PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 10 - Número 2645 ~ Lunes
30 de Marzo de 2015
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
En su entrada a Jerusalén el Domingo de Ramos, Jesús nos
muestra cómo afrontar y vivir las situaciones duras y difíciles en las que, sin
duda, nos vamos a encontrar a lo largo de nuestra vida. Es nuestro modelo de
humanidad plena, solidaridad, valentía, generosidad, pasión.
La opción de Jesús no es el triunfalismo. Su silencio es paciente, elocuente,
misericordioso... Clave para entender el aparente silencio de Dios.
Nos enseña a ser libres, a practicar y valorar el silencio, a saber cuándo debemos
hablar y cuándo callar, a confiar solamente en Dios.
Imitemos el ejemplo de Jesús en cada momento de nuestra
vida terrenal…
¡Buenos días!
Sócrates y la amistad
Los amigos son
escasos. Los puedes contar con los dedos de la mano y siempre te sobrarán
dedos. Por eso tal vez no tengas muchos, pero los que tienes siempre serán
suficientes para llenar tu alma. Un amigo es como la perla evangélica que,
cuando la encuentras, vas y vendes todo, con tal de poseerla.
Construía Sócrates una pequeña casa, en las
afueras de Atenas, cuando algunas personas le preguntaron para qué serviría esa
minúscula habitación. Él contestó que era para sus amigos. Admirados le
replicaron que ahí no cabría casi nadie y entonces, con su ya tradicional y
fina ironía, respondió: ¡Qué diera yo por poder llenarla!
“Un amigo no es
un hermano de sangre, sino del corazón. Por eso un hermano puede ser tu amigo,
pero un amigo siempre será tu hermano. Un amigo siempre estará ahí, aun cuando
no lo necesites. A un amigo lo necesitas porque lo quieres; no lo quieres
porque lo necesitas. Con tus conocidos hablas, con tus amigos te comunicas. Un
conocido te oye, un amigo te escucha, y lo más importante es que no te escucha
con sus oídos, sino con su corazón”. Dios te conceda el tesoro de uno o más
amigos.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Seis días antes de la Pascua, Jesús se fue a Betania,
donde estaba Lázaro, a quien Jesús había resucitado de entre los muertos. Le
dieron allí una cena. Marta servía y Lázaro era uno de los que estaban con Él a
la mesa.
Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo
puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa
se llenó del olor del perfume. Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el
que lo había de entregar: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por
trescientos denarios y se ha dado a los pobres?». Pero no decía esto porque le
preocuparan los pobres, sino porque era ladrón, y como tenía la bolsa, se
llevaba lo que echaban en ella. Jesús dijo: «Déjala, que lo guarde para el día
de mi sepultura. Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no
siempre me tendréis».
Gran número de judíos supieron que Jesús estaba allí y
fueron, no sólo por Jesús, sino también por ver a Lázaro, a quien había
resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron dar muerte
también a Lázaro, porque a causa de él muchos judíos se les iban y creían en
Jesús. (Jn
12,1-11)
Comentario
Hoy, en el Evangelio, se nos resumen dos actitudes sobre
Dios, Jesucristo y la vida misma. Ante la unción que hace María a su Señor,
Judas protesta: «Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había
de entregar: ‘¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y
se ha dado a los pobres?’» (Jn 12,4-5). Lo que dice no es ninguna barbaridad,
ligaba con la doctrina de Jesús. Pero es muy fácil protestar ante lo que hacen
los otros, aunque no se tengan segundas intenciones como en el caso de Judas.
Cualquier protesta ha de ser un acto de responsabilidad:
con la protesta nos hemos de plantear cómo lo haríamos nosotros, qué estamos
dispuestos a hacer nosotros. Si no, la protesta puede ser sólo —como en este
caso— la queja de los que actúan mal ante los que miran de hacer las cosas tan
bien como pueden.
María unge los pies de Jesús y los seca con sus cabellos,
porque cree que es lo que debe hacer. Es una acción tintada de espléndida
magnanimidad: lo hizo «tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro»
(Jn 12,3). Es un acto de amor y, como todo acto de amor, difícil de entender
por aquellos que no lo comparten. Creo que, a partir de aquel momento, María
entendió lo que siglos más tarde escribiría san Agustín: «Quizá en esta tierra
los pies del Señor todavía están necesitados. Pues, ¿de quién, fuera de sus
miembros, dijo: ‘Todo lo que hagáis a uno de estos pequeños... me lo hacéis a
mí? Vosotros gastáis aquello que os sobra, pero habéis hecho lo que es de
agradecer para mis pies’».
La protesta de Judas no tiene ninguna utilidad, sólo le
lleva a la traición. La acción de María la lleva a amar más a su Señor y, como
consecuencia, a amar más a los “pies” de Cristo que hay en este mundo.
Rev. D. Jordi POU i Sabater (Sant Jordi Desvalls,
Girona, España)
Santoral Católico:
San Juan Clímaco
Abad
Hacia los veinte años de su edad estaba de monje en la
península del Sinaí, donde experimentó la vida comunitaria y la vida solitaria.
Cuando tenía unos sesenta años, lo llamaron a guiar como abad el famoso
monasterio del Monte Sinaí. Para una mejor formación de los monjes escribió en
griego la obra que tanta repercusión ha tenido en la espiritualidad de todos
los tiempos: “Escala del Paraíso”, en la que propone el camino del progreso
espiritual a modo de una ascensión hacia Dios por treinta peldaños. «Escala» en
griego es «Klimax», y de ahí le viene el sobrenombre de «Clímaco». Murió el año
649.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
"En los momentos felices, alaba a Dios,
en los momentos difíciles, busca a Dios,
en los momentos de quietud, adora a Dios,
en los momentos de dolor, confía en Dios,
y en cada momento, da gracias a Dios"
Tema del día:
Lunes Santo
Significado del
Lunes Santo
Durante estos días Jesús y sus discípulos se prepararon
para celebrar la pascua, fiesta principal de los judíos. Pero Jesús sabía muy
bien, que eran los últimos días de su vida, pues la pascua judía se iba a
convertir en la pascua de Jesús; su paso de la muerte a la vida. Por eso el
evangelio de estos días habla de la intimidad de Jesús con los discípulos y la
que él vive en este último tiempo. Visita a sus amigos de Betania, prepara la
última cena y sufre terriblemente la traición de Judas.
Lunes Santo
¿Qué hizo hoy Jesús? Jesús ha dormido en el pueblo de Betania,
en la casa de Lázaro, Marta y María, sus mejores amigos. A media mañana sube
andando a Jerusalén, que está a unos cuatro kilómetros. En el camino, como es
la hora de comer tiene hambre. Se acerca a una frondosa higuera, llena de
hojas, pero en la que no hay higos, entonces la secó por no tener frutos. Al
llegar a Jerusalén, va al templo y lo encuentra lleno de comerciantes haciendo
negocios y los echa a latigazos, pidiéndonos que tratemos con respeto a Dios y
a las cosas de Dios. Por la tarde pasa por el monte de los olivos, donde estuvo
haciendo un rato de oración, y vuelve a pie a Betania.
A lo mejor Dios tampoco encuentra en ti los frutos que Él
esperaba. Pídele perdón. ¿Tratas con respeto a Dios y a sus cosas? ¿Cómo te
comportas en Misa, en el Oratorio, o en la Iglesia? ¿Haces con cariño las
genuflexiones? Cuando oyes blasfemias, ¿pides perdón a Dios interiormente?
Fíjate como Jesús dedicaba todos los días a hacer un rato de oración como tú
ahora. No lo dejes ningún día, aunque sea unos pocos minutos.
En este día se proclama, durante la misa el evangelio de
San Juan, cap. 12. Seis días antes de la pascua, Jesús llega a Betania para
hacer una última visita a los amigos de toda la vida, y allí se anticipa el
desenlace de la crisis. María unge a Jesús con el perfume. Jesús es consciente
de lo que está ocurriendo y dice a Judas que protesta por el despilfarro:
“déjala, pues lo tenía reservado para preparar mi entierro”. Este gesto de
María es una anticipación de la sepultura de Jesús. Es la hora del amortajamiento,
pero es también la hora de la esperanza, porque el que está ahora embalsamado
con perfumes, habra de ser ungido por el Espíritu, al resucitar de entre los
muertos.
¿Cómo vivir este
día?
Hoy, Lunes Santo, en nuestras familias y comunidades empezamos
a crear el ambiente apropiado a la celebración del Misterio Pascual. Es bueno
preguntarnos a qué punto hemos llegado en nuestro proceso de conversión, cómo
están nuestras relaciones familiares, de grupo; como es nuestra participación
en la vida de la comunidad.
La lectura y meditación del evangelio de este día nos
ayudaran a alimentar los sentimientos y actitudes que requiere de nosotros la
participación en estos días santos: cambio de vida, solidaridad y unidad.
Intensificamos por lo tanto nuestro espíritu de oración y
de servicio y nos acercamos al sacramento de la reconciliación en las
celebraciones penitenciales que se desarrollan en muchas de nuestras
parroquias.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados
en Medio Oriente y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por
diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia
de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Unidos a María
Cuando nos asalte
la tentación debemos invocar a María, porque el nombre de María hace huir al
diablo y sus demonios. ¿Hemos visto lo que hacen los niños al ver un peligro?
Corren hacia su mamá o la llaman a gritos. Pues así tenemos que hacer cuando
viene la tentación, el peligro de pecar; correr a los brazos de la Virgen,
llamarla en nuestro socorro, porque Ella es el Auxilio de los cristianos. Pero
también debemos ir a María e invocarla cuando la tristeza quiere atenazar y
amordazar nuestra alma, y así llevarnos a la desesperanza y al desánimo,
atándonos las manos para el apostolado y para la oración. Entonces acudamos a
la Virgen que es la Causa de nuestra alegría. Ella siempre nos dará la alegría
cristiana, y viendo su sonrisa estaremos felices y las pruebas y tristezas de
la vida desaparecerán o se harán muy llevaderas. ¡Si supiéramos quién es María!
¡Si viéramos lo poderosa que es ante Dios! Con María lo tenemos todo, sin María
no tenemos nada. ¡Dichosos los devotos de esta Virgen todopoderosa!
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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