viernes, 6 de abril de 2018

Pequeñas Semillitas 3622

PEQUEÑAS SEMILLITAS

Año 13 - Número 3622 ~ Viernes 6 de Abril de 2018
Desde la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Testimonio de una jovencita de 19 años de edad, estudiante de hotelería. Muy valioso para todos:
Una hermosa mañana, del año pasado, tomé la decisión de rezar el Rosario todos los días. Previamente, había descubierto que hacerlo me ayudaba en los momentos difíciles.
Lo rezaba en el coche, en mi habitación, después de la misa y, a veces, incluso cuando entraba de noche. Encomendando a personas e intenciones...
A veces lo rezo solo "por los misterios". El Rosario se dice por amor a María, y eso nos lleva a amarla más. 
¿Qué tal si la imitamos?

¡Buenos días!

Los ejemplos arrastran
Hay un refrán que dice: “La palabras mueven, los ejemplos arrastran”. Estos dichos populares son expresión de esa sabiduría que tiene el aval de la experiencia cotidiana. Son irrefutables. Y es la pura verdad que más que las palabras lo que mueve y conmueve a grandes y pequeños son los ejemplos que vemos. Y tanto para el mal como para el bien. He aquí un ejemplo.

—¡Baja de ahí, sinvergüenza, y dime tu nombre! – le gritó el propietario a un niñito que estaba subido en un árbol robándole las manzanas.
—¿Para qué quiere saber mi nombre?
—Para llamar a tu padre y decírselo.
—Pues búsquelo en la copa de aquel manzano...

¿Gracioso, verdad? Pero la enseñanza es clara. El ejemplo debe subrayar lo que inculcas con las palabras. No puedes escribir con una mano y borrar con la otra. Sólo es posible influir positivamente con la coherencia total. Por ejemplo, ¿puede un padre o una madre orientar por el camino de la sinceridad a sus hijos, cuando manda responder a quien pregunta por teléfono: “dile que no estoy”? Que pases un buen día.
* Enviado por el P. Natalio

La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En aquel tiempo, se manifestó Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dice: «Voy a pescar». Le contestan ellos: «También nosotros vamos contigo». Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada.
Cuando ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Díceles Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?». Le contestaron: «No». Él les dijo: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». La echaron, pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo a quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es el Señor». Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se puso el vestido —pues estaba desnudo— y se lanzó al mar. Los demás discípulos vinieron en la barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra, sino unos doscientos codos.
Nada más saltar a tierra, ven preparadas unas brasas y un pez sobre ellas y pan. Díceles Jesús: «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar». Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y, aun siendo tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Venid y comed». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres tú?», sabiendo que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da; y de igual modo el pez. Ésta fue ya la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos. (Jn 21,1-14)

Comentario:
«Ésta fue la tercera vez que Jesús se manifestó a los discípulos después de resucitar de entre los muertos»
Hoy, Jesús por tercera vez se aparece a los discípulos desde que resucitó. Pedro ha regresado a su trabajo de pescador y los otros se animan a acompañarle. Es lógico que, si era pescador antes de seguir a Jesús, continúe siéndolo después; y todavía hay quien se extraña de que no se tenga que abandonar el propio trabajo, honrado, para seguir a Cristo.
¡Aquella noche no pescaron nada! Cuando al amanecer aparece Jesús, no le reconocen hasta que les pide algo para comer. Al decirle que no tienen nada, Él les indica dónde han de lanzar la red. A pesar de que los pescadores se las saben todas, y en este caso han estado bregando sin frutos, obedecen. «¡Oh poder de la obediencia! —El lago de Genesaret negaba sus peces a las redes de Pedro. Toda una noche en vano. —Ahora, obediente, volvió la red al agua y pescaron (...) una gran cantidad de peces. —Créeme: el milagro se repite cada día» (San Josemaría).
El evangelista hace notar que eran «ciento cincuenta y tres» peces grandes (cf. Jn 21,11) y, siendo tantos, no se rompieron las redes. Son detalles a tener en cuenta, ya que la Redención se ha hecho con obediencia responsable, en medio de las tareas corrientes.
Todos sabían «que era el Señor. Viene entonces Jesús, toma el pan y se lo da» (Jn 21,12-13). Igual hizo con el pescado. Tanto el alimento espiritual, como también el alimento material, no faltarán si obedecemos. Lo enseña a sus seguidores más próximos y nos lo vuelve a decir a través de San Juan Pablo II: «Al comienzo del nuevo milenio, resuenan en nuestro corazón las palabras con las que un día Jesús (...) invitó al Apóstol a ‘remar mar adentro’: ‘Duc in altum’ (Lc 5, 4). Pedro y los primeros compañeros confiaron en la palabra de Cristo (...) y ‘recogieron una cantidad enorme de peces’ (Lc 5,6). Esta palabra resuena también hoy para nosotros».
Por la obediencia, como la de María, pedimos al Señor que siga otorgando frutos apostólicos a toda la Iglesia.
Rev. D. Joaquim MONRÓS i Guitart (Tarragona, España)

Santoral Católico:
San Pedro de Verona
Sacerdote y Mártir

Nació en Verona de padres valdenses a finales del siglo XII. En la escuela aprendió el catecismo y abrazó la fe católica. Siendo adolescente y estudiante en Bolonia, entró en la Orden de Predicadores, de cuyo fundador recibió el hábito. Se ordenó de sacerdote y se consagró a la predicación con intensidad y por amplias regiones de Italia. Combatió con firmeza las herejías y en 1242 fue nombrado Inquisidor General para Lombardía. No le faltaron enemigos, y en un viaje entre Como y Milán lo asesinaron. Murió proclamando el Credo. Era el año 1252.
© Directorio Franciscano - Aciprensa    

Pensamiento del día

“Practicad con perseverancia
la meditación a pequeños pasos,
hasta que tengáis piernas fuertes, o más bien alas.
Tal como el huevo puesto en la colmena
se transforma, a su debido tiempo,
en una abeja, industriosa obrera de la miel”.

Tema del día:
Pablo VI protector de la vida por nacer
El postulador de la causa de canonización del Beato Papa Pablo VI afirmó que el Pontífice, autor de la encíclica Humanae Vitae, podría ser el santo protector de la vida por nacer.

En declaraciones a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– el P. Antonio Marrazzo señaló que por los milagros que se han obrado por intercesión del fallecido Papa, en los que los protagonistas eran bebés en el vientre de sus madres, “Pablo VI podría ser invocado como el protector de la vida por nacer”.

En ninguno de los milagros narrados aquí la madre estaba en peligro ni era el primer embarazo, pero sí aparecía la amenaza de un aborto “terapéutico” o una pérdida, con una posible discapacidad para el bebé. En ambos milagros los niños nacieron bien y siguen con buena salud.

Estas circunstancias recuerdan lo afirmado por el Beato en su encíclica Humanae Vitae en el número 14 que señala: “En conformidad con estos principios fundamentales de la visión humana y cristiana del matrimonio, debemos una vez más declarar que hay que excluir absolutamente, como vía lícita para la regulación de los nacimientos, la interrupción directa del proceso generador ya iniciado, y sobre todo el aborto directamente querido y procurado, aunque sea por razones terapéuticas”.

En la Humanae Vitae, considerada por el Papa Francisco como de gran “genialidad profética”, Pablo VI también alertó sobre las consecuencias de usar métodos anticonceptivos, entre ellas la infidelidad conyugal, la degradación moral, la pérdida del respeto a la mujer y el uso de estos métodos como políticas de estado.

El milagro de la canonización
Cuando Vanna Pironato estaba embarazada de su segundo bebé en 2014, los médicos le sugirieron que lo abortara; una decisión que ella y su esposo Alberto Tagliaferro rechazaron.

El postulador explica en una nota sobre este milagro, que permitirá la canonización de Pablo VI, que “el 23 de septiembre de 2014, la señora Vanna Pironato, en la semana 13 de su segundo embarazo, fue hospitalizada por la amenaza de un aborto espontáneo, debido a la ruptura prematura de las membranas que permitieron la consecuente salida del líquido amniótico”.

Los médicos informaron a Pironato que podía perder al bebé, pero fue dada de alta el 29 de septiembre. Su embarazo continuó normalmente, pese a la pérdida constante de sangre y líquido amniótico.

Los doctores sugirieron luego un aborto procurado, pero ella y su esposo lo rechazaron. Un amigo le contó a Pironato que Pablo VI iba a ser beatificado pronto y que había obrado un milagro por un bebé no nacido.

Ella, su esposo y su primer hijo fueron al santuario Santa María de las Gracias en Brescia el 29 de octubre, un lugar que Pablo VI solía visitar, y desde ese día rezaron por la intercesión del Papa.

Pese a todos los problemas, Amanda Paola Tagliaferro nació el 25 de diciembre de 2014, prematuramente, con 26 semanas de gestación. La bebé fue llevada a la unidad de cuidados intensivos y salió de allí el 27 de diciembre, ya estable, pero se quedó en el hospital hasta el 11 de abril de 2015.

El postulador explica que el caso de “la bebé Amanda Tagliaferro estuvo constantemente monitoreada y aún tiene buena salud”. Fue un milagro prolongado, durante más de tres meses no tuvo líquido amniótico, pero a pesar de todo no generó ninguna consecuencia negativa en la niña.

El milagro de la beatificación
El milagro que permitió la beatificación de Pablo VI el 19 de octubre de 2014, ocurrió en el año 2001 en Estados Unidos.

Su protagonista es un niño que en la semana 24 del embarazo se encontraba en estado crítico. Exámenes médicos habían revelado la ruptura de la vejiga, con ascitis –presencia de líquido en el abdomen–, y de oligohidramnios –ausencia de líquido en el saco amniótico–. Todo tratamiento resultó ineficaz para resolver su situación.

El diagnóstico fue severo. Era muy probable que el niño muriera dentro del útero o que naciera con una insuficiencia renal grave. El ginecólogo ofreció a la madre gestante la opción de abortar, pero la mujer no aceptó la propuesta.

Siguiendo el consejo de una religiosa que había conocido a Pablo VI, la abuela del niño colocó en el vientre de la madre una imagen del Pontífice con una reliquia, e invocó su intercesión. Después de este evento las oraciones al Papa Montini se sucedieron en comunidad, primero en familia y después en la parroquia.

A las 34 semanas de embarazo, nuevos análisis demostraron que el cuadro clínico del niño había mejorado y en el momento del nacimiento –un parto por cesárea en las 39 semanas–, el bebé demostró buenas condiciones y fue capaz de respirar y llorar.

En aquella oportunidad, el postulador dijo que “fue un milagro en consonancia con el magisterio del Papa Pablo VI y la defensa de la vida, y muy interesante porque nos dice que Dios nos protege desde el seno materno, desde el momento en que la vida comienza. Para Dios la vida humana es un valor no manipulable, no desechable, es un valor”.
© Aciprensa

Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa de éste y le dice:
-Oye maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia...
-¡Espera! –lo interrumpe el filósofo -¿ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
-¿Las tres rejas?
-Sí. La primera es la VERDAD. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
-No. Lo oí comentar a unos vecinos.
-Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la BONDAD. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?
-No, en realidad no. Al contrario...
-¡Ah, vaya! La última reja es la NECESIDAD. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
-A decir verdad, no...
-Entonces –dijo el sabio sonriendo-, si no sabemos si es verdad, no bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido.

Pedidos de oración
Pedimos oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes, diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María;  por la conversión de todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento; por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas Almas del Purgatorio. 

Pedimos oración por el matrimonio de Mirta y Oscar, de Buenos Aires, Argentina. Que el Señor los bendiga y, como en Caná, aumente en ellos el vino del amor.

Continuamos unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades, poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para el mundo. Al rezar por la paz, rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que están en peligro de ser abortados. Paz para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y sigamos haciéndolo.

Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén

Cinco minutos del Espíritu Santo
Abril 6
La libertad es un sueño y un proyecto, es algo que debe ser conquistado, alcanzado poco a poco con la gracia del Espíritu Santo.
Dice San Pablo que "donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad" (2 Corintios 3,17).
Santo Tomás de Aquino lo explicaba así: "Cuanto más uno tiene la caridad tanto más tiene la libertad, porque donde está el Espíritu del Señor está la libertad. Quien tiene la perfecta caridad tiene en grado eminente la libertad" (2 Corintios, 3,17; Lect. 3).
¿Qué significa esto?
Nosotros no tenemos que comprar la amistad divina con nuestro buen comportamiento (Gálatas 2,21; 5,4). Porque esa amistad es infinitamente más grande que nuestras fuerzas. Es un regalo. Además, en el fondo, aunque no cometamos ningún pecado, no podemos liberarnos del egocentrismo del corazón con nuestras propias fuerzas (1 Corintios 4,4-5). Por lo tanto, no es tan importante el esfuerzo por cumplir cosas como el dejarse llevar por el Espíritu Santo. Si él nos llena con su gracia, el corazón se reforma, y se nos hace espontáneo hacer obras de amor; ya no hacemos las cosas buenas por obligación, o para sentirnos importantes, sino porque surgen de modo espontáneo del corazón transformado por el Espíritu. Es bello poder amar así, libremente, bajo el impulso del Espíritu Santo.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el más pequeñito de todos)

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