domingo, 24 de agosto de 2008

Pequeñas Semillitas 0485

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0485 ~ Domingo 24 de Agosto de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)





Hola !!!
En el comienzo de esta edición de "Pequeñas Semillitas" del día domingo, voy a reproducir un texto que ha sido enviado por la lectora Patricia Ortiz, de Bogotá, Colombia, y que dice así:
"Encuentra tus recursos interiores. Dispones de magníficas oportunidades para realizarte, muchas más de las que piensas, oportunidades que nunca antes habían estado a tu alcance. Es el momento de que te forjes tu destino.
Alentémonos a nosotros mismos y a los demás, y la Vida nos alentará de modos muy especiales. Es necesario que busquemos y encontremos nuestros recursos interiores y nuestra conexión con la Sabiduría Divina. Conecta con ese tesoro que hay dentro de ti y utilízalo."



Evangelio de hoy



En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre?». Ellos dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías, otros, que Jeremías o uno de los profetas». Díceles Él: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos». Entonces mandó a sus discípulos que no dijesen a nadie que Él era el Cristo.
(Mateo 16, 13-20)

Comentario
Hoy, la profesión de fe de Pedro en Cesarea de Filipo abre la última etapa del ministerio público de Jesús preparándonos al acontecimiento supremo de su muerte y resurrección. Después de la multiplicación de los panes y los peces, Jesús decide retirarse por un tiempo con sus apóstoles para intensificar su formación. En ellos empieza hacerse visible la Iglesia, semilla del Reino de Dios en el mundo.
Hace dos domingos, al contemplar como Pedro andaba sobre las aguas y se hundía en ellas, escuchábamos la reprensión de Jesús: «¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?» (Mt 14,31). Hoy, la reconvención se troca en elogio: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás» (Mt 16,17). Pedro es dichosos porque ha abierto su corazón a la revelación divina y ha reconocido en Jesucristo al Hijo de Dios Salvador. A lo largo de la historia se nos plantean las mismas preguntas: «¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? (…). Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Mt 16,13.15). También nosotros, en un momento u otro, hemos tenido que responder quién es Jesús para mí y qué reconozco en Él; de una fe recibida y transmitida por unos testigos (padres, catequistas, sacerdotes, maestros, amigos…) hemos pasado a una fe personalizada en Jesucristo, de la que también nos hemos convertido en testigos, ya que en eso consiste el núcleo esencial de la fe cristiana.
Solamente desde la fe y la comunión con Jesucristo venceremos el poder del mal. El Reino de la muerte se manifiesta entre nosotros, nos causa sufrimiento y nos plantea muchos interrogantes; sin embargo, también el Reino de Dios se hace presente en medio de nosotros y desvela la esperanza; y la Iglesia, sacramento del Reino de Dios en el mundo, cimentada en la roca de la fe confesada por Pedro, nos hace nacer a la esperanza y a la alegría de la vida eterna. Mientras haya humanidad en el mundo, será preciso dar esperanza, y mientras sea preciso dar esperanza, será necesaria la misión de la Iglesia; por eso, el poder del infierno no la derrotará, ya que Cristo, presente en su pueblo, así nos lo garantiza.
Rev. D. Joaquim Meseguer i García (Sant Quirze del Vallès-Barcelona, España)



Santoral y Efemérides


En el Santoral Católico hoy se conmemora a San Bartolome, Apóstol.

Un cordial saludo para los amigos que llevan su nombre.

Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:

0079 - Hace erupción el Vesubio: destruye totalmente a Pompeya, Herculano y Stabia.
1499 - Alonso de Ojeda descubre el lago de Maracaibo, al que llamo Pequeña Venecia, nombre que se convirtió en Venezuela para denominar a todo el país.
1542 - Gonzalo Pizarro retorna a la desembocadura del Amazonas luego de una travesía de 8 meses hasta sus fuentes y lo bautiza con así por haber sido atacado por mujeres indígenas con arcos y flechas.
1754 - Comienza la construcción del santuario de Luján, Argentina.
1821 - El último virrey de México, Juan D'Donoju, y el dirigente mexicano Iturbide firman el tratado de Córdoba, que reconoce la independencia mexicana.
1868 - Se autorizan los primeros tranvías a caballos de Buenos Aires, desde el Paseo de Julio hasta Retiro.
1899 - Nace Jorge Luis Borges, escritor argentino.
1929 - Nace Yaser Arafat, líder de la Organización para la Liberación Palestina.
1933 - Nace Alberto Olmedo, actor y humorista argentino.
1960 - Marca térmica record: en la estación Vostok de la Antárdida se registra una temperatura de -88,3º C.
1989 - El Voyager II vuela más allá de Neptuno.
1995 - El Gobierno de Zaire establece con la Alta Comisaría de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) un acuerdo sobre las deportaciones de unos 13.000 ruandeses y burundeses, mientras otros 130.000 se esconden en las montañas.
2001 - Brasil: El gobierno brasileño anuncia la fabricación local del medicamento Nelfinavir Roche, a partir del 2002 en Río de Janeiro, que será distribuido gratuitamente a miles de enfermos de SIDA en el país.


Pensamiento



"Cuando se celebra la Eucaristía ante la tumba de Jesús, en Jerusalén, se retorna de modo casi tangible a 'su hora', la hora de la cruz y de la glorificación. A aquel lugar y a aquella hora vuelve espiritualmente todo presbítero que celebra la Santa Misa, junto con la comunidad cristiana que participa en ella".
Juan Pablo II




Los dos espejos



Un famoso médico norteamericano poseía y administraba una extensa red de clínicas abortivas. Él mismo calcula que llegó a practicar más de 70.000 abortos. Hasta que presenció una ecografía: ingenio tecnológico que le reveló, con brutal evidencia, que se había convertido en asesino, a sangre fría, de criaturas que ya tenían forma humana, vida humana, alma humana. Sólo que eran todavía muy pequeñitas, y totalmente indefensas.

A partir de ese shock, aquel médico dejó atrás su pasado abortista y se convirtió en activo promotor y líder del Movimiento Pro-Vida. La dinámica de este proceso lo llevó a revisar profundamente sus convicciones éticas y religiosas, hasta hacerlo abrazar, desde su ateísmo, la fe cristiana y católica. Allí encontró la reafirmación del carácter sagrado de la vida humana, don de Dios que nos hace semejantes a Él y partícipes de la naturaleza divina. Es un ejemplo contemporáneo, clamoroso de que en todos los tiempos y para todas las personas es posible la conversión.

Tendemos a pensar que la conversión, es decir, el cambio radical en la orientación valórica y en las normas de conducta, es un tema bíblico, histórico, ajeno: atractivo material para películas e historias devocionales. Pero no un tema mío. Los que se convierten son la Magdalena, Mateo, Zaqueo, el "buen ladrón". ¿Pero yo? ¿Tengo yo la capacidad de transformar, en modo radical y substancial, los valores por los que oriento mi existencia? ¿Está en mí la posibilidad de vencer un vicio, un prejuicio, una tendencia que durante años ha marcado negativamente mi personalidad, perjudicando mi salud y dañando mi buena relación con los demás?

No son preguntas menores. Y sus más frecuentes respuestas van en la línea de un conformismo fatalista, de una resignación pasiva, de un dejar actuar la ley de la inercia: total, yo soy así, ya estoy viejo para cambiar; no siento en mí ni la capacidad ni la voluntad de intentar siquiera un cambio. De manera que si soy un fumador, un alcohólico, un drogadicto, un blasfemador y murmurador impenitente; si arrastro enfermizamente un rencor familiar, profesional o político; si cualquier estímulo erótico, cualquier sugerencia o invitación, cualquier oportunidad o puerta que me abren encuentra en mí la más inmediata aceptación, sin importarme las decencias o las lealtades que iré diseminando en el camino; si mi apetito de conocer a Dios y de aproximarme a la intimidad con Él y a la obediencia de sus mandatos choca con mi estudiada indiferencia y encogimiento de hombros: total, Dios comprenderá, y por último ¿quién asegura que Él realmente existe?.

Si alguna de estas descripciones calza conmigo, quiere decir que estoy mal. No estoy honrando aquello que pertenece a lo más específico del ser humano: su capacidad de cambio, de superación, de transformación. Eso que llamamos conversión. Hay que detenerse y pensar: ¿qué hay en mí que debería cambiar? ¿De qué y en qué tengo que convertirme?

Como un subsidio para ayudar a este escrutinio de conciencia, podemos tomar dos espejos: el Manual de Carreño, y las promesas bautismales. Dos espejos distintos, pero una misma voluntad y consecuencia: mi imagen, mi realidad tienen que cambiar. Porque soy imagen y semejanza de Dios, y mi realidad es ser partícipe, por el bautismo, de esa naturaleza divina.

Veamos el Manual de Carreño. ¿Cuánto tiempo dedico a escuchar a otros, en lugar de abrumarlos con mi egocéntrica verborrea? ¿Soy capaz de escuchar con atención total? ¿Es mi audición tan objetiva que me permite asimilar la verdad o novedad de lo escuchado, y rectificar el juicio que ya tenía preparado o formulado? ¿Se me tiene como persona puntual, que honra su compromiso de estar a la hora en que se debe estar? ¿Son mis promesas confiables? ¿Devuelvo oportunamente lo que he pedido prestado? ¿Doy a tiempo aviso, o pido ser disculpado por omisiones, ausencias o tardanzas que han molestado y dañado a quienes confiaron en mí? ¿Agradezco como es debido, es decir siempre, toda muestra de bondad y todo acto de servicio con que otros me distinguen? ¿Me acuerdo y ocupo de felicitar y obsequiar a quien celebra su día? ¿Divulgo sin necesidad infundios, rumores y chascarros que van en descrédito de terceros ausentes? ¿Guardo con inviolable discreción el secreto que me ha sido confiado? ¿Impongo brutalmente a otros el ruido que a mí me gusta, los olores que a mí no me importan, el mal humor que a mí me aflige? ¿Invito y agasajo siempre, o casi siempre, con miras a obtener un beneficio o una reciprocidad? ¿Hablo de manera inteligible y decente, cualquiera sea mi entorno? ¿Respondo, o hago al menos un esfuerzo por responder las llamadas y cartas que se supone merecen y esperan respuesta? ¿Pido disculpas cuando tomo conciencia de haber dañado, con malicia o por negligencia, la honra o los derechos de otro?

Miradas una a una, son o parecen pequeñeces. Pero hay algo que las une a todas como un hilo conductor: la caridad. La delicadeza de pensar siempre en el otro, y de sentir al otro como un alguien que me pertenece, que es un don y una tarea para mí. Por eso no son pequeñeces: la caridad, que es su alma, las hace grandes. La caridad es lo más grande. Y su prueba de fuego son las cosas pequeñas. Otros espíritus, de mayor altura de vuelo, preferirán el espejo de las promesas bautismales. Cada una de ellas contiene la correlativa exigencia de conversión. Quien promete renunciar al pecado, para vivir en la libertad de los hijos de Dios, tendrá que asumir el compromiso de confiar, hasta abandonarse como niño, en la gracia del Dios omnipotente, misericordioso y fiel.

La esencia del pecado es desconfiar de Dios. ¿En qué grado mi estilo de vida, mi actitud fundamental están marcados por la desconfianza, y consiguientemente por mi continuo reclamo, reproche, descontento, murmuración ante la aparente dejación u olvido que Dios ha hecho de mí? Visto de otro modo: ¿qué lugar está ocupando, en mi oración y reflexión cotidianas, la acción de gracias a Dios por lo mucho y demasiado que me ha regalado, junto con la petición, humilde y confiada, de lo poco que creo aún necesitar para sentirme feliz?

Prometemos, en el bautismo, renunciar a las tentaciones o seducciones que pueden convertirnos en súbditos del pecado. Tal promesa se traduce en compromiso de vigilancia y prudencia. No podemos jugar todo el tiempo con fuego ni bailar en la cuerda floja, en una temeraria confianza de que Dios hará un milagro para impedir nuestra combustión o caída.

Un buen propósito sería pensar mejor las cosas y las palabras, preparar y hacer mejor mi trabajo, prevenir a tiempo los focos de conflicto, esforzarme más por la transparencia que disipa los equívocos. Que mi memoria me preserve de tropezar por segunda o tercera vez en la misma piedra. Que mi docilidad me haga humilde para preguntar a los que saben lo que yo no sé.

Finalmente, prometemos renunciar a Satanás. ¿Qué rasgos lo caracterizan? 1) la soberbia de no querer inclinarse ante jerarquía superior; 2) ser padre de la mentira, mentiroso desde el principio; 3) vivir atormentado por la envidia, sin tolerar la felicidad de otros; 4) odiar al prójimo hasta desear, instigar y consumar su eliminación violenta; 5) sembrar cizaña para dividir y contraponer a los que Dios quiere unidos; y 6) contagiar a todos la insuperable tristeza de haber escogido para siempre el mal.

Cualquiera sea nuestro espejo y nuestro propósito, deberá atenerse a tres premisas básicas. Si debo y quiero cambiar, quiere decir que puedo. La gracia de Dios nunca me faltará, si se la pido con humilde perseverancia. Y no hay cambio, ni conversión ni progreso, sin cruz... Para convertir mi mediocridad y miseria en oro, tengo que pasar por el crisol de la disciplina y del sufrimiento. Pero no hay que temer ni cavilar, sólo dar el primer paso.

Pbro. Raúl Hasbún Z.
Tomado de Web Católico de Javier




Biografías : Fray Luis de León



Luis de León nació en Belmonte, provincia de Cuenca (España), en 1528 de familia rica e influyente; su padre ejerció como abogado y más tarde como juez, siendo tíos suyos catedrático de derecho canónico el uno y abogado en la corte real el otro. Entre sus antepasados contábase algunos conversos, es decir, judíos que se habían convertido, de buen o mal grado, a la fe católica. Hacia 1541 ó 1542 Luis ingresa en la orden de los agustinos, doctorándose más tarde en teología. Entre sus profesores estuvieron Melchor Cano y Domingo de Soto. En 1561 compite por una cátedra vacante de teología en Salamanca, ganando el puesto al desplegar su enorme talento.

En marzo de 1572 fue detenido por la Inquisición y encarcelado en los calabozos que en Valladolid tenía el Santo Oficio. Los cargos que había contra él tenían que ver con su predilección por la Biblia hebraica en lugar de la Vulgata y la traducción al castellano que había realizado del libro del Cantar de los Cantares. En una época en la que en España se vive una auténtica caza de brujas ante las temidas desviaciones de los protestantes y otros grupos heréticos, es fácil que un personaje con los antecedentes y características de fray Luis sea punto de mira del terrible tribunal. Añádase a esto las envidias y rivalidades existentes entre dominicos y agustinos, unido a la inteligencia de fray Luis, y tendremos todos los ingredientes necesarios para que caiga bajo sospecha.

El proceso de la Inquisición contra fray Luis ha llegado hasta nosotros y aquí van algunas frases de los cargos que se le imputaban: 'En la ciudad de Salamanca a diez y siete días del mes de diciembre de mill e quinientos e setenta e un años, ante el muy magnífico e muy Rdo. señor maestro Francisco Sancho, comisario deste Santo Oficio... paresció siendo llamado el muy reverendo padre fray Bartolomé de Medina, maestro en santa theologia, en la Universidad de Salamanca... y entre las cosas que testificó en su dicho, dijo e declaró contra el maestro fray Luis de León lo siguiente... Item declaró que sabe anda en lengua vulgar el libro de los Cánticos de Salomón, compuesto por el muy Rdo. padre maestro fray Luis de León, porque lo ha leído este declarante. Item declaró que en esta Universidad algunos maestros, señaladamente Grajal y Martínez, y fray Luis de León, en sus paresceres y disputas quitan alguna autoridad a la edición de la Vulgata, diciendo que se puede hacer otra mejor y que tiene hartas falsedades...'

Durante cinco años fray Luis permanece aislado en una celda de la Inquisición sin saber quién le acusa y, durante algún tiempo, de qué se le acusa. No obstante, será en la cárcel donde escribirá algunos de sus mejores y más famosos poemas, como aquel que comienza:

Aquí la envidia y la mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de aqueste mundo malvado,
y con pobre mesa y casa
en el campo deleitoso
con sólo Dios se compasa,
y a solas su vida pasa,
ni envidiado ni envidioso.
Sin embargo, en 1576 sale libre del proceso con más vigor y energía moral que antes, si bien su salud queda quebrantada. Famosa se ha hecho la frase de su vuelta a la cátedra de Salamanca con aquel: 'Decíamos ayer...' que indica su triunfo interior contra la maldad de sus enemigos.

Tras obtener la cátedra de Sagrada Escritura en 1580 y ser elegido provincial de su orden en Castilla muere en Madrigal de las Altas Torres, Avila, el 23 de agosto de 1591.



Meditación breve



La necesidad de estar solos viene a nosotros en diferentes etapas de nuestro desarrollo como seres humanos plenos y saludables.
En la soledad logramos conocernos a nosotros mismos y apreciar los muchos matices que nos distinguen de los demás. En la quietud detectamos las inclinaciones de nuestra alma. La intimidad del silencio nos da las respuestas que necesitamos.
Las distracciones que se presentan en nuestro camino dejan de ser un impedimento cuando hacemos de la soledad nuestro huésped.
Si pretendemos encontrar la claridad necesaria para avanzar, necesitaremos un tiempo para aislarnos de los demás, para aislarnos del caos de nuestro trabajo, de nuestras familias y de la sociedad.
No podremos oír la llamada del "Director" si a nuestro alrededor sólo escuchamos un martilleo de voces y ansiedad.



Pedidos de oración



Pedimos oración por el señor Pedro Sergio Donoso Brant, de Santiago de Chile, quien tiene una página en Internet llamada "Caminando con Jesús" y otra llamada "Caminando con María". Nos informan que actualmente se encuentra hospitalizado de urgencia afectado de pancreatitis aguda en la Clínica Santa María de Santiago. Unamos nuestras oraciones para que el Señor le traiga alivio, consuelo y un pronto restablecimiento de su salud.
Sus página son http://www.caminando-con-jesus.org/ y http://www.caminando-con-maria.org/



Pedimos oración por Alejandra Lucero, que vive en José C. Paz, Buenos Aires, Argentina, a la que le han detectado alguna anomalía en el intestino y el próximo jueves le harán una tomografía computada. Rogamos por su salud y para que todo esté normal en ella.



También pedimos oraciones por Santiago José, el nieto de nuestra querida lectora Sylvia Stanke. Este precioso niño de un año de edad está afectado de una virosis en su cuerpo que preocupa a sus médicos y a su familia. Vamos a rezar por él...



Señor Jesús, te pido clemencia por los hermanos enfermos, por los que sufren dolores, por todos los que privados de la salud, piden tu misericordia.
¡Pasa tu mano sanadora por las heridas del mundo Señor! y mitiga la angustia de los que cuidan a esos enfermos.
Danos paciencia y mucho amor para con nuestros seres queridos que están sufriendo alguna enfermedad.
Tú que todo lo puedes, mitiga el sufrimiento de esa gente que clama por Ti y dales la gracia de tu Bendición.
Te rogamos en nombre de tu hijo amado Jesucristo…
Amén.




Agradecimiento de una lectora



Hace sólo dos días, en la edición número 0483 de "Pequeñas Semillitas" publicamos un dramático pedido de una lectora venezolana que decía lo siguiente:


María Teresa Sanzmartin, lectora de nuestra página nos escribe desde Caracas, Venezuela, y nos dice que tiene 68 años, es huérfana y vivía hasta hace poco tiempo con una hija de 42 años y sus hijos, hasta que esta h ija decidió casarse y se fue a vivir a otro país. Nos dice nuestra amiga que se siente muy sola, que llora desconsoladamente todos los días sin encontrar paz ni resignación. Reza y ruega a Dios que le dé conformidad y le quite el miedo de morir sola. Ayudémosla con la oración y en lo posible pido a quienes puedan tomar contacto con ella que lo hagan a través de su correo electrónico que es: mariateresasanz2004@yahoo.es



Con mucha alegría, hoy publicamos un nuevo mensaje de la misma lectora, donde agradece las muchas muestras de amistad y amor que ha recibido de los lectores de esta página en tan solo 48 horas... Dice así:


Soy María Teresa, la del anuncio S.O.S. que publiqué en Semillitas.
GRACIAS es una palabra que encierra la emoción que sentí al ver la solidaridad que me ha llegado a través de Semillitas... Es una cadena de solidaridad, verdaderamente Dios existe... Lloré, reí, me consolé, avisé a mi Ángel de la Guarda como decía na amiga de Argentina. A todos queridos y solidarios hermanos les contestaré, sólo que esta misiva es global. Mi ángel me besó el alma, sentí alivio, dejé de llorar por lo irremediable, ya sé que no estoy sola... Dios y ustedes no se mudan. No importa a qué distancia estemos. Desde Caracas, Venezuela, una emigrante española que no conoce su Patria, les dá las más emocionantes GRACIAS.
Por favor no dejen de bombardearme de mensajes, ya les iré contando poco a poco... huérfana, hija de la posguerra española, emigrante y sola a los 68 años... corrección: estaba sola, ya me siento con todos ustedes. Que Dios los bendiga !!!
María Teresa Sanz Martin
mariateresasanz2004@yahoo.es




Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



La Santísima Virgen es la Reina de los Apóstoles; tu vocación de apóstol del Señor y tus éxitos en el apostolado, dependen de ella. Para dar a tu vida de apóstol una verdadera y permanente eficacia, debes ponerte enteramente bajo la protección de la Santísima Virgen.
Siempre con ella, todo como ella, nada sin ella.

Virgen María, renueva en nosotros la vocación de testigos y apóstoles del Evangelio que hemos recibido en el Bautismo y en la Confirmación.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com


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