PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 10 - Número 2639 ~ Martes
24 de Marzo de 2015
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Cada uno de nosotros tiene reservado un lugar en el
Cielo, junto al Padre eterno. Ese lugar lo conquistamos cumpliendo la misión
que tenemos aquí en la tierra. Todos los padecimientos que sufrimos aquí abajo,
en este mundo oscuro, nos dan méritos para alcanzar ese puesto de felicidad
eterna.
Debemos pensar todos los días en ese lugar que nos
espera, para poder sobrellevar las pruebas de esta vida presente, sabiendo que
al final del camino encontraremos unos brazos amorosos de Padre y el beso de
una Madre Inmaculada. Pensemos en la felicidad inimaginable de que gozaremos
para siempre y que ya nadie nos la podrá quitar y caminemos con esperanza por
este mundo que con sus trampas nos quiere hacer desesperar y desanimar.
María es la Reina de todo, ¿qué debemos temer si Ella es
nuestra Madre? Refugiémonos bajo su manto para que nos ayude a llegar al lugar
predestinado desde toda la eternidad que nos aguarda en el Paraíso.
Vivamos esta vida con la mirada puesta en el Cielo que
nos espera, para no perder la fe ni la esperanza.
¡Buenos días!
La familia que encontró a Cristo
Hoy te cuento el
caso de una familia que se marchó detrás de Cristo, dejando castillos, riquezas
y títulos de nobleza. Es el comienzo de la historia de san Bernardo, Padre de
la Iglesia por la calidad de sus escritos, abad del monasterio de Claraval por
muchos años y legado del Papa para restablecer la paz y la unión entre los
reinos de Europa.
Bernardo volvió a su familia a contar la
decisión que había tomado y todos se opusieron. Los amigos le decían que esto
era desperdiciar una gran personalidad para ir a sepultarse vivo en un
convento. La familia no aceptaba de ninguna manera. Pero Bernardo les habló con
tanto entusiasmo de las ventajas y cualidades que tiene la vida religiosa, que
logró llevarse al convento a sus cuatro hermanos mayores, a su tío y 30
compañeros de la nobleza que dejaron todo para unirse a Cristo. Dicen que
cuando llamaron a Nervando, el hermano menor, para anunciarle que se iban de
religiosos, el muchacho les respondió: "¡Ajá! ¿Con que ustedes se van para
ganarse el cielo, y a mí me dejan aquí en la tierra? Esto no lo puedo aceptar".
Y un tiempo después, también él se hizo religioso del Císter.
Esa familia se
decidió a seguir con generosidad a Cristo pobre, casto y obediente. Sintieron y
siguieron el llamado a una vida entregada totalmente a dar testimonio de los
valores del Evangelio. Los bautizados estamos llamados a ser testigos de que el
amor a Cristo puede llenar nuestra vida en cualquier condición nos encontremos.
Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: «Yo me voy y
vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no
podéis ir». Los judíos se decían: «¿Es que se va a suicidar, pues dice: ‘Adonde
yo voy, vosotros no podéis ir’?». Él les decía: «Vosotros sois de abajo, yo soy
de arriba. Vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Ya os he dicho
que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que Yo Soy, moriréis en
vuestros pecados».
Entonces le decían: «¿Quién eres tú?». Jesús les
respondió: «Desde el principio, lo que os estoy diciendo. Mucho podría hablar
de vosotros y juzgar, pero el que me ha enviado es veraz, y lo que le he oído a
Él es lo que hablo al mundo». No comprendieron que les hablaba del Padre. Les
dijo, pues, Jesús: «Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces
sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi propia cuenta; sino que, lo que
el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo. Y el que me ha enviado está
conmigo: no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada a Él».
Al hablar así, muchos creyeron en Él. (Jn 8,21-30)
Comentario
Hoy, martes V de Cuaresma, a una semana de la
contemplación de la Pasión del Señor, Él nos invita a mirarle anticipadamente
redimiéndonos desde la Cruz: «Jesucristo es nuestro pontífice, su cuerpo
precioso es nuestro sacrificio que Él ofreció en el ara de la Cruz para la
salvación de todos los hombres» (San Juan Fisher).
«Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre...» (Jn
8,28). En efecto, Cristo Crucificado —¡Cristo “levantado”!— es el gran y
definitivo signo del amor del Padre a la Humanidad caída. Sus brazos abiertos,
extendidos entre el cielo y la tierra, trazan el signo indeleble de su amistad
con nosotros los hombres. Al verle así, alzado ante nuestra mirada pecadora,
sabremos que Él es (cf. Jn 8,28), y entonces, como aquellos judíos que le
escuchaban, también nosotros creeremos en Él.
Sólo la amistad de quien está familiarizado con la Cruz
puede proporcionarnos la connaturalidad para adentrarnos en el Corazón del
Redentor. Pretender un Evangelio sin Cruz, despojado del sentido cristiano de
la mortificación, o contagiado del ambiente pagano y naturalista que nos impide
entender el valor redentor del sufrimiento, nos colocaría en la terrible
posibilidad de escuchar de los labios de Cristo: «Después de todo, ¿para qué
seguir hablándoos?».
Que nuestra mirada a la Cruz, mirada sosegada y
contemplativa, sea una pregunta al Crucificado, en que sin ruido de palabras le
digamos: «¿Quién eres tú?» (Jn 8,25). Él nos contestará que es «el Camino, la
Verdad y la Vida» (Jn 14,6), la Vid a la que sin estar unidos nosotros, pobres
sarmientos, no podemos dar fruto, porque sólo Él tiene palabras de vida eterna.
Y así, si no creemos que Él es, moriremos por nuestros pecados. Viviremos, sin
embargo, y viviremos ya en esta tierra vida de cielo si aprendemos de Él la
gozosa certidumbre de que el Padre está con nosotros, no nos deja solos. Así
imitaremos al Hijo en hacer siempre lo que al Padre le agrada.
Rev. D. Josep Mª MANRESA Lamarca (Les Fonts del Vallès,
Barcelona, España)
Cada día de Cuaresma
Día 35: Vida de piedad
La gracia recibida en el Bautismo, llamada a su pleno
desarrollo, está amenazada por los mismos enemigos que siempre han atacado a
los hombres: egoísmo, sensualidad, confusión y errores en la doctrina, pereza,
envidias, murmuraciones, calumnias... En todas las épocas se dejan notar las
heridas del pecado de origen y de los pecados personales. Los cristianos
debemos buscar el remedio y el antídoto en el único lugar donde se encuentra:
en Jesucristo y en su doctrina salvadora. No podemos dejar de mirarlo elevado
sobre la tierra en la Cruz. Mirar a Jesús, no podemos apartar la vista del
Señor, nuestro Amor. Debemos buscar la fortaleza en el trato de amistad con
Jesús, a través de la oración, de la presencia de Dios a lo largo de la jornada
y en la visita al Santísimo Sacramento.
El Señor quiere a los cristianos corrientes metidos en la
entraña de la sociedad, laboriosos en sus tareas, en un trabajo que de ordinario
ocupará de la mañana a la noche. Jesús espera que no nos olvidemos de Él
mientras trabajamos. Jesucristo es lo más importante de nuestro día, de nuestra
vida, por eso cada uno de nosotros debe ser alma de oración siempre y mantener
Su presencia a lo largo de la jornada. Para lograrlo echaremos mano de esas
“industrias humanas”: jaculatorias, actos de amor y desagravio, comuniones
espirituales, miradas a la imagen de Nuestra Señora. (San Josemaría Escrivá,
Camino): cosas sencillas, pero de gran eficacia. Si ponemos el mismo interés en
acordarnos del Señor, nuestro día se llenará de pequeños recordatorios que nos
llevarán a tenerle presente. Poco a poco, si perseveramos, llegaremos a estar
en la presencia de Dios como algo normal y natural. Aunque siempre tendremos
que poner lucha y empeño.
Muchas veces vemos al Señor que se dirigía a su Padre
Dios con una oración corta, amorosa, como una jaculatoria. Nosotros también
podemos decirlas desde el fondo de nuestra alma, y que responden a necesidades
o situaciones concretas por las que estamos pasando. Santa Teresa recuerda la
huella que dejó en su vida una jaculatoria: ¡Para siempre, siempre, siempre! Al
terminar nuestra oración le decimos, como los discípulos de Emaús: Quédate con
nosotros, Señor, porque se hace de noche (Lucas 24, 29). Todo es oscuridad
cuando Tú no estás. Y acudimos a la Virgen, y le decimos amorosamente: Dios te
salve, María... bendita tú entre todas las mujeres.
P. Francisco Fernández Carvajal
Santoral Católico:
Santa Catalina de Suecia
Virgen
Información haciendo clic acá
Beato Oscar Romero
Obispo y Mártir
Información haciendo clic acá
Fuente: Catholic.net
Palabras del Papa Francisco
“La Iglesia del Cielo no es triunfante porque ha dado la
espalda a los sufrimientos del mundo y goza en solitario. Los santos ya
contemplan y gozan, gracias que, con la muerte y Resurrección de Jesús, vencieron
definitivamente la indiferencia, la dureza del corazón y el odio. Toda la
comunidad cristiana está llamada a cruzar el umbral que la pone en relación con
la sociedad que la rodea, con los pobres y los alejados”
Historias:
María Orsola Bussone… ¿Santa?
ROMA, 23 Mar. 15 / 02:31 am (ACI/EWTN Noticias).-
Era una chica dinámica, emprendedora, activa, segura de sí, y con una gran
fuerza de voluntad. Le gustaba nadar, montar bicicleta, cantar y tocar la
guitarra. Se desvivía por llevar a Dios hacia los demás con sus palabras y con
algunas cartas que escribía.
Buscaba transmitir su alegría de llevar Cristo en el
corazón a través de las diversas actividades de su parroquia como la Misa, los
encuentros de jóvenes, las reuniones de oración y durante las presentaciones
que hacía con su banda de música.
María Orsola Bussone nació en Vallo Torinese, Piamonte
(Italia) el 2 de octubre de 1954. Tuvo un hermano, Giorgio Bussone, con quien
compartió una profunda amistad espiritual.
Creció en un ambiente familiar determinado por una
intensa vida cristiana. Sus padres le inculcaron el amor, la sinceridad, las
prácticas religiosas y el gusto por las labores domésticas. En 1961 recibió la
primera comunión y en 1965 se confirmó. Sus padres la inscribieron al grupo
parroquial de Acción Católica y en la Asociación Juvenil “Santa María Goretti”,
en la parroquia San Secondo en Vallo.
María Orsola comenzó a frecuentar voluntariamente los
grupos de oración. Se destacaba por su carácter alegre y vivaz. Llenaba a todos
con su entusiasmo. En las actividades escolares, como las obras de teatro y los
campamentos, motivaba a todos los participantes. Era generosa y ganaba la
confianza de todos con su apertura al prójimo.
Asistió a su primer retiro en 1966, cuyo tema fue “La
Gloria de Dios”. El retiro revolucionó el pensamiento de la jovencita. Quedó
fascinada y estableció este mensaje como el centro de su vida. “Todo sea para
dar gloria a Dios”, decía.
Se comparaba a sí misma con los modelos de Jesús y María
y se comprometió interiormente a amar a Dios especialmente en el servicio a los
demás.
Cuando el Movimiento Focolar asumió el cargo de la
parroquia en la zona que residía María Orsola, las actividades pastorales
cambiaron. Se intensificó el compromiso con los apostolados dirigidos a niños,
jóvenes y con las otras parroquias. Hubo constantes reuniones de sacerdotes,
seminaristas, comunidades religiosas y diocesanos.
Sin embargo, el carisma particular de este movimiento fue
la unidad. Integraban a los evangélicos en las labores apostólicas. María
Órsola se comprometió en el área de animación. Como a toda adolescente, le
encantaba la música. Sabía tocar guitarra y cantaba.
En 1968, junto con sus amigos, forma un grupo musical
llamado Ge´70. El propósito del grupo fue transmitir a los jóvenes y a los
parroquianos la gloria de vivir el evangelio y la belleza de la comunidad
cristiana.
Aparte de ser una asidua colaboradora con la labor de
evangelización en su segundo hogar, la parroquia, María Órsola fue una
destacada estudiante. En octubre de 1968 comenzó la secundaria en el Liceo Científico
"Galileo Ferraris" Ciriè.
Durante toda la secundaria recibió muchas tarjetas de
felicitación en reconocimiento a su ejemplo de la vida cristiana. En noveno
grado ganó un concurso nacional sobre el tema de “La comunidad europea”. El
premio fue un viaje a Bruselas, Estrasburgo y Luxemburgo.
Su vida espiritual está fuertemente ligada a su trabajo
apostólico en la parroquia. Don Vincenzo Chiarle, coadjutor del párroco Don
Giuseppe Michelotti percibía que había una gran necesidad de revitalizar la
parroquia. El Concilio Vaticano II invitaba a las comunidades religiosas al
carisma de la unidad de las primeras comunidades cristianas. María Orsola se
identifica con este carisma.
El propósito de la parroquia coincide con sus propósitos
personales de encontrar a Dios en cada cosa y persona; y en la elección de amar
incondicionalmente a Jesús. La joven acostumbraba escribir oraciones
espontáneas en sus cuadernos de catecismo. He aquí una oración dirigida a
Jesús:
“Gracias Jesús
porque te convertiste en un hombre, y que ha sacrificado y muerto en la cruz
para salvarnos y darnos el Paraíso. Hazme siempre buena y que ya no te
haga sufrir por mis pecados y algún día disfrutar
de su gloria”.
En abril de 1968 participa en el primer Congreso Europeo
del Movimiento Gen’68, la rama juvenil del Movimiento Focolar, en Rocca di
Papa. María Orsola se conmovió con el mensaje de Chiara Lubich sobre el amor a
Cristo Crucificado.
Para María, la clave de la felicidad era la Cruz y el
amor desinteresado, sin esperar nada a cambio. “Quiero dejarme usar por Dios
como Él quiere, y todo lo que quiero hacer mi parte, ya que es la única cosa
vale la pena en la vida y que todos los jóvenes saben lo que la verdadera
felicidad y el amor de Dios”, escribía en su diario.
Murió a los 16 años tras una descarga eléctrica de una
secadora de cabello en 1970 cuando fue a un campamento de verano junto a su
hermano George.
Fue declarada Sierva de Dios por el Papa San Juan Pablo
II en el año 2000.
Ofrecimiento para sacerdotes
y religiosas
Formulo el siguiente ofrecimiento únicamente para sacerdotes o religiosas que reciben diariamente
"Pequeñas Semillitas" por e-mail: Si desean recibir el power point y
los comentarios del Evangelio del domingo siguiente con dos o tres días de
anticipación, para tener tiempo de preparar sus meditaciones, homilías o demás
trabajos sobre la Palabra de Dios, pueden pedírmelo a feluzul@gmail.com
Sólo deben indicar claramente su nombre, su correo
electrónico, ciudad de residencia y a qué comunidad religiosa pertenecen.
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el
Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón
de María; por la conversión de todos los
pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados
en Medio Oriente y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por
diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia
de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración para las siguientes personas de Buenos Aires, Argentina: Delia M., de 89 años, que está en terapia intensiva por un tumor sangrante de vejiga y sufre mucho, por lo que rogamos, por intercesión de María de Lourdes, alivio a su sufrimiento; Elena F., para quien ya hemos rezado antes y ahora han encontrado un tratamiento paliativo y no sufre tanto por su mal oncológico, por lo que pedimos a Jesús que la siga acompañando; Lourdes L. que esta semana ha iniciado un nuevo tratamiento de oncología, para que Dios bendiga a los médicos y pueda obtener buenos resultados y recuperarse.
Pedimos oración para las siguientes personas de Buenos Aires, Argentina: Delia M., de 89 años, que está en terapia intensiva por un tumor sangrante de vejiga y sufre mucho, por lo que rogamos, por intercesión de María de Lourdes, alivio a su sufrimiento; Elena F., para quien ya hemos rezado antes y ahora han encontrado un tratamiento paliativo y no sufre tanto por su mal oncológico, por lo que pedimos a Jesús que la siga acompañando; Lourdes L. que esta semana ha iniciado un nuevo tratamiento de oncología, para que Dios bendiga a los médicos y pueda obtener buenos resultados y recuperarse.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Unidos a María
María tiene un
deseo vehemente de salvar a los hombres, porque sabe que cada hombre fue
comprado con la Sangre de su Divino Hijo, y por eso Ella no quisiera que se
pierda ninguno de ellos, sino que todos alcancen el Cielo para el que Dios los
ha creado. Por eso María en estas últimas apariciones en muchas partes del
mundo, llora lágrimas incluso de sangre, para darnos a entender el inmenso
dolor que hay en su Corazón Inmaculado porque son tantos los hombres que se
pierden para siempre en el Infierno. Entonces consolemos al Corazón de la
Virgen dejándonos salvar por Ella. Dejemos que Ella nos colme con sus gracias y
que desahogue en nosotros todo el amor que quisiera dar a otros hombres, pero
que no puede porque no lo aceptan. Debemos estar felices porque en el Cielo
tenemos un Padre tan bueno; pero también debemos estar muy contentos de tener
semejante Madre, que nos ama tanto y que está dispuesta a reconciliarnos con
Dios aunque nuestro pecado sea muy grande y terrible. Consolemos al Corazón de
María dejándonos socorrer por Ella.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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