PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 10 - Número 2625 ~ Martes
10 de Marzo de 2015
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Entró a una iglesia a buscar a un amigo y allí encontró a
Dios. Estaba expuesto el Santísimo Sacramento en la custodia y, de repente, sin
pensarlo, en un instante: “se
desencadenaron bruscamente la serie de prodigios cuya inexorable violencia va a
desmantelar el ser absurdo que soy, y va a traer al mundo, deslumbrado, el niño
que jamás he sido. No digo que el cielo se abre, se eleva, se alza de pronto en
una silenciosa y dulce explosión de luz... Es un cristal indestructible de una
transparencia infinita, de una luminosidad casi insostenible... Dios estaba
allí, oculto por esa embajada de luz que, sin discursos ni retóricas, hacía
comprender todo su amor. El milagro duró un mes. Cada mañana volvía a
encontrar, con éxtasis, esa luz que hacía palidecer el día, ese amor y dulzura
perdían cada día un poco de su intensidad. Finalmente, desaparecieron”.
André Frossard, enamorado de Cristo, tuvo esta experiencia extraordinaria de
Dios, que le hizo creer en Él para siempre. Ojalá que podamos decir como este
convertido en la última página de su libro: “Oh Dios mío, ni toda la eternidad
será suficiente para decirte cuánto te quiero”. P. Ángel Peña.
¡Buenos días!
Con la bendición de Dios
Al comienzo de un
nuevo año te ofrezco un mensaje de la Reina de la Paz. La Madre de Dios nos
desea un año de crecimiento y superación en el amor a Dios y a los hermanos.
Pero nos aconseja implorar cada día la bendición del Señor, para adelantar con
acierto en esta dimensión más divina que humana.
“¡Queridos hijos! Deseo invitarlos a crecer
en el amor. Una flor no puede crecer normalmente sin agua. De igual manera,
también ustedes, queridos hijos, no pueden crecer sin la bendición de Dios. Día
a día, ustedes deben pedir esta bendición para poder crecer normalmente y para
poder cumplir con Dios y con sus trabajos. ¡Gracias por haber respondido a mi
llamado! ”
Hay en la Biblia
una hermosa bendición que te propongo pedirla cada día, y es ésta: “Señor
bendíceme y protégeme; haz brillar tu rostro sobre mí y muéstrame tu gracia;
descúbreme tu rostro y concédeme la paz”. Amigo/a: bendecido por Dios, empieza
animosamente este día, con el corazón dilatado para correr por el camino de su
voluntad.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Pedro se acercó entonces y le dijo:
«Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano?
¿Hasta siete veces?». Dícele Jesús: «No te digo hasta siete veces, sino hasta
setenta veces siete.
»Por eso el Reino de los Cielos es semejante a un rey que
quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue
presentado uno que le debía 10.000 talentos. Como no tenía con qué pagar,
ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía,
y que se le pagase. Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía:
‘Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré’. Movido a compasión el señor de
aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda.
»Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus
compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía:
‘Paga lo que debes’. Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: ‘Ten
paciencia conmigo, que ya te pagaré’. Pero él no quiso, sino que fue y le echó
en la cárcel, hasta que pagase lo que debía. Al ver sus compañeros lo ocurrido,
se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido. Su
señor entonces le mandó llamar y le dijo: ‘Siervo malvado, yo te perdoné a ti
toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también compadecerte
de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?’. Y encolerizado su
señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Esto
mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno
a vuestro hermano». (Mt 18,21-35)
Comentario
Hoy, el Evangelio de Mateo nos invita a una reflexión
sobre el misterio del perdón, proponiendo un paralelismo entre el estilo de
Dios y el nuestro a la hora de perdonar.
El hombre se atreve a medir y a llevar la cuenta de su
magnanimidad perdonadora: «Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas
que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?» (Mt 18,21). A Pedro le parece que
siete veces ya es mucho o que es, quizá, el máximo que podemos soportar. Bien
mirado, Pedro resulta todavía espléndido, si lo comparamos con el hombre de la
parábola que, cuando encontró a un compañero suyo que le debía cien denarios,
«le agarró y, ahogándole, le decía: ‘Paga lo que debes’» (Mt 18,28), negándose
a escuchar su súplica y la promesa de pago.
Echadas las cuentas, el hombre, o se niega a perdonar, o
mide estrictamente a la baja su perdón. Verdaderamente, nadie diría que venimos
de recibir de parte de Dios un perdón infinitamente reiterado y sin límites. La
parábola dice: «Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en
libertad y le perdonó la deuda» (Mt 18,27). Y eso que la deuda era muy grande.
Pero la parábola que comentamos pone el acento en el
estilo de Dios a la hora de otorgar el perdón. Después de llamar al orden a su
deudor moroso y de haberle hecho ver la gravedad de la situación, se dejó
enternecer repentinamente por su petición compungida y humilde: «Postrado le
decía: ‘Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré’. Movido a compasión...»
(Mt 18,26-27). Este episodio pone en pantalla aquello que cada uno de nosotros
conoce por propia experiencia y con profundo agradecimiento: que Dios perdona
sin límites al arrepentido y convertido. El final negativo y triste de la
parábola, con todo, hace honor a la justicia y pone de manifiesto la veracidad
de aquella otra sentencia de Jesús en Lc 6,38: «Con la medida con que midáis se
os medirá».
Rev. D. Enric PRAT i Jordana (Sort, Lleida, España)
Cada día de Cuaresma
Día 21: Perdonar y disculpar
Es muy posible, que en la convivencia de todos los días,
alguien nos ofenda, que se porte con nosotros de manera poco noble, que nos
perjudique. Y esto, quizá de manera habitual. ¿Hasta siete veces he de
perdonar? Es decir, ¿he de perdonar siempre? Conocemos la respuesta del Señor a
Pedro, y a nosotros: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces
siete. Es decir, siempre. Pide el Señor a quienes le siguen, a ti y a mí, una
postura de perdón y de disculpa ilimitados. A los suyos, el Señor les exige un
corazón grande. Quiere que le imitemos. Nuestro perdón ha de ser sincero, de
corazón, como Dios nos perdona a nosotros. Perdónanos nuestras deudas así como
nosotros perdonamos a nuestros deudores. Perdón rápido, sin dejar que el rencor
o la separación corroan el corazón ni por un momento. Sin humillar a la otra
parte, sin adoptar gestos teatrales. La mayoría de las veces bastará con
sonreír, devolver la conversación. Seguir al Señor de cerca es encontrar, en el
perdonar con prontitud, un camino de santidad.
En algún caso, nos puede costar el perdón. En lo grande o
en lo pequeño. El Señor lo sabe y nos anima a recurrir a Él, que nos explicará
cómo este perdón sin límite, compatible con la defensa justa cuando sea
necesaria, tiene su origen en la humildad. Cuando una persona es sincera
consigo misma y con Dios, no es difícil que se reconozca como aquel siervo que
no tenía con qué pagar. No solamente porque todo lo que es y tiene se lo debe a
Dios, sino también porque han sido muchas las ofensas perdonadas. Sólo nos
queda una salida: acudir a la misericordia de Dios, para que haga con nosotros
lo que hizo con aquel criado: compadecido de aquel siervo, le dejó libre y le
perdonó la deuda. La humildad de reconocer nuestras muchas deudas para con Dios
nos ayudará a perdonar y a disculpar a los demás, que es muy poco en
comparación con lo que nos ha perdonado el Señor.
La caridad ensancha el corazón para que quepan en él
todos los hombres, incluso a aquellos que no nos comprenden o no corresponden a
nuestro amor. Junto al Señor no nos sentiremos enemigos de nadie. Junto a Él
aprenderemos a no juzgar las intenciones íntimas de las personas. Cometemos
muchos errores porque nos dejamos llevar por juicios o sospechas temerarias
porque la soberbia es como esos espejos curvos que deforman la verdadera
realidad de las cosas. Sólo quien es humilde es objetivo y capaz de comprender
las faltas de los demás y a perdonar. La Virgen nos enseñará a perdonar y a
luchar por adquirir las virtudes que, en ocasiones, nos pueden parecer que
faltan a los demás.
P. Francisco Fernández Carvajal
Santoral Católico:
Cuarenta mártires de Sebaste
Cuando el gobernador de Capodocia y de Armenia Menor
publicó un decreto que condenaba a muerte a todos los cristianos que no
abandonasen su religión, cuarenta soldados que pertenecían a la Legión del
Trueno y de diferentes nacionalidades, estacionados en Sebate, se negaron a
ofrecer sacrificios a los ídolos y declarándose firmes seguidores del Señor,
pese a las amenazas y halagos. Como los mártires permanecieron inconmovibles,
el juez mandó que les dieran tortura y les arrojaran al calabozo; sin embargo
el gobernador furioso ante la obstinación de los mártires, los sometió a que
fueran llevados desnudos a un lago helado, junto al cual había un baño tibio
para los que cedieran. Los mártires oraron al Señor, pidiendo que ninguno de
ellos renegara de su fe y cediese a la tentación de abandonar el lago.
Después de tres días y tres noches de agonía, sólo uno de
ellos renegó de la fe; pero la reacción que le produjo el agua caliente después
del intenso frío le costó la vida, perdiendo así la salvación eterna. Al
enterarse de lo sucedido, los mártires se afligieron mucho, pero el Señor les
consoló reemplazando milagrosamente al desertor ya que uno de los guardias se
convirtió al cristianismo y por inspiración divina compartió con ellos el
maritiro.
© Aciprensa
Palabras del Papa Francisco
“El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de
su bondad y de su misericordia, que lo revista de Cristo para llegar a ser como
Él, siervo de Dios y de los hombres. La Cuaresma es un tiempo oportuno para
dejarnos servir por Cristo y así llegar a ser como Él. Esto sucede cuando
escuchamos la Palabra de Dios y cuando recibimos los sacramentos, en
particular, la Eucaristía. En ella, nos convertimos en lo que recibimos: el
Cuerpo de Cristo”
Tema del día:
Para vivir la Cuaresma
Para no perder el rumbo esta Cuaresma, encontrarás a
continuación 21 sencillas recomendaciones:
1. Procura ser amable con las personas con quienes
convives.
2. Haz un esfuerzo por dialogar en familia sobre aquellos
asuntos que convienen al espíritu familiar.
3. Sé atento con tus semejantes. Y si conduces, hazlo
cristianamente.
4. Recorta las horas de televisión y el tiempo dedicado a
las redes sociales de Internet. En cambio, amplía las de reflexión y oración.
5. Haz alguna lectura que te ayude a profundizar tu fe.
6. Controla tus apetitos: dulces, refrescos, tabaco,
alcohol y sé más libre.
7. Dedica algún tiempo diario a la lectura de la Palabra
de Dios.
8. Lucha contra el malhumor y la tristeza. Saborea lo
bello de la vida.
9. Presta mayor atención a las personas que a las cosas.
En especial, quienes más lo necesitan: ancianos, enfermos, necesitados.
Trátalos con cariño.
10. Comparte tu dinero un poco más con otros que tienen
menos, a costa de caprichos, chucherías, aperitivos, etc.
11. Mejora en el trabajo, consciente de tu ideal
cristiano.
12. Cuida la naturaleza como don de Dios, evitando todo
desorden.
13. Evita la crítica negativa, viendo y hablando de lo
positivo que puedes descubrir en cada semejante.
14. Disminuye el consumo de alcohol y si alguien cercano
se excede, ayúdale a planteárselo e intentar superar el vicio.
15. Fomenta la paz a tu alrededor. Prescinde de enfados,
violencias, malos modales, groserías, insultos, etc.
16. Participa más en los actos y celebraciones de la
Comunidad y de los Sacramentos.
17. Di la verdad. Habla claro, sin hipocresías ni
mentiras.
18. Intenta hacer felices a los tuyos, con tus detalles y
cariños.
19. Reduce tu tiempo de uso del teléfono móvil y minimiza
el envío de mensajes SMS. Utiliza menos tu netbook y tu Ipad.
20. Haz un propósito concreto, signo principal de tu
ejercicio cuaresmal, de tu primera atención; y participa en todas las
celebraciones de Cuaresma y Pascua.
21. Realiza un retiro Cuaresmal. Ponte en silencio para
meditar delante del Señor y pregúntale qué es lo que quiere de ti, qué es lo
que espera de ti en tus circunstancias actuales.
© Web Católico de Javier
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos
motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto,
la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Idaly C., de 23 años y originaria de Chihuahua, México, que padece un raro síndrome que afecta su sistema digestivo, por lo que tendrá que ser operada en los próximos días, por lo que pedimos a Nuestra Señora de Guadalupe que la proteja con su manto y que el Espíritu Santo ilumine a los médicos para que sea un éxito la operación, y en lo posterior se pueda recuperar completamente.
Pedimos oración por Idaly C., de 23 años y originaria de Chihuahua, México, que padece un raro síndrome que afecta su sistema digestivo, por lo que tendrá que ser operada en los próximos días, por lo que pedimos a Nuestra Señora de Guadalupe que la proteja con su manto y que el Espíritu Santo ilumine a los médicos para que sea un éxito la operación, y en lo posterior se pueda recuperar completamente.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Unidos a María
Marta Robin,
estigmatizada originaria de Châteauneuf de Galaure, pequeño pueblo de la región
de Valencia en La Drôme en Francia, murió en 1981 y fue declarada Venerable por
el Papa Francisco el 07 de noviembre de 2014. Marta había recibido durante su
vida, numerosas visitas de la Virgen María en su habitación de enferma. Esta es
la descripción que dio de la Virgen María en 1942:
“Su rostro es de
una belleza incomparable (no se pueden describir los rasgos de la Virgen porque
son todos perfectos). Es suavemente luminosa, nada exuberante, y así es más
bella. La Virgen me sorprende por su belleza, en su actitud, en su gesto, pero
atrae y eleva. Uno no piensa en arrodillarse, de caer de rodillas frente a su aparición,
sino, de volar hacia ella, no para pedirle, sino transportada por de un
sentimiento de gratitud y amor. Pareciera que uno le va a decir: "Mamá
querida, sabemos bien, nosotros tus hijos que nos amas y que deseas
complacernos" (que nuestros corazones sean tu descanso, querida Mamá)”.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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