jueves, 5 de marzo de 2015

Pequeñas Semillitas 2620

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2620 ~ Jueves 5 de Marzo de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La Cuaresma es tiempo de gracia para ejercitarnos en la transformación de nuestro modo de proceder; un tiempo especial de entrenamiento espiritual para reformar nuestras vidas de acuerdo con el mensaje de Jesús, nuestro Salvador.
Lo decisivo en la Cuaresma es disponernos a un renovado encuentro con el Señor Jesús “que está a la puerta y llama” para que le abramos (cf. Apoc. 3,20). La iniciativa es siempre del Señor, Él siempre se nos anticipa, “nos primerea”, como dice el Papa Francisco. Pero espera, al mismo tiempo, nuestra respuesta comprometida y generosa. La Cuaresma es una ocasión privilegiada para renovar nuestra Alianza personal con Dios.
Quisiera invitar a las comunidades que integran nuestra Arquidiócesis, a que se realicen encuentros de oración y de reflexión en torno al derecho-deber de asumir nuestras obligaciones ciudadanas, “poniéndonos la Patria al hombro”, como alguna vez dijera el entonces Arzobispo de Buenos Aires, hoy nuestro Papa Francisco. Mons. Carlos Ñáñez

¡Buenos días!

Oración por la familia
En la familia, aprendes a ser persona, a salir de la estrechez del yo egoísta para abrirte a los demás. La familia te habla de un mundo hecho para ser compartido, en la mayor armonía posible; de un espacio humano en que tus gustos no pueden ser la norma suprema, y en que las necesidades de los demás son reclamos a tu capacidad de amor y  servicio.

Señor, bendice a mi familia, a mis amigos y a sus familias. Revélales tu amor y tu poder. Señor, muéstrate en este momento: que donde haya dolor, nos des paz y consuelo y donde haya duda, tengamos confianza porque creemos en ti. Jesús, visita mi casa y llévate mis problemas, angustias y dolores. Señor, contágiame tu fuerza, para que yo también pueda aceptar la voluntad del Padre. Hoy vengo a ti, lleno de dolor, a llorar mis penas en tus brazos, Recurro a ti para que me libres y destrabes de todos los males que me acechan y me impiden ser feliz. Espero confiadamente en ti. Vivo confiadamente en ti.

La familia es una comunidad de personas que se aman y juntas forman el hogar. Pero, son personas con diversidad de caracteres, de intereses y de horizontes. La  misión de la familia es hacer crecer la personalidad irrepetible de cada uno, orientándola hacia Dios fuente y meta de toda vida. El Señor proteja y bendiga a cada miembro de tu familia.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. Y un pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico pero hasta los perros venían y le lamían las llagas.
»Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue sepultado. Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama’. Pero Abraham le dijo: ‘Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros’.
»Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento’. Díjole Abraham: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan’. Él dijo: ‘No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán’. Le contestó: ‘Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite’». (Lc 16,19-31)

Comentario
Hoy, el Evangelio es una parábola que nos descubre las realidades del hombre después de la muerte. Jesús nos habla del premio o del castigo que tendremos según cómo nos hayamos comportado.
El contraste entre el rico y el pobre es muy fuerte. El lujo y la indiferencia del rico; la situación patética de Lázaro, con los perros que le lamen las úlceras (cf. Lc 16,19-21). Todo tiene un gran realismo que hace que entremos en escena.
Podemos pensar, ¿dónde estaría yo si fuera uno de los dos protagonistas de la parábola? Nuestra sociedad, constantemente, nos recuerda que hemos de vivir bien, con confort y bienestar, gozando y sin preocupaciones. Vivir para uno mismo, sin ocuparse de los demás, o preocupándonos justo lo necesario para que la conciencia quede tranquila, pero no por un sentido de justicia, amor o solidaridad.
Hoy se nos presenta la necesidad de escuchar a Dios en esta vida, de convertirnos en ella y aprovechar el tiempo que Él nos concede. Dios pide cuentas. En esta vida nos jugamos la vida.
Jesús deja clara la existencia del infierno y describe algunas de sus características: la pena que sufren los sentidos —«que moje en agua la punta de su dedo y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama» (Lc 16,24)— y su eternidad —«entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo» (Lc 16,26).
San Gregorio Magno nos dice que «todas estas cosas se dicen para que nadie pueda excusarse a causa de su ignorancia». Hay que despojarse del hombre viejo y ser libre para poder amar al prójimo. Hay que responder al sufrimiento de los pobres, de los enfermos, o de los abandonados. Sería bueno que recordáramos esta parábola con frecuencia para que nos haga más responsables de nuestra vida. A todos nos llega el momento de la muerte. Y hay que estar siempre preparados, porque un día seremos juzgados.
Rev. D. Xavier SOBREVÍA i Vidal (Castelldefels, España)

Cada día de Cuaresma
Día 16: Desprendimiento
El Señor desea que nos ocupemos de las cosas de la tierra, y las amemos correctamente: Poseed y dominad la tierra (Génesis 1, 28). Pero una persona que ame “desordenadamente” las cosas de la tierra no deja lugar en su alma para el amor a Dios. Son incompatibles el “apegamiento” a los bienes y querer al Señor: No podéis servir a Dios y a las riquezas (Mateo 6, 24). Las cosas pueden convertirse en atadura que impida alcanzar a Cristo. Y si no llegamos hasta Él, ¿para qué sirve nuestra vida? Los bienes materiales son buenos porque son de Dios, pero solamente somos administradores de esos bienes durante un tiempo, por un plazo corto. Todo nos debe servir para amar a Dios –Creador y Padre- y a los demás. Si nos apegamos a las cosas, si no hacemos actos de desprendimiento efectivo de los bienes, éstos se convierten en males. Un ídolo ocupa entonces el lugar que sólo Dios debe ocupar.

El egoísmo y aburguesamiento impiden ver las necesidades ajenas. Entonces, se trata a las personas como cosas... como cosas sin valor. Con el ejercicio que hagamos de los bienes, muchos o pocos, nos ganamos la vida eterna. Este es tiempo de merecer. Siendo generosos, tratando a los demás como a hijos de Dios, somos felices aquí en la tierra y más tarde en la otra vida. El desasimiento de los bienes ha de ser efectivo, que no se consigue sin sacrificio; natural, discreto y positivo; es también interno, que afecta a los deseos; actual, porque requiere examinarse con frecuencia; y finalmente alegre, porque tenemos los ojos puestos en Cristo, bien incomparable, y porque no es una mera privación, sino riqueza espiritual, dominio de las cosas y plenitud.

El desprendimiento nace del amor a Cristo y, a la vez, hace posible que crezca y viva este amor. Dios no habita en un alma llena de baratijas. Por eso es necesaria una firme labor de vigilancia y limpieza interior. El desprendimiento necesario para seguir de cerca al Señor incluye, además de los bienes materiales, el desprendimiento de nosotros mismos: de la salud, de lo que piensan los demás de nosotros, de las ambiciones nobles, de los triunfos y los éxitos profesionales. Los cristianos deben poseer las cosas como si nada poseyesen (1 Corintios 7, 30). Nuestro corazón también para Dios, porque para Él ha sido hecho, y sólo en Él colmará sus ansias de felicidad y de infinito. Todos los amores limpios y nobles se ordenan y se alimentan en este gran Amor: Jesucristo Señor Nuestro. ¡Corazón dulcísimo de María, guarda nuestro corazón y prepárale un camino seguro!
P. Francisco Fernández Carvajal

Santoral Católico:
San Juan José de la Cruz
Presbítero Franciscano
Nació en la isla de Ischia (Italia) el año 1654, de familia noble y piadosa, cuyos cinco hijos se consagraron al Señor. Desde pequeño profesó una especial devoción a la Virgen y un amor generoso a los pobres. Muy joven vistió el hábito franciscano en Nápoles y fue el primero en ingresar en la Reforma alcantarina recién implantada en Italia, de la que él sería el principal promotor en su tierra. Ordenado de sacerdote, sin dejar su vida de oración y penitencia en los retiros, se entregó al apostolado popular, al confesonario y a la dirección de almas. El Señor lo probó con grandes desolaciones interiores, tinieblas y dudas, que le hicieron padecer sobremanera. Con humildad y caridad ejerció los cargos que le impuso la obediencia. Dios quiso obrar portentos por su medio y concederle dones místicos extraordinarios. Después de una vida contemplativa y de extrema austeridad siguiendo el ejemplo de san Pedro de Alcántara, murió en Nápoles el 5 de marzo de 1734.
© Directorio Franciscano    

Palabras del Papa Francisco

“La caridad de Dios que rompe esa cerrazón mortal en sí mismos nos la ofrece la Iglesia con sus enseñanzas y, sobre todo, con su testimonio. Sin embargo, solo se puede testimoniar lo que antes de ha experimentado”

Historias:
Jesús está en la ventana
Durante el verano, Juan y su hermanita Teresa fueron a pasar unos días a la granja de sus abuelos. Como el niño no paraba quieto, su abuelo le dejó que jugara fuera y que practicara con su tirachinas (honda, gomera). No lograba darle a ninguna de las latas que había preparado para hacer blanco. Desanimado, se dispuso a regresar a casa para cenar.

Mientras caminaba de regreso, vio un pato, al parecer el más querido por su abuela. Y, como un impulso, cogió el tirachinas y lanzó la piedra, sin pensar que podría acertar. Le dio al pato en plena cabeza y cayó en redondo. Él estaba impresionado y consternado. En un momento de pánico, escondió el pato muerto detrás de unas maderas. En ese momento vio que su hermana lo estaba observando. Teresa lo había visto todo, pero no dijo nada. Después del almuerzo del día siguiente, la abuela dijo:
- Teresa, vamos a lavar los platos.

Pero Teresa dijo:
- Abuela, Juan me ha dicho que él quería ayudarte en la cocina.
Luego le susurró a él:
- ¿Recuerdas lo del pato?
Así es que Juan lavó los platos.

Más tarde, ese mismo día, el abuelo les preguntó a los niños si querían ir a pescar, y la abuela dijo:
- Lo siento, pero necesito que Teresa me ayude a hacer la compra.
Teresa sonrió y dijo:
- Bueno, no hay problema, porque a Juan le apetece mucho ayudar a la abuela con la compra.
Ella, de nuevo, se acercó a su hermano y en voz baja le dijo:
- ¿Recuerdas al pato?
Así es que Teresa se fue a pescar y Juan se quedó ayudando.

Después de varios días en los que Juan hacía tanto sus tareas como las de su hermana, no aguantó más y decidió poner fin a lo que le estaba fastidiando las vacaciones. Le confesó a su abuela que había matado al pato.

La abuela reaccionó rápido, abrazó a su nieto y le dijo:
- Corazón, ya lo sabía. ¿Sabes? Yo estaba en la ventana cuando sucedió y vi todo lo que pasó. Pero, porque te quiero, te perdono. Sólo me preguntaba cuánto tiempo tardarías en decidirte y en permitir que tu hermana Teresa te hiciera chantaje. Nunca hay que tener miedo a decir la verdad, además siempre puede haber alguien que te vea por la ventana. Me preguntaba cuánto tiempo más permitirías que Teresa te hiciera su esclavo.

Moraleja:
Lo que hayas hecho en tu pasado y el Diablo continúe restregándotelo en tu cara (mentiras, odios, ira, falta de perdón, amargura, robos, etc.), cualquier error que hayas cometido, has de saber que Jesús estaba parado en la ventana y Él vio todo lo sucedido.

Él ha visto tu vida completa y quiere que sepas que te Ama y que si le pides perdón, confesándote con un sacerdote, estás perdonado. Él sólo se está preguntando cuánto tiempo más dejarás que el Diablo te esclavice.

Lo maravilloso de Jesús es que cuando tú pides perdón, Él no sólo te perdona si no que lo olvida, porque nos salva por medio de Su Gracia y Su Misericordia.

Y recuerda siempre que... ¡Jesús está en la Ventana!

Ofrecimiento para sacerdotes y religiosas

Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente "Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir el power point y los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás trabajos sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com 
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por las personas que han resultado damnificadas por las inundaciones en diversas provincias argentinas (Córdoba, Santa Fe, San Luis, Tucumán, Santiago del Estero, Corrientes) o por los incendios incontrolables (Cholila, en Chubut). Y también por nuestros hermanos de Chile que sufren las consecuencias de la erupción del volcán Villarrica. Que el Señor tenga misericordia de todos nosotros, que tan mal procedemos con el hermoso mundo que Él nos dio, y apacigüe las fuerzas de la naturaleza.

Pedimos oración para Santiaguito, un niño de dos meses de vida, internado en Buenos Aires, Argentina con graves problemas de salud. Rogamos para él la intercesión de Nuestra Señora de Luján, para que le pida a Jesús por la recuperación de este bebé.

Pedimos oración para Trinidad G., 67 años, de la provincia de Córdoba, Argentina, afectada de cáncer ginecológico (útero) con mala tolerancia a la quimioterapia y probables complicaciones urinarias, por lo que hoy le hacen un estudio. Que el Señor Jesús, con su amor infinito, le conceda sus gracias y pueda sanar o al menos aliviar sus sufrimientos.

Pedimos oración por nuestro querido amigo José Luis D. P., de Madrid, España, un gran hombre, padre de familia ejemplar y gran evangelizador a través de las redes de Internet. Está pasando por un mal momento de salud a nivel del corazón y la parte neurológica. Que el Buen Jesús lo proteja y restaure su salud, pues el mundo necesita muchas personas como él, siempre dispuesto a difundir el Evangelio de Cristo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Unidos a María 
Cuántas veces le preguntamos a Dios: “¿Por qué? ¿Por qué lo has permitido?, ¿por qué me pasó esto?"  Pero no nos apuremos.
Esperemos que pase un poco el tiempo y posiblemente obtendremos una respuesta, y si no es en este mundo, será en el Cielo donde encontraremos las respuestas adecuadas. Y así entenderemos que todo lo que nos sucedió en este mundo fue querido o permitido por Dios por amor hacia nosotros. ¡Pero cómo! Sí, por amor.
Aquí no lo entendemos, pero en el Cielo veremos claro. Aquí vemos el tapiz del lado en donde están todos los hilos entrecruzados y no entendemos nada, pero en la eternidad veremos el tapiz del lado correcto y todos los hilos formarán un bello cuadro, ordenado, y quedaremos admirados y agradecidos con Dios.
Lo que sí debemos hacer es rezar, y rezar mucho, porque las pruebas que nos pone el demonio en el camino, y que Dios a veces permite, no siempre nos encuentran bien preparados con la oración. Por eso hagamos caso a las palabras que dijo el Padre Pío de Pietrelcina: “Reza, ten fe y no te preocupes”.
Nunca le preguntemos a Dios: “¿Por qué?”, sino confiemos en su Divina Providencia, que todo lo dispone para el bien de los que lo aman.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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