domingo, 8 de marzo de 2015

Pequeñas Semillitas 2623

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 10 - Número 2623 ~ Domingo 8 de Marzo de 2015
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Jesús denuncia y actúa ante las situaciones injustas. Se enfrenta con indignación y valentía a todo el tinglado religioso-mercantil que se había formado en torno al templo. Con este gesto profético Jesús denuncia la situación en la que los intereses económicos, sociales, religiosos y políticos, han suplantado y ocultado a Dios. Una buena ocasión para preguntarnos si esta situación se ha repetido a lo largo de la historia y si sigue siendo actual.
Jesús reacciona ante quienes atemorizan y esclavizan a las personas por medio del culto, de ritos y de tradiciones y todo lo supeditan a sus propios intereses.
En este difícil mundo actual… ¿Cuáles son mis intereses? ¿Coinciden mis actitudes y proyectos con los de Jesús? ¿Siento pasión por la Buena Noticia, por la paz, por un mundo más solidario y una sociedad más justa y más libre? ¿Por qué se apasiona Jesús? ¿Por qué me apasiono yo? (A. Gutiérrez)

¡Buenos días!

El pavo y el gallo
Una señora contaba: Mi marido tiene dos defectos molestos que me fastidian mucho. Un día le propuse que si los dejaba, yo por mi parte abandonaría dos malas costumbres que le incomodaran a él. — No sé qué defectos puedas tener tú, — me dijo. Yo no me fijo sino en tus virtudes. De más está decir que no hicimos ningún pacto y que él sigue con sus vicios.

Un pavo estaba pegando una tremenda paliza a su pobre compañera; y un gallo le preguntó el por qué de tanto furor. Resolló un tanto el pavo, y secándose el sudor: —¿No ves -dijo-, que fue esa pava a contar por todas partes un secreto que yo le había confiado? —¿Y por esto le pegas? -dijo el gallo-. Pues, amigo, otra vez no la maltrates, que será más decente; ni le confíes tus secretos, que será más prudente. G. Daireaux.

La primera mujer, Eva,  salió de la costilla del hombre... No de los pies, para ser pisoteada. No de la cabeza, para ser superior... sino del lado, para ser igual. Debajo del brazo, para ser protegida y al lado del corazón, para ser amada. Que este símbolo ayude a los esposos a cultivar cada día una mejor convivencia, hecha de respeto y  mutua comprensión.
Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo a los que vendían palomas: «Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado». Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: El celo por tu Casa me devorará.
Los judíos entonces le replicaron diciéndole: «Qué señal nos muestras para obrar así?». Jesús les respondió: «Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré». Los judíos le contestaron: «Cuarenta y seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?». Pero Él hablaba del Santuario de su cuerpo. Cuando resucitó, pues, de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho eso, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había dicho Jesús.
Mientras estuvo en Jerusalén, por la fiesta de la Pascua, creyeron muchos en su nombre al ver las señales que realizaba. Pero Jesús no se confiaba a ellos porque los conocía a todos y no tenía necesidad de que se le diera testimonio acerca de los hombres, pues Él conocía lo que hay en el hombre. (Jn 2,13-25)

Comentario
Hoy, cercana ya la Pascua, ha sucedido un hecho insólito en el templo. Jesús ha echado del templo el ganado de los mercaderes, ha volcado las mesas de los cambistas y ha dicho a los vendedores de palomas: «Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado» (Jn 2,16). Y mientras los becerros y los carneros corrían por la explanada, los discípulos han descubierto una nueva faceta del alma de Jesús: el celo por la casa de su Padre, el celo por el templo de Dios.
¡El templo de Dios convertido en un mercado!, ¡qué barbaridad! Debió comenzar por poca cosa. Algún rabadán que subía a vender un cordero, una ancianita que quería ganar algunos durillos vendiendo pichones..., y la bola fue creciendo. Tanto que el autor del Cantar de los cantares clamaba: «Cazadnos las raposas, las pequeñas raposas que devastan las viñas» (Cant 2,15). Pero, ¿quién hacía caso de ello? La explanada del templo era como un mercado en día de feria.
-También yo soy templo de Dios. Si no vigilo las pequeñas raposas, el orgullo, la pereza, la gula, la envidia, la tacañería, tantos disfraces del egoísmo, se escurren por dentro y lo estropean todo. Por esto, el Señor nos pone en alerta: «Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!» (Mc 13,37).
¡Velemos!, para que la desidia no invada la conciencia: «La incapacidad de reconocer la culpa es la forma más peligrosa imaginable de embotamiento espiritual, porque hace a las personas incapaces de mejorar» (Benedicto XVI).
¿Velar? -Intento hacerlo cada noche- ¿He ofendido a alguien?, ¿son rectas mis intenciones?, ¿estoy dispuesto a cumplir siempre y en todo la voluntad de Dios?, ¿he admitido algún tipo de hábito que desagrade al Señor? Pero, a estas horas, estoy cansado y me vence el sueño.
-Jesús, tú que me conoces a fondo, tú que sabes muy bien qué hay en el interior de cada hombre, hazme conocer las faltas, dame fortaleza y un poco de este celo tuyo para que eche fuera del templo todo aquello que me aparte de ti.
Rev. D. Lluís RAVENTÓS i Artés (Tarragona, España)

Cada día de Cuaresma
Día 19: El sentido de la mortificación
La salvación del género humano culmina en la Cruz, hacia la que Cristo encamina toda su vida en la tierra. Y es en la Cruz donde el alma alcanza la plenitud de la identificación con Cristo. Ese es el sentido más profundo que tienen los actos de mortificación y penitencia. Para ser discípulo del Señor es preciso seguir su consejo: “el que quiera venir en pos de Mí niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”. No es posible seguir al Señor sin la Cruz. Unida al Señor, la mortificación voluntaria y las mortificaciones pasivas adquieren su más hondo sentido. No son algo dirigido a la propia perfección, o una manera de sobrellevar con paciencia las contrariedades de esta vida, sino participación en el misterio de la Redención. La mortificación puede parecer, a algunos, locura o necedad, y también puede ser signo de contradicción o piedra de escándalo para aquellos olvidados de Dios. Pero no nos debe extrañar, pues ni los mismos Apóstoles no siguen a Cristo hasta el Calvario, pues aún, por no haber recibido al Espíritu Santo, eran débiles.

Para dar frutos, amando a Dios, ayudando a una manera efectiva a los demás, es necesario el sacrificio. Para ser sobrenaturalmente eficaces debe morir uno a sí mismo mediante la continua mortificación, olvidándose por completo de su comodidad y de su egoísmo. Debemos perder el miedo al sacrificio, pues la Cruz la quiere para nosotros un Padre que nos ama y sabe bien lo que nos conviene. Con la mortificación nos elevamos hasta el Señor; sin ella quedamos a ras de tierra. Con el sacrificio voluntario, con el dolor ofrecido y llevado con paciencia y amor nos unimos firmemente al Señor. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestra alma, pues mi yugo es suave, y mi carga, ligera. (Mateo 11, 28-30).

Con la mortificación, además de seguir a Cristo en su afán de redimirnos en la Cruz, es también medio para progresar en las virtudes, pues mantiene nuestro corazón permanentemente dirigido a Dios. La mortificación es también medio indispensable para hacer apostolado. Además no olvidemos que la mortificación nos sirve como reparación de nuestras faltas pasadas, hayan sido pequeñas o grandes. Le pedimos al Señor que sepamos aprovechar nuestra vida, a partir de ahora del mejor de los modos, y nos preguntamos: “¿Motivos para la penitencia?: Desagravio, reparación, petición, hacimiento de gracias: medio para ir adelante...: por ti, por mí, por los demás, por tu familia, por tu país, por la Iglesia... Y mil motivos más” (San Josemaría Escrivá, Camino)
P. Francisco Fernández Carvajal

Palabras de San Juan Pablo II

«La dignidad de la mujer y su vocación,
objeto constante de la reflexión humana y cristiana,
ha asumido en estos últimos años una importancia muy particular»

Tema del día:
Un templo nuevo
Los cuatro evangelistas se hacen eco del gesto provocativo de Jesús expulsando del templo a «vendedores» de animales y «cambistas» de dinero. No puede soportar ver la casa de su Padre llena de gentes que viven del culto. A Dios no se le compra con «sacrificios».

Pero Juan, el último evangelista, añade un diálogo con los judíos en el que Jesús afirma de manera solemne que, tras la destrucción del templo, él «lo levantará en tres días». Nadie puede entender lo que dice. Por eso, el evangelista añade: «Jesús hablaba del templo de su cuerpo».

No olvidemos que Juan está escribiendo su evangelio cuando el templo de Jerusalén lleva veinte o treinta años destruido. Muchos judíos se sienten huérfanos. El templo era el corazón de su religión. ¿Cómo podrán sobrevivir sin la presencia de Dios en medio del pueblo?

El evangelista recuerda a los seguidores de Jesús que ellos no han de sentir nostalgia del viejo templo. Jesús, «destruido» por las autoridades religiosas, pero «resucitado» por el Padre, es el «nuevo templo». No es una metáfora atrevida. Es una realidad que ha de marcar para siempre la relación de los cristianos con Dios.

Para quienes ven en Jesús el nuevo templo donde habita Dios, todo es diferente. Para encontrarse con Dios, no basta entrar en una iglesia. Es necesario acercarse a Jesús, entrar en su proyecto, seguir sus pasos, vivir con su espíritu.

En este nuevo templo que es Jesús, para adorar a Dios no basta el incienso, las aclamaciones ni las liturgias solemnes. Los verdaderos adoradores son aquellos que viven ante Dios «en espíritu y en verdad». La verdadera adoración consiste en vivir con el «Espíritu» de Jesús en la «Verdad» del Evangelio. Sin esto, el culto es «adoración vacía».

Las puertas de este nuevo templo que es Jesús están abiertas a todos. Nadie está excluido. Pueden entrar en él los pecadores, los impuros e, incluso, los paganos. El Dios que habita en Jesús es de todos y para todos. En este templo no se hace discriminación alguna. No hay espacios diferentes para hombres y para mujeres. En Cristo ya «no hay varón y mujer». No hay razas elegidas ni pueblos excluidos. Los únicos preferidos son los necesitados de amor y de vida. Necesitamos iglesias y templos para celebrar a Jesús como Señor, pero él es nuestro verdadero templo.
© José Antonio Pagola

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"Juan Pablo II inolvidable"
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Agradecimientos
Dicen que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Desde Miami, Florida, Silvia I. agradece a Dios y a quienes rezaron por su operación de cataratas que ha salido bien y ahora ella está en camino a una completa recuperación. ¡Damos gracias a Dios!

Desde la provincia de Buenos Aires, Argentina, Patricia D. agradece a Dios y a quienes rezaron por su salud y nos dice que los estudios realizados han sido satisfactorios por lo que irá más tranquila a su cirugía (extirpación de lóbulo pulmonar por tumor). Patricia manifiesta que en todo momento se ha sentido acompañada por María y por Jesús, y quiere transmitir este testimonio para que sirva a otras personas que atraviesan momentos difíciles de enfermedad.

Desde Perú, nos llega un agradecimiento por el éxito en la intervención quirúrgica de Mónica A. y también por el cumpleaños número 11 del niño Harry Scott S. Z. el próximo día 21 de marzo.

Desde Río Cuarto, Córdoba, Argentina, llega un agradecimiento de Trinidad (Trini), a Dios, a la Virgen y a todos los que rezaron por ella, y nos dice que su estudio de vejiga ha salido bien.

Desde la ciudad de Córdoba, Argentina, agradecen las oraciones por la recuperación de Ada M., que estuvo internada diez días en terapia intensiva.

Unidos a María
En estos tiempos tenemos muchos motivos para estar afligidos. Entonces llamemos a María en nuestro socorro, porque Ella es la alegría del alma, es la alegría de Dios, pues Dios encontró en Ella todo lo que buscaba de una criatura y por eso María es la delicia de Dios y de todo el Paraíso. ¡Que también sea nuestra delicia! Acudamos a Ella que es nuestra Madre, y una madre siempre sabe consolar y hacer sonreír a su niñito, y si éste llora, lo sabe consolar y arrullar para que se tranquilice y tenga paz. Vayamos a María si tenemos alguna pena en el corazón, y cantemos cantos a la Virgen ya que esto alegrará nuestra alma y María volcará innumerables gracias y dones sobre nosotros.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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