martes, 5 de agosto de 2008

Pequeñas Semillitas 0466

PEQUEÑAS SEMILLITAS


Número 0466 ~ Martes 5 de Agosto de 2008
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)




Hola !!!
Cuando creemos que algo es imposible, que no se va a lograr, que no podemos... automáticamente estamos generando un pensamiento negativo y la consecuencia más probable es que lo que creemos, sucederá, o sea, no vamos a poder.
Sin embargo, si creemos que todo es posible, que se puede lograr, que sí podemos hacerlo... automáticamente generamos un pensamiento positivo y la consecuencia es que lo lograremos.
Iniciemos entonces esta jornada con pensamientos positivos, optimismo y mucha fe...



Evangelio de hoy



En aquellos días, cuando la gente hubo comido, Jesús obligó a los discípulos a subir a la barca y a ir por delante de Él a la otra orilla, mientras Él despedía a la gente. Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar; al atardecer estaba solo allí.
La barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las olas, pues el viento era contrario. Y a la cuarta vigilia de la noche vino Él hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, viéndole caminar sobre el mar, se turbaron y decían: «Es un fantasma», y de miedo se pusieron a gritar. Pero al instante les habló Jesús diciendo: «¡Animo!, que soy yo; no temáis». Pedro le respondió: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas». «¡Ven!», le dijo. Bajó Pedro de la barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jesús. Pero, viendo la violencia del viento, le entró miedo y, como comenzara a hundirse, gritó: «¡Señor, sálvame!». Al punto Jesús, tendiendo la mano, le agarró y le dice: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?». Subieron a la barca y amainó el viento. Y los que estaban en la barca se postraron ante él diciendo: «Verdaderamente eres Hijo de Dios».
Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Los hombres de aquel lugar, apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y le presentaron todos los enfermos. Le pedían que tocaran siquiera la orla de su manto; y cuantos la tocaron quedaron salvados.
(Mateo 14, 22-36)

Comentario
Hoy no veremos a Jesús durmiendo en la barca mientras ésta se hunde, ni calmando la tormenta con una sola palabra increpatoria, suscitando así la admiración de los discípulos (cf. Mt 8,22-23). Pero la acción de hoy no deja de ser menos desconcertante: tanto para los primeros discípulos como para nosotros.
Jesús había obligado a los discípulos a subir a la barca e ir hacia la otra orilla; había despedido a todo el mundo después de haber saciado a la multitud hambrienta y había permanecido Él sólo en la montaña, inmerso profundamente en la oración (cf. Mt 14,22-23). Los discípulos, sin el Maestro, avanzan con dificultades. Fue entonces cuando Jesús se acercó a la barca caminando sobre las aguas.
Como corresponde a personas normales y sensatas, los discípulos se asustan al verle: los hombres no suelen caminar sobre el agua y, por tanto, debían estar viendo un fantasma. Pero se equivocaban: no se trataba de una ilusión, sino que tenían delante suyo al mismo Señor, que les invitaba —como en tantas otras ocasiones— a no tener miedo y a confiar en Él para desvelar en ellos la fe. Esta fe se exige, en primer lugar, a Pedro, quien dijo: «Señor, si eres tú, mándame ir donde tú sobre las aguas» (Mt 14,28). Con esta respuesta, Pedro mostró que la fe consiste en la obediencia a la palabra de Cristo: no dijo «haz que camine sobre las aguas», sino que quería seguir aquello que el mismo y único Señor le mandara para poder creer en la veracidad de las palabras del Maestro. Sus dudas le hicieron tambalearse en la incipiente fe, pero condujeron a la confesión de los otros discípulos, ahora con el Maestro presente: «Verdaderamente eres Hijo de Dios» (Mt 14,33). «El grupo de aquellos que ya eran apóstoles, pero que todavía no creen, porque vieron que las aguas jugaban bajo los pies del Señor y que en el movimiento agitado de las olas los pasos del Señor eran seguros, (...) creyeron que Jesús era el verdadero Hijo de Dios, confesándolo como tal» (San Ambrosio).
Fray Lluc Torcal OSB cist (Monje de Santa María de Poblet, España)



Santoral y Efemérides


En el Santoral Católico hoy se conmemora la festividad de la Dedicación de la Basílica de Santa María

Otros santos del día: Nuestra Señora de las Nieves

Algunos de los hechos más importantes ocurridos en un día como hoy en la Historia fueron:

1775 - Llega a la bahía de San Francisco el primer barco español, el San Carlos.
1886 - Se proclama la Constitucion política de Colombia, que se organiza como República Central Unitaria.
1889 - Se inaugura en París el nuevo edificio de La Sorbona.
1930 - Nace Neil Armstrong, primer hombre que caminó en la Luna.
1958 - El submarino atómico estadounidense "Nautilus" realiza el primer enlace de los océanos Pacífico y Atlántico pasando bajo la corteza helada del Polo Norte.
1962 - Se inicia la llamada "crisis de los misiles" de Cuba con el bloqueo estadounidense de la isla.
1962 - Muere Marilyn Monroe, actriz estadounidense.
1984 - Muere el actor Richard Burton.
1994 - Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay firman los acuerdos que dan comienzo al Mercosur.



Pensamiento



"El perdón es una decisión, no es un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más ofensas, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando, tendrás paz en tu alma y la tendrá el que te ofendió".
Madre Teresa de Calcuta




Los diez mandamientos de las relaciones humanas



• Habla.
No hay nada más agradable y alentador que una palabra, un saludo cordial, interés genuino... especialmente hoy en día que tanta falta hacen los gestos amables.

• Sonríe
Recuerda que para mover la cabeza ponemos en acción 72 músculos, y que para sonreír nos basta con movilizar 14.

• Llama a las personas por su nombre.
El sonido más hermoso es oír el propio nombre.

• Sé amistoso y gentil.
Si quieres tener amigos, sé amigo.

• Sé cordial.
Habla y actúa con sinceridad, haz las cosas con gusto.

• Interésate sinceramente.
Recuerda que algo sabes, pero no sabes todo lo que otros saben.

• Sé generoso al elogiar y cauteloso al criticar.
Los líderes elogian. Saben animar, dar confianza y elevar la autoestima.

• Aprende a captar los sentimientos.
Hay tres ángulos en toda controversia: el tuyo, el del otro y el del que sólo ve lo suyo con demasiadas certezas.

• Presta atención a la opinión de los otros.
Tres son las actitudes de un auténtico líder: oír, aprender y saber elogiar.

• Aporta tus capacidades.
Lo que realmente vale en nuestras vidas es aquello que hacemos por los demás.

Enviado por Graciela E. Prepelitchi



Cosas curiosas



¿Sabías que cuanto más se nos parecen, más nos gustan los ordenadores?
Es la conclusión de un estudio que demuestra como los usuarios de la informática interpretan aspectos de la personalidad en la voz sintética de los ordenadores pese a saber que su origen es tecnológico.



¿Sabías que aunque el ser humano puede permanecer hasta tres semanas sin comer, el tiempo máximo que el organismo puede sobrevivir sin beber es mucho más reducido?
Depende en gran medida de las condiciones ambientales (temperatura, humedad, etc.) y del esfuerzo al que esté sometido un individuo. En una situación óptima es posible sobrevivir hasta 10 días sin ingerir líquido.



¿Sabías que la violeta africana es una planta floral ornamental?
Lo curioso de ella es que se multiplica sumergiendo en agua el borde cortado de una hoja. Es decir que las raíces brotan de las hojas.




Historias : El milagro de 1 dólar y 11 centavos



Una pequeña niña fue a su habitación y sacó un frasco que estaba escondido en su closet. Esparció su contenido en el suelo y contó con cuidado. Tres veces, incluso. El total fue contado a la perfección. No había errores.

Con cuidado regresó las monedas al frasco y cerrando la tapa, ella salió sigilosamente por la puerta trasera y caminó 6 cuadras hasta la Farmacia de Rexall. Ella esperó pacientemente a que el farmacéutico le prestara atención, pero estaba muy ocupado por el momento.
Tere movió sus pies para que rechinaran sus zapatos. Nada. Se aclaró la garganta lo más fuerte que pudo. No sirvió de nada, finalmente tomó 25 centavos del frasco y tocó en el mostrador de cristal. Con eso fue suficiente…

“Y ¿qué es lo que quieres?” le preguntó el farmacéutico con tono de disgusto en la voz. “Estoy hablando con mi hermano que viene de Chicago y que no he visto en años”.

“Eh, bueno, quiero hablar contigo acerca de mi hermano”, le contestó Tere, con el mismo tono de impaciencia, “Él está realmente muy, muy enfermo . . . y quiero comprar un milagro”.

“¿Perdón?”, dijo el farmacéutico.

“Su nombre es Andrés y algo malo ha estado creciendo en su cabeza y mi papi dice que sólo un milagro puede salvarlo, ahora dime, cuánto cuesta un milagro?”

“Nosotros no vendemos milagros aquí, chiquita, lo siento pero no puedo ayudarte”, dijo el farmacéutico, con voz suave.

“Oye, tengo dinero para pagarlo. Si no es suficiente, conseguiré lo que falte; sólo dime cuánto cuesta”

El hermano del farmacéutico que era un hombre muy bien vestido, intervino y le preguntó a la niñita, “¿Qué clase de milagro necesita tu hermano?”

“No sé”, replicó Tere, con los ojos muy abiertos. “Yo sólo sé que está muy enfermo y mami dice que necesita una operación. Pero mi papi no puede pagarla, por eso quiero usar mi dinero”.

“¿Cuánto tienes?”, le preguntó el hombre de Chicago

“Un dólar con once centavos”, contestó Tere, apenas audible. “Y ese es todo el dinero que tengo, pero puedo conseguir más si es necesario”

“Bueno, que coincidencia”, sonrió el hombre. “Un dólar y once centavos... el precio exacto de un milagro para los hermanitos.”

Él tomó el dinero en sus manos y con la otra sostuvo la manita enguantada de Tere y le dijo: “Llévame a donde vives, quiero ver a tu hermano y conocer a tus padres. Veamos si tengo el milagro que necesitas.”

Ese hombre bien vestido era el Dr. Carlton Armstrong, un cirujano especializado en neurocirugía.

La operación fue completamente gratis y sin cargo alguno por su estancia en el hospital, hasta que Andrés regresó sano a casa. Mami y papi comentaron felices de la cadena de eventos que les trajo a todo esto.

“Esa cirugía”, susurraba su madre, “fue un milagro real, ya me imagino cuánto podría costar…”

Tere sonrió. Ella sabía exactamente cuánto cuesta un milagro... un dólar con once centavos... más la fe de una chiquilla!!!



Meditación breve


Cualquier persona medianamente interesada por el resto de sus semejantes, se ha planteado en más de una ocasión esta pregunta: ¿Qué puedo hacer para mejorar el mundo? En la actualidad, raro es el día en que las noticias no incitan a cuestionarse el propio comportamiento: ¿cómo puedo seguir llevando este estilo de vida cuando la gente está muriendo de hambre en Somalia, cuando los habitantes de un país se matan entre sí, cuando el color de la piel o la carencia de pasaporte es un estigma que conduce a la muerte, cuando...?
Y la respuesta no suele ser otra que una desconsoladora confesión de impotencia. ¿Qué voy a hacer yo frente a problemas de tales dimensiones? Por eso razonamos de la siguiente manera: no estoy en condiciones de arreglar nada. ¡Falaz razonamiento! Aunque cueste creerlo, hay que contestar que sí. No se me pide que logre detener todas las guerras, sólo que siembre un poco de amor a mi alrededor; no se me exige que calme la necesidad de todos los hambrientos, tan sólo que destine una buena parte de mis ahorros a quienes los necesiten; nadie me obliga a consolar a los millones de seres que necesitan apoyo, únicamente se me pide que sea un poco de alivio para cuantos están cerca de mí. Nada más se me puede exigir, y tampoco nada menos. Y con estas acciones conseguiremos hacer recapacitar a los que nos contemplan y quizá cunda el ejemplo...



Pedido de oración


La lectora Ángela Celia Abrodos nos pide oraciones por el cura párroco de Lomas de Zamora, Buenos Aires, Argentina, cuyo nombre es Juan Jackimiuk, para que el Señor lo bendiga y le dé muchas fuerzas para atender a su comunidad. Nos unimos en la oración.



Pedimos oración por el señor Raúl Martínez, de Bogotá, Colombia, al que le acaban de diagnosticar un tumor en el píloro, para que por nuestras oraciones el Señor le ayude a restablecer su salud.


Señor Jesús, te pido clemencia por los hermanos enfermos, por los que sufren dolores, por todos los que privados de la salud, piden tu misericordia.
¡Pasa tu mano sanadora por las heridas del mundo Señor! y mitiga la angustia de los que cuidan a esos enfermos.
Danos paciencia y mucho amor para con nuestros seres queridos que están sufriendo alguna enfermedad.
Tú que todo lo puedes, mitiga el sufrimiento de esa gente que clama por Ti y dales la gracia de tu Bendición.
Te rogamos en nombre de tu hijo amado Jesucristo…
Amén.



El rincón de los lectores



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# Liliana Juárez - Tucumán, Argentina - 4 de Agost de2008
liliana_59@live.com.ar
Estimado Felipe:
Quiero comentarte que yo fui una enferma de cáncer de mamas, que el tratamiento lo hice en una entidad pública de Tucumán (Argentina). A los 40 años me lo descubrieron, grado 2. Me operaron, hice quimio y cobalto 60, y logré salir. Te cuento esto porque quiero decirle a María Torres y Nilda Rodríguez (pedidos de oración de hace unos días) que una persona jamás debe perder la fe y que esta es una enfermedad de las tres patas: 1) la fe en Dios y en la Virgen, 2) las manos de los médicos, y 3) la contención de nuestra familia. Durante cinco años tomé dos clases de pastillas, haca poco me hicieron una cirugía en el cuello uterino. Debo decir que siempre camino de las manos de Dios.
Un abrazo.
Liliana



Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro



La Virgen sintió todos los afectos que vibran en la naturaleza humana; sobre todo sintió el amor en su Corazón.
La Virgen amó a Dios y lo amó con ese amor correspondiente al conocimiento completísimo que tenía de Él; lo amó con ese agradecimiento inmenso que pedían los privilegios y las gracias incomparables que Dios le había concedido.
Tu amor a Dios ha de revestir también esos dos matices: la gratitud por lo que el Señor ha hecho en ti y el conocimiento que de Él has adquirido.

Virgen elegida por Dios entre todas las criaturas, ayúdame a agradecer al Señor el que me haya hecho su hijo.


Felipe de Urca
-Jardinero de Dios-

pequesemillitas@gmail.com

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