PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
13 - Número 3619 ~ Martes 3 de Abril de 2018
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Virgen
Santa, hoy, nos encomendamos a ti con insistencia. Tú sabes que en nuestro país
como en el mundo entero, se juega el futuro del ser humano, de la familia, de
la civilización y de la vida. Tú ves que las fuerzas de destrucción del hombre
están a la obra como nunca, seduciendo los espíritus y los corazones.
Tú
eres la mujer del Apocalipsis que, con la ayuda de los ángeles, combates el
demonio. Ten piedad de nosotros. No nos abandones en el combate. Escucha las
humildes oraciones que te hacemos con un corazón de niño.
Permite
que la verdad, la pureza, la fe, la unión de los corazones triunfen en
nosotros, no para glorificarnos sino más bien para servir en el mundo entero
con generosidad, a Jesús Salvador de los hombres, tu divino Hijo. Haz de
nosotros hombres y mujeres valientes y fervientes, dignos de sus padres,
preparando las futuras generaciones que continuaran la obra del amor en nuestro
país y en toda la tierra. Amén.
Cardenal Paul Poupard
¡Buenos días!
La aguja de oro
Cuántas
veces nos equivocamos al juzgar a los demás. No conocemos la realidad de las
personas, con todas las circunstancias de su vida; y sin embargo las condenamos
en nuestro interior porque a primera vista nos han caído mal por un detalle sin
importancia. Por prudencia no te dejes llevar de reacciones instintivas. Lee
esto, y saca tus conclusiones.
Había una señora que desconfiaba y sospechaba mucho
de todas las personas. Así se aisló de todos, a excepción de una muchachita que
le ayudaba en sus quehaceres. Nada quería tanto esa señora como su aguja de oro
con la que por las tardes se entretenía cosiendo a la sombra de un árbol. Pero
sucedió que un día, a pesar de que buscó por todas partes su apreciada aguja,
no la encontró más. Sospechó de la jovencita y la acusó con dureza de que ella
era la que le había robado su aguja de oro. Y sin más la despidió. Pasaron los
meses y un día por la tarde la señora al salir al patio encontró en el árbol un
lindo nido que le llamó la atención. Subió sobre una silla para ver los
pichoncitos y, ¡oh sorpresa!, encontró que su aguja de oro había estado ahí
todo el tiempo. La pobre señora se sintió muy mal por haber despedido a la
única persona que en verdad la cuidaba y quería.
Jesús
nos dice: “No juzguen y no serán juzgados”. No es fácil, pero con la ayuda del
Señor avanzarás en esta dirección. Es más positivo elevar una oración por los
que te hieren y fastidian que rumiar faltas de atención y agravios recibidos.
Así conservarás la paz en tu corazón y harás algo en verdad efectivo para
remediar los límites del prójimo. Que el Señor te asista.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba
se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había
estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos:
«Mujer, ¿por qué lloras?». Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi
Señor, y no sé dónde le han puesto». Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de
pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A
quién buscas?». Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice:
«Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré».
Jesús le dice: «María». Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní», que
quiere decir “Maestro”». Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido
al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: ‘Subo a mi Padre y vuestro
Padre, a mi Dios y vuestro Dios’». Fue María Magdalena y dijo a los discípulos
que había visto al Señor y que había dicho estas palabras. (Jn 20,11-18)
Comentario:
Hoy,
en la figura de María Magdalena, podemos contemplar dos niveles de aceptación
de nuestro Salvador: imperfecto, el primero; completo, el segundo. Desde el
primero, María se nos muestra como una sincerísima discípula de Jesús. Ella lo
sigue, maestro incomparable; le es heroicamente adherente, crucificado por
amor; lo busca, más allá de la muerte, sepultado y desaparecido. ¡Cuán
impregnadas de admirable entrega a su “Señor” son las dos exclamaciones que nos
conservó, como perlas incomparables, el evangelista Juan: «Se han llevado a mi
Señor, y no sé dónde le han puesto» (Jn 20,13); «Señor, si tú te lo has
llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré»! (Jn 20,15). Pocos
discípulos ha contemplado la historia, tan afectos y leales como la Magdalena.
No
obstante, la buena noticia de hoy, de este martes de la octava de Pascua,
supera infinitamente toda bondad ética y toda fe religiosa en un Jesús
admirable, pero, en último término, muerto; y nos traslada al ámbito de la fe
en el Resucitado. Aquel Jesús que, en un primer momento, dejándola en el nivel
de la fe imperfecta, se dirige a la Magdalena preguntándole: «Mujer, ¿por qué
lloras?» (Jn 20,15) y a la cual ella, con ojos miopes, responde como
corresponde a un hortelano que se interesa por su desazón; aquel Jesús, ahora,
en un segundo momento, definitivo, la interpela con su nombre: «¡María!» y la
conmociona hasta el punto de estremecerla de resurrección y de vida, es decir,
de Él mismo, el Resucitado, el Viviente por siempre. ¿Resultado? Magdalena
creyente y Magdalena apóstol: «Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que
había visto al Señor» (Jn 20,18).
Hoy
no es infrecuente el caso de cristianos que no ven claro el más allá de esta
vida y, pues, que dudan de la resurrección de Jesús. ¿Me cuento entre ellos? De
modo semejante son numerosos los cristianos que tienen suficiente fe como para
seguirle privadamente, pero que temen proclamarlo apostólicamente. ¿Formo parte
de ese grupo? Si fuera así, como María Magdalena, digámosle: —¡Maestro!,
abracémonos a sus pies y vayamos a encontrar a nuestros hermanos para decirles:
—El Señor ha resucitado y le he visto.
+ Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona,
España)
Santoral Católico:
San Ricardo Chichester
Obispo
Nació
en Wych (Droitwich), condado de Worcester (Inglaterra), hacia 1197. Estudió en
Oxford, París y Bolonia. En 1235 volvió a Oxford y lo nombraron rector de la
Universidad. Acompañó al arzobispo de Canterbury a Francia y lo asistió en su
muerte. En seguida estudió teología y en 1242 se ordenó de sacerdote, después
de lo cual volvió a su patria donde ejerció el apostolado parroquial. Tres años
más tarde fue elegido obispo de Chichester; el rey Enrique III le impidió dos
años tomar posesión de su sede. Fue asiduo en la predicación y en la visita
pastoral, cuidó mucho la formación y la conducta del clero, fue atento a las
necesidades de los fieles, lleno de comprensión y particularmente sensible a
los sufrimientos de los enfermos y los ancianos, se volcó en obras de caridad
para con los pobres. Luchó por el celibato del clero y la administración
gratuita de los sacramentos, así como por la digna celebración de la misa.
Murió en Dover el año 1253, cuando predicaba la cruzada. Fue canonizado por
Urbano IV en 1262.
© Directorio Franciscano - Aciprensa
Pensamiento del día
“Los problemas son problemas mientras los veas como
eso.
Velos como un reto para mejorar tus habilidades”.
-Hernán Sabio-
Tema del día:
El Papa Pablo VI será santo
El
papa Pablo VI da un paso hacía la canonización. Los miembros de la Congregación
para la Causas de los Santos han dado la aprobación unánime al milagro
atribuido a la intercesión del Beato Montini durante una reunión ordinaria
celebrada en el Vaticano.
El
proceso de canonización sigue adelante para la proclamación de la santidad,
probablemente durante el próximo Sínodo de los obispos de octubre, y parece
solo cuestión de tiempo la notificación oficial. El anuncio fue dado por el
sitio web del Vatican Insider, pero la información asimismo se refleja en los
círculos del Vaticano. El silencio de las fuentes oficiales es debido al
respeto de las fases aún en acto.
Se
trata del segundo milagro aprobado para la canonización de papa Montini. Ya el
periódico de la diócesis de Brescia había difundido la noticia de la aprobación
del milagro por parte de la comisión teológica vaticana, el paso anterior a la
revisión de la Comisión del dicasterio encargado, el pasado 21 de diciembre de
2017. La Voce del Popolo había
informado que en el año 2018, el beato Pablo VI sería canonizado.
Hipótesis
verosímil pues del 3 al 28 de octubre en Roma se celebrará la XV Asamblea
Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la Juventud y en esa ocasión se
congregarán varios de los obispos y de los cardenales venidos de diversas
partes del mundo.
Después
de la aprobación de la comisión de cardenales, ahora se espera la aprobación
definitiva del papa Francisco y el consistorio con el anuncio oficial y la
definición de la fecha. Pero, al respecto, “la certeza es casi más que una
esperanza” para la diócesis del futuro santo.
El milagro
La
fe llevó a una futura madre a pedir la intercesión ante Dios por un milagro al
Papa de la encíclica Humanae Vitae,
texto que defiende la transmisión de la vida. El pequeño y gran milagro se
llama Amanda, una niña bella y risueña que nació el 25 de diciembre 2014 con
apenas 24 semanas y 4 días de gestación.
La
niña nació prematuramente tras un parto complicado, el rompimiento de la
placenta y la incompatibilidad con la vida sin el líquido amniótico. Los
médicos aconsejaban el aborto. La placenta se rompió a las 13 semanas y 3 días.
La madre desesperada, Vanna Pironato, no se resignó. Ella rezaba por un milagro
en el Santuario de la Virgen de las Gracias ubicado en Brescia, ciudad natal de
Giovanni Battista Montini que nace en Concesio (Brescia) el 26 de septiembre de
1897, el papa Pablo VI (1963-1978).
El
aborto era una opción inminente. “Si la membrana de la placenta no se reponía,
el corazón del feto dejaría de latir”, dicen los médicos que hacen lo posible
para salvarle la vida.
La
joven madre pidió la intercesión del beato. Lo hizo en un lugar muy especial
para Pablo VI, el santuario donde maduró su juvenil vocación sacerdotal y donde
iba a rezar con su familia todos los domingos. Se trata de un Santuario
dedicado a la Virgen, cuya iglesia mayor (hoy basílica) se encuentra adyacente
a la casa paterna de Montini y está dedicada a la festividad mariana que se
celebra cada 8 de septiembre.
El
doctor Giuseppe Noia, especialista en obstetricia del Policlínico Gemelli de
Roma, realizó una amnioinfusión, es decir introduce líquido fisiológico en la
placenta en el lugar del líquido amniótico natural para que los pulmones de la
niña puedan desarrollarse.
La
mamá se trasladó desde Roma al hospital de Monza para acercarla a la familia
bajo los cuidados de la doctora Patrizia Vergani. Vanna recibe en su cuerpo dos
amnioinfusiones, pero la segunda presenta grandes pérdidas. Amanda sorprende a
la ciencia y continúa creciendo. Finalmente nace en Navidad.
Amanda
viene al mundo frágil, con el peso de las 26 semanas de gestación, apenas 865
gramos, ante la incredulidad de los médicos que dudaban de su supervivencia. Su
pequeñísimo cuerpo fue entubado, llevado a terapia intensiva y puesto en
incubadora.
De
hecho, la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano estaba
verificando desde hace un año este caso, que ha sido comprobado y que
constituiría el segundo milagro necesario para la canonización de Papa Montini.
Vanna Pironato ha vuelto al santuario mariano para agradecer.
El primer milagro de Montini para ser beato
¿Cuál
es el itinerario para ser declarado santo en la Iglesia católica? En primer
lugar, el reconocimiento de las “virtudes heroicas”; luego, se le declara
“siervo de Dios”; después beato y, finalmente, santo.
De
esta forma, volviendo al caso Montini, luego de pasar la evaluación de una
rígida comisión médica estadounidense, se certificó el primer milagro para la
beatificación relacionado también con un embarazo difícil.
En
el primer caso, una mujer de California se había negado a abortar. Los médicos
le insistían que lo hiciera debido a la malformación del feto y las pocas
esperanzas de vida. La mujer confía su dolor a la fe. El niño se salva y nace
sano.
El
papa Francisco sucesivamente, el 19 de octubre de 2014, declaró beato a Pablo
VI en el contexto del primer Sínodo sobre la Familia. Ya Benedicto XVI lo había
declarado Siervo de Dios el 20 diciembre 2012.
De
hecho, durante su reciente visita a Bozzolo, Italia, el Pontífice
latinoamericano manifestó su deseo de canonizar al papa Pablo VI, reveló el
director de la revista diocesana, La Voce del Popolo, Adriano Bianchi, según Il Corriere della Sera de Brescia,
indicó la agencia I-media.
© Aleteia
Mensaje de María Reina de la Paz
Mensaje de María Reina de la Paz del 2 de abril de
2018
"Queridos hijos, por el gran amor del Padre
Celestial estoy con ustedes como su Madre, y ustedes están conmigo como mis
hijos, como apóstoles de mi amor que continuamente reúno en torno a mí. Hijos
míos, ustedes son aquellos que con la oración se deben entregar completamente a
mi Hijo, que no sean más ustedes los que viven sino mi Hijo en ustedes. De manera
que todos aquellos que no conocen a mi Hijo, lo vean en ustedes y deseen
conocerlo. Oren para que en ustedes vean una decidida humildad y bondad,
disponibilidad para servir a los demás; que vean en ustedes que viven con el
corazón el llamado terrenal en comunión con mi Hijo; que en ustedes vean
dulzura, ternura y amor hacia mi Hijo, como hacia sus hermanos y hermanas.
Apóstoles de mi amor, deben orar mucho y purificar sus corazones, de manera que
sean ustedes los primeros en caminar por la senda de mi Hijo; para que sean
aquellos justos que están unidos a la justicia de mi Hijo. Hijos míos, como mis
apóstoles, deben estar unidos en la comunión que proviene de mi Hijo, para que
mis hijos que no conocen a mi Hijo reconozcan la comunión del amor, y deseen caminar
por el camino de la vida, por la senda de la unión con mi Hijo. Les doy las
gracias.”
Meditaciones
Mientras
Olivier, de Toulouse (Francia) estaba en cuidados intensivos, a punto de morir,
su hermano Bertrand, que estaba en Lourdes (Francia), rezaba por él. Una vez
curado, Olivier vino a dar gracias a Nuestra Señora por su intercesión:
"Esto
fue lo que me pasó". Tuve un choque séptico potencialmente mortal, lo que
comúnmente se llama septicemia. Las posibilidades de evitarlo existen, pero
todo depende del tiempo transcurrido antes de ser atendido. Algunas veces solo
lleva unos minutos más para que sea demasiado tarde. ¡Pero, en mi caso, habían
pasado muchas horas antes de ser atendido!
El
2 de abril de 2016, al final de la mañana, recobré el conocimiento. En la
noche, a las 9:30 pm, mi hermano Bertrand, alertado por mi hija, emprende el
camino para llegar a mi lecho de enfermo. Él me declara inmediatamente:
"Vengo de Lourdes, donde pasé el día en la capilla de las confesiones.
Sabes, todo este tiempo, no he dejado de orar por ti. El 9 de abril, mi hija
vino a recogerme para llevarme a casa. ¡A partir de entonces, he vuelto a una
vida normal!
Después
de lo que me pasó, ¡no estoy muerto! Solo tenía una idea en mi cabeza y un
ardiente deseo en mi corazón: desde Toulouse (Francia), ir lo más rápido
posible a Lourdes para dar gracias a Nuestra Señora por su intercesión. Este
deseo me fue otorgado el 11 de mayo de 2016."
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Abril 3
Me
pregunto si de verdad estoy permitiendo que el Espíritu Santo me lleve por un
camino de santificación, si realmente he aceptado que la santidad también es
para mí, y si he podido descubrir el tipo de santo que el Espíritu Santo quiere
hacer de mí. Porque él no destruye mi personalidad, sólo quiere perfeccionarla
y liberarla de sus oscuridades. No quiere que yo sea como San Francisco si eso
no es lo que me va a hacer feliz. Él ama mi felicidad, y me dará la santidad
que me permita ser plenamente feliz, liberado de mis tristezas, miedos,
amarguras e insatisfacciones. Pero para eso necesita llegar al fondo, al
corazón, y lograr que mis intenciones más profundas sean claras, generosas,
sanas y liberadoras.
Por
eso, me hago íntimamente las siguientes preguntas, pidiendo la luz del
Espíritu: ¿Para qué me levanté esta mañana: para sobrevivir, para cumplir, para
alcanzar placeres, para obtener éxito o fama, para ser bien visto, para
demostrar quién soy, o para la gloria de Dios y la felicidad de los demás? ¿Cuáles
son las segundas intenciones o las intenciones ocultas, no tan santas, que
suelen moverme a decir ciertas cosas, a tomar ciertas decisiones, a hacer
algunas cosas? ¿Cómo cambiaría mi vida si las verdaderas intenciones de mi
corazón fueran siempre buscar la gloria de Dios y el bien de los demás?
* Mons. Víctor Manuel Fernández
FELIPE
-Jardinero de Dios-
(el
más pequeñito de todos)
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