miércoles, 12 de agosto de 2015

Pequeñas Semillitas 2758

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2758 ~ Miércoles 12 de Agosto de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy, como ayer, la fuerza evangelizadora de la Iglesia, que permite que el mensaje llegue a la vida de los hombres y de la sociedad, reside en la armoniosa conjunción de palabra y vida, de palabra encarnada en la vida, o vida que es de suyo una palabra. ¿Hará falta explicar el impacto universal provocado por el testimonio, entre otros, de los papas San Juan XXIII, Beato Pablo VI o San Juan Pablo II? Y en nuestra propia Argentina, ¿quién puede ignorar la fuerza testimonial y evangelizadora, entre varios otros, del Beato Cura Brochero,  el venerable José León Torres, de los siervos de Dios Mamerto Esquiú, el cardenal Pironio, José Américo Orzali, y de otros más cuya santidad, Dios mediante, la Iglesia reconocerá un día? El anuncio misionero de los pastores y de los laicos no puede ser sólo palabra sino testimonio, o palabra testimonial. Esta exigencia de testimonio silencioso y elocuente por sí mismo, permitía a San Juan Pablo II, en su hermosa carta “Novo milenio ineunte”, exhortar a la santidad considerándola como una ‘urgencia pastoral’. Quizá no hemos meditado lo suficiente sobre las implicancias de tal afirmación.
Mons. Antonio Marino

¡Buenos días!

El poder del entusiasmo
“Han sido los griegos los que nos han legado la palabra más bella de nuestro idioma: la palabra «entusiasmo», del griego «theos», un dios interior” (Pasteur). La palabra contraria (antónima) es apatía: falta de pasión, de fuego. Alguien dijo que, aunque no hagas más que alfileres, si no eres entusiasta de tu oficio, ni te destacarás en él, ni disfrutarás de tu tarea cotidiana.

Si tienes entusiasmo puedes hacerlo todo. El entusiasmo es la levadura que hace crecer nuestras esperanzas hasta alcanzar las estrellas. El entusiasmo es el brillo en nuestros ojos, la vivacidad en nuestro andar, la fuerza en nuestras manos, el ímpetu irresistible de nuestra voluntad y de nuestras energías que nos lleva a realizar nuestras ideas. Los entusiastas son los triunfadores. Ellos tienen fortaleza, tienen tenacidad. El entusiasmo es la base de todo progreso. Con él se consigue crear. Sin él, todo son excusas.

“Dejo en tus manos todos mis trabajos, Dios mío. No quiero debilitarme y perder el entusiasmo por el temor al fracaso. Quiero trabajar firme y seguro, porque tú estarás conmigo para ampararme. Contigo todo estará bien, todo terminará bien, y también de mis errores y fracasos sacarás una bendición para mi vida”, (P. Fernández). Cultiva y pide el entusiasmo.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, toma todavía contigo uno o dos, para que todo asunto quede zanjado por la palabra de dos o tres testigos. Si les desoye a ellos, díselo a la comunidad. Y si hasta a la comunidad desoye, sea para ti como el gentil y el publicano. Yo os aseguro: todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos». (Mt 18,15-20)

Comentario
Hoy, en este breve fragmento evangélico, el Señor nos enseña tres importantes formas de proceder, que frecuentemente se ignoran.
Comprensión y advertencia al amigo o al colega. Hacerle ver, en discreta intimidad («a solas tú con él»), con claridad («repréndele»), su equivocado proceder para que enderece el camino de su vida. Acudir a la colaboración de un amigo, si la primera gestión no ha dado resultado. Si ni aun con este obrar se logra su conversión y si su pecar escandaliza, no hay que dudar en ejercer la denuncia profética y pública, que hoy puede ser una carta al director de una publicación, una manifestación, una pancarta. Esta manera de obrar deviene exigencia para el mismo que la practica, y frecuentemente es ingrata e incómoda. Por todo ello es más fácil escoger lo que llamamos equivocadamente “caridad cristiana”, que acostumbra a ser puro escapismo, comodidad, cobardía, falsa tolerancia. De hecho, «está reservada la misma pena para los que hacen el mal y para los que lo consienten» (San Bernardo).
Todo cristiano tiene el derecho a solicitar de nosotros los presbíteros el perdón de Dios y de su Iglesia. El psicólogo, en un momento determinado, puede apaciguar su estado de ánimo; el psiquiatra en acto médico puede conseguir vencer un trastorno endógeno. Ambas cosas son muy útiles, pero no suficientes en determinadas ocasiones. Sólo Dios es capaz de perdonar, borrar, olvidar, pulverizar destruyendo, el pecado personal. Y su Iglesia atar o desatar comportamientos, trascendiendo la sentencia en el Cielo. Y con ello gozar de la paz interior y empezar a ser feliz.
En las manos y palabras del presbítero está el privilegio de tomar el pan y que Jesús-Eucaristía realmente sea presencia y alimento. Cualquier discípulo del Reino puede unirse a otro, o mejor a muchos, y con fervor, Fe, coraje y Esperanza, sumergirse en el mundo y convertirlo en el verdadero cuerpo del Jesús-Místico. Y en su compañía acudir a Dios Padre que escuchará las súplicas, pues su Hijo se comprometió a ello, «porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18,20).
Rev. D. Pedro-José YNARAJA i Díaz (El Montanyà, Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santa Juana Francisca de Chantal
Fundadora
Nació en Dijon (Francia) el año 1572, en el seno de una familia católica ferviente, de la aristocracia. Contrajo matrimonio con el barón de Chantal y tuvo seis hijos, a los que educó esmeradamente. Muerto su marido en 1601, cuando ella tenía sólo 29 años, llevó, bajo la dirección de san Francisco de Sales, una admirable vida de perfección, ejerciendo, sobre todo, la caridad con los pobres y enfermos. Con el apoyo seguro del santo obispo, fundó el instituto de la Visitación de Nuestra Señora (Salesas), convertido en 1619 en orden de clausura bajo la Regla de San Agustín, que gobernó sabiamente. Llegó a altos grados de la vida mística, en la que sufrió penas internas muy grandes, aunque en apariencia gozase de una gran paz y serenidad. Murió en el monasterio de la Visitación de Moulins (Francia) el 13 de diciembre de 1641, pero su memoria se celebra el 12 de Agosto.
Oración: Señor, Dios nuestro, que adornaste con excelsas virtudes a santa Juana Francisca de Chantal en los distintos estados de su vida, concédenos, por su intercesión, caminar fielmente según nuestra vocación, para dar siempre testimonio de la luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano    

La frase de hoy

“En el orden personal, en el orden familiar,
tenemos que pedir mucha gracia a Dios para ser siempre justos,
y también como ciudadanos debemos bregar
para que en nuestro País, la justicia sea cada vez más autónoma”
~ Mons. Jorge Casaretto ~

Tema del día:
A la defensa del embrión humano
Defendemos lo que es precioso, lo que es importante, lo que tiene valor, lo que necesita ayuda. Por eso, precisamente por eso, estamos llamados a defender al embrión humano.

Para algunos, un embrión humano es material biológico, disponible para la investigación. Para otros, es ciertamente una vida humana, pero supeditada en sus “derechos” al reconocimiento que otorgue (o que no otorgue) su madre. Para otros, es, sobre todo, un hijo.

La situación en la que hoy se encuentran millones de embriones humanos es dramática. Unos empiezan a existir en clínicas de la reproducción artificial, donde se evalúan según la calidad que tengan, donde son seleccionados los 'mejores' y marginados los 'peores', donde muchos son congelados como 'material disponible' según las necesidades.

Otros embriones inician su vida en el seno materno. Allí, en un lugar escondido e íntimo, corren el peligro de ser eliminados por el aborto, con técnicas diferentes que tienen un objetivo idéntico: aniquilarlos.

Otros embriones crecerán hasta llegar al día del parto, pero encontrarán a su alrededor un mundo difícil, lleno de incomprensiones y de desprecios, o situaciones de injusticia como las que provocan el hambre de millones de niños.

El embrión humano vive hoy situaciones de grave desamparo, lo cual exige una reacción sincera y valiente de los amantes de la justicia. No podemos aceptar con indiferencia el uso o la eliminación de millones de embriones simplemente porque unos, los más fuertes, los rechazan.

Por lo mismo, todo esfuerzo cultural y social orientado a reconocer y a defender la dignidad de los más pequeños e indefensos miembros de nuestra especie será bienvenido. Su simple existencia merece ayuda y protección: porque son hermanos nuestros y, sobre todo, porque están unidos a sus respectivas madres por los vínculos maravillosos de la filiación humana.
Fernando Pascual

Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas

Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir el power point y los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com 
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.

Unidos a María
¡Qué semejante belleza debe poseer la Santísima Virgen que ha enamorado al mismo Dios, que es la Belleza infinita, pues la Virgen atrajo a su seno al Verbo de Dios, y cautivó el Corazón del Señor! ¿Qué no hará con nuestro pobre corazón? Si en el Cielo solo estuviera la Santísima Virgen, ya seríamos felices en ese Cielo, pues verla a Ella ya es felicidad perfecta. María es la Obra Maestra del Creador, que la ha hecho para Sí mismo y a los elegidos se las da a conocer y se las ofrece como Madre. Jesús mismo nos la ha dado como regalo supremo en que moría en la Cruz, y es el mayor Don que nos podía hacer el Señor, porque María es el consuelo de Dios y nuestro consuelo. Dichosos si esta Reina nos ha elegido para que seamos sus fieles vasallos, pues… ¡Qué mayor honor que pertenecer a este augusta Princesa!

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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