PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 10 - Número 2633 ~
Miércoles 18 de Marzo de 2015
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
La gran noticia de estos días es el anuncio que hizo el
Papa, en la celebración penitencial el pasado viernes 13 de marzo, de un
Jubileo extraordinario de la Misericordia. Un año entero que celebraremos el
Amor que Dios nos tiene y que, en compañía de toda la Iglesia, aprenderemos a
recibir ese Amor de Dios, a estar abiertos a su infinita Misericordia y a
responder a ella.
«Estoy convencido
de que toda la Iglesia, que tiene una gran necesidad de recibir misericordia,
porque somos pecadores, podrá encontrar en este Jubileo la alegría para
redescubrir y hacer fecunda la misericordia de Dios, con la cual todos estamos
llamados a dar consuelo a cada hombre y a cada mujer de nuestro tiempo. No
olvidemos que Dios perdona todo, y Dios perdona siempre. No nos cansemos de
pedir perdón. Encomendemos desde ahora este Año a la Madre de la misericordia,
para que dirija su mirada sobre nosotros y vele sobre nuestro camino: nuestro
camino penitencial, nuestro camino con el corazón abierto, durante un año, para
recibir la indulgencia de Dios, para recibir la misericordia de Dios».
¡Unidos en la Misericordia de Dios!
¡Buenos días!
Insultos y alabanzas
No siempre lo que
aprueban o desaprueban los demás es lo correcto. Es mejor prestar atención a
nuestra conciencia para percibir la verdad. No te dejes esclavizar del temor a
lo que dirán los otros. El Cura de Ars decía: “¿Saben cuál es la primera
tentación del demonio a una persona que ha comenzado a servir mejor a Dios? Es
el respeto humano”.
Un hermano fue a buscar al abad Macario de
Egipto, y le dijo: "Padre, dime una palabra a fin de que me salve". Y
el Anciano dijo: "Ve, al cementerio e injuria a los muertos". El
hermano fue, los injurió y les arrojó piedras; después regresó para informar al
Anciano. Este le dijo: "¿No te dijeron nada?" El respondió que no. El
Anciano le dijo: "Regresa allí mañana y alábalos". Entonces el
hermano fue y los alabó diciendo: "Apóstoles, santos y justos" y
regresó donde el Anciano y le dijo: "Ya cumplí la orden". Macario le
preguntó: "¿No te respondieron nada?" El hermano dijo que no. El
Anciano le dijo: "Tú sabes qué insultos les dirigiste, sin que ellos te respondieran
y qué alabanzas sin que ellos te hablaran. Así también tú, si quieres salvarte,
conviértete en un muerto y, como los muertos, no tengas en cuenta ni los
desprecios de los hombres ni sus alabanzas".
Con una
comparación ingeniosa san Francisco de Sales nos persuade de lo desacertado que
es dar una importancia excesiva al parecer de los que nos rodean: “Temblar ante
el juicio de los demás, es como tener reparo de viajar en verano por miedo a
las moscas”. Que sepas tomar tus decisiones ante Dios y tu conciencia.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Mi Padre
trabaja hasta ahora, y yo también trabajo» Por eso los judíos trataban con
mayor empeño de matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que llamaba
a Dios su propio Padre, haciéndose a sí mismo igual a Dios.
Jesús, pues, tomando la palabra, les decía: «En verdad,
en verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve
hacer al Padre: lo que hace Él, eso también lo hace igualmente el Hijo. Porque
el Padre quiere al Hijo y le muestra todo lo que Él hace. Y le mostrará obras
aún mayores que estas, para que os asombréis. Porque, como el Padre resucita a los
muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere.
Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo juicio lo ha entregado al Hijo,
para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no
honra al Padre que lo ha enviado. En verdad, en verdad os digo: el que escucha
mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en
juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.
»En verdad, en verdad os digo: llega la hora (ya estamos
en ella), en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan
vivirán. Porque, como el Padre tiene vida en sí mismo, así también le ha dado
al Hijo tener vida en sí mismo, y le ha dado poder para juzgar, porque es Hijo
del hombre. No os extrañéis de esto: llega la hora en que todos los que estén
en los sepulcros oirán su voz y saldrán los que hayan hecho el bien para una
resurrección de vida, y los que hayan hecho el mal, para una resurrección de
juicio. Y no puedo hacer nada por mi cuenta: juzgo según lo que oigo; y mi
juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha
enviado». (Jn
5,17-30)
Comentario
Hoy, el Evangelio nos habla de la respuesta que Jesús dio
a algunos que veían mal que Él hubiese curado a un paralítico en sábado.
Jesucristo aprovecha estas críticas para manifestar su condición de Hijo de
Dios y, por tanto, Señor del sábado. Unas palabras que serán motivo de la
sentencia condenatoria el día del juicio en casa de Caifás. En efecto, cuando
Jesús se reconoció Hijo de Dios, el gran sacerdote exclamó: «¡Ha blasfemado!
¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia, ¿qué os parece?»
(Mt 26,65).
Muchas veces, Jesús había hecho referencias al Padre,
pero siempre marcando una distinción: la Paternidad de Dios es diferente si se
trata de Cristo o de los hombres. Y los judíos que le escuchaban le entendían
muy bien: no era Hijo de Dios como los otros, sino que la filiación que reclama
para Él mismo es una filiación natural. Jesús afirma que su naturaleza y la del
Padre son iguales, aun siendo personas distintas. Manifiesta de esta manera su
divinidad. Es éste un fragmento del Evangelio muy interesante de cara a la
revelación del misterio de la Santísima Trinidad.
Entre las cosas que hoy dice el Señor hay algunas que
hacen especial referencia a todos aquellos que a lo largo de la historia
creerán en Él: escuchar y creer a Jesús es tener ya la vida eterna (cf. Jn
5,24). Ciertamente, no es todavía la vida definitiva, pero ya es participar de
la promesa. Conviene que lo tengamos muy presente, y que hagamos el esfuerzo de
escuchar la palabra de Jesús, como lo que realmente es: la Palabra de Dios que
salva. La lectura y la meditación del Evangelio ha de formar parte de nuestras
prácticas religiosas habituales. En las páginas reveladas oiremos las palabras
de Jesús, palabras inmortales que nos abren las puertas de la vida eterna. En
fin, como enseñaba san Efrén, la Palabra de Dios es una fuente inagotable de
vida.
Rev. D. Francesc PERARNAU i Cañellas (Girona, España)
Cada día de Cuaresma
Día 29: Unidad de vida
Jesús vino al mundo para que los hombres tuvieran luz y
dejaran de debatirse en las tinieblas (Juan 8, 12), y, al tener luz, pudieran
hacer del mundo un lugar donde todas las cosas sirvieran para dar gloria a Dios
y ayudaran al hombre a conseguir su último fin. Y la luz brilla en las
tinieblas, y las tinieblas no la recibieron. Son palabras actuales para muchos,
pues fuera de Cristo sólo existen tinieblas. Durante años las realidades
temporales quedaron desvirtuadas al margen de la luz del Revelación. Al faltar
esta luz se considera el mundo como un fin en sí mismo, sin ninguna referencia
a Dios, para lo cual se han tergiversado incluso las verdades más elementales y
básicas. El mundo queda en tinieblas si los cristianos, por falta de unidad de
vida, no iluminan y dan sentido a las realidades concretas de la vida. El
cristiano coherente con su fe es luz en medio del mundo, y es sal que da sabor
y preserva de la corrupción.
Adán, con su soberbia, introdujo el pecado en el mundo,
rompiendo la armonía de todo lo creado y del mismo hombre. En adelante, la
inteligencia quedó oscurecida y con posibilidad de caer en error; la voluntad
debilitada; la libertad enferma para amar el bien con prontitud. El hombre
quedó profundamente herido, con dificultad para saber y conseguir su bien
verdadero. Dios, en su misericordia infinita, se compadeció de este estado en
el que había caído la criatura, y nos redimió en Jesucristo. Nos toca a los
cristianos, principalmente a través de nuestra unidad de vida, hacer que todas
las realidades terrenas se vuelvan medios de salvación, porque sólo así
servirán verdaderamente al hombre.
La misión que el Señor nos ha encomendado es la de
infundir un sentido cristiano a la sociedad, porque sólo entonces las
estructuras, las instituciones, el descanso, tendrán un espíritu cristiano y
estarán de verdad al servicio del hombre. Las prácticas personales de piedad no
han de estar aisladas del resto de nuestros quehaceres, sino que, al buscar la
unidad efectiva con el Señor, influyan en todas nuestras actuaciones.
Procuremos vivir así, con Cristo y en Cristo, todos y cada uno de los instantes
de nuestra existencia: en el trabajo, en la familia, en la calle, con los
amigos... Esto es unidad de vida. En esta tarea de santificar las realidades
terrenas, los cristianos no estamos solos: es principalmente fruto de la acción
del Espíritu Santo, verdadero Señor de la historia. A Él le pedimos que remueva
el alma de muchas personas para que sean sal y luz en las realidades terrenas.
P. Francisco Fernández Carvajal
Santoral Católico:
San Cirilo de Jerusalén
Obispo y Doctor de la Iglesia
Nació en Jerusalén de padres cristianos el año 315.
Recibió una buena formación clásica y teológica, y fue un gran conocedor de la
Sagrada Escritura. Sucedió al obispo Máximo en la sede de Jerusalén el año 348.
Llevó una vida muy ajetreada, y por tres veces al menos tuvo que dejar su sede
y marchar a otras tierras. Participó en el Concilio Ecuménico de Constantinopla
e intervino en la controversia arriana. De sus obras escritas que nos quedan,
la principal son las Catequesis, tanto las pre bautismales como las llamadas
«mistagógicas». En ellas se dirige a los que se preparaban durante la cuaresma
para recibir el bautismo la noche de Pascua, y a los recién bautizados. La
recta doctrina, las Escrituras, los misterios sagrados, las tradiciones de la
Iglesia, la historia de la salvación y los sacramentos de la iniciación
cristiana son el contenido de las catequesis, que pronunciaba en la basílica
del Santo Sepulcro. Murió el año 386.
Oración: Señor, Dios nuestro, que has permitido a tu
Iglesia penetrar con mayor profundidad en los sacramentos de la salvación, por
la predicación de san Cirilo, obispo de Jerusalén, concédenos, por su
intercesión, llegar a conocer de tal modo a tu Hijo que podamos participar con
mayor abundancia de su vida divina. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
“La observancia de la Cuaresma es por excelencia la
insignia de batalla cristiana. Por ella nos probamos a nosotros mismos que no
somos enemigos de la cruz de Cristo, por ella evitamos el flagelo de la
justicia divina, por ella obtenemos fortaleza contra el príncipe de las
tinieblas, porque nos protege la ayuda celestial. Si la humanidad se volviese
negligente en la observancia de la Cuaresma, sería un perjuicio para la gloria
de Dios, una vergüenza para la religión católica, y un peligro para las almas
cristianas. Tampoco puede dudarse de que tal negligencia se convertiría en
fuente de miseria en el mundo, de calamidad pública y de dolor privado"
~ Benedicto XVI ~
Tema del día:
Para una buena confesión
Hace unos días el Papa Francisco obsequió a los fieles en
la Plaza de San Pedro un folleto especial por Cuaresma titulado “Custodia el
corazón”, que fue entregado por varios indigentes de Roma y que tiene una serie
de importantes recursos para el camino de conversión hacia la Semana Santa.
Entre los distintos recursos planteados por el Santo
Padre está un examen de conciencia de 30 preguntas para hacer una buena
confesión, así como una breve explicación sobre las razones para acudir al
sacramento.
A la pregunta ¿por
qué confesarse?, el folleto contesta: “¡porque somos pecadores! Es decir,
pensamos y actuamos de modo contrario al Evangelio. Quien dice estar sin pecado
es un mentiroso o un ciego. En el sacramento Dios Padre perdona a quienes,
habiendo negado su condición de hijos, se confiesan de sus pecados y reconocen
la misericordia de Dios”.
Para confesarse, prosigue el texto es necesario comenzar
“por la escucha de la voz de Dios” seguido del “examen de conciencia, el
arrepentimiento y el propósito de la enmienda, la invocación de la misericordia
divina que se nos concede gratuitamente mediante la absolución, la confesión de
los pecados al sacerdote, la satisfacción o cumplimiento de la penitencia
impuesta, y finalmente, con la alabanza a Dios por medio de una vida renovada”.
El examen de
conciencia
A continuación las 30 preguntas propuestas por el Papa
Francisco para hacer una buena confesión:
En relación a Dios
¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad? ¿Participo
regularmente en la Misa los domingos y días de fiesta? ¿Comienzo y termino mi
jornada con la oración? ¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de
los santos? ¿Me he avergonzado de manifestarme como católico? ¿Qué hago para
crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago? ¿Me revelo contra los
designios de Dios? ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?
En relación al
prójimo
¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo?
¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con palabras? ¿He calumniado,
robado, despreciado a los humildes y a los indefensos? ¿Soy envidioso,
colérico, o parcial? ¿Me avergüenzo de la carne de mis hermanos, me preocupo de
los pobres y de los enfermos? ¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del
descarte? ¿Incito a otros a hacer el mal? ¿Observo la moral conyugal y familiar
enseñada por el Evangelio? ¿Cómo cumplo mi responsabilidad de la educación de
mis hijos? ¿Honro a mis padres? ¿He rechazado la vida recién concebida? ¿He
colaborado a hacerlo? ¿Respeto el medio ambiente?
En relación a mí
mismo
¿Soy un poco mundano y un poco creyente? ¿Cómo, bebo,
fumo o me divierto en exceso? ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis
bienes? ¿Cómo utilizo mi tiempo? ¿Soy perezoso? ¿Me gusta ser servido? ¿Amo y
cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones? ¿Nutro venganzas,
alimento rencores? ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?
Enviado por José Luis
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados
en Medio Oriente y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por
diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia
de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por la salud de la señora Luz P. de T., que vive en Lima, Perú.
La encomendamos a la bondad infinita de Jesús.
Pedimos oración para tres personas de la ciudad de
Córdoba, Argentina, que se encuentran internadas por diversas afecciones: Dolores, Jorge y Ángel. Que la Virgen
de Lourdes interceda por ellos ante su Hijo Jesús.
Pedimos oración por María Elena A., de Guadalajara, México, embarazada de seis meses y medio y con placenta previa, que está internada por hemorragias con amenaza de parto prematuro. Que la Santísima Virgen la proteja para que pueda llevar adelante su embarazo hasta que el bebé esté maduro como para su nacimiento.
Pedimos oración por María Elena A., de Guadalajara, México, embarazada de seis meses y medio y con placenta previa, que está internada por hemorragias con amenaza de parto prematuro. Que la Santísima Virgen la proteja para que pueda llevar adelante su embarazo hasta que el bebé esté maduro como para su nacimiento.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Unidos a María
Si vemos que el
mundo va de mal en peor y parece que todo está ya perdido, sepamos que el mundo
será salvado por María Santísima, que al final de los tiempos intervendrá
poderosamente para salvar a las almas y a la Iglesia de las garras del mal.
Tenemos que
confiar mucho más en María, porque Ella es la enemiga personal de Satanás, y la
Virgen ha ocupado el primer puesto en la creación y viene inmediatamente
después de Dios y está sobre toda criatura.
María es la
demostración de lo que puede hacer Dios, porque Dios, con todo su poder y
sabiduría, no pudo hacer una criatura más perfecta y unida a Sí, como María.
Entonces no
debemos tener miedo si somos devotos de la Virgen, porque tenemos asegurado el
Paraíso, siempre que seamos constantes en su servicio y devoción. Porque María
no abandona a sus devotos e hijos, y aunque los enemigos son muchos y
aguerridos, también es cierto que la Virgen es como un ejército en orden de
batalla, y el Infierno entero tiembla ante el Nombre de María.
Cuando veamos que
el mundo aparentemente no tiene solución y que ya todo parece perdido,
recordemos que María, en el momento exacto en que Dios tiene decretado,
intervendrá poderosamente para aplastar a los enemigos de Dios, y entonces
comenzará el Reino de Dios en la tierra, que pedimos en el Padrenuestro, ya que
así como María trajo al mundo a Jesús la primera vez, Ella lo hará resplandecer
de poder y gloria esta segunda vez.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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