jueves, 26 de marzo de 2015

Pequeñas Semillitas 2641

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2641 ~ Jueves 26 de Marzo de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Dice el teólogo franciscano español José Arregi:
“La oración es la manifestación de la relación con Dios: es expresar de algún modo a Dios la admiración, la queja, el agradecimiento, la confianza y todos los sentimientos. Es estar atento a la voz silenciosa de Dios. Es sumergirse en la presencia bendita y oculta de Dios. Es “estar” sin más con Dios o en Dios... Jesús convirtió toda su vida en oración. La oración de Jesús consistía en vivir “ante Dios y con Dios” todo lo que vivía. En eso debiera consistir nuestra oración”
Destinemos unos cuantos minutos cada día para estar en oración con Dios. No hace falta que sea en el templo ni en un lugar especial. Basta con que podamos estar solos, sin nada que nos distraiga y con el corazón abierto para conversar con Dios como lo haríamos con un amigo de plena confianza. Así nos quiere Él: sin fórmulas pre-establecidas ni repeticiones de memoria… en una conversación amigable y confiada con quien más nos ama y siempre está dispuesto a escucharnos y a darnos lo mejor.

¡Buenos días!

El bordado de mamá
“Cuando yo era pequeño, mi mamá solía coser mucho. Yo me sentaba cerca de ella y le preguntaba qué estaba haciendo. Ella me respondía que estaba bordando. Siendo yo pequeño, observaba el trabajo de mi mamá desde abajo, por eso siempre me quejaba diciéndole que solo veía hilos feos. Ella se sonreía, miraba hacia abajo y gentilmente me decía: —Hijo, ve afuera a jugar un rato y cuando haya terminado mi bordado te pondré sobre mi regazo y te dejaré verlo desde arriba. 

Me preguntaba por qué ella usaba algunos hilos de colores oscuros y por qué me parecían tan desordenados desde donde yo estaba.  Más tarde escuchaba la voz de mamá diciéndome: —Hijo, ven y siéntate en mi regazo.  Yo lo hacía de inmediato y me sorprendía y emocionaba al ver una hermosa flor o un bello atardecer en el bordado. No podía creerlo; desde abajo sólo veía hilos enredados. Entonces mi mamá me decía: —Hijo mío, desde abajo se veía confuso y desordenado, pero no te dabas cuenta de que había un plan arriba. Yo tenía un hermoso diseño. Ahora míralo desde mi posición, qué bello.

Muchas veces a lo largo de los años he mirado al Cielo y he dicho: —Padre, ¿qué estás haciendo?  Él responde: —Estoy bordando tu vida. Entonces yo le replico: —Pero se ve tan confuso, es un desorden. Los hilos parecen tan oscuros, ¿por qué no son más brillantes? El Padre parecía decirme: —Mi niño, ocúpate de tu trabajo confiando en mí y un día te traeré al Cielo y te pondré sobre mi regazo y verás el plan desde mi posición. Entonces entenderás”.
Que la fe tenga un lugar privilegiado en tu corazón.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: «En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá la muerte jamás». Le dijeron los judíos: «Ahora estamos seguros de que tienes un demonio. Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: ‘Si alguno guarda mi Palabra, no probará la muerte jamás’. ¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo?». Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: ‘Él es nuestro Dios’, y sin embargo no le conocéis, yo sí que le conozco, y si dijera que no le conozco, sería un mentiroso como vosotros. Pero yo le conozco, y guardo su Palabra. Vuestro padre Abraham se regocijó pensando en ver mi día; lo vio y se alegró». Entonces los judíos le dijeron: «¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham?». Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy». Entonces tomaron piedras para tirárselas; pero Jesús se ocultó y salió del Templo. (Jn 8,51-59)

Comentario
Hoy nos sitúa san Juan ante una manifestación de Jesús en el Templo. El Salvador revela un hecho desconocido para los judíos: que Abraham vio y se alegró al contemplar el día de Jesús. Todos sabían que Dios había hecho una alianza con Abraham, asegurándole grandes promesas de salvación para su descendencia. Sin embargo, desconocían hasta qué punto llegaba la luz de Dios. Cristo les revela que Abraham vio al Mesías en el día de Yahvé, al cual llama mi día.
En esta revelación Jesús se muestra poseyendo la visión eterna de Dios. Pero, sobre todo se manifiesta como alguien preexistente y presente en el tiempo de Abraham. Poco después, en el fuego de la discusión, cuando le alegan que aún no tiene cincuenta años les dice: «En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera, Yo Soy» (Jn 8,58) Es una declaración notoria de su divinidad, podían entenderla perfectamente, y también hubieran podido creer si hubieran conocido más al Padre. La expresión “Yo soy” es parte del tetragrama santo Yahvhé, revelado en el monte Sinaí.
El cristianismo es más que un conjunto de reglas morales elevadas, como pueden ser el amor perfecto, o, incluso, el perdón. El cristianismo es la fe en una persona. Jesús es Dios y hombre verdadero. «Perfecto Dios y perfecto Hombre», dice el Símbolo Atanasiano. San Hilario de Poitiers escribe en una bella oración: «Otórganos, pues, un modo de expresión adecuado y digno, ilumina nuestra inteligencia, haz también que nuestras palabras sean expresión de nuestra fe, es decir, que nosotros, que por los profetas y los Apóstoles te conocemos a ti, Dios Padre y al único Señor Jesucristo, podamos también celebrarte a ti como Dios, en quien no hay unicidad de persona, y confesar a tu Hijo, en todo igual a ti».
Rev. D. Enric CASES i Martín (Barcelona, España)

Cada día de Cuaresma
Día 37: Contemplar la Pasión
La liturgia de estos días nos acerca ya al misterio fundamental de nuestra fe: la Resurrección del Señor. Pero no podremos participar de Ella, si no nos unimos a su Pasión y Muerte. Por eso, durante estos días, acompañemos a Jesús, con nuestra oración, en su vía dolorosa y en su muerte en la Cruz. No olvidemos que nosotros fuimos protagonistas de aquellos horrores, porque Jesús cargó con nuestros pecados (1 Pedro 2, 24), con cada uno de ellos. Fuimos rescatados de las manos del demonio y de la muerte a gran precio (1 Corintios 6, 20), el de la Sangre de Cristo. Santo Tomás de Aquino decía: “La Pasión de Cristo basta para servir de guía y modelo a toda nuestra vida”. Al preguntarle a San Buenaventura de donde sacaba tan buena doctrina para sus obras, le contestó presentándole un Crucifijo, ennegrecido por los muchos besos que le había dado: “Este es el libro que me dicta todo lo que escribo; lo poco que sé aquí lo he aprendido”

Nos hace mucho bien contemplar la Pasión de Cristo: en nuestra oración personal, al leer los Santos Evangelios, en los misterios dolorosos del Santo Rosario, en el Vía Crucis... En ocasiones nos imaginamos a nosotros mismos presentes entre los espectadores que fueron testigos en esos momentos. También podemos intentar con la ayuda de la gracia, contemplar la Pasión como la vivió el mismo Cristo (R.A. Knox, Ejercicios para seglares). Parece imposible, y siempre será una visión muy empobrecida de la realidad, pero para nosotros puede llegar a ser una oración de extraordinaria riqueza. Dice San León Magno que “el que quiera de verdad venerar la pasión del Señor debe contemplar de tal manera a Jesús crucificado con los ojos del alma, que reconozca su propia carne en la carne de Jesús” (Sermón 15 sobre la Pasión)

La meditación de la Pasión de Cristo nos consigue innumerables frutos. En primer lugar nos ayuda a tener una aversión grande a todo pecado, pues Él fue traspasado por nuestras iniquidades y molido por nuestros pecados (Isaías 53, 5). Los padecimientos nos animan a huir de todo lo que pueda significar aburguesamiento y pereza; avivan nuestro amor y alejan la tibieza. Hacen nuestra alma mortificada, guardando mejor los sentidos. Y si alguna vez, el Señor permite el dolor, nos será de gran ayuda y alivio considerar los dolores de Cristo en su Pasión. Hagamos el propósito de estar más cerca de la Virgen estos días que preceden a la Pasión de su Hijo, y pidámosle que nos enseñe a contemplarle en esos momentos en los que tanto sufrió por nosotros.
P. Francisco Fernández Carvajal

Santoral Católico:
San Ludgero (Liudgero) de Münster
Obispo
Nació en Frisia (al norte de Holanda) de familia noble hacia el año 742. Estudió en la escuela abacial de Utrecht, dirigida entonces por el abad san Gregorio, y luego, siendo ya diácono, en la escuela de Alcuino, con el que estuvo en total unos cinco años; se ordenó de sacerdote en Colonia el año 777. Evangelizó amplias regiones de Holanda, Dinamarca y Sajonia con gran provecho por sus cualidades personales, por la responsabilidad que le imponía el saberse portador del Evangelio y por su intensa vida interior. Peregrinó a Roma y estuvo algún tiempo en Montecasino, donde estudió la Regla de San Benito. Tras la conversión del jefe de los sajones, Carlomagno lo invitó a evangelizar Westfalia. Fundó el monasterio en torno al cual surgió la actual ciudad de Münster, de la que fue elegido primer obispo el 804. Fundó también otros monasterios, centros de propagación de la fe, entre ellos el de Werden (Sajonia, Alemania), en el que murió el año 809.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco

“La Iglesia por naturaleza es misionera, no debe quedarse replegada en sí misma, sino que es enviada a todos los hombres. La misión es lo que el amor no puede callar. La Iglesia sigue a Jesucristo por el camino que la lleva a cada hombre, hasta los confines de la tierra (Hch 1,8). ¡Cuánto deseo que los lugares en los que manifiesta la Iglesia, en particular nuestras parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio de la indiferencia!”

Tema del día:
El Papa habla del infierno

1) Para saber
El Papa Francisco ha ido visitando las parroquias de Roma y, ha preferido ir a las periferias de la ciudad. Cuando acudió a una dedicada a Santa María del Redentor, tuvo oportunidad de hablar con los enfermos, a quienes llevó una palabra de esperanza: “Les doy las gracias por vuestra sonrisa”, les dijo el Papa. “El Señor los quiere mucho, está cerca suyo”, añadió.

Les recordó que “el Señor nunca nos abandona, ni siquiera en los momentos feos”, y pidió tener confianza en Él también en esos momentos en los que “llega un poco de nostalgia, un poco de tristeza, las lágrimas nos caen, el llanto… pero digamos: ‘Señor, sé que Tú estás aquí’. Él vivió un momento feo en la cruz ¿lo recuerdan? Él  ha sido el primero en abrirnos camino a todos. Y por eso sabe qué es el dolor, la tristeza, estar solos y tantas otras cosas…”. Además, “con el Señor está nuestra madre; las madres nunca dejan solos a los hijos, y la Virgen es nuestra madre”.

2) Para pensar
En su encuentro con los niños y los jóvenes le hicieron algunas preguntas. Uno le hizo una pregunta interesante y que suele hacerse la gente: “¿Por qué si Dios es bueno existe el infierno?”

El Papa respondió que “Dios perdona todo, pero un ángel muy orgulloso, muy orgulloso, que era muy inteligente, y tenía envidia de Dios, ¿entienden? Quería ser Dios. Y Dios quiso perdonarlo, pero él decía: «Yo no tengo necesidad de perdón… ¡Me basto a mí mismo!»’”.

Por tanto, “al infierno no te mandan: si vas es porque lo eliges tú. El infierno es querer alejarse de Dios porque no se quiere el amor de Dios, ni nunca más tener relación con Dios”.

El Papa no dejó de subrayar la misericordia de Dios que quiere salvar a todos. Si un pecador tremendo, con todos los pecados del mundo, lo condenan a la pena de muerte, y en el momento de ir allí, a la pena de muerte, cuando a punto de morir, mira al Cielo y dice arrepentido: “¡Señor!” ¿A dónde va, al cielo o al infierno? Al Cielo, dijo el Papa.

La prueba la tenemos en el ladrón que crucificaron junto a Jesús. Era un ladrón, pero un ladrón de aquellos… Este no creía a Jesús; soportaba los dolores hasta la muerte. Pero en un momento, algo se movió en su interior y dijo: ‘Señor… ¡Ten piedad de mí!’. ¿Y qué dijo Jesús? «Hoy estarás conmigo en el Paraíso»”.

Así que “va al infierno solamente aquél que dice a Dios: ‘No te necesito, me arreglo yo sólo’, como ha hecho el diablo que es el único del que estamos seguros que está en el infierno”.

3) Para vivir
También le preguntaron sobre cómo vivir de manera adecuada la moral cristiana. Francisco dijo que “vivir moralmente es una gracia, es una respuesta al amor que Él te da primero”.

La vida moral no se trata de ‘hacer esto’, y ‘no hacer lo otro’. Eso sería una filosofía moral, pero no es cristiano. Cristiano es el amor de Jesús que nos ama primero y nosotros le correspondemos.
© Pbro. José Martínez Colín

Mensaje de María Reina de la Paz 
Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de marzo de 2015

"¡Queridos hijos! También hoy el Altísimo me permite estar con ustedes y guiarlos por el camino de la conversión. Muchos corazones se han cerrado a la gracia y hecho oídos sordos a mi llamado. Ustedes, hijitos, oren y luchen contra las tentaciones y contra todos los planes malvados que el diablo les ofrece a través del modernismo. Sean fuertes en la oración y con la cruz en las manos, oren para que el mal no los utilice y no venza en ustedes. Yo estoy con ustedes y oro por ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!"

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración para Nelly, de 25 años, que hace 9 días ha tenido su segundo bebé por cesárea y presenta una complicación infecciosa, por lo que rogamos a María, nuestra Madre, que interceda por ella ante Jesús y el Padre celestial, para que le concedan una pronta recuperación y pueda regresar a su casa.

Pedimos oración para Elsa S., que vive en Buenos Aires, Argentina, con dolores abdominales y pelvianos, rogando a la Virgen de Luján que interceda ante Jesús para que restaure la salud física y psíquica de esta apreciada hermana nuestra.

Pedimos oración para María Luz, de Buenos Aires, Argentina, enferma de esclerodermia y con mala tolerancia a los medicamentos que le prescriben, lo cual le está generando un proceso de gastroenteritis aguda, que también determina un decaimiento anímico porque sus problemas de salud vienen de larga data a pesar de su juventud. Que Jesús, por los méritos de su Pasión, muerte y Resurrección, le conceda la gracia de curarse.

Pedimos oración para Susana S., de Perú, 47 años, enferma de cáncer terminal, rogando al Buen Jesús que le conceda lo mejor según sea Su Voluntad.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Unidos a María
La fiesta de la Anunciación tiene de cierta manera dos caras. Una de ellas se enfoca en la Santísima Madre de Dios. Se refiere a su gloria y a nuestra devoción a María. La declaración de esta gloria y la expresión de esta devoción encuentran forma perfecta en la primera frase del mensaje del ángel: “Salve, llena de gracia, el Señor es contigo”. Podemos dirigirnos mejor a la Santísima Virgen al repetir esta frase con veneración y cariño.
La otra cara del misterio de la Anunciación se enfoca en los hombres. En la vida de todo cristiano debe haber Anunciaciones divinas, momentos en los que Dios nos da a conocer su voluntad y su propósito para nosotros.
Pero todas estas Anunciaciones deben unirse y fundirse en una Anunciación esencial: el Anuncio de que Jesús puede nacer en nosotros, puede nacer de nosotros, no en el sentido de ser concebido y dado a luz por la Virgen María, porque se trata aquí de un milagro único e inigualable, sino en el sentido de una toma de posesión espiritual y al mismo tiempo muy real de nuestra persona por el Salvador.

Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.