PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 10 - Número 2621 ~
Viernes 6 de Marzo de 2015
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Señor, tú eres vida, tú eres necesario para mí como el
aire que respiro. Te doy gracias por el don de la vida, porque es maravilloso
existir. Te adoro, Señor, porque así como el aire me rodea y penetra en mí, así
también estoy rodeado por ti, me envuelves con tu presencia, lleno de vida y de
alegría, me penetras con tu gracia y me transformas con tu presencia. Y junto
con el aire que sale de mis pulmones, llévate todo lo que no me hace feliz,
arroja fuera de mí toda impureza espiritual, expulsa todas mis angustias y
tristezas, todos mis rencores y malos recuerdos, todo egoísmo y toda mala
intención. Llévate todo, Dios mío, y déjame sólo tu gracia, tu vida. Quédate tú
invadiendo todo mi ser y reinando en mí con tu gozo en medio de mis tareas.
Amén.
Mons. Víctor M. Fernández
¡Buenos días!
Palabras de un reloj
“El compromiso
mayor y más eficaz es el compromiso con el minuto presente, pues te obliga al
abandono total del pasado y del futuro en manos de Dios y a la entera
disponibilidad. Ser fiel a este compromiso es vivir plenamente tu vida y
asegurarte un auténtico triunfo de dimensiones infinitas” (M. Quoist).
Trabajo más que un mortal, pero más
fácilmente porque lo hago segundo a segundo. Tengo que hacer miles de tic-tacs
para formar un día, pero dispongo de un segundo para hacer cada uno de ellos,
no los quiero hacer todos a la vez. Nunca me preocupo de lo que hice ayer, ni
de lo que tendré que hacer mañana. Mi ocupación es de hoy, aquí y ahora. Sé que
si hago lo de hoy bien, no tendré que molestarme por el pasado ni preocuparme
por el futuro. Tú, que eres persona, si quieres vivir tan tranquilo y tan feliz
como yo, no trates de vivir toda tu vida, ni echarte todo el peso del trabajo
en un solo día. Vive ahora, haz el trabajo de cada día en su día.
“El hombre
inquieto arrastra consigo su pasado e intenta agarrar el futuro al mismo tiempo
que el presente. Si quieres triunfar en la vida, deja el pasado en manos de
Dios, déjale también el futuro y vive plenamente, uno tras otro, cada momento
presente” (M. Quoist). Que aproveches la importante lección del reloj, porque
será decisiva para tu felicidad.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a los grandes sacerdotes y a
los notables del pueblo: «Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó
una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la
arrendó a unos labradores y se ausentó. Cuando llegó el tiempo de los frutos,
envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores
agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le
apedrearon. De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero
los trataron de la misma manera. Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ‘A mi
hijo le respetarán’. Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí:
‘Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia’. Y
agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron. Cuando venga, pues, el
dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?».
Dícenle: «A esos miserables les dará una muerte miserable
y arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo».
Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los
constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor
quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? Por eso os digo: se os
quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos».
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus
parábolas, comprendieron que estaba refiriéndose a ellos. Y trataban de
detenerle, pero tuvieron miedo a la gente porque le tenían por profeta. (Mt 21,33-43.45-46)
Comentario
Hoy, Jesús, por medio de la parábola de los viñadores
homicidas, nos habla de la infidelidad; compara la viña con Israel y los
viñadores con los jefes del pueblo escogido. A ellos y a toda la descendencia
de Abraham se les había confiado el Reino de Dios, pero han malversado la
heredad: «Por eso os digo: se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un
pueblo que rinda sus frutos» (Mt 21,43).
Al principio del Evangelio de Mateo, la Buena Nueva
parece dirigida únicamente a Israel. El pueble escogido, ya en la Antigua
Alianza, tiene la misión de anunciar y llevar la salvación a todas las
naciones. Pero Israel no ha sido fiel a su misión. Jesús, el mediador de la
Nueva Alianza, congregará a su alrededor a los doce Apóstoles, símbolo del
“nuevo” Israel, llamado a dar frutos de vida eterna y a anunciar a todos los
pueblos la salvación.
Este nuevo Israel es la Iglesia, todos los bautizados.
Nosotros hemos recibido, en la persona de Jesús y en su mensaje, un regalo
único que hemos de hacer fructificar. No nos podemos conformar con una vivencia
individualista y cerrada a nuestra fe; hay que comunicarla y regalarla a cada
persona que se nos acerca. De ahí se deriva que el primer fruto es que vivamos
nuestra fe en el calor de familia, el de la comunidad cristiana. Esto será
sencillo, porque «donde hay dos o más reunidos en mi nombre, yo estoy allí en
medio de ellos» (Mt 18,20).
Pero se trata de una comunidad cristiana abierta, es
decir, eminentemente misionera (segundo fruto). Por la fuerza y la belleza del
Resucitado “en medio nuestro”, la comunidad es atractiva en todos sus gestos y
actos, y cada uno de sus miembros goza de la capacidad de engendrar hombres y
mujeres a la nueva vida del Resucitado. Y un tercer fruto es que vivamos con la
convicción y certeza de que en el Evangelio encontramos la solución a todos los
problemas.
Vivamos en el santo temor de Dios, no fuera que nos sea
tomado el Reino y dado a otros.
Rev. D. Melcior QUEROL i Solà (Ribes de Freser, Girona,
España)
Cada día de Cuaresma
Día 17: Aborrecer el pecado
La liturgia de estos días nos acerca poco a poco al
misterio central de la Redención. El Señor vino a traer la luz al mundo,
enviado por el Padre: vino a su casa y los suyos no le recibieron (Juan 1,
11)... Así hicieron con el Señor: lo sacaron fuera de la ciudad y lo
crucificaron. Los pecados de los hombres han sido la causa de la muerte de
Jesucristo. Todo pecado está relacionado íntima y misteriosamente con la Pasión
de Jesús. Sólo reconoceremos la maldad del pecado si, con la ayuda de la
gracia, sabemos relacionarlo con el misterio de la Redención. Sólo así podremos
purificar de verdad el alma y crecer en contrición de nuestras faltas y
pecados. La conversión que nos pide el Señor, particularmente en esta Cuaresma,
debe partir de un rechazo firme de todo pecado y de toda circunstancia que nos
ponga en peligro de ofender a Dios. Y así lo haremos, por la misericordia
divina, con la ayuda de la gracia.
El esfuerzo de conversión personal que nos pide el Señor
debemos ejercitarlo todos los días de nuestra vida, pero en determinada épocas
y situaciones –como es la Cuaresma- recibimos especiales gracias que debemos
aprovechar. Para comprender mejor la malicia del pecado debemos contemplar lo
que Jesucristo sufrió por los nuestros. El Señor nos ha llamado a la santidad,
a amar con obras, y de la postura que se adopte ante el pecado venial
deliberado depende el progreso de nuestra vida interior, pues los pecados
veniales, cuando no se lucha por evitarlos o no hay contrición después de
cometerlos, producen un gran daño en el alma, volviéndola insensible a las
mociones del Espíritu Santo. Debilitan la vida de la gracia, hacen más difícil
el ejercicio de las virtudes, y disponen al pecado mortal. En la lucha decidida
contra todo pecado demostraremos nuestro amor al Señor. Le pedimos a Nuestra
Madre su ayuda.
Para afrontar decididamente la lucha contra el pecado
venial es preciso reconocerlo como tal, como ofensa a Dios que retrasa la unión
con Él. Es preciso llamarlo por su nombre. Debemos pedir al Espíritu Santo que
nos ayude a reconocer con sinceridad nuestras faltas y pecados, a tener una
conciencia delicada, que pide perdón y no justifica sus errores. Fomentemos un
sincero arrepentimiento de nuestros pecados y luchemos por quitar toda rutina
al acercarnos al sacramento de la Misericordia divina. La Virgen, refugio de
los pecadores nos ayudará a tener una conciencia delicada para amar a su Hijo y
a todos los hombres, a ser sinceros en la Confesión y a arrepentirnos de
nuestros pecados con prontitud.
P. Francisco Fernández Carvajal
Santoral Católico:
San Olegario
Obispo
Nació en Barcelona de familia noble hacia el año 1060. Se
educó en la escuela catedralicia y en 1093 se ordenó de sacerdote. Sintiéndose
atraído por la vida religiosa, ingresó en los Canónigos Regulares de San Adrián
de Besós; luego pasó a San Rufo de Provenza, donde fue elegido abad en 1110.
Cinco años después lo eligieron obispo de Barcelona, y se entregó al ministerio
de la predicación y a la asistencia a los pobres y enfermos. Cuando Tarragona
fue reconquistada, el papa le encomendó su sede metropolitana, sin dejar la de
Barcelona. Asistió al Concilio Ecuménico I de Letrán el año 1123. Fue legado
pontificio en la tarea de reconquista del conde de Barcelona. Visitó Tierra
Santa. A la muerte del papa Honorio II, hubo una doble elección, y Olegario
prestó su obediencia a Inocencio II. En medio de una intensa actividad
eclesiástica y civil, como la mediación entre los reyes de Castilla y Aragón,
llevó una intensa vida interior, de alta contemplación, con un profundo sentido
de la justicia y una generosa caridad para con los pobres. Murió en Barcelona
el año 1136.
© Directorio Franciscano
La frase de hoy
"Cuaresma es un camino
que comienza desde la oscuridad
y llega a la luz"
~ Card. Giacomo Biffi ~
Tema del día:
Agradecer a la vida
El secreto de la felicidad no está en obtener lo que
anhelamos, sino en amar lo que tenemos. No en lo que pedimos a la vida, sino en
lo que ésta nos otorga. Es la dicha escondida de agradecer al mundo todo lo
simple y lo maravilloso que éste nos ha dado. Reconocer lo grande y lo pequeño,
lo fugaz y lo perdurable. No lo mucho, sino lo esencial. No lo tanto, sino lo
maravilloso.
Te sentirás pobre no por lo poco que tengas, sino por lo
mucho que esperes y exijas a la vida. Entre más ambicionamos más pobres seremos,
pues no todas las cosas fueron hechas para uno. La riqueza verdadera está en
reconocer y valorar lo poco y lo dulce que la existencia nos otorgue.
Agradece, por tanto, todos los instantes de tu vida.
Puedes poseerlo todo con la sabiduría del corazón. La riqueza del humano está
en lo que ama. El mayor tesoro es el que está en nuestro corazón. La fortuna de
tus profundidades nadie puede robarlas ni comprarlas.
Agradece la dicha de ver un amanecer, pues un día ya no
lo verás. Da gracias al padre por el amor que encontraste, pues mañana ya no lo
tendrás. El canto de las aves, el verdor de los montes, la risa de un niño, la
luz de los ojos amados. Porque será lo único que te quede al final de los días.
Conoce la dicha de agradecer lo bello que se te ha dado.
Vía Crucis
Por ser viernes, invito a los lectores a rezar el Vía
Crucis como oración eficaz de preparación en esta Cuaresma.
El Vía Crucis es la meditación de los momentos y
sufrimientos vividos por Jesús desde que fue hecho prisionero hasta su muerte
en la cruz y posterior resurrección. Literalmente, “vía crucis” significa
"camino de la cruz". Al rezarlo, recordamos con amor y agradecimiento
lo mucho que Jesús sufrió por salvarnos del pecado durante su pasión y muerte.
Dicho camino se representa mediante 15 imágenes de la Pasión que se llaman
"estaciones". Te animarás a cargar con las cruces de cada día, si
recuerdas con frecuencia las estaciones o pasos de Jesús hasta el Calvario.
Puedes conocer más detalles y rezarlo en la
página del Web Católico de Javier haciendo clic acá
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por nuestros hermanos sufrientes por diversos
motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto,
la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la
falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de las familias, la
fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este
sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por
las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por tantas personas que sufren la tentación y el acoso de no ceder a prácticas diabólicas disfrazadas de temas católicos. Que el Señor fortalezca su voluntad para que no se desvíen del camino correcto.
Pedimos oración para Fernando A., de Bolivia, a quien mañana sábado le hacen la séptima sesión de quimioterapia, para que la reciba bien y sea de gran significado de curación para su enfermedad oncológica.
Pedimos oración por tantas personas que sufren la tentación y el acoso de no ceder a prácticas diabólicas disfrazadas de temas católicos. Que el Señor fortalezca su voluntad para que no se desvíen del camino correcto.
Pedimos oración para Fernando A., de Bolivia, a quien mañana sábado le hacen la séptima sesión de quimioterapia, para que la reciba bien y sea de gran significado de curación para su enfermedad oncológica.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Unidos a María
Así como nuestra
madre terrenal nos dio a luz el día de nuestro nacimiento en este mundo; así
también María nos dio a luz el día de nuestro Bautismo, porque es Ella la que
ha merecido alcanzar la Gracia, es decir, a Jesucristo para nosotros, y por
eso, al darnos la vida del alma, nos ha alumbrado para el Cielo.
Entonces María es
verdadera Madre nuestra, más que nuestra madre de la tierra, ya que el alma es
más importante que el cuerpo, y la Virgen es la Madre de nuestra alma.
Ella ha aceptado,
al pie de la Cruz, ser la Madre del género humano, y por ello María se ocupa y
se preocupa por todos los hombres, incluso los más alejados, ateos, impíos y
perseguidores de la Iglesia, porque la Virgen quiere salvarlos a todos, pues
Ella bien sabe lo que es el Infierno, y no quiere que ninguno vaya allí.
Dejémonos guiar y
salvar por María, porque Ella es feliz cuando puede obrar libremente en un alma
y en la vida de una persona, cuando ésta le da las riendas de su vida. Entonces
María hace prodigios que dejan asombrados a los mismos ángeles de Dios.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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