PEQUEÑAS SEMILLITAS
Año 8 - Número 2106 ~ Martes
6 de Agosto de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba
(Argentina)
Alabado sea
Jesucristo…
Este es un mensaje de Jesús para cada uno de nosotros:
¿Por qué te confundes y
te agitas ante los problemas de la vida? Déjame el cuidado de todas tus
cosas y todo te irá mejor. Cuando te abandones en mí, todo se resolverá con
tranquilidad según mis designios. No desesperes; no me dirijas una oración
agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Déjame ser
Dios y actuar con libertad. Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y deja
en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente: “Jesús, yo confío en ti”. Déjate
llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo. Yo te amo. Si crees que las
cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración, sigue confiando. Cierra
los ojos del alma y confía. Continúa diciéndome a toda hora: “Jesús, yo confío
en ti”. Y verás grandes milagros. Te lo prometo por mi amor. Jesús.
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y
a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró
delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se
volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que
conversaban con Él. Tomando Pedro la palabra, dijo a Jesús: «Señor, bueno es
estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tiendas, una para ti, otra para
Moisés y otra para Elías».
Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los
cubrió con su sombra y de la nube salía una voz que decía: «Éste es mi Hijo
amado, en quien me complazco; escuchadle». Al oír esto los discípulos cayeron
rostro en tierra llenos de miedo. Mas Jesús, acercándose a ellos, los tocó y
dijo: «Levantaos, no tengáis miedo». Ellos alzaron sus ojos y ya no vieron a
nadie más que a Jesús solo. Y cuando bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No
contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre
los muertos».
(Mt 17,1-9)
Comentario
Hoy, el Evangelio nos habla de la Transfiguración de
Jesucristo en el monte Tabor. Jesús, después de la confesión de Pedro, empezó a
mostrar la necesidad de que el Hijo del hombre fuera condenado a muerte, y
anunció también su resurrección al tercer día. En este contexto debemos situar
el episodio de la Transfiguración de Jesús. Atanasio el Sinaíta escribe que «Él
se había revestido con nuestra miserable túnica de piel, hoy se ha puesto el
vestido divino, y la luz le ha envuelto como un manto». El mensaje que Jesús
transfigurado nos trae son las palabras del Padre: «Éste es mi Hijo amado;
escuchadle» (Mc 9,7). Escuchar significa hacer su voluntad, contemplar su
persona, imitarlo, poner en práctica sus consejos, tomar nuestra cruz y
seguirlo.
Con el fin de evitar equívocos y malas interpretaciones,
Jesús «les ordenó que no contaran a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo
del hombre hubiera resucitado de entre los muertos» (Mc 9,9). Los tres
apóstoles contemplan a Jesús transfigurado, signo de su divinidad, pero el
Salvador no quiere que lo difundan hasta después de su resurrección, entonces
se podrá comprender el alcance de este episodio. Cristo nos habla en el
Evangelio y en nuestra oración; podemos repetir entonces las palabras de Pedro:
«Maestro, ¡qué bien estamos aquí!» (Mc 9,5), sobre todo después de ir a
comulgar.
El prefacio de la misa de hoy nos ofrece un bello resumen
de la Transfiguración de Jesús. Dice así: «Porque Cristo, Señor, habiendo
anunciado su muerte a los discípulos, reveló su gloria en la montaña sagrada y,
teniendo también la Ley y los profetas como testigos, les hizo comprender que
la pasión es necesaria para llegar a la gloria de la resurrección». Una lección
que los cristianos no debemos olvidar nunca.
+ Rev. D. Joan SERRA i Fontanet (Barcelona, España)
Santoral Católico:
La Transfiguración del Señor
Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net
¡Buenos días!
¡No te rindas!
El eminente
compositor Beethoven dijo una vez que el genio se compone del dos por ciento de
inspiración y del noventa y ocho por ciento de perseverante trabajo. “La
constancia es el alto precio que hay que pagar por todas las conquistas de este
mundo. Todo lo más grande en cualquier ámbito se ha conseguido por una ardiente
perseverancia”, (I. Larrañaga).
¡No te rindas! Aunque te sientas triste,
piensa en un mañana pleno de alegría y de sueños realizados. Entonces
comprenderás que también los errores son indispensables para aprender. ¡No te
rindas! Aunque te sientas solo, piensa en todas las personas que te brindaron
afecto durante tu vida. También en adelante amarás y serás amado. ¡No te
rindas! Aunque te sientas derrotado, piensa siempre en la victoria luminosa al
final de tu camino, y descubrirás que las caídas te muestran el poder de tu fe
y de tu fuerza. ¡No te rindas! Aunque te sientas perdido, aferra la esperanza
que anida en tu corazón, y sal a recorrer el sendero soñado, con la mirada puesta
en el cielo. ¡No te rindas! ¡Dios camina contigo!
Dios siempre está
dispuesto a concederte sus dones, pero pide tu colaboración, tu esfuerzo, tu
voluntad. Leonardo da Vinci dispuso que en su tumba se escribiera este
epitafio: “Tú, Señor, regalas todos tus dones al precio del esfuerzo”. El éxito
comienza siempre con una voluntad decidida a permanecer firme en la lucha, ése
es el gran regalo de Dios. Utilízalo con humildad.
Padre Natalio
Palabras del Papa Francisco
“Las JMJ no son ‘fuegos de artificio’, sino etapas de un
largo camino. Los jóvenes no siguen al Papa, siguen a Jesucristo llevando su
cruz. Y el Papa los guía y los acompaña en este camino de fe y de esperanza”
Papa Francisco
Tema del día:
Un “Abuelo” en el Vaticano
1) Para saber
Se superaron las expectativas en la reciente Jornada
Mundial de la Juventud en Brasil. Y no solo en cuanto al número de asistentes,
pues en la Misa de clausura hubo más de tres millones setecientos mil; sino
sobre todo, y esto es incalculable, en el bien que hizo a tantas almas. Por
ejemplo, el lunes después de la clausura hubo un encuentro con jóvenes en Río
de Janeiro. Ahí más de 5.000 jóvenes se sintieron atraídos por Dios para
entregarse e iniciarán, en sus respectivos países, un proceso para discernir sobre
su vocación.
2) Para pensar
Como en el día de su elección, el Papa tuvo presente en
Brasil a Benedicto XVI, quien había escrito desde el año pasado una carta a los
jóvenes para esta ocasión y que se les hizo llegar a todos los peregrinos.
En el viaje de regreso el Papa respondió en el avión a
periodistas de varias partes del mundo. Le preguntaron lo que quisieron y el
Papa Francisco respondió a todo. Un periodista español le cuestionó sobre su
relación de trabajo con Benedicto XVI, algo inusual a través de los siglos.
El Papa Francisco mencionó que hay una característica en “mi relación con Benedicto: lo quiero mucho.
Siempre lo he querido. Para mí es un hombre de Dios, un hombre humilde, un
hombre que ora. Yo estaba tan feliz cuando fue elegido papa. Incluso cuando
renunció, ¡fue para mí un ejemplo de grandeza! Un grande. ¡Solo un hombre
grande hace esto! Un hombre de Dios y un hombre de oración. Ahora vive en el
Vaticano, y algunos me dicen: ¿pero cómo se puede hacer esto? ¡Dos papas en el
Vaticano! Pero, ¿no te obstruye? ¿No te hace la revolución en contra? Todas
estas cosas se dicen, ¿no? Encontré una frase para responder a esto: "Es
como tener tu abuelo en casa", pero el abuelo sabio. Cuando en una familia
el abuelo está en casa, es venerado, amado, se le escucha. ¡Él es un hombre de
prudencia! No se entromete. Le dije muchas veces: "Santidad, reciba, haga
su vida, venga con nosotros". Vino para la inauguración y bendición de la
estatua de San Miguel. Bueno, esa frase lo dice todo. Para mí es como tener el
abuelo en casa: mi padre. Si tuviera una dificultad o una cosa que no he
entendido, llamaría: "Dígame, ¿puedo hacerlo, aquello?". Y cuando fui
a hablar sobre el gran problema de Vatileaks, me habló de todo con una
sencillez… Y hay algo que no sé si lo saben, creo que sí: cuando nos habló, en
el discurso de despedida, el 28 de febrero, nos dijo: "En medio de
vosotros está el próximo papa: le prometo obediencia". Es un grande; ¡esto
es de un grande!”
3) Para vivir
El Papa Francisco mencionó con sencillez uno de sus
encuentros con Benedicto XVI, donde le habló de un gran problema: “Cuando fui a
ver al papa Benedicto, después de rezar en la capilla fuimos a su estudio y vi
una caja grande y un sobre grueso. Benedicto me dijo: "En esta caja grande
están todas las declaraciones, las cosas que dijeron los testigos, todo está
allí. Pero el resumen y el juicio final están en este sobre. Y aquí se dice
ta-ta-ta...". ¡Estaba todo en su cabeza! ¡Pero qué inteligencia! ¡Todo de
memoria, todo!”
Ojalá estas noticias del Papa Francisco nos lleven a
seguir orando por su persona y sus intenciones, dentro de las cuales
seguramente estará Benedicto XVI.
José Martínez Colín
Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la
Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos
políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de
las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los
jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos oración por Miguel
S., de Santa Fe, Argentina, internado en terapia intensiva por problemas
cardíacos y renales (en diálisis).
Pedimos oración por Gustavo
Z. G., que hoy va a recibir su quimioterapia, rogando a Dios que le dé
fuerzas y que acabe con el mal del cáncer que tiene su cuerpo.
Pedimos oración por la salud del niño Dylon, de casi un año de edad, de
Buenos Aires, Argentina, internado por un cuadro severo bronco pulmonar, que se
suma a una cardiopatía congénita que también padece.
Pedimos oración por Patricia,
de la provincia de Buenos Aires, Argentina, afectada de problemas psicológicos
(enfermedades psicosomáticas), que incluso la han llevado a atentar contra su
propia vida.
Pedimos oración por Bettina,
de Córdoba, Argentina, operada dos veces en estos días y con complicaciones
persistentes que con la ayuda de Jesús seguramente pronto van a estar
superadas.
Pedimos oración por Lola, de Santa Fe, Argentina, 8 meses de vida, que hoy será operada del corazón en la ciudad de Rosario por una cardiopatía congénita.
Pedimos oración por Lola, de Santa Fe, Argentina, 8 meses de vida, que hoy será operada del corazón en la ciudad de Rosario por una cardiopatía congénita.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara
nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la
paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por
nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción
o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible
dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no
publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la
solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y
enviarlos a feluzul@gmail.com y deben
poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin
asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben
pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo
antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados.
Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.
“Intimidad Divina”
El segundo es
semejante al primero
Luego de haber hablado del amor de Dios, “el mayor y
primer mandamiento”, añadió Jesús: “El segundo es semejante a este: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden oda la Ley y los
Profetas” (Mt 22, 38-40). La gran novedad aportada por Jesús está en haber
unido y como fundido en uno solo el mandamiento del amor a Dios y el del amor
al prójimo, declarándolos base de todos
los demás. La caridad es única en su fuente, Dios; y es única también en el
cristiano al que se le infunde en el bautismo como una participación creada del
amor infinito con que Dios se ama a sí mismo… El Señor Jesús, afirma en
Concilio, “envió a todos el Espíritu Santo, que los moverá interiormente, para
que amen a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con
todas las fuerzas y para que se amen unos a otros como Cristo nos amó” (LG 40).
Y en el amor de Cristo va implícito el amor del Padre, de Dios uno y trino. El
hombre es la imagen viva de Dios; todo su ser lleva esa impronta; quien
desprecia al hombre, desprecia a Dios. La consecuencia se impone: no se guarda
el mandamiento del amor a Dios, si no se guarda juntamente el del amor al
prójimo.
El precepto del amor al prójimo tiene su motivación
profunda en Dios y más directamente en su amor a los hombres. “Él nos amó
–repite San Juan– y nos envió a su Hijo, como propiciación por nuestros
pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos
amarnos unos a otros” (1 Jn 4, 10-11). La línea es sencilla y transparente. Si
dios amó a los hombres hasta el punto de sacrificar su Unigénito por la
salvación de ellos, también los hombres están obligados a amarse mutuamente.
Cuando el cristiano se conmueve pensando que Dios le ha amado desde la
eternidad, lo ha elegido y redimido en Cristo y lo ha hecho su hijo adoptivo,
debe pensar que este amor y estos privilegios no son propiedad suya exclusiva,
ni están reservados a los llamados “practicantes”, sino que están destinados a
todos los hombres. El amor del Padre celestial es para todos indistintamente; y
es justamente su amor el que hermana a los hombres creando entre ellos vínculos
sagrados de caridad y solidaridad.
“Dios, que cuida de todos con paterna solicitud, ha
querido que los hombres constituyan una sola familia y se tratan entre sí con
espíritu de hermanos. Todos han sido creados a imagen y semejanza de Dios… y
todos son llamados a un solo e idéntico fin, esto es, Dios mismo. Por lo cual,
el amor de Dios y del prójimo es el primero y el mayor mandamiento. La Sagrada
Escritura nos enseña que el amor de Dios no puede separarse del amor del
prójimo” (GS 24). Si Dios “no hace acepción de personas” (Hc 10, 24), sino que
llama a todos a ser sus hijos, ofrece a todos su salvación, su amor y su
perdón, y abre a todos su corazón y su casa, ¿cómo podrá el cristiano, hijo de
Dios, restringir su amor a una categoría determinada de personas? Como un padre
sufre cuando sus hijos están reñidos, así Dios se siente herido en su amor
cuando los hombres no se aman mutuamente y aun cuando uno solo es desdeñado por
los hermanos.
¡Oh caridad!, tú no
buscas tus cosas, sino sólo la gloria y alabanza del nombre de Dios en la salvación
de las almas, y no buscas a tu prójimo por ti, sino sólo por Dios. Tú eres una
madre que amamantas al pecho a los hijos de las virtudes, pues sin ti ninguna
virtud tiene vida… Tú amas lo que Dios ama, y aborreces lo que Dios aborrece.
Por eso quien te posee, se despoja del hombre viejo… y se viste del hombre
nuevo. Cristo dulce Jesús; lo estrecha a sí, siguiendo su doctrina. En ti no
cabe desdén, sino con paciencia soportas los defectos del prójimo; no eres
iracunda sino benigna… Con gran diligencia sirves a tu prójimo, mostrando para
con él el amor que tienes a Dios. A Dios nada puede aprovecharle, por eso te
ingenias en aprovechar al que Dios ama tanto, esto es, a la creatura racional,
que él ha puesto como medio. Muy dulce eres, ¡oh madre de la caridad!; en ti no
cabe ninguna amargura, sino siempre pones alegría en el corazón del que te
posee. (Santa Catalina de Siena, Epistolario)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D.
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-
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