jueves, 8 de agosto de 2013

Pequeñas Semillitas 2108

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 8 - Número 2108 ~ Jueves 8 de Agosto de 2013
- AÑO DE LA FE -
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Sean las primeras palabras para agradecer tantos mensajes recibidos por correo electrónico, por Facebook y personalmente, con motivo de la publicación efectuada ayer del reconocimiento que recibió “Pequeñas Semillitas” por su cobertura de la JMJ Río 2013.
Me resulta imposible responder cada uno de los mensajes, y entonces ruego me permitan hacerlo para todos en conjunto, a través de estas líneas, manifestando que si hay algún mérito es totalmente obra de Dios, y cada vez que recibimos algún tipo de reconocimiento o premio, lo tomo simplemente como una señal de que estamos en el buen camino y el Señor bendice la siembra de estas que son SUS semilitas.
Gracias a todos… Gracias a Dios.

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
En aquellos días, llegado Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?». Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles Él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que Él era el Cristo.
Desde entonces comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, y ser matado y resucitar al tercer día. Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: «¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!». Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!»
(Mt 16,13-23)

Comentario
Hoy Jesús proclama afortunado a Pedro por su atinada declaración de fe: «Simón Pedro contestó: ‘Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo’. Replicando Jesús le dijo: ‘Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos’» (Mt 16,16-17). En esta felicitación Jesús promete a Pedro el primado en su Iglesia; pero poco después ha de hacerle una reconvención por haber manifestado una idea demasiado humana y equivocada del Mesías: «Tomándole aparte Pedro, se puso a reprenderle diciendo: ‘¡Lejos de ti, Señor! ¡De ningún modo te sucederá eso!’. Pero Él, volviéndose, dijo a Pedro: ‘¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Escándalo eres para mí, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres!’» (Mt 16,22-23).
Hay que agradecer a los evangelistas que nos hayan presentado a los primeros discípulos de Jesús tal como eran: no como unos personajes idealizados, sino gente de carne y hueso, como nosotros, con sus virtudes y defectos; esta circunstancia los aproxima a nosotros y nos ayuda a ver que el perfeccionamiento en la vida cristiana es un camino que todos debemos hacer, pues nadie nace enseñado.
Dado que ya sabemos cómo fue la historia, aceptamos que Jesucristo haya sido el Mesías sufriente profetizado por Isaías y haya entregado su vida en la cruz. Lo que más nos cuesta aceptar es que nosotros tengamos que continuar haciendo presente su obra a través del mismo camino de entrega, renuncia y sacrificio. Imbuidos como estamos en una sociedad que propugna el éxito rápido, aprender sin esfuerzo y de modo divertido, y conseguir el máximo provecho con el mínimo de labor, es fácil que acabemos viendo las cosas más como los hombres que como Dios. Una vez recibido el Espíritu Santo, Pedro aprendió por dónde pasaba el camino que debía seguir y vivió en la esperanza. «Las tribulaciones del mundo están llenas de pena y vacías de premio; pero las que se padecen por Dios se suavizan con la esperanza de un premio eterno» (San Efrén).
Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del Vallès, Barcelona, España)

Santoral Católico:
Santo Domingo de Guzmán
Sacerdote y Fundador de los Dominicos
Memoria de santo Domingo, presbítero, que siendo canónigo de Osma se hizo humilde ministro de la predicación en los países agitados por la herejía albigense y vivió en voluntaria pobreza, hablando siempre con Dios o acerca de Dios. Deseoso de una nueva forma de propagar la fe, fundó la Orden de Predicadores, para renovar en la Iglesia la manera apostólica de vida, mandando a sus hermanos que se entregaran al servicio del prójimo con la oración, el estudio y el ministerio de la Palabra. Su muerte tuvo lugar en Bolonia, el día seis de agosto (1221).

Información amplia haciendo clic acá.
Fuente: Catholic.net    

¡Buenos días!

El don de la vida

La vida es un regalo del amor sin límites que Dios nos tiene. Que sepas agradecerle este magnífico don. Pídele también cuanto necesitas para que tu vida esté inundada de paz, amor y fuerza para hacer fructificar los talentos recibidos. Aquí tienes un mensaje de la Reina de la Paz, donde encontrarás relacionados el don de la fe y de la vida con la oración.

“¡Queridos hijos! También hoy los invito: oren, oren, oren hasta que la oración se convierta en vida para ustedes. Hijitos, en este tiempo de manera especial oro ante Dios para que les dé el don de la fe. Sólo en la fe descubrirán el gozo del don de la vida, que Dios les ha dado. El corazón de cada uno sentirá gozo al pensar en la eternidad. Yo estoy con ustedes y los amo con tierno amor. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”

¿Has encontrado el sentido de tu vida? ¿Tienes un motivo para levantarte cada mañana con ilusión y alegría? La Madre Teresa de Calcuta decía con frecuencia: “Si no se vive para los demás, la vida carece de sentido”. Es hermoso observar que hay personas que ofrecen con desinterés y generosidad su vida a los demás.
Padre Natalio

Palabras del Papa Francisco

“Con su venida entre nosotros, Jesús es cercano, nos ha tocado
y, a través de los sacramentos, también hoy nos toca”
Papa Francisco

Tema del día:
El Papa bueno
Estando Juan XXIII, de Nuncio en ParÍs, encontróse con el Rabino principal de Francia, también fornido, ante la puerta de un ascensor estrecho, en el que imposible cupiesen ambas humanidades. -"Después de usted" -le dijo cortésmente el Rabino.

-De ninguna manera -le contestó el Nuncio Roncalli -¡Por favor, usted el primero!

Siguió el forcejeo de cortesías, hasta que lo resolvió Roncalli, con la mejor de sus sonrisas:

-Es necesario que suba usted antes que yo, ya que siempre va delante el Antiguo Testamento, y sólo después, el Nuevo Testamento.

Hay personas que están siempre de buen humor. Todo les cae bien, bendicen siempre, y sonríen; su sonrisa es acogedora y, de esta forma, todo les sonríe en la vida.

Juan XXIII era de espíritu abierto, afable, condescendiente, misericordioso y tolerante, dotado con un extraordinario sentido del humor. No se tomó a sí mismo demasiado en serio, a pesar de que su figura era bien pesada. Se reía de sus debilidades.

Observando un día una de sus fotos se dirigió a Monseñor Fulton Sheen, diciéndole: "El buen Dios, que ya sabía que yo iba a ser elegido Papa, ¿no pudo haberme hecho algo más fotogénico?

Tenía una imagen positiva, se apreciaba, estaba satisfecho con todo lo que el Señor le había dado.

El Papa Bueno en todo y en todos descubría algo bueno. Trataba de ver el lado bueno de las cosas, de los acontecimientos, y, sobre todo, de las personas. Se preocupaba de una forma especial de la gente humilde y por los que sufrían. Visitaba los enfermos, los presos. Se acercaba a los obreros del Vaticano, con ellos compartía y tomaba un trago de vino.

Jamás tomó demasiado en serio los problemas, ni el mismo cargo de Papa. Una vez le manifestó un obispo que la carga de su nueva responsabilidad le producía insomnio, el Papa le contestó: "Eso mismo me ocurría a mi durante las primeras semanas de mi pontificado. Hasta que un día se apareció en mi aposento mi ángel custodio y me dijo: "Giovanni, no te consideres tan importante. Y yo comprendí. Desde entonces duermo perfectamente todas las noches".

Vivía en paz y estas fueron sus palabras al recibir el Premio Balzan por la Paz: "Os lo decimos con toda sencillez, como lo pensamos: ninguna circunstancia, ningún acontecimiento, por honroso que sea para nuestra humilde persona, puede exaltarnos ni turbar la tranquilidad de nuestra alma".

"Más moscas se cazan con una gota de miel que con un barril de vinagre", decía san Francisco de Sales. Ángelo Giuseppe Roncalli, nuestro Papa Bueno, sembró alegría y buen humor por donde pasó. Así consiguió abrir una ventana de aire puro donde pudiera entrar libremente el Espíritu y poder renovar desde lo más profundo la Iglesia a la que tanto amó. Su alegría y su buen humor nos lo dejó en herencia.
Autor: P. Eusebio Gómez Navarro OCD
Fuente: Catholic.net

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"Juan Pablo II inolvidable"
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Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones, por la Paz en el mundo, por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el hambre y la pobreza; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo, por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas, y por las Benditas Almas del Purgatorio.

Pedimos oración por Roberto K., de Córdoba, Argentina, por su liberación de ataduras y que se haga en él la voluntad de Dios.

Pedimos oración por Julio V. que vive en Houston, USA, y ha sufrido un accidente cerebro vascular, para que el Señor, con su infinita misericordia lo haga superar tan difícil situación y si es Su voluntad, que sea sin secuelas.

Pedimos oración por Adanila R. P. y por Oscar D. M., de Managua, Nicaragua por las enfermedades del  corazón y la próstata respectivamente, que están quebrantando su salud, para que Jesús Misericordioso les ayude a superarlas.

Pedimos oración por Nélida S., de la provincia de Buenos Aires, Argentina, 88 años de edad, con enfermedad cardíaca, que hoy jueves a la tarde, será sometida a una intervención quirúrgica de alto riesgo, para que el Buen Jesús la sostenga en sus brazos y le conceda  una buena recuperación.

Pedimos oración por Lisbe L., que vive en Venezuela, y su mamá está muy preocupada por las epidemias de cólera y dengue. Que el Señor la proteja de todo mal.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha ahora las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Nota de Redacción:
Para dar curso a los Pedidos de Oración es imprescindible dar los siguientes datos: nombres completos de la persona (habitualmente no publicamos apellidos), ciudad y país donde vive, y explicar el motivo de la solicitud de oración. Por favor: en los pedidos ser breves y concretos y enviarlos a feluzul@gmail.com y deben poner en el asunto “Pedido de oración”, ya que los correos que llegan sin asunto (o con el asunto en blanco) son eliminados sin abrirlos. No se reciben pedidos de oración a través de Facebook ni por otro medio que no sea el correo antes señalado.
Los Pedidos de Oración se publican de lunes a sábados. Los domingos se publican los agradecimientos por las gracias concedidas.

“Intimidad Divina”

¿Quién es mi prójimo?

“Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos” (Mt 5, 43-45). Según la ley mosaica, el amor al prójimo no rebasaba los lazos de la sangre ni los confines de la patria. Jesús de golpe renueva la ley; extiende el precepto del amor a todo hombre, sin excluir a los enemigos, a los injustos o a los extranjeros y modela el amor del cristiano sobre el infinito del Padre celestial. Cuando pregunte el doctor de la ley “¿Quién es mi prójimo?” (Lc 10, 29), el Maestro en lugar de una teoría le propondrá sencillamente un caso concreto: la parábola del buen samaritano. No hay necesidad de discutir para saber quién es “prójimo”; todos los hombres lo saben. Lo esencial es hacerse prójimo de cada uno, esto es, acercarse a cada hombre, especialmente al necesitado, sin reparar en sus ideas, partido o religión, justo como lo hizo el samaritano. El motivo de la caridad no se funda en el prójimo, en su afecto, en sus buenos servicios o en sus cualidades, ni siquiera en la simpatía que se puede encontrar en él o en los vínculos de la sangre; el motivo de la caridad reside únicamente en Dios, cuyo hijo es todo hombre. Es Dios quien quiere ser descubierto y amado en el hombre, aunque el pecado haya desfigurado su imagen divina, y para reencontrarla, se precise calar la tosquedad de una naturaleza ingrata y los errores y escombros del mal.

“La razón que motiva el amor al prójimo es Dios –dice Santo Tomás–; pues lo que debemos amar en el prójimo es que él esté en Dios”, lo que equivale a amar su pertenencia a Dios como criatura e hijo; a reconocer y amar su derecho de participar de la redención, pertenecer al Cuerpo místico de Cristo y poseer la vida y bienaventuranza eternas. Por el mero hecho de ser criatura de Dios, está llamado todo hombre a gozar estos bienes, y si todavía no los goza, la caridad teologal le ama con la mira en ellos, procurando que los alcance. La caridad nunca es simple simpatía o afecto humano o pura filantropía, sino amar por Dios y en orden a Dios. Sólo así puede ser universal y extenderse aun a los que no son ni merecedores ni gratos, a los que hacen sufrir, son ingratos y aun tal vez traidores. ¿No nos ha amado así Dios a los hombres? “La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros” (Rm 5, 8). Dios no ha esperado para amarnos ni Cristo para morir por nosotros a que estuviéramos sin pecado y fuésemos dignos de su amor.

Aunque bautizado, el cristiano no es hijo del Padre celestial ni hermano de Cristo, si no vive la caridad del Padre y del Hijo. Esta es la caridad de Dios: que “Él nos amó primero” (1 Jn 4, 19). Por eso la caridad cristiana será siempre la primera en dar el paso; no esperará a recibir una delicadeza, ni a ser solicitada por un testimonio de estima o una actitud de deferencia o simpatía. Esta es la caridad de Cristo: “que él dio su vida por nosotros”; y así “también debemos nosotros dar la vida por los hermanos” (ib. 3, 16). ¿Será demasiado el hacer bien, socorrer, servir a los que no nos aman y sacrificarnos hasta dar –no hay que excluirlo– la vida por ellos, cuando Cristo ha dado su vida por nosotros, que estábamos muertos por el pecado y tal vez nunca habíamos sido del todo sus amigos?

Amar al prójimo por caridad, es amarte a ti, Dios mío, en el hombre y al hombre en ti; es quererte a ti sólo por amor de ti mismo, y a la criatura, por amor tuyo también… Señor, cuando vemos al prójimo creado a imagen y semejanza tuya ¿no deberíamos decirnos unos a otros: “Mirad esa criatura que se parece al Creador”? ¿No deberíamos abrazarla estrechamente y llorar de amor por ella? ¿No deberíamos darle mil y mil bendiciones? Y ¿por qué? ¿Por amor a ella? No, en sí misma. ¿Por qué, pues? Por amor tuyo, oh Señor, que la has formado a tu imagen y semejanza y, por consiguiente, apta para participar de tu bondad en la gracia y en la gloria… Por eso, oh Amor divino, no sólo ordenas muchas veces el amor al prójimo, sino que lo produces y lo derramas en el corazón humano…; pues como el hombre es imagen tuya, el amor sagrado del hombre hacia el hombre es verdadera imagen del amor celestial del hombre hacia ti. (San Francisco de Sales, Tratado del amor de Dios)
P. Gabriel de Sta. M. Magdalena O.C.D. 
Jardinero de Dios
-el más pequeñito de todos-

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