por Karina, a quien operan hoy de cáncer de lengua; por los gemelos Bautista y Valentín, prematuros de 6 días de vida para que superen esta etapa sin complicaciones. Te lo pedimos Señor.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Unidos a María
Las Lágrimas de la Madre de los Dolores llenan la Escritura y desbordan en todos los siglos.
Todas las veces que uno llora, en medio de la muchedumbre o en la soledad, es ella misma la que llora, porque todas las lágrimas le pertenecen en su calidad de Emperatriz de la Beatitud y del Amor.
Las Lágrimas de María son la Sangre misma de Jesucristo, derramada de otra manera, como su Compasión fue un tipo de crucifixión interior para la Humanidad santa de Su Hijo.
Las Lágrimas de María y la Sangre de Jesús son la doble efusión de un mismo corazón y se puede decir que la Compasión de la Santa Virgen fue la Pasión bajo su forma más terrible.
Es lo que expresan estas palabras dirigidas a Santa Brígida: “Como Adán y Eva vendieron el mundo por una sola manzana, mi Hijo y yo, hemos rescatado este mundo con un solo Corazón.”

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.