jueves, 15 de agosto de 2013

Pequeñas Semillitas 2115

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2115 ~ Jueves 15 de Agosto de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy celebramos con júbilo la Asunción de María al cielo. La Madre fue llevada en cuerpo y alma al cielo por el poder de Dios, a diferencia de la Ascensión del Señor que lo hizo por su propio poder.
El Papa Pío XII, en la Bula Munificentissimus Deus, del 1° de noviembre de 1950, proclamó solemnemente el dogma de la Asunción de María con estas palabras: “Pronunciarnos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celeste”.
Por su parte, el Papa Benedicto XVI ha dicho en 2010: “En esta solemnidad de la Asunción contemplamos a María: ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo; no perder nunca la amistad con Él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra; seguirlo cada día, incluso en los momentos en que sentimos que nuestras cruces resultan pesadas. María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de alegría y de paz con Dios”

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».
Y dijo María: «Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.
(Lc 1,39-56)

Comentario
Hoy celebramos la solemnidad de la Asunción de Santa María en cuerpo y alma a los cielos. «Hoy —dice san Bernardo— sube al cielo la Virgen llena de gloria, y colma de gozo a los ciudadanos celestes». Y añadirá estas preciosas palabras: «¡Qué regalo más hermoso envía hoy nuestra tierra al cielo! Con este gesto maravilloso de amistad —que es dar y recibir— se funden lo humano y lo divino, lo terreno y lo celeste, lo humilde y lo sublime. El fruto más granado de la tierra está allí, de donde proceden los mejores regalos y los dones de más valor. Encumbrada a las alturas, la Virgen Santa prodigará sus dones a los hombres».
El primer don que te prodiga es la Palabra, que Ella supo guardar con tanta fidelidad en el corazón, y hacerla fructificar desde su profundo silencio acogedor. Con esta Palabra en su espacio interior, engendrando la Vida para los hombres en su vientre, «se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel» (Lc 1,39-40). La presencia de María expande la alegría: «Apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno» (Lc 1,44), exclama Isabel.
Sobre todo, nos hace el don de su alabanza, su misma alegría hecha canto, su Magníficat: «Proclama mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador...» (Lc 1,46-47). ¡Qué regalo más hermoso nos devuelve hoy el cielo con el canto de María, hecho Palabra de Dios! En este canto hallamos los indicios para aprender cómo se funden lo humano y lo divino, lo terreno y lo celeste, y llegar a responder como Ella al regalo que nos hace Dios en su Hijo, a través de su Santa Madre: para ser un regalo de Dios para el mundo, y mañana un regalo de nuestra humanidad a Dios, siguiendo el ejemplo de María, que nos precede en esta glorificación a la que estamos destinados.
P. Abad Dom Josep ALEGRE Abad de Santa Mª de Poblet (Tarragona, España)

Santoral Católico:
La Asunción de Nuestra Señora
Solemnidad
Solemnidad de la Asunción de la bienaventurada Virgen María, Madre de nuestro Dios y Señor Jesucristo, que, acabado el curso de su vida en la tierra, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria de los cielos. Esta verdad de fe, recibida de la tradición de la Iglesia, fue definida solemnemente por el papa Pío XII en 1950.

Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

¡Buenos días!

Pensar en los demás

Existe una inmensa alegría en poder alegrar a otros a pesar de nuestra propia situación. La aflicción compartida disminuye la tristeza, pero cuando la alegría es compartida, se duplica. Si deseas sentirte feliz y realizado, basta compartir tus bendiciones, especialmente ésas que no se pueden comprar con dinero.

Un niño, tiritando de frío y con carita de hambre, vino a recoger un pullóver que le ofrecí cuando lo encontré en la calle. Quedaba algo de comida del almuerzo, y le pregunté:
—¿Quieres almorzar? Él respondió:
—Sí, quiero, señora. Y comió de prisa, con muchas ganas. En la mitad del plato, de repente, se detuvo y dijo:
—Señora, ¿me regala un pedazo de papel? Al traerle el papel, envolvió con cuidado el resto de su comida, y explicó:
—Es para mi amigo. Hoy a esta hora, él no ha comido nada todavía.
Quedé asombrada. ¡Y yo pensaba que estaba siendo caritativa porque le di un suéter viejo y un poco de comida que sobró!

Hay personas pobres que distribuyen sonrisas. Existen personas que sufren pero nos comunican alegría. Por allí van personas incomprendidas que saben comprendernos. He visto personas que fueron ofendidas y supieron perdonar. Conozco todas esas personas… y su secreto es amar. Amigo/a, pasa por el mundo desparramando gotitas de amor.
Padre Natalio

Palabras del Beato Juan Pablo II

“El dogma de la Asunción afirma
que el cuerpo de María fue glorificado después de su muerte.
En efecto, mientras para los demás hombres
la resurrección de los cuerpos tendrá lugar al fin del mundo,
para María la glorificación de su cuerpo
se anticipó por singular privilegio”
Beato Juan Pablo II

Tema del día:
Asunción de María
Hay dos fechas en el calendario de la Iglesia universal que marcan todo el esplendor espiritual de María: es el comienzo y el final de toda su existencia en esta tierra: la Inmaculada Concepción y la Asunción al Cielo. En diferentes pueblos y en varias naciones hay advocaciones marianas que encierran en sí toda la vida y belleza espiritual de María y por lo tanto todo eso lo celebran en fechas determinadas; pero en la Iglesia universal estas dos son las dos grandes celebraciones en honor a María. A ellas dos podemos añadir el 1 de Enero, fiesta de la Madre de Dios.

La Asunción es una fiesta muy antigua y expresa un sentimiento del pueblo cristiano. No lo narra el Nuevo Testamento, pero se fue trasmitiendo en el pueblo cristiano, de modo que se levantaron muchos templos y catedrales en honor de María en su Asunción. Desde 1950 es dogma de fe, cuando el papa Pío XII, habiendo escuchado el parecer de toda la Iglesia, determinó que todos lo tenemos que creer.

Asunción al Cielo, significa que fue a gozar con Dios en el Cielo en cuerpo y alma, con todo su ser humano. No se trata de si hizo un viaje por los aires o qué dirección tomó. Es una manera simbólica o metafórica de expresar la gran verdad de que todo su ser comienza a vivir una vida más especial en la presencia de Dios. El papa no quiso determinar si esto fue en el momento de la muerte o tuvo una resurrección semejante a la de Jesucristo. Sólo dijo: “cumplido el curso de su vida mortal”. Eso nos basta para que en este día nos gocemos por la grandeza que Dios ha realizado con su madre. Alabemos con ella a Dios por este gran beneficio y avivemos nuestra esperanza de poder un día estar gozando con nuestra Madre en el Cielo.

Para poder llegar un día también nosotros al Cielo, hoy la Iglesia nos invita a imitar lo más posible la vida de María. No es mucho lo que los evangelios nos cuentan sobre su vida, ya que lo principal que intentaban era reproducir la doctrina de Jesús. Pero hay datos muy expresivos. Hoy en el evangelio se nos narra la visita que hizo María a su prima Isabel. María se había enterado por el ángel de la Anunciación, que su prima, ya con muchos años, estaba esperando a un niño y ya estaba en el sexto mes. María piensa en atenderla durante esos últimos tres meses y va “de prisa” hacia la montaña, donde vivía Isabel. Nos muestra en primer lugar la caridad, que en cierto sentido es olvido de sus propias necesidades para atender a las necesidades del prójimo. También nos enseña la alegría, el optimismo y la esperanza. Este gozo se expresa con ese ir “de prisa”, en el sentido material y espiritual. Y con gozo porque dentro de sí tenía ya a Jesús. Nuestra vida debe estar llena de gozo sabiendo que dentro de nuestro ser habita la Stma. Trinidad, y especialmente en la comunión con Jesús.

Este gozo se hizo palabra en el saludo de María y en la felicitación de Isabel cuando, llena del Espíritu Santo, comprendió quién era la que venía a visitarla. María ya estaba llena del Espíritu Santo, porque tenía en sí a Jesús, Hijo de Dios. Y donde está Jesús tiene que estar el Espíritu Santo. Por eso María en su respuesta habla con la virtud y gracia del Espíritu, glorificando a Dios, con la oración del Magnificat.

En el Magnificat aparece la acción de Dios sobre ella: “Miró la humillación de su esclava e hizo cosas grandes”. Dios mira al humilde para dar. Le había dado cosas grandes: ser Inmaculada, llena de gracia, corredentora, medianera universal de las gracias y por fin la daría el llevarla al Cielo en cuerpo y alma. Aparece la acción de María para con Dios, que es alabar y dar gracias, que es reconocer que todo lo que tiene es recibido de la bondad de Dios. Y aparece nuestra acción para con María: “Desde ahora me felicitarán todas las generaciones”. Estas alabanzas que hoy damos a María en definitiva son para Dios, autor de todas las bondades. Y muestra también nuestra esperanza de que, si seguimos sus pasos en esta vida, como Cristo resucitó primero, también nuestra vida terminará en una resurrección eterna.
P. Silverio Velasco (España)

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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Carlos Santiago, de México, bebé de días de nacido que se recupera en el hospital ya que nació antes de tiempo. Rogamos a la Santísima Virgen, Madre de Jesús y Madre nuestra, que pronto esté en su casa con su familia.

Pedimos oración por Antena S., que vive en Rancho Cucamonga, California. Su sistema inmunológico está siendo atacado y debilitado, por lo que le van a poner un tratamiento y en 30 días harán una evaluación para determinar si este tratamiento funciona.

Pedimos oración por la operación cesárea de Yessenia S., de Nicaragua, para que Dios permita que todo salga bien para ella y para su bebé.

Pedimos oración por Julia C., de la provincia de San Juan, Argentina, para que el Señor le dé consuelo y alivie el sufrimiento que le produce una enfermedad  terminal.

Pedimos oración por Marcus Humberto, de once meses de edad originario de San Rafael del Norte, departamento de Jinotega, Nicaragua. Le fue detectada una afección en un riñoncito y se le hará un pielograma para diagnosticar mejor. Lo dejamos en las manos de Jesús para su curación.

Pedimos oración por Andrés Guillermo, de Colombia, y por su mamá Zoraida, para que Dios cure las heridas en sus corazones y se establezca la armonía, la tolerancia, la unión familiar y al amor. Todo ello bajo el amparo de María Asunta al cielo a quien hoy celebramos.

Pedimos oración por la salud de Adanila R., de Nicaragua problemas en el corazón y por Oscar D., con problemas de próstata.

Pedimos oración por Pbro. Jesús G. J. rogando a Dios que atienda sus necesidades y lo bendiga en abundancia.

Pedimos oración por el niño Juan Sebastián G., de Argentina, internado con Neumonía, rogando por su pronta recuperación.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a feluzul@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.

“Intimidad Divina”

La Asunción de la Virgen María

“Una señal grandiosa apareció en el cielo: una mujer con el sol por vestido, la luna bajo sus pies y en la cabeza una corona de doce estrellas” (Entrada). Así saluda la Liturgia a María asunta al cielo aplicándole las palabras del Apocalipsis (12, 1) que se leen hoy también en la primera lectura. En la visión profética de Juan esa mujer excepcional aparece esperando un hijo y en lucha con el “dragón”, el eterno enemigo de Dios y de los hombres. Ese cuadro de luz y de sombras, de gloria y de guerra, lleva a pensar en la realización de la promesa mesiánica contenida en las palabras dirigidas por Dios a la serpiente engañadora: “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te aplastará la cabeza” (Gn 3, 15). Todo esto se realizó por medio de María, la Madre del Salvador, contra el que se precipitó Satanás, pero del que éste fue definitivamente vencido. Cristo, hijo de María, es el Vencedor; sin embargo, para que la humanidad pueda gozar plenamente de la victoria conseguida por él, es necesario que, como él, sostenga la lucha. En este duro combate el hombre es sostenido por la fe en Cristo y por el poder de su gracia; pero también lo es por la protección materna de María que desde la gloria del cielo no cesa de interceder por cuantos militan en seguimiento de su Hijo divino.

El concepto expresado por la primera lectura es completado por la segunda (1 Cr 15, 20-26). San Pablo hablando de Cristo, primicia de los resucitados, concluye que un día todos los creyentes tendrán parte en su glorificación. Pero en diferente grado: “Primero Cristo como primicia; después, todos los cristianos” (ib. 23). Y entre “los cristianos” el primer puesto pertenece sin duda a la Virgen, que fue siempre suya porque jamás estuvo ajada por el pecado. Es la única criatura en quien el esplendor de la imagen de Dios  nunca fue ofuscado; es la “inmaculada concepción”, la obra intacta de la Trinidad, en la que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo han podido siempre complacerse, recabando de ella una respuesta total a su amor. La respuesta de María al amor d Dios resuena en el Evangelio de este día (Lc 1, 39-59), tanto en las palabras de Isabel que exaltan la gran fe que ha llevado a María a adherirse sin vacilación al querer divino, como en las de la misma Virgen que entona un himno de alabanza al Altísimo por las cosas grandes que ha hecho en ella.

María no se mira a sí misma sino para reconocer su pequeñez, y de ésta se eleva a Dios para glorificar su dignación y misericordia, su intervención y su poder en favor de los pequeños, de los humildes y de los pobres, entre los cuales se coloca ella con suma sencillez. Su respuesta al amor inmenso de Dios que la ha elegido entre todas las mujeres para madre de su Hijo divino es invariablemente la dada al ángel: “Aquí está la esclava del Señor” (ib. 38). Para María ser esclava significa estar totalmente abierta y disponible para Dios: él puede hacer de ella lo que quiera. Y Dios, después de haberla asociado a la pasión de su Hijo, la ensalzará un día realizando en ella las palabras de su cántico: “derriba el solio a los poderosos y enaltece a los humildes” (ib. 52); pues la humilde esclava, en efecto, “fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial…, con el fin de que se asemejase de forma más plena a su Hijo, Señor de los señores” (LG 59). En María asunta al cielo la cristiandad entera tiene una poderosa abogada y también un magnífico modelo. De ella aprenden todos a reconocer la propia pequeñez, a ofrecerse a Dios en total disponibilidad a quereres y a creer en el amor misericordioso y omnipotente con fe inquebrantable.

¡Oh amor de María, oh ardiente amor de la Virgen!, eres demasiado ardiente, demasiado vasto…, un cuerpo mortal no puede contenerte; es demasiado abrasado tu ardor para que pueda ocultarse bajo esta pobre ceniza. Ve…, brilla en la eternidad; ve, arde, quema delante del trono d Dios…; apágate aquí y multiplícate en el seno de este Dios, único capaz de contenerte. (J. B. Bossuet, La Asunción de la Virgen)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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