PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2107 ~
Miércoles 7 de Agosto de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Señor, cuando tenga hambre, dame alguien que necesite
comida; cuando tenga sed, dame alguien que precise agua; cuando sienta frío,
dame alguien que necesite calor. Cuando sufra, dame alguien que necesita
consuelo; cuando mi cruz parezca pesada, déjame compartir la cruz del otro;
cuando me vea pobre, pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo, dame alguien que precise de mis
minutos; cuando sufra humillación, dame ocasión para elogiar a alguien; cuando
esté desanimado, dame alguien para darle nuevos ánimos. Cuando quiera que los
otros me comprendan, dame alguien que necesite de mi comprensión; cuando sienta
necesidad de que cuiden de mí, dame alguien a quien pueda atender; cuando
piense en mí mismo, vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
dales, a través de nuestras manos, no sólo el pan de cada día, también nuestro
amor misericordioso, imagen del tuyo.
Beata Teresa de Calcuta
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús se retiró hacia la región de Tiro
y de Sidón. En esto, una mujer cananea, que había salido de aquel territorio,
gritaba diciendo: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está
malamente endemoniada». Pero Él no le respondió palabra. Sus discípulos,
acercándose, le rogaban: «Concédeselo, que viene gritando detrás de nosotros».
Respondió Él: «No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de
Israel». Ella, no obstante, vino a postrarse ante Él y le dijo: «¡Señor,
socórreme!». Él respondió: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo
a los perritos». «Sí, Señor -repuso ella-, pero también los perritos comen de
las migajas que caen de la mesa de sus amos». Entonces Jesús le respondió:
«Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas». Y desde aquel momento
quedó curada su hija.
(Mt 15,21-28)
Comentario
Hoy escuchamos a menudo expresiones como “ya no queda fe”,
y lo dicen personas que piden a nuestras comunidades el bautizo de sus hijos o
la catequesis de los niños o el sacramento del matrimonio. Esta palabra ve el
mundo en negativo, muestra el convencimiento de que cualquier tiempo pasado fue
mejor y que ahora estamos al final de una etapa en la que no hay nada nuevo que
decir, ni tampoco nada nuevo por hacer. Evidentemente, se trata de personas
jóvenes que, en su mayoría, ven con un cierto tono de tristeza que el mundo ha
cambiado tanto, desde sus padres, que quizás vivían una fe más popular, que
ellos no se han sabido adaptar. Esta experiencia les deja insatisfechos y sin
capacidad de reacción cuando, de hecho, quizás están a la entrada de una nueva
etapa que conviene aprovechar.
Este pasaje del Evangelio capta la atención de aquella
madre cananea que pide una gracia para su hija, reconociendo en Jesús al Hijo
de David: «¡Ten piedad de mí, Señor, hijo de David! Mi hija está malamente
endemoniada» (Mt 15,22). El Maestro queda sorprendido: «Mujer, grande es tu
fe», y no puede hacer otra cosa que actuar a favor de aquellas personas: «que
te suceda como deseas» (Mt 15,28), aunque parezca que no entran en sus
esquemas. No obstante, en la realidad humana se manifiesta la gracia de Dios.
La fe no es patrimonio de unos cuantos, ni tampoco es
propiedad de los que se creen buenos o de los que lo han sido, que tienen esta
etiqueta social o eclesial. La acción de Dios precede a la acción de la Iglesia
y el Espíritu Santo está actuando ya en personas de las que no hubiéramos
sospechado que nos traerían un mensaje de parte de Dios, una solicitud a favor
de los más necesitados. Dice san León: «Amados míos, la virtud y la sabiduría
de la fe cristiana son el amor a Dios y al prójimo: no falta a ninguna
obligación de piedad quien procura dar culto a Dios y ayudar a su hermano».
Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala (Sant Hipòlit de
Voltregà, Barcelona, España)
Santoral Católico:
San Cayetano de Thiene
Fundador de la Orden de
Clérigos Regulares
Información amplia
Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
Demasiado tarde
En el evangelio
leemos que Jesús dijo: “Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y lo
demás se les dará por añadidura”. El error del hombre consiste en buscar con
afán en primer lugar las cosas de la tierra, los intereses propios, mientras le
dan a Dios las migajas de su tiempo, de su dedicación, de su amor. Los ídolos
han suplantado a Dios en su corazón.
En un avisador parroquial observé varios
carteles. En el primero había un bebé gordito y debajo se leía: "Demasiado
pequeño para amar a Dios". El segundo presentaba a una pareja de recién
casados besándose. Un letrero explicaba: "Demasiado felices para amar a
Dios". Le seguía un ejecutivo rodeado de teléfonos y dando órdenes:
"Demasiado ocupado para amar a Dios". A continuación un hombre rico,
con relucientes anillos de oro y pedrería, un cigarro en la boca, al bajar de
su lujoso coche: "Demasiado seguro de sí mismo para amar a Dios". Y
finalizaba la serie con un ataúd: "Demasiado tarde para amar a Dios”. “Si
escuchas hoy la voz del Señor, no endurezcas tu corazón”, (Sal. 95).
Para amar a Dios
basta meditar en su amor por ti, con la Biblia en la mano Te sugiero que leas
lentamente, el salmo 23 del Buen Pastor, diciendo “Gracias, Señor”, a cada frase del mismo.
Sentirás conmoverse tu corazón por el amor delicado y tierno de Dios que te proporciona
seguridad, descanso, renovación, defensa, alimento e indefectible amor.
Padre Natalio
La frase de hoy
“El compromiso mayor y más eficaz
es el compromiso con el minuto presente,
pues te obliga al abandono total del pasado
y del futuro en manos de Dios y a la entera
disponibilidad.
Ser fiel a este compromiso es vivir plenamente tu vida
y asegurarte un auténtico triunfo de dimensiones
infinitas”
Michel Quoist
Historias:
El equipaje
Un hombre que viajaba en avión hacia Singapur, cuando
faltaban pocos minutos para aterrizar, se dio cuenta de que el joven que
viajaba a su lado se estaba poniendo muy nervioso. Pensó que posiblemente no
estaba muy acostumbrado a viajar y que tenía cierto temor al aterrizaje. Pero
de pronto el joven se dirigió a él y le preguntó: –¿Es cierto que en este país
las personas que son descubiertas pasando droga las ahorcan? –¡Efectivamente!
le respondió, en este país si encuentran a alguien con droga, la pena que les
imponen es morir ahorcado.
El muchacho se calló durante unos segundos. De pronto se
levantó y se fue al servicio. Después de unos minutos, regresó a su asiento,
pero tenía una mirada distinta, una mirada de alivio. El hombre, suponiendo lo
que había ocurrido, le preguntó: –¿Te has deshecho de todo lo que llevabas
encima y que te ponía en peligro? El joven lo miró avergonzado y dijo: -Sí
Señor, pero por favor, no se lo diga a nadie.
Al llegar a Singapur la policía retuvo al joven para
inspeccionarle el equipaje y hacerle un control rutinario. Afortunadamente para
él, ya se había deshecho con anterioridad de todo el equipaje no permitido en
ese país.
Durante nuestra vida vamos llenando nuestro equipaje de
hábitos, costumbres, creencias, valores y fundamentos que, además de cargarnos
en exceso, son peligrosos y contrarios a la voluntad de Dios. Eso nos pone
muchas veces en aprietos, nos causa vergüenza, confusión y siempre acaba por
afectar nuestra vida y la de los que nos rodean de una manera negativa y casi
siempre destructiva.
¿Estás llevando algún equipaje del que necesitas
deshacerte antes de que te cause más problemas?
Muchas veces sabemos que llevamos algo prohibido en
nuestro corazón y otras veces no somos muy conscientes y necesitamos identificarlo.
Quizás pienses que, en el fondo, todos somos humanos y que es normal tener
algún fallo. Incluso es posible que pienses que forma parte de ti, que es
imposible arrancarlo de tu vida y te resignas diciendo, «yo soy así»
Bueno, esos pensamientos son normales, pero también nos
indican cuál es el grado de religiosidad y conformismo en el que muchas veces
estamos atrapados.
Al hablar de «Religiosidad» me refiero a que, a veces,
somos capaces de ir los domingos a la iglesia y vivir una vida más o menos correcta
y aceptable cuando estamos con nuestra familia, y al mismo tiempo de vivir de
una forma totalmente distinta cuando estamos en el trabajo, con las amistades o
solo.
Al hablar de «Conformismo» me refiero a esa actitud
pasiva que hace que no tomemos la decisión ni demos los pasos concretos para
solucionar o poner fin a un problema conocido. El conformista lo que hace es
todo lo contrario, utiliza todos sus esfuerzos en buscar formas de justificar
sus errores y pecados.
La diferencia entre la mochila del joven del avión y
nuestro equipaje, es que a nosotros no nos resulta tan fácil deshacernos del
equipaje autodestructivo. Sería fantástico poder tirarlo a la basura, pero no,
porque nuestro exceso de equipaje no es externo, sino interno.
Es imposible hacerlo por nosotros mismos. Esa es la razón
por la que Jesucristo murió en la cruz. Si nosotros fuéramos capaces de tratar
con nuestro propio pecado, su muerte no hubiera sido necesaria.
«Ustedes viven
siempre angustiados; siempre preocupados «por el exceso de equipaje» Vengan a
Mí, y yo los haré descansar»
Lamentablemente no tengo el autor del artículo
Nuevo video
Hay un nuevo video subido a este blog.
Para verlo tienes que ir al final de la página.
Pedidos de oración
Pedimos oración por Cristóbal
T., nicaragüense, residente en Guatemala, a quien le diagnosticaron cáncer
y esta semana empieza con quimioterapias.
Pedimos oración por el matrimonio de Milena y Gabriel, de Bogotá, Colombia, padres de una niña pequeña,
para que el Buen Jesús les conceda fortaleza para superar dificultades y los
consolide espiritualmente como matrimonio y como padres.
De la misma ciudad de Bogotá, Colombia, pedimos oración
por la familia de nuestro amigo Carlos C.,
formada por su esposa Trini y sus
hijos Carlos y María Paula, para que el Señor los proteja y los bendiga en sus
diversas actividades.
Pedimos oración por Carmen
C., peruana radicada en USA, que se está realizando estudios médicos
mamográficos, para que Dios Misericordioso esté muy cerca de ella y la proteja,
permitiendo que los resultados de dichas pruebas sean todos normales.
Pedimos oración por José
Armando H. M., de Lima, Perú, cuya salud atraviesa momentos extremadamente
delicados. Oramos para que Jesús le conceda sus gracias sanadoras. Y pedimos
también por la salud de Violeta, que
sufre fuertes dolores de huesos, por su trabajo y por la unión de su familia.
Pedimos oración por el niño Rodrigo Ramón M. S., de 2 años de edad, de Managua, Nicaragua, afectado de leucemia, rogando a Jesús de la Misericordia por su sanación.
Pedimos oración por las víctimas de la tragedia urbana de ayer en Rosario, Argentina.
Pedimos oración por el niño Rodrigo Ramón M. S., de 2 años de edad, de Managua, Nicaragua, afectado de leucemia, rogando a Jesús de la Misericordia por su sanación.
Pedimos oración por las víctimas de la tragedia urbana de ayer en Rosario, Argentina.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a feluzul@gmail.com y deben
poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin
asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben
pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo
antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
“Intimidad Divina”
El fundamento de
la ley
“De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los
Profetas” (Mt 22, 40). No dice Jesús que pende todo del amor de Dios, sino de
éste completado por el del amor al prójimo. San Agustín declara: “Ama y haz lo
que quieras”. El que ama de veras a Dios, ama también al prójimo, porque “hemos
recibido de él este mandamiento” (1 Jn 4, 21). El que ama de veras a Dios y al
prójimo observa espontáneamente todos los demás preceptos, porque el amor lleva
de por sí a querer el bien de la persona amada y a cumplir su voluntad. Por
otra parte, todo precepto se ordena al amor y tiene por objeto preciso tutelar
y segurar su práctica en las relaciones con Dios y con el prójimo. De Dios es
siempre el primer lugar; a él se le debe preferencia absoluta sobre toda
criatura… Pero no se le quita nada a Dios cuando se ama al prójimo en orden a
él, como imagen suya, como su hijo; cuando se le ama como lo ama Dios,
procurando su bien verdadero, su verdadera felicidad. Sólo la caridad teologal
puede amar así, por encima de todo lazo de carne y sangre, y más allá de toda
simpatía o antipatía, de toda pasión, interés o búsqueda de satisfacción
personal. El amor al prójimo se hace entonces la garantía más segura y el
testimonio más cierto del amor a Dios.
“Con nadie tengáis otra deuda que la del mutuo amor; pues
el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. En efecto, lo de: No adulterarás, no
matarás, no robarás, no codiciarás y todos los demás preceptos, se resumen en
esta fórmula: Amarás al prójimo como a ti mismo… La caridad es, por tanto, la
ley en su plenitud” (Rm 13, 8-10). Parece como si San Pablo suplantase el amor
de Dios e hiciese consistir el cumplimiento de la ley únicamente en la caridad
fraterna. En realidad si el cristiano ama al prójimo como enseña el Evangelio y
como Cristo mismo hizo, no se podrá dudar de su amor a Dios. Tan verdadero es
esto y la caridad fraterna es tan agradable a Dios que Jesús, cuando habla del
juicio final, no trae otro motivo de justificación o de condena que el amor
practicado o no con el prójimo.
Cristo no sólo considera a los hombres hermanos suyos,
sino que se identifica con ellos sobre todo con los más pobres, indigentes y
necesitados de ayuda, y dice “cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más
pequeños, a mí me lo hicisteis” (Mt 25, 40). Verdad muy consoladora, a la que
se asocia otra bien grave. Jesús, bondad y misericordia infinita, no vacila en
pronunciar sentencia de condenación eterna contra los que, habiendo negado al
prójimo el auxilio de la caridad fraterna, es como si se lo hubiesen negado a
él. “Apartaos de mí malditos, al fuego eterno… Porque tuve hambre y no me
disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber…” (ib. 41-42). Los hombres
pertenecen a Cristo, son suyos. Él los ha rescatado al precio de su sangre, los
ha injertado en sí como miembros de su Cuerpo místico; quien lesiona a un
hombre, le lesiona a él; quien no ama a un hombre, no le ama a él. Cuando
escribía San Pablo: “La caridad es la ley en su plenitud”, tenía ciertamente
presente la enseñanza del Señor y el misterio de su Cuerpo místico, cuyo
heraldo fue.
“Esto es lo que os
mando: que os améis unos a otros”… ¡Oh Señor!, tú mismo nos has dado este amor
mutuo, al elegirnos sin tener fruto alguno, por no ser nosotros los que te
elegimos a ti. Y nos has colocado en condiciones de ir y hacer fruto, es decir,
de amarnos mutuamente, lo cual no podemos hacer sin ti, así como el sarmiento
no puede producir fruto separado de la vid. La caridad es, pues, nuestro fruto,
que… sale del corazón puro, de la recta conciencia y de una fe sin
fingimientos. Con este amor nos amamos unos a otros y te amamos a ti, Señor,
porque nuestro amor mutuo no sería verdadero sin el temor a ti, ya que ama al
prójimo como a sí mismo el que te ama a ti… De estos dos preceptos de la caridad
están pendientes toda la Ley y los Profetas: éste es nuestro fruto. (San
Agustín)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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