PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3634 ~ Miércoles 18 de Abril de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hace unos días celebramos el domingo de la Divina Misericordia, creado por el papa
santo Juan Pablo II.
La
Misericordia de Dios es el “abajamiento” de Dios hacia la criatura que padece,
ya sea en el cuerpo o en el alma.
Justamente
la palabra misericordia es
compadecerse en el corazón de las miserias ajenas. Y así Dios tiene
misericordia con sus criaturas, y especialmente con los pobres pecadores, que
son los más miserables, pues han perdido, con el pecado, toda su riqueza, que
es la gracia santificante, que es Dios mismo.
Por
eso la Encarnación del Verbo es sobre todo una obra de misericordia que tuvo
Dios con los hombres, porque el Señor vino a la tierra para rescatar a los
hombres extraviados y engañados y atrapados por Satanás, que los tenía
esclavizados para siempre.
Y
si pensamos que Dios ha hecho esto por nosotros, entonces no podemos desconfiar
de la Misericordia de Dios, que si realizó semejante prodigio de hacerse hombre
y morir crucificado, no nos dejará ahora a merced del enemigo.
La
Misericordia divina necesita miserias para quemar. Así que los mayores
pecadores son los que más derecho tienen a recibir esta Misericordia y los que
más la pueden aprovechar.
¡Buenos días!
Cuando alguien te ama
Sabes
que uno te ama de verdad, si es lento para perder la paciencia contigo, si usa
en forma constructiva las circunstancias negativas de tu vida ayudándote a
crecer. Esa persona está siempre de parte tuya, quiere verte madurar y
desarrollarte en el amor. Constatas que día tras día reprime su ira contigo por
todos los "errorcitos" que cometes, aunque sean muchos.
Cuando alguien te ama, le duele profundamente cuando
pierdes el camino, pero te orienta a seguir la senda correcta. Cuando alguien
te ama, sigue confiando en ti aun cuando a veces tú ni siquiera confías en ti
mismo. Cuando alguien te ama, nunca te dice que eres un caso perdido; más bien
trabaja pacientemente contigo porque te ama y corrige de tal manera que cuesta
entender la profundidad del cuidado que tiene por ti.
¡Ojalá
que también tú no abandones a un amigo, aunque muchos otros lo hagan! Quédate a
su lado cuando llegue al fondo de la desesperación y veas lo que realmente es
en su debilidad y límites, sin juzgarlo ni condenarlo. Ámalo de tal manera que
tu amigo descubra en ti el mayor de todos los dones que le pudo hacer Dios
(Anónimo).
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a
mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo
he dicho: Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí,
y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo, no para
hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la
voluntad del que me ha enviado; que no pierda nada de lo que él me ha dado,
sino que lo resucite el último día. Porque esta es la voluntad de mi Padre: que
todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna y que yo le resucite el
último día». (Jn
6,35-40)
Comentario:
Hoy
vemos cuánto le preocupan a Dios nuestro hambre y nuestra sed. ¿Cómo podríamos
continuar pensando que Dios es indiferente ante nuestros sufrimientos? Más aún,
demasiado frecuentemente "rehusamos creer" en el amor tierno que Dios
tiene por cada uno de nosotros. Escondiéndose a Sí mismo en la Eucaristía, Dios
muestra la increíble distancia que Él está dispuesto a recorrer para saciar
nuestra sed y nuestro hambre.
Pero,
¿de qué "sed" y qué "hambre" se trata? En definitiva, son
el hambre y la sed de la "vida eterna". El hambre y la sed físicas
son sólo un pálido reflejo de un profundo deseo que cada hombre tiene ante la
vida divina que solamente Cristo puede alcanzarnos. «Ésta es la voluntad de mi
Padre: que todo el que vea al Hijo y crea en Él, tenga vida eterna» (Jn 6,39).
¿Y qué debemos hacer para obtener esta vida eterna tan deseada? ¿Algún hecho
heroico o sobre-humano? ¡No!, es algo mucho más simple. Por eso, Jesús dice:
«Al que venga a mí no lo echaré fuera» (Jn 6,37). Nosotros sólo tenemos que
acudir a Él, ir a Él.
Estas
palabras de Cristo nos estimulan a acercarnos a Él cada día en la Misa. ¡Es la
cosa más sencilla en el mundo!: simplemente, asistir a la Misa; rezar y
entonces recibir su Cuerpo. Cuando lo hacemos, no solamente poseemos esta nueva
vida, sino que además la irradiamos sobre otros. El Papa Francisco, el entonces
Cardenal Bergoglio, en una homilía del Corpus Christi, dijo: «Así como es lindo
después de comulgar, pensar nuestra vida como una Misa prolongada en la que
llevamos el fruto de la presencia del Señor al mundo de la familia, del barrio,
del estudio y del trabajo, así también nos hace bien pensar nuestra vida
cotidiana como preparación para la Eucaristía, en la que el Señor toma todo lo
nuestro y lo ofrece al Padre».
Fr. Gavan JENNINGS (Dublín, Irlanda)
Santoral Católico:
San Perfecto de Córdoba
Presbítero y Mártir
Nació
en Córdoba (España) y era un sacerdote instruido que sabía incluso el árabe.
Llevado ante el cadí e interrogado, superados unos primeros momentos de
inseguridad, manifestó con firmeza su fe en Jesucristo, verdadero Dios y
verdadero hombre, y que no creía en Mahoma como verdadero profeta que tuviera
una misión divina. Fue encarcelado y luego decapitado. Sucedió en Córdoba el
año 850.
Nota
de interés: Antiguamente se recordaba a San Francisco Solano el 18 de abril, el
Martirologio Romano actual lo festeja el 14 de julio.
© Directorio Franciscano - Cahtolic.net
Pensamiento del Papa Francisco
Me
gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con
tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el
pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen
sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de
la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad «de la puerta de al
lado», de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia
de Dios, o, para usar otra expresión, «la clase media de la santidad»
Tema del día:
“Alegraos y regocijaos”
1) Para saber
Hoy
en día es común que se nos ofrezcan cursos, publicaciones, conferencias o
mensajes en youtube o whatsapp sobre superación personal, y que se nos invite a
desarrollar nuestras capacidades: físicas, mentales, profesionales, etc.
Últimamente se han multiplicado los “gym” o “Escuelas de superación”. Es
natural, pues nacemos con muchas posibilidades para desarrollarnos e irnos
perfeccionando. Podemos afirmar que Dios nos creó con la tarea de hacerlo cada
uno según sus posibilidades y de modo ordenado. De hecho, nuestro Señor nos
recuerda: “Sed, pues, perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto”.
Podemos afirmar que Dios nos crea para la verdadera perfección. Ese llamado a
la perfección es un llamado a la santidad y a ello dedica el Papa Francisco su
último escrito.
El
Papa publicó su tercera exhortación apostólica el pasado 9 de abril de 2018. Su
nombre es ‘Gaudete et Exultate’, es
decir, “Alegraos y regocijaos”. Como sucede en estos documentos, se toma el
título de las primeras palabras con que comienza. El Papa eligió las palabras
de nuestro señor Jesucristo del llamado “Sermón de la montaña”. Jesús invita a
alegrarse en el caso de padecer por Él, “porque vuestra recompensa será
abundante en los cielos” (Mt 5, 12). La alegría viene de mirar las cosas con
esperanza y visión sobrenatural. Así, se puede ser alegre aún en medio de
sufrimientos.
2) Para pensar
Desde
el origen de la cultura occidental, los griegos intentaron dar una definición
del hombre. Con acierto Aristóteles logró definirlo: “el hombre es un animal
racional”. Sin embargo, fijándose en lo que puede llegar a ser, San Gregorio
Nacianceno formuló otra: el hombre “es un ser viviente capaz de ser divinizado”
(Discursos, XLV, 7). Donde se nos muestra que el hombre ha sido creado con un
fin, con una meta: su perfección, su santificación. La divinización del hombre
consiste en que la imagen divina sea cada vez más fidedigna.
Esta
imagen, salida pura de las manos de Dios, ha sido perturbada por el pecado,
pero ha sido restaurada por Cristo con su muerte y resurrección. Redención, en
efecto, significa restauración de la imagen divina en el hombre.
Pensemos
si con la vida que llevamos nos vamos acercando a esa santificación que Dios
desea para cada uno.
3) Para vivir
El
objetivo de su escrito lo señala el Papa al inicio: “Hacer resonar una vez más
el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus
riesgos, desafíos y oportunidades”. Y nos exhorta: “No tengas miedo de la
santidad. No te quitará fuerzas, vida o alegría. Todo lo contrario, porque
llegarás a ser lo que el Padre pensó cuando te creó”.
Dios
nos quiere santos, dice el Papa, y no espera que nos conformemos con una
existencia mediocre o licuada. En realidad, desde las primeras páginas de la
Biblia está presente el llamado a la santidad. Así se lo proponía el Señor a
Abraham: «Camina en mi presencia y sé perfecto» (Gn 17,1).
El
texto consta de cinco capítulos y en los próximos artículos se considerarán
algunos puntos de la Exhortación que nos ayuden a luchar a alcanzar la santidad
en las circunstancias de nuestra vida ordinaria.
© Pbro. José Martínez Colín
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
El
verdadero católico pone su confianza en Dios.
El
verdadero católico conoce a Dios.
El
verdadero católico se deja conocer por Dios.
El
verdadero católico se alimenta del Evangelio.
El
verdadero católico se alimenta de las Sagradas Escrituras.
El
verdadero católico vive de los Sacramentos.
El
verdadero católico ora.
El
verdadero católico reza el Rosario.
El
verdadero católico adora al Señor Jesucristo presente verdaderamente en la
Sagrada Eucaristía.
El
verdadero católico es caritativo.
El
verdadero católico es prudente.
El
verdadero católico dice la verdad.
El
verdadero católico instruye a su hermano cuando éste se equivoca o se desvía.
El
verdadero católico lee el Catecismo de la Iglesia Católica continuamente.
El
verdadero católico busca dirección espiritual
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa
Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas,
catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la
unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro
Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el
triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María; por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los
cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente
por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo,
el hambre y la pobreza; por los pacientes internados en la Casa de la Bondad
en Córdoba (Argentina); por los niños
con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del
Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países
del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las
familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes
hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y
religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para Felicísimo T., hermano
militante de Hermandades del Trabajo, Movimiento apostólico social, en Madrid,
España. Está sufriendo mucho, en fase terminal de ELA. Pedimos a Cristo en la
Cruz que tenga en Sus manos en el trace final, a él que ha sido un hijo fiel de
la Iglesia. Y a María Santísima que le proteja con su manto.
Pedimos
oración por dos mujeres de Córdoba, Argentina: Eugenia, que está en coma y Laura,
que tiene cáncer. No tenemos más datos de ellas, pero el Señor las conoce y
obrará con su amor para concederles sus gracias de sanación.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino,
paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al
Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Cinco minutos del Espíritu Santo
Abril 18
Al
Espíritu Santo se lo suele representar como una paloma: "Contemplé al
Espíritu, que bajaba del cielo como una paloma, y se posaba sobre él"
(Juan 1,32).
¿Por
qué una paloma?
Podríamos
pensar en su suavidad, en la blancura, en la delicadeza. También podríamos
decir simplemente que viene del cielo, de la presencia de Dios. Pero en
realidad, la primera vez que aparece una paloma en la Biblia es para anunciar
el fin del diluvio (Génesis 8,11), para traer el gozo de la liberación y de la
vida nueva.
El
Espíritu Santo sólo trae buenas noticias. Es enviado por el Padre como
mensajero de paz y de esperanza. Por eso, al posarse sobre Jesús, está
diciendo: "Esta es la buena noticia, aquí está el Salvador; éste es el que
viene a liberar, a sanar, a devolver la paz y la justicia".
Cuando
el Espíritu Santo aletea y se asienta en nuestro interior, nos hace
experimentar el consuelo y la esperanza, nos hace levantar los ojos, nos
ilumina la mirada, nos permite descubrir que en medio de tantas miserias hay
algo sobrenatural que puede cambiar las cosas. Es la paloma que trae noticias
de esperanza.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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