domingo, 11 de agosto de 2013

Pequeñas Semillitas 2111

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2111 ~ Domingo 11 de Agosto de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Alabado seas Jesús, por tu sonrisa, por el cariño que pones en tu trato con nosotros.
Alabado seas por tu mirada que ilumina y serena, que alegra y acaricia.
Alabado seas por tus palabras que orientan y conducen, que enseñan el verdadero camino.
Alabado seas por tus manos que nos sanan, nos alivian y nos contienen.
Alabado seas por tu presencia constante, porque nunca te vas, porque jamás nos abandonas.
Alabado seas porque eres el viviente, que te levantaste victorioso de la muerte.
Alabado seas porque eres Dios, pero también quisiste ser uno de nosotros.
Amén.

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No temas, pequeño rebaño, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros a vosotros el Reino. Vended vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla; porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda, para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que venga en la segunda vigilia o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos de ellos! Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre».
Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?». Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: ‘Mi señor tarda en venir’, y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles. Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más».
(Lc 12,32-48)

Comentario
Hoy, el Evangelio nos recuerda y nos exige que estemos en actitud de vigilia «porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre» (Lc 12,40). Hay que vigilar siempre, debemos vivir en tensión, “desinstalados”, somos peregrinos en un mundo que pasa, nuestra verdadera patria la tenemos en el cielo. Hacia allí se dirige nuestra vida; queramos o no, nuestra existencia terrenal es proyecto de cara al encuentro definitivo con el Señor, y en este encuentro «a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más» (Lc 12,48). ¿No es, acaso, éste el momento culminante de nuestra vida? ¡Vivamos la vida de manera inteligente, démonos cuenta de cuál es el verdadero tesoro! No vayamos tras los tesoros de este mundo, como tanta gente hace. ¡No tengamos su mentalidad!
Según la mentalidad del mundo: ¡tanto tienes, tanto vales! Las personas son valoradas por el dinero que poseen, por su clase y categoría social, por su prestigio, por su poder. ¡Todo eso, a los ojos de Dios, no vale nada! Supón que hoy te descubren una enfermedad incurable, y que te dan como máximo un mes de vida,... ¿qué harás con tu dinero?, ¿de qué te servirán tu poder, tu prestigio, tu clase social? ¡No te servirá para nada! ¿Te das cuenta de que todo eso que el mundo tanto valora, en el momento de la verdad, no vale nada? Y, entonces, echas una mirada hacia atrás, a tu entorno, y los valores cambian totalmente: la relación con las personas que te rodean, el amor, aquella mirada de paz y de comprensión, pasan a ser verdaderos valores, auténticos tesoros que tú —tras los dioses de este mundo— siempre habías menospreciado.
¡Ten la inteligencia evangélica para discernir cuál es el verdadero tesoro! Que las riquezas de tu corazón no sean los dioses de este mundo, sino el amor, la verdadera paz, la sabiduría y todos los dones que Dios concede a sus hijos predilectos.
Rev. D. Melcior QUEROL i Solà (Ribes de Freser, Girona, España)

Santoral Católico:
Santa Clara de Asís
Virgen y Fundadora
Memoria de santa Clara, virgen, que, como primer ejemplo de las Damas Pobres de la Orden de los Hermanos Menores, siguió a san Francisco, llevando una áspera vida en Asís, en la Umbría, pero, en cambio, rica en obras de caridad y de piedad. Enamorada de verdad por la pobreza, no consintió ser apartada de la misma ni siquiera en la extrema indigencia y enfermedad (1253).

Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

¡Buenos días!

¿Cómo me llamaba?

Toda persona es importante, y merece tu respeto y el mío. Alguien escribió que el sonido más dulce y querido para cualquiera de nosotros es el propio nombre y apellido. Ahí tienes un camino para llegar al corazón de los demás. Pon atención en recordar los nombres. Es cuestión de ejercicio y de interés humano.

Dios estaba creando el mundo y ponía nombre a cada animal. —Tú te llamarás  gallina. Tú te llamarás caballo. Tú te llamarás burro. Y así continuó con los demás. Se acercó el burro y preguntó: —¿Cómo me llamaba yo? Y Dios le contestó: —Burro. Después de tres minutos, el burro volvió a preguntar: —¿Cómo me llamaba yo? —Burro. Y así cinco veces más le preguntó: —¿Cómo me llamaba yo? Entonces Dios le respondió: —Burro idiota. Y el burro dijo: —Yo ya me estaba aprendiendo el nombre y usted ahora me dice el apellido.

Había un señor que en las fiestas recibía a los invitados y les preguntaba su nombre. Al final del banquete repetía nombre y apellido de los cien o más invitados. Un aplauso interminable ovacionaba a este prodigio de retentiva, Harry Lorrayne, autor de “Cómo desarrollar una supermemoria”. Algo puedes hacer para mejorar tu memoria. Vale la pena intentarlo.
Padre Natalio

Palabras del Beato Juan Pablo II

“Hoy se exalta con frecuencia el placer, el egoísmo, o incluso la inmoralidad,
en nombre de falsos ideales de libertad y felicidad.
La pureza de corazón, como toda virtud,
exige un entrenamiento diario de la voluntad
y una disciplina constante interior.
Exige, ante todo, el asiduo recurso a Dios en la oración”
 
Beato Juan Pablo II

Tema del día:
Desprendimiento y vigilancia
Había estado Jesús hablando sobre los que buscan almacenar tesoros para la tierra, exhortándonos a almacenar tesoros para la vida eterna. Y nos decía que busquemos sobre todo el Reino de Dios y todo lo demás se nos dará por añadidura. Ahora va a ir a lo práctico para poderlo realizar. Lo primero es poner el corazón en lo que vale la pena. Para ello es saber distinguir entre diferentes finalidades o ideales. Hay muchas cosas que nos inducen a los goces temporales; pero hay algunas que nos apartan del fin principal, que es nuestra salvación eterna. Por eso debemos examinar dónde ponemos el corazón, porque allí estará nuestro verdadero tesoro.

Comienza hoy Jesús poniendo paz en el pequeño grupo que le sigue. Esto es porque a veces las palabras anteriores nos pueden quitar la paz, sea por lo duras que nos pueden parecer o porque nos sentimos débiles para poner el tesoro en algo que es contrario a lo que vemos continuamente en el ambiente. Muchas veces vemos a Jesús dando paz antes y después de la resurrección. En medio de la dificultad en seguirle, debemos reconocer que Dios es bueno y siempre nos acompaña en la vida.

Para conseguir que nuestro tesoro sea lo que nos puede llevar más directamente a la vida eterna y feliz, necesitamos dos grandes virtudes: desprendimiento y vigilancia. Del desprendimiento nos habla Jesús en varias ocasiones. Con el desprendimiento va junto siempre el compartir, el ser compasivos con los necesitados, comenzando por ser justos en nuestras cosas y muy solidarios y servidores de los demás.

Pero hoy se insiste más en la vigilancia. Jesús ha insistido en no tener miedo aunque haya muchas cosas que nos induzcan a poner nuestro tesoro en las cosas de la tierra. Por eso hay que vigilar, que significa estar despierto para ver bien cuáles son las cosas que nos pueden ayudar o nos pueden perturbar para lo más necesario, que es conseguir la salvación eterna. Y no sólo conseguirla, sino adelantar cada día más en la gracia, que nos dará esa salvación. Vigilar es caminar siempre hacia lo positivo.

Hoy Jesús nos dice que debemos estar vigilantes por medio de tres parábolas o ejemplos: Nos dice que debemos estar atentos como los criados, cuando esperan a su amo, que se ha ido de viaje y no saben la hora de la vuelta. O debemos cuidar la casa por si viene un ladrón. Por eso solemos cerrar bien las puertas. O también debemos tener nuestra vida en regla, como un buen administrador que tiene las cuentas al día, por si su amo en cualquier momento se las pide. Así debemos tener el alma preparada, por si nuestro Señor viene a pedirnos cuentas. Esto no es para que vivamos con miedo como temiendo al castigo. Dios, más que amo, es nuestro Padre bueno. Lo que quiere es que estemos siempre “con las lámparas encendidas”, que es la fe y las buenas obras. Si así lo hacemos, debemos llenarnos de alegría ante la venida del Señor.

Algo que debemos tener en cuenta es que nuestra vida es de paso; que, como a veces cantamos, somos “pueblo peregrino” que vamos hacia Dios. Vigilar, por lo tanto, es no vivir como “instalados”. Esto lo creemos, pero es difícil vivirlo. Debemos ser consecuentes con nuestras creencias, de que venimos de Dios y vamos hacia Él.

La vigilancia va unida a la esperanza de poseer un día más ampliamente a Dios, que es la totalidad de la felicidad. Esa esperanza debe ir acompañada con la fidelidad y responsabilidad en los trabajos de cada día. No es que neguemos el valor de los trabajos materiales, sino que sabemos tienen un valor mayor cuando están hechos en medio del amor hacia nuestro Padre Dios y nuestros hermanos. Vigilar es esperar, cumpliendo siempre la voluntad de Dios, manifestada por sus mandamientos y enseñanzas de Jesús en el Evangelio. San Pedro le pregunta a Jesús si eso que está diciendo es para todos o sólo para ellos. Es para todos; pero aquel que ha recibido más luces de enseñanza debe tener más responsabilidad. Si no lo cumple, tendrá más castigo; pero si lo cumple, su premio eterno será mucho mayor.
P. Silverio Velasco

Nuevo video y artículo

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"Juan Pablo II inolvidable"
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Nunca olvidemos agradecer
Alguna vez leí que en el cielo hay dos oficinas diferentes para tratar lo relativo a las oraciones de las personas en la tierra:
Una es para receptar pedidos de diversas gracias, y allí los muchos ángeles que atienden trabajan intensamente y sin descanso por la cantidad de peticiones que llegan en todo momento.
La otra oficina es para recibir los agradecimientos por las gracias concedidas y en ella hay un par de ángeles aburridos porque prácticamente no les llega ningún mensaje de los hombres desde la tierra para dar gracias...
Desde esta sección de "Pequeñas Semillitas" pretendemos juntar una vez por semana (los domingos) todos los mensajes para la segunda oficina: agradecimientos por favores y gracias concedidas como respuesta a nuestros pedidos de oración.

Desde Medellín, Colombia, agradecen a la Santísima Trinidad y todos los que rezaron por la recuperación de Luz Amparo.

Desde Buenos Aires, Argentina, agradecen a Dios y a las personas que hace unos días rezaron por una posibilidad laboral para Gonzalo, 22 años, estudiante de Derecho, que por la bondad infinita del Creador, ha conseguido su primer trabajo y en el ámbito de su mayor interés. Damos gracias a Dios.

Desde México nos llegan los agradecimientos por Franciolli, que salió muy bien de la operación y no tiene células cancerosas; y por Evarista, que ha sido dado de alta del hospital en buenas condiciones. Damos gracias a Dios.

Desde Rosario, Argentina, agradecen las oraciones hechas en favor de José G. que ya descansa en los brazos del Señor en el cielo.

“Intimidad Divina”

Domingo 19 del Tiempo Ordinario

Vida de fe a la espera de la patria celestial: tal podría ser la síntesis de la Liturgia de este día, a partir de un breve fragmento del libro de la Sabiduría (18, 6-9) que recuerda la fatídica noche de la liberación del pueblo elegido. Noche de luto y exterminio para los egipcios que, habiendo rechazado la palabra de Dios, anunciada por Moisés, vieron perecer a sus primogénitos; noche de alegría y libertad para los hebreos, que habiendo creído las promesas divinas, fueron respetados e iniciaron la marcha liberadora hacia el desierto donde Dios los esperaba para estipular con ellos su alianza. La fe o la falta de ella deciden la suerte de esos dos pueblos, y mientras se abate la ruina sobre los incrédulos, viene la salvación sobre los creyentes. Toda la historia del pueblo hebreo, elegido por Dios como pueblo “suyo”, está tejida sobre la trama de la fe.

Se continúa el tema en la segunda lectura (Hb 11, 1-2, 8-19), donde San Pablo bosqueja con singular maestría la gran figura de Abrahán, el padre de los creyentes. Toda la vida del patriarca está acompasada por su fe magnífica. Por la fe obedece a Dios, deja su tierra, parte hacia un destino no precisado. Por la fe cree que aunque enervado ya por los años, tendrá un hijo de la anciana Sara. Por la fe no vacila, a un mandato divino, en sacrificar a Isaac, su hijo único del que esperaba la descendencia prometida por Dios. Abrahán cree contra toda evidencia y esperanza, pensando “que Dios tiene poder hasta para resucitar muertos” (ib. 19). Su conducta demuestra con claridad que “la fe s seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve” (ib. 10).

También el Evangelio del día (Lc 12, 32-48) invita a esperar: “Lo mismo vosotros, estad preparados” (ib. 40); prontos en la fe y en la esperanza para el día del Señor y la celestial Jerusalén. “No temas, pequeño rebaño; porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino” (ib. 32). Los discípulos de Jesús, aunque pocos y dispersos en medio de un mundo incrédulo, no deben temer, pues el Padre los ha constituido herederos del Reino y sobre él se apoya su certeza de alcanzarlo un día. Pero deben, como Abrahán, renunciar a las seguridades terrenas y aceptar vivir como pobres, desasidos y desarraigados, totalmente vueltos hacia el verdadero tesoro que no está en la tierra sino en los cielos. Por eso nada de preocupaciones y afanes excesivos por las cosas temporales, sino cuidar de ellas teniendo “ceñida la cintura y encendidas las lámparas; como los que aguardan a que su señor vuelva para abrirle apenas venga y llame” (ib. 35-36)… ¿Cuándo vendrá el Señor? ¿Cuándo y cómo seremos introducidos en su reino? Esto es secreto de Dios. También los cristianos, como Abrahán, deberán aguardar con fe y esperanza sin saber el cuándo o el cómo dl cumplimiento d las divinas promesas.

Señor, te pido una fe nueva, viva, profunda… Mi alma, más dura que una piedra, más insensible que el acero, más árida que el desierto, está ávida d beber a grandes sorbos esta ola de fe y de amor… ya que es de la fe de lo que necesito, y de amor y cariad, porque mi alma está fría; y este entusiasmo y esta fe me los ofrecerá la Virgen santa, consoladora de los pecadores… Así me elevaré a las esferas más altas de nuestro cristianismo… con la fe poderosa, con el corazón puro: un cristianismo como el de los tiempos de Esteban. Esto pido, Cristo Jesús, no otra cosa: fe, plenitud de fe y voluntad de servirte a ti y a tu Iglesia. (Canovai)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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