PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3643 ~ Viernes 27 de Abril de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
La
familia que se comunica afectuosamente se integra y se alegra del progreso de
cada miembro de ella.
Cuando
los individuos de una familia se dejan absorber por la televisión, tienen que
comer frente a la pantalla, negándose la oportunidad de compartir en la mesa
del comedor.
Los
programas de televisión los acaparan de tal modo que la familia pierde su
intimidad.
¿Se
consumió ya a toda tu familia el monstruo de la televisión? Libérate haciendo
con los tuyos la crítica juiciosa de cada programa de televisión.
¡Buenos días!
Sanación interior
Suplicar
a Dios aquello que necesitas es permitirle entrar en la trama concreta de tu
vida. De esa manera sientes la proximidad del Señor en tus problemas
cotidianos. Dios quiere librarte de tus angustias y afanes y se pone a tu
alcance para cualquier necesidad, grande o pequeña, espiritual o material.
Basta que lo hagas con fe, como un niño.
Señor, vengo a pedirte que entres en lo más íntimo de
mi ser y te hagas presente con tu poder sanador y con tu fuerza liberadora. A
veces sufro inútilmente por cosas que no comprendo, brotan en mí tristezas,
angustias y sentimientos malos que no sé de dónde vienen. Podría disfrutar
muchas cosas de la vida y hacer mucho bien, pero esos estados de ánimo me
perjudican. Yo no tengo poder para sanar ese mundo escondido dentro de mí, pero
tú tienes ese poder. Tú que me creaste de la nada y me regalaste la vida,
también puedes curarme. Toca, Señor, transforma, cicatriza, acaricia, libera.
Realiza esa obra que sólo tú puedes realizar. Confío en ti, Señor, y espero en
ti. Amén. (Víctor Fernández).
Alexis
Carrel, premio Nobel de Medicina, escribió: “Un constante y silencioso milagro
acontece, a cada hora, en los corazones de hombres y mujeres que han
descubierto, con asombro, que la oración los enriquece con una continua
corriente de fortaleza que los sostiene en sus vidas cotidianas”. Busca en la
oración fortaleza contra el mal.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Jesús
dijo a sus discípulos: "No se inquieten. Crean en Dios y crean también en
mí. En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo
habría dicho a ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les
haya preparado un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que
donde yo esté, estén también ustedes. Ya conocen el camino del lugar adonde
voy".
Tomás
le dijo: "Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el
camino?".
Jesús
le respondió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre,
sino por mí." (Jn 14,1-6)
Comentario:
Estamos en el contexto del adiós de Jesús a los
suyos. Se impone dejar algunas cosas claras en esta hora final: una, obligado
es creer en Jesús de Nazaret; y otra, es oportuno saber a dónde se dirige
ahora. ¿Por qué creer en él? Porque, una vez más, nos dice que es el único
camino que nos lleva hasta el Padre y es el absoluto necesario para nuestra
salvación. Sabiendo a Jesús, es decir, conociéndolo y, sobre todo, siguiendo su
camino, no sólo disponemos de la mejor orientación vital y creyente, sino que también
disfrutamos de la vida en su más transparente verdad. Porque Jesús el Señor es
quien resume las mejores aspiraciones de nuestro corazón y los empeños más
fraternos de nuestra esperanza. Dios, y su contexto amoroso, rehúye la mentira,
es Dios de vivos y, con el empuje del Espíritu hace que nuestro recorrido
vital, nuestra biografía, sea siempre nuevo, genere nuevos horizontes y recobre
la altura de miras que nos acerca al Padre. Instantes de despedida que suelen
ser momentos para gustar las esencias de la verdad salvadora, el alcance del
Evangelio y el compromiso vital de ser testigos de la verdad resucitada de
Cristo. El texto evangélico es una forma de decir nuestra habitual ecuación
salvadora: Cristo, el que nos orienta hacia Dios por el camino de la vida
verdadera compartida y vaciada con el hermano. Nuestra verdad creyente, nuestra
solidaridad efectiva.
Bueno es conocer las líneas maestras de la doctrina
cristiana, pero ¿la comunidad cae en la cuenta que los creyentes seguimos a una
persona, Cristo, y no una doctrina?
Fr. Jesús Duque O.P.
Santoral Católico:
Nuestra Señora de Monserrat
Advocación Mariana
La
Virgen de Montserrat, conocida popularmente como "La Moreneta" es la
patrona de Cataluña y es una de las siete Patronas de las Comunidades Autónomas
de España. Está situada en el Monasterio de Montserrat, es un símbolo para
Cataluña y se ha convertido en un punto de peregrinaje para creyentes y de
visita obligada para los turistas.
Según
la leyenda, la primera imagen de la Virgen de Montserrat la encontraron unos
niños pastores en el año 880. Tras ver una luz en la montaña, los niños
encontraron la imagen de la Virgen en el interior de una cueva. Al enterarse de
la noticia el obispo, intentó trasladar la imagen hasta la ciudad de Manresa
pero el traslado fue imposible ya que la estatua pesaba demasiado. El obispo lo
interpretó como el deseo de la Virgen de permanecer en el lugar en el que se la
había encontrado y ordenó la construcción de la ermita de Santa María, origen
del actual monasterio.
El
11 de septiembre de 1844, el Papa León XIII declaró oficialmente a la Virgen de
Montserrat como patrona de la diócesis de Cataluña.
© Catholic.net - Aciprensa
Pensamiento del día
"Estas tres señales distinguen al hombre
superior:
la virtud, que lo libra de la ansiedad;
la sabiduría, que lo libra de la duda;
y el valor, que lo libra del miedo"
Confucio
Tema del día:
Los girasoles
¿Han
visto los girasoles? Se trata de una
flor, que gira siempre en busca del sol. Y es por esa razón que es popularmente
llamada girasol.
Cuando
una pequeña y frágil semilla de dicha flor brota en medio de otras plantas,
busca inmediatamente la luz solar. Es como si supiera, instintivamente, que la
claridad y el calor del sol le harán posible la vida.
¿Y
qué le sucedería a la flor si la colocáramos en un lugar bien cerrado y oscuro?
Seguramente, en poco tiempo, se moriría.
Tal
cual los girasoles, nuestro cuerpo físico también necesita de la luz y del
calor solar, de la lluvia y de la brisa, para mantenernos vivos. Pero, no es
sólo es el cuerpo el que necesita de cuidados para proseguir firme. El
espíritu, igualmente necesita de la luz divina para mantener encendida la llama
de la esperanza.
Precisa
del calor del afecto, de la brisa de la amistad, de la lluvia de bendiciones
que viene desde lo alto. Sin embargo, es necesario que hagamos esfuerzos para
respirar el aire puro, por encima de las circunstancias desagradables que nos
rodean.
Muchos
de nosotros permitimos que los vicios ahoguen nuestras ganas de buscar la luz y
nos debilitamos día tras día como una planta mustia y sin vida y es entonces
cuando nos dejamos enredar en el zarzal de la haraganería, de la desidia y
reclamamos de la suerte sin hacer esfuerzos para salir de la situación que nos
desagrada.
Y
es allí, donde debemos recordar que para poder crecer de acuerdo con los planes
divinos, el Creador coloca a nuestra disposición todo lo que necesitamos. Es en
el amparo de la familia, donde recibimos, sustentación y seguridad en todos los
momentos... La presencia de los amigos en las horas de alegría o de tristeza,
impulsándonos hacia adelante...
Son
las posibilidades de aprendizaje que surgen a cada instante en el recorrido,
haciéndonos más claros y preparados para decidir cuál es el mejor camino a
tomar.
Pero,
¿qué sucede con nosotros cuando nos encerramos en la oscuridad de la depresión
o de la melancolía y así permanecemos por voluntad propia?
Debemos
entender que Dios tiene un plan de felicidad para cada uno de nosotros y que
para alcanzarlo, es preciso que busquemos los recursos disponibles.
Es
preciso que imitemos al girasol.
Que
busquemos siempre la luz, incluso cuando las tinieblas insistan en rodearnos.
Es
necesario buscar el apoyo de la familia en los momentos en que nos sentimos
desanimar.
Es
necesario buscar la ayuda de los verdaderos amigos cuando sentimos nuestras
fuerzas debilitándose.
Es
necesario, antes que nada, buscar la luz divina que consuela y aclara, ampara y
anima en todas las situaciones.
Cuando
las nubes negras de los pensamientos tormentosos cubran con oscuro manto el
horizonte de tus esperanzas, y la depresión te asedie el alma, imita a los
girasoles y trata de respirar el aire puro, más allá de las circunstancias
desagradables.
Cuando
las dificultades y los problemas se hagan insoportables, intentando sofocar la
disposición para la lucha, recuerda a los girasoles y busca la luz divina a
través de la oración sincera.
El rincón del lector
Desde
hace años hemos tenido esta sección llamada “El rincón del lector” destinada a dar cabida a los mensajes,
opiniones y comentarios de las personas que leen Pequeñas Semillitas, que han
podido expresarse libre y respetuosamente. Ahora, con nuestra presencia en
Facebook, la posibilidad de manifestarse es mucho más abierta, directa y
permanente.
Igual
vamos a mantener esta sección para los que deseen expresarse por esta vía. Para
que tu mensaje se publique debes dirigirlo por correo electrónico a feluzul@gmail.com con el título "El rincón del lector" y
deberá ser muy breve y no contener conceptos agraviantes para nada ni para
nadie.
Los
mensajes serán moderados por el propietario de esta página y se publicarán a
medida que el tiempo y el espacio en la misma lo permitan, y no se admitirán
réplicas o respuestas públicas a mensajes anteriores de otros lectores.
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Cuidando
mi Alma.
De
la soberbia nacen la mayoría de nuestros "pecados veniales", esas
acciones que nos "salen" naturalmente, sin pensar, y de las que luego
nos arrepentimos (hablarle mal a alguien, mentir, faltar a la caridad, por
mencionar algunas).
La
soberbia en nosotros puede ser enorme (hasta llegar a un egocentrismo que cause
rechazo y que haga que los demás nos eviten o nos toleren por no tener más
remedio) o puede ser una soberbia pequeñita, oculta casi, pero que continúa
siendo soberbia con todas las letras.
El
primer paso para comenzar a luchar contra ella, es reconocer que esa soberbia
vive en nosotros (yo reconozco que vive en mí).
Creo
que es fundamental detectar en qué momentos nos pesca desprevenidos y actúa en
nosotros para poder estudiar ese comportamiento, concientizarnos y estar
preparados para reconocerlo y evitarlo la próxima vez que desee aflorar.
El
antídoto y la ayuda para lograr ese control es la humildad verdadera, esa que
nace de sabernos imperfectos, la que nace de amar y querer brindar servicio a
los demás. La que se nos revela desde la realidad de que todo nos fue
"dado", que deberemos devolverlo y rendir cuentas del uso.
Pidamos
al Espíritu Santo "fortaleza" para practicar la humildad, para
apuntalar y fortificar la voluntad que necesitamos para modificar
comportamientos incorrectos y repetitivos que no deseamos poseer, y desarrollar
las virtudes y los dones que Dios soñó para nosotros.
Estos
son pensamientos sumamente íntimos y personales. Era más fácil y menos
"arriesgado" no publicarlos. Pero en esta época donde hay tanta
confusión de valores y donde todo se relativiza tanto, siento necesario plantar
bandera y darle ánimos a quienes sientan como yo. No hay que darse por vencidos
ni dejarse llevar por la corriente. Siempre estamos a tiempo de detenernos,
cambiar el rumbo y volvernos mejores. ¡Yo seguiré intentando!
¡Shalom!
Karen Schoenberg (lectora y amiga de Pequeñas
Semillitas)
Cinco minutos del Espíritu Santo
Abril 27
Junto
con la Persona del Espíritu Santo, está la esperanza. Porque donde está
presente el Espíritu Santo siempre hay un futuro posible, siempre renacen los
sueños, siempre se nos abre algún camino.
El
Espíritu es como una fuerza que nos lanza hacia adelante, que no nos deja vivir
sólo del pasado ni permite que nos anclemos en lo que ya hemos conseguido.
Él
impulsa, pero hace que nosotros caminemos; no nos arrastra como a muñecos, sino
que nos lleva a tomar decisiones, a usar nuestros talentos, a organizamos, a
trabajar juntos por un futuro mejor, a buscar la justicia y la solidaridad:
"El
Espíritu construye el reino de Dios en el curso de la historia... animando a
los hombres en su corazón y haciendo germinar dentro de la vivencia humana las
semillas de la salvación definitiva" (Juan Pablo II, TMA 45).
Y
aunque no podamos lograr ahora todo lo que desearíamos, sabemos que el Señor le
prepara a sus amigos una felicidad que no tiene fin, allí donde rebosaremos de
gozo en su presencia gloriosa (Apocalipsis 21,1-5). Hacia esa Ciudad celestial,
que no podemos ni siquiera imaginar, nos quiere llevar el Espíritu Santo, y él
nos hace caminar con seguridad hacia esa feliz plenitud: "La esperanza no
falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el
Espíritu Santo que se nos ha dado" (Romanos 5,5).
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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