PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3642 ~ Jueves 26 de Abril de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Caminar
en una vida nueva es sumergirse en los acontecimientos diarios y comprenderlos
con amor: es asumirlos apasionadamente, sin evasiones ni renuncias, y
asombrarse constantemente delante del panorama tierno y seguro que Dios nos
brinda.
En
el rostro de Jesús descubrirás, con estupor, muchas veces, el rostro de tus
hermanos. En ellos comprenderás que Dios te llama, con urgencia, a ofrecer tu
vida como don: un don jamás forzado, siempre amado, ardientemente deseado, y
diariamente ratificado.
Aprender
a valorar los hechos diarios que nacen de la amistad y del perdón es un secreto
para que nuestro rostro luzca con una sonrisa sincera, garantía de nuestra paz
interior.
Suele
ocurrir, alguna vez, que los elogios hagan mal al hombre y lo vuelvan
fastidioso. Ocurre igualmente que, por
falta de los mismos, muchos actos generosos mueren en el mismo instante de
nacer.
¡Buenos días!
El caballo escondido
Hay
en nuestras vidas hábitos que nos esclavizan e impiden ser la obra maestra que
a veces soñamos. Todo es posible con la ayuda del Señor, a pesar de que no sea
fácil. Procede con paciencia pues “nadie se desembaraza de un hábito o de un
vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera,
peldaño a peldaño” (Mark Twain).
Cuentan de un niño que un día entró en el taller de
escultura de un vecino, y allí encontró un gran bloque de piedra. A los pocos
meses volvió a entrar, y en el mismo sitio encontró la escultura de un caballo.
Entonces le preguntó al escultor: — ¿Cómo sabías tú que dentro había un
caballo? — Ésta es la especialidad del artista: encontrar el caballo (o lo que
sea) que hay dentro. Ir quitando toda la piedra que sobra hasta encontrar el
caballo.
Sin
duda dentro de ti mismo hay una obra de arte que debes sacar a luz con
persistente labor. Se trata de ir quitando lo que sobra, lo que impide ser un
hombre cabal, un hijo de Dios tal como él lo soñó. “Si todos los años extirpáramos
un solo vicio, pronto llegaríamos a ser hombres perfectos” (Kempis). El Señor
te asiste, pon manos a la obra.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
Después
de lavar los pies a sus discípulos, Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os
digo: no es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que le envía.
Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís. No me refiero a todos vosotros;
yo conozco a los que he elegido; pero tiene que cumplirse la Escritura: el que
come mi pan ha alzado contra mí su talón. Os lo digo desde ahora, antes de que
suceda, para que, cuando suceda, creáis que Yo Soy. En verdad, en verdad os
digo: quien acoja al que yo envíe me acoge a mí, y quien me acoja a mí, acoge a
Aquel que me ha enviado». (Jn 13,16-20)
Comentario:
Hoy,
como en aquellos films que comienzan recordando un hecho pasado, la liturgia
hace memoria de un gesto que pertenece al Jueves Santo: Jesús lava los pies a
sus discípulos (cf. Jn 13,12). Así, este gesto —leído desde la perspectiva de
la Pascua— recobra una vigencia perenne. Fijémonos, tan sólo, en tres ideas.
En
primer lugar, la centralidad de la persona. En nuestra sociedad parece que
hacer es el termómetro del valor de una persona. Dentro de esta dinámica es
fácil que las personas sean tratadas como instrumentos; fácilmente nos
utilizamos los unos a los otros. Hoy, el Evangelio nos urge a transformar esta
dinámica en una dinámica de servicio: el otro nunca es un puro instrumento. Se
trataría de vivir una espiritualidad de comunión, donde el otro —en expresión
de San Juan Pablo II— llega a ser “alguien que me pertenece” y un “don para
mí”, a quien hay que “dar espacio”. Nuestra lengua lo ha captado felizmente con
la expresión: “estar por los demás”. ¿Estamos por los demás? ¿Les escuchamos
cuando nos hablan?
En
la sociedad de la imagen y de la comunicación, esto no es un mensaje a
transmitir, sino una tarea a cumplir, a vivir cada día: «Dichosos seréis si lo
cumplís» (Jn 13,17). Quizá por eso, el Maestro no se limita a una explicación:
imprime el gesto de servicio en la memoria de aquellos discípulos, pasando
inmediatamente a la memoria de la Iglesia; una memoria llamada constantemente a
ser otra vez gesto: en la vida de tantas familias, de tantas personas.
Finalmente,
un toque de alerta: «El que come mi pan ha alzado contra mí su talón» (Jn
13,18). En la Eucaristía, Jesús resucitado se hace servidor nuestro, nos lava
los pies. Pero no es suficiente con la presencia física. Hay que aprender en la
Eucaristía y sacar fuerzas para hacer realidad que «habiendo recibido el don
del amor, muramos al pecado y vivamos para Dios» (San Fulgencio de Ruspe).
Rev. D. David COMPTE i Verdaguer (Manlleu, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
San Cleto y San Marcelino
Papas y Mártires
San
Anacleto o Cleto, fue el tercer Papa de la Iglesia. También hoy, la Iglesia
celebra a San Marcelino, quien fuera Papa doscientos años después que San
Anacleto. Ambos sufrieron el martirio.
© Aciprensa
NOTA DE REDACCIÓN:
En algunos santorales figura hoy San Isidoro, Obispo de Sevilla, que tiene otra fecha de celebración
que es el 4 de Abril. En nuestra edición de ese día, lo hemos recordado.
Pensamiento del día
"Podrás escuchar las explicaciones de los sabios,
leer las Escrituras y acumular toda clase de
experiencias;
pero si no concedes a Dios el primer lugar en tu
corazón, todo será en vano"
Gandhi
Temas Médicos:
Cómo vencer la fatiga
La
mayoría de las personas responde a dos clases de fatiga.
Ricardo
Núñez trabaja en el campo. Pasa el día acarreando pesados sacos de trigo,
roturando la tierra; arando y sembrando; inspeccionado los abonos, y
controlando el crecimiento del maíz. Cuando por la noche se sienta a leer el
diario, se queda dormido. Está agotado, la fatiga lo ha dejado completamente
exhausto. Este tipo de fatiga se denomina "hipotónica",
Aldo
Pérez está sentado en su oficina durante todo el día. Revisa rápidamente la
pila de correspondencia, dicta las repuestas hasta el mediodía, come un
sándwich por almuerzo y se sienta una vez más frente al escritorio para repasar
una larga lista de informes, que obligan a esforzar la mente. Aldo trata de
dormir cuando llega a su casa por la noche, pero se halla tan exhausto
mentalmente que esta tenso y nervioso. Tampoco puede evitar alguna eventual
discusión con su esposa. Aldo sufre de fatiga "hipertónica".
Ricardo
y Aldo necesitarían intercambiar sus respectivos trabajos durante una semana,
para balancear sus diferentes estilos de vida. Por supuesto, lo ideal sería que
Ricardo trabajara medio día en el campo y medio día en la oficina, y que Aldo
ayudara durante medio día en el campo y el resto del día lo pasara en la
oficina. Una tarea que balanceara el trabajo físico y la actividad mental
ayudaría a miles de personas. Pero la vida no siempre es como quisiéramos que
fuera.
¿Existe
una repuesta? ¿Hay alguna repuesta para esta situación?
Muchos
seguirán con este ritmo de vida hasta que la fatiga les produzca un colapso
cardíaco. Entonces no tendrán más de que preocuparse. Pero veamos otra
alternativa.
Betty
y Jim han estado casados por unos diez años y tienen dos hijos de edad escolar.
Betty es enfermera de tiempo completo. Jim es redactor de un periódico local.
Cuando por la tarde Jim regresa a su hogar, la charla de los chicos acerca de
lo que hicieron en la escuela aumenta su dolor de cabeza.
¿Y
qué hace Betty? Le hace poner los pies en agua caliente. Es un buen remedio; el
cerebro se descongestiona y el dolor de cabeza se alivia. Un baño tibio,
acompañado de un buen masaje, pueden ayudar a relajarse. Luego la familia cena
bien temprano con alimentos sencillos para poder dormir bien. Y después cumplen
una regla muy especial; "charlan poco, porque mamá y papá están escuchando
música favorita o leyendo párrafos de sus libros preferidos", mientras los
hijos escuchan o juegan.
Entonces
salen para realizar la tarea más importante de todos: ¡El ejercicio físico!
Durante la primavera y el verano, cuando los días son más largos, toda la
familia trabaja en el jardín. En el otoño, pedalean en sus bicicletas,
cubriendo cuadras del vecindario. En el invierno, todos ayudan a quitar la
nieve y finalizan su labor construyendo con la misma un enorme muñeco. A medida
que se utilizan los músculos, la fatiga se evapora como el agua.
El
aburrimiento y la fatiga
Hay
otra familia, si la podemos llamar así, menos afortunada que la anterior. Está
compuesta por una sola persona. Los vecinos de la cuadra la llaman la abuela
Ana. Vive en una casa de dos pisos, con ladrillos rojos y escalones blancos
gastados por el tiempo. Se mudó a esa casa hace cincuenta años, cuando llegó al
pueblo con su marido, eran recién casados. Ahora, hace diez años que es viuda.
La
abuela Ana se cansó de permanecer sentada mirando por la ventana, sonriendo a
las mismas personas que pasaban por la acera. Permanecía así sentada durante
largo tiempo, meciéndose. A veces se preparaba alimentos sencillos. Y, muy de
vez en cuando, se acercaba al almacén de la esquina. Con cierta frecuencia, un
muchachito del barrio le hacia los mandados. Realmente, ella no hacía casi
nada, y sin embargo siempre estaba cansada.
Estaba aburrida. Al igual que la tensión, el aburrimiento produce
fatiga.
Un
día, durante una visita, el pastor de la iglesia de la abuela Ana realizo un
descubrimiento realmente interesante.
-
Sí, pastor -dijo la anciana- es verdad.
Cuando vivía en otra calle, era la organista de la iglesia, pero ahora no me
acuerdo de nada...
-Dígame
-insistió el pastor- ¿no estaría dispuesta a ayudarnos un poquito tocando el
piano para los niños? La señora que desempeñaba ese campo se mudó y nos
quedamos sin pianista para ellos. Las canciones infantiles son realmente
sencillas. Lo único que esos niños necesitan es el empuje inicial.
Por
el brillo de los ojos de la abuela Ana, el pastor tuvo la seguridad de que
había ganado la batalla. Se había inflamado el deseo y, desde las profundidades
de un tesoro secreto, brillaba una luz.
-Haré
lo posible -dijo con determinación la abuela Ana.
¿Adivine
usted, quién está dando clases preparatorias de piano para los niños, tres
veces por semana, en el viejo piano de
la iglesia...?
¡La
abuela Ana! Realmente le encanta su tarea. Ya no se aburre y, lo que es más,
rara vez se siente cansada.
¡Usted
puede vencer la fatiga! Sí, usted puede vencer la fatiga si se lo propone. Haga
algún ejercicio. Trate de pasar más tiempo al aire libre. Cultive un jardín en
miniatura, en su cocina. Compre libros que traten acerca de Suiza, Austria,
Japón, el Triángulo de las Bermudas, o cualquier otro sitio interesante, y
compruebe si es cierta la fase de Emily Dickinson: "No hay mejor fragata
que un libro". Si le gusta la pintura, ¿por qué no vencer sus lienzos? Y para el hombre
habilidoso hay centenares de fascinantes esculturas y juguetes funcionales que
pueden fabricarse de objetos desechados.
Para
vivir de verdad, todo lo que Ud. tiene que hacer es desearlo. Ponga su facultad
creativa en funcionamiento ahora mismo. Propóngase vencer la fatiga. Expúlsela de su vida con ejercicios, arte,
música y jardinería. Diga con convencimiento: "Relajación, allá voy"
y experimente el milagro de la alegría..
Roberto Ellis
Mensaje de María Reina de la Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 25 de Abril de
2018
“Queridos
hijos, hoy os invito a vivir con Jesús vuestra vida nueva. Que el Resucitado os
dé la fuerza para que seáis siempre fuertes en las pruebas de la vida y fieles
y perseverantes en la oración, porque Jesús os salvó con sus heridas, y con su
Resurrección os ha dado una vida nueva. Orad, hijos míos, y no perdáis la
esperanza. Que en vuestros corazones haya alegría y paz, y testimoniad la
alegría de ser míos. Yo estoy con vosotros y os amo a todos con mi amor
maternal. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
Meditaciones de “Pequeñas Semillitas”
Nunca
sabes lo que un niño va decir, es siempre sorprendente.
Al
autor y orador Leo Buscaglia, se le solicitó que fuera parte del jurado de un
concurso. El propósito del concurso era encontrar al niño más cariñoso.
El
ganador fue un niño de 4 años cuyo vecino era a un anciano a quien
recientemente se le había muerto la esposa.
El
niño al ver al hombre sentado en una banca del patio y llorando, se metió al
patio del anciano, su subió en su regazo y se sentó.
Cuando
su mamá le preguntó que le había dicho al vecino, el pequeño niño le contestó:
"nada, sólo le ayudé a llorar".
Cinco minutos del Espíritu Santo
Abril 26
La
profundidad está en Dios, que es la perfección acabada de todo ideal humano. El
Espíritu Santo es Dios, y él tiene la capacidad de tocarlo todo con su luz. Por
eso puede hacernos capaces de reconocerlo también en los demás.
Si
en los otros sólo vemos miseria, porque tenemos los ojos heridos, el Espíritu
Santo puede manifestarse y hacernos descubrir muchas cosas preciosas que hay en
los hermanos.
Con
el Espíritu Santo, además, podemos liberarnos poco a poco de la superficialidad
y de la incoherencia, y volvernos comprensivos, generosos, amables, sinceros,
disponibles.
Su
Palabra nos enseña que "quien dice que está en la luz pero no ama a su
hermano, está todavía en las tinieblas" (1 Juan 2,9), y que "el que
no ama permanece en la muerte" (1 Juan 3,14). Entonces, estamos
descubriendo lo más importante: Si alguien quiere salir de la superficialidad y
ser profundo, su camino es el amor a los hemanos.
Si
yo no me encuentro con los demás, si no los amo, si no busco su felicidad,
entonces nunca alcanzaré la profundidad y me engañaré a mí mismo con falsos
misticismos. En cambio, si soy capaz de salir de la queja, de la crítica
inútil, del egoísmo, y doy el salto del amor para encontrarme con los demás así
como son, entonces se disipan las tinieblas y puedo ver con claridad. Sólo así
puedo alcanzar la verdadera profundidad espiritual. Un acto de amor es lo más
profundo y noble que puede vivir un ser humano.
El
Espíritu Santo puede derramar ese amor en nuestros corazones y hacerlo crecer.
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por participar comentando! Por favor, no te olvides de incluir tu nombre y ciudad de residencia al finalizar tu comentario dentro del cuadro donde escribes.