PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3646 ~ Lunes 30 de Abril de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Cada
mañana, al despertar, te ofrezco el nuevo día, Padre amado, y me entrego en tus
manos con alegría y confianza, sabiendo y orando desde adentro que lo importante es buscar el
Reino de Dios y su justicia; lo demás, lo darás por añadidura.
Ayúdame
a vivir este día abierto a las necesidades de los demás, haciéndome prójimo de
aquellos que necesitan y que crucen mi camino. Dame un corazón abierto,
sensible a los dolores y a los sufrimientos.
Que
cada nuevo día sea un paso adelante en el camino al Reino.
No
dejes que me atrape el individualismo descarnado que hoy es moda. Que no se
endurezca mi corazón con falsas justificaciones y prejuicios. Que el consumismo
y la indiferencia no ahoguen mis ganas de servir a los demás en todo tiempo y
en todo sitio.
Dame
constancia y empuje para llevar adelante los proyectos y propuestas que me
vayas presentando. Dame Señor tu mirada
para que pueda ver claro por donde pasa el Evangelio en nuestro tiempo.
Te
doy gracias, Señor, por este nuevo día. Acompáñame en cada momento, ayúdame a
crecer en el amor y la entrega a los demás. Ilumina mis decisiones y abre mi
corazón y mis manos para que pueda transmitir tu gran amor a través de gestos y
actitudes de servicio generoso a mis amigos. Amén.
¡Buenos días!
La cierva y los cazadores
Hay
un refrán que dice: “Salir del sartén para caer en las brasas”. Cuántas veces,
ansioso por liberarte de un problema desagradable y ofuscado por zafarte
enseguida, tomas una mala decisión, que al poco tiempo lamentas. Algunos, por
ejemplo, que buscaron trabajo en otro país, volvieron enseguida. Muchas veces
es necesario un cambio, pero hay que pensarlo bien. Que no te suceda como a la
cierva de la fábula.
Una cierva que huía de unos cazadores, llegó a una
cueva donde no sabía que moraba un león. Entrando en ella para esconderse, cayó
en las garras del león. Viéndose sin remedio perdida, exclamó:
— ¡Desdichada de mí! Huyendo de los hombres, vengo a
caer en las garras de un feroz animal.
Para
tomar acertadas decisiones necesitas evaluar con lucidez y ponderación los
aspectos positivos y negativos. Conviene también escuchar el parecer de
personas prudentes. Este análisis podría llevarte a un nuevo enfoque para
solucionar tu actual situación. Don Bosco aconsejaba: “no tomes decisiones
cuando te sientas dominado por una pasión”.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «El que tiene mis mandamientos
y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y
yo le amaré y me manifestaré a él». Le dice Judas, no el Iscariote: «Señor,
¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?». Jesús le
respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y
vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis
palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha
enviado. Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Paráclito, el
Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os
recordará todo lo que yo os he dicho». (Jn 14,21-26)
Comentario:
Hoy,
Jesús nos muestra su inmenso deseo de que participemos de su plenitud.
Incorporados a Él, estamos en la fuente de vida divina que es la Santísima
Trinidad. «Dios está contigo. En tu alma en gracia habita la Trinidad
Beatísima. —Por eso, tú, a pesar de tus miserias, puedes y debes estar en
continua conversación con el Señor» (San Josemaría).
Jesús
asegura que estará presente en nosotros por la inhabitación divina en el alma
en gracia. Así, los cristianos ya no somos huérfanos. Ya que nos ama tanto, a
pesar de que no nos necesita, no quiere prescindir de nosotros.
«El
que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame,
será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él» (Jn 14,21). Este
pensamiento nos ayuda a tener presencia de Dios. Entonces, no tienen lugar otros
deseos o pensamientos que, por lo menos, a veces, nos hacen perder el tiempo y
nos impiden cumplir la voluntad divina. He aquí una recomendación de san
Gregorio Magno: «Que no nos seduzca el halago de la prosperidad, porque es un
caminante necio aquel que ve, durante su camino, prados deliciosos y se olvida
de allá donde quería ir».
La
presencia de Dios en el corazón nos ayudará a descubrir y realizar en este
mundo los planes que la Providencia nos haya asignado. El Espíritu del Señor
suscitará en nuestro corazón iniciativas para situarlas en la cúspide de todas
las actividades humanas y hacer presente, así, a Cristo en lo alto de la
tierra. Si tenemos esta intimidad con Jesús llegaremos a ser buenos hijos de
Dios y nos sentiremos amigos suyos en todo lugar y momento: en la calle, en
medio del trabajo cotidiano, en la vida familiar.
Toda
la luz y el fuego de la vida divina se volcarán sobre cada uno de los fieles
que estén dispuestos a recibir el don de la inhabitación. La Madre de Dios
intercederá —como madre nuestra que es— para que penetremos en este trato con
la Santísima Trinidad.
Rev. D. Norbert ESTARRIOL i Seseras (Lleida, España)
Santoral Católico:
San Pío V
Papa de 1566 a 1572
Nació
en Bosco Marengo (Alessandria, Italia) el año 1504. Ingresó en la Orden de
Predicadores siendo muy joven; se doctoró y recibió la ordenación sacerdotal en
Bolonia el año 1528. Durante dieciséis años fue profesor de teología y ejerció
diversos cargos en la provincia dominica lombarda. Consagrado obispo y elevado
al cardenalato, fue finalmente elegido papa el año 1566. Intensificó su
austeridad y vida de oración. Rehusó toda muestra de nepotismo. Continuó con
gran decisión la reforma comenzada por el Concilio de Trento, cuyos decretos
trató de aplicar, reformó las costumbres, intensificó la catequesis, organizó
los seminarios y favoreció los estudios, promovió la propagación de la fe,
renovó la liturgia y publicó el Catecismo Romano y el Misal que lleva su
nombre, que ha estado vigente hasta la reforma del Vaticano II. En la liga
contra los turcos, se alió con España y Venecia, que lograron la victoria de
Lepanto. Murió en Roma el 1 de mayo de 1572.-
Oración: Señor, tú que has suscitado
providencialmente en la Iglesia al papa san Pío, para proteger la fe y
dignificar el culto, concédenos, por su intercesión, participar con fe viva y
con amor fecundo en tus santos misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
San José Benito Cottolengo
Presbítero y Fundador
Sacerdote diocesano, miembro de la Tercera Orden
Franciscana, fundador de la Pequeña Casa de la Divina Providencia (el
«Cottolengo») y de otras instituciones, nació en Bra, de la región italiana de
Piamonte, el año 1786. Tras su ordenación sacerdotal en 1811 se dedicó a tareas
parroquiales y a la predicación, hasta centrarse en la acción social y
caritativa para con los pobres, enfermos y marginados de la sociedad que no
eran acogidos en las instituciones públicas. Confiando en la Divina
Providencia, abrió en Turín un hospital, dotado con lo indispensable, para
acoger a los rechazados de otros centros. Se le unieron voluntarios y hombres y
mujeres que luego se integraron en las congregaciones por él fundadas para
consolidar y extender su obra. Humilde, pobre y austero, dio ejemplo admirable
de santidad sacerdotal, de confianza filial en Dios Padre y de entrega generosa
a los más pobres y abandonados. Murió en Chieri (Turín) el 30 de abril de 1842.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Pensamiento del día
"No pongas los errores sobre tu cabeza
pues su peso puede aplastarte...
Ponlos debajo de tus pies
y úsalos como plataforma
que te ayude a contemplar tu horizonte"
Tema del día:
Reflexiones en torno a la oración
En
una iglesia de Palencia, España, se escribió hace unos años esta exigente admonición:
No
digas "Padre", si cada día no te portas como hijo.
No
digas "nuestro", si vives aislado en tu egoísmo.
No
digas "que estás en los cielos", si sólo piensas en cosas terrenas.
No
digas "santificado sea tu nombre", si no lo honras.
No
digas "venga a nosotros tu Reino", si lo confundes con el éxito
material.
No
digas "hágase tu voluntad", si no la aceptas cuando es dolorosa.
No
digas "danos hoy nuestro pan de cada día", si no te preocupas por la
gente con hambre.
No
digas "perdona nuestras ofensas", si guardas rencor a tu hermano.
No
digas "no nos dejes caer en la tentación", si tienes intención de
seguir pecando.
No
digas "líbranos del mal", si no tomas partido contra el mal.
No
digas "amén", si no has tomado en serio las palabras de esta oración.
La
parábola del amigo inoportuno, tan breve como tan bella, nos revela la
necesidad de orar con insistencia y perseverancia a nuestro Padre Dios. Es
sumamente elocuente: “Yo os digo que si aquel hombre no se levanta de la cama y
le da los panes por ser su amigo —nos dice Jesús— os aseguro que, al menos por
su inoportunidad, se levantará y le dará cuanto necesite”. Son impresionantes
estas consideraciones. Nuestro Señor nos hacen entender que, si nosotros
atendemos las peticiones de los demás al menos para que nos dejen en paz, sin
tener en cuenta las exigencias de la amistad hacia nuestros amigos, con cuánta
mayor razón escuchará Dios nuestras plegarias, siendo Él nuestro Padre
amantísimo e infinitamente bueno y cariñoso.
Por
eso, Cristo nos dice: “Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os
abrirá”. Si oramos con fe y confianza a Dios nuestro Señor, tenemos la plena
seguridad de que Él escuchará nuestras súplicas. Y si muchas veces no obtenemos
lo que pedimos en la oración es porque no oramos con la suficiente fe, no somos
perseverantes en la plegaria o no pedimos como debemos; es decir, que se
cumpla, por encima de todo, la voluntad santísima de Dios en nuestra vida. Orar
no es exigir a Dios nuestros propios gustos o caprichos, sino que se haga su
voluntad y que sepamos acogerla con amor y generosidad. Y, aun cuando no
siempre nos conceda exactamente lo que le pedimos, Él siempre nos dará lo que
más nos conviene.
Es
obvio que una mamá no dará un cuchillo o una pistola a su niñito de cinco años,
aunque llore y patalee, porque ella sabe que eso no le conviene.
¿No
será que también nosotros a veces le pedimos a Dios algo que nos puede llevar a
nuestra ruina espiritual? Y Él, que es infinitamente sabio y misericordioso,
sabe muchísimo mejor que nosotros lo que es más provechoso para nuestra
salvación eterna y la de nuestros seres queridos. Pero estemos seguros de que
Dios siempre obra milagros cuando le pedimos con total fe, confianza filial,
perseverancia y pureza de intención. ¡La oración es omnipotente!
Y,
para demostrarnos lo que nos acaba de enseñar, añade: “¿Qué padre entre
vosotros, si el hijo le pide un pan, le dará una piedra? ¿O, si le pide un pez,
le dará una serpiente? ¿O, si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si
vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más
vuestro Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?”
Efectivamente:
¡Con un Dios tan bueno y que, además, es todopoderoso, no hay nada imposible!
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Soporta
con ánimo sereno la situación desfavorable.
Lo
que determina el grado de tu angustia es tu reacción de amargura ante las
circunstancias adversas.
Tú
puedes soportar una tragedia y superar cualquier desgracia.
Si
razonas, verás el lado positivo de la peor situación.
No
te permitas hacer de tu desesperación la antesala del infierno.
Acepta
la experiencia dolorosa.
No
vas a ganar siempre; pero, de tu derrota actual puedes hacer el punto de
partida para la victoria final.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad
en Córdoba (Argentina); por los niños
con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del
Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países
del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las
familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes
hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración por el eterno descanso del alma de Esperanza
Z. (de USA) y Carlos M. (de
Perú). Que el Señor los tenga en Reino.
Pedimos oración para Wilfredo P. M., de Bolivia, rogando al
Señor que se haga justicia en su situación legal.
Pedimos
oración para las siguientes personas: Anita,
de 26 años, de México, para que consiga trabajo pronto; Katia Ch.B., para que Dios le dé paz y fortaleza; por trabajo para Franco, Marco y Mariana, de
Argentina, Thomas T., de Panamá y Tereluz de México.
Seguimos rezando por la salud
de Ivana, de Córdoba, Argentina, que
se encuentra en muy delicado estado por varias afecciones severas. La dejamos
en las manos de Jesús.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino,
paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al
Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Cinco minutos del Espíritu Santo
Abril 30
"Ven
Espíritu Santo. Ilumíname para que sepa decir las mejores palabras, esas que
puedan hacer bien a los demás.
Tómame
Espíritu Santo, para que a través de mis gestos se exprese el amor de Jesús y
los demás puedan crecer en la amistad que les ofreces.
Dame
flexibilidad y apertura, para que me adapte con sencillez a las necesidades de
los otros.
Dame
un oído atento, para escuchar lo que tú me digas a través de ellos.
Fecunda
y reaviva los carismas que derramaste en mi vida para cumplir mi misión en el
mundo.
Guíame,
Espíritu Santo. No dejes que confunda el camino.
Enséñame
a discernir, para que no me desgaste cuidando la apariencia o buscando fama.
No
dejes que ponga mi apoyo en falsas seguridades que me alejan de ti.
Toca
mi interior, Espíritu Santo, para que viva de ti, para que me deje llevar por
ti donde quieras, como quieras, cuando quieras.
Para
que mi camino me oriente siempre a ti, para que siempre esté contigo, para que
sepa de verdad que sólo en ti está la fuente de la vida.
Gracias,
Espíritu Santo, porque puedo participar en la construcción del Reino de Dios, y
así puedo crecer en tu amor. Amén."
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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