PEQUEÑAS
SEMILLITAS
Año
12 - Número 3403 ~ Sábado 29 de Julio de 2017
Desde
la ciudad de Córdoba (Argentina)
Alabado sea Jesucristo…
Hoy
iniciamos la edición de “Pequeñas Semillitas” con una reflexión de Alfonso
Aguiló, que dice:
Cuando
la Iglesia católica dice que hay que ser generoso, preocuparse de los demás, o
acordarse de los pobres, la mayoría de la gente lo escucha con aire distraído.
Pocos se sienten interpelados.
Sin
embargo, sorprendentemente, cuando la Iglesia habla sobre la castidad, muchos
se rasgan las vestiduras y dicen que es una especie de represión absurda e
intolerable, un resto de antiguos puritanismos y anacronismos ridículos.
¿Y
por qué crees que hay una reacción tan diferente ante unos temas y otros?
No
lo sé. La Iglesia se limita a hablar, no les está forzando a nada. Pero se ve
que ante este tema experimentan una profunda inquietud. Quizá haya algo de mala
conciencia, si reaccionan de modo tan crispado y vehemente.
¡Buenos días!
En un accidente…
La
anécdota de hoy es una invitación a examinar si tienes una correcta jerarquía
de los valores que orientan tu vida. Porque a veces puedes cometer el error de
perder serenidad y alegría, fuerza y coraje de vivir por pérdidas que, si bien son
lamentables y dolorosas, no deben significar una catástrofe total. Como ves
ésta es una reflexión de suma importancia.
Un hombre tiene un accidente con su coche y llega la
policía al lugar del suceso. Allí se encontraron al accidentado en el suelo gritando
entre sollozos por su coche que estaba destrozado. Los policías entonces le
dicen: —Pero, ¡hombre!, ¡cómo se lamenta por su coche...! ¿No se da cuenta que
ha perdido su brazo izquierdo? El hombre, con cara de terror, grita: —¡Cómo!
¡Que he perdido mi brazo izquierdo! ¡Dios mío, mi Rólex! ¿Dónde está mi Rólex?
El
divino Maestro presentó este problema con una pregunta que nos lleva más allá
de los límites terrenos: “¿De qué le vale al hombre ganar todo el mundo, si
pierde su vida?”. La vida a la que se refiere Jesús es la vida que él vino a
ofrecer en abundancia, la vida eterna que esperamos gozar en la visión del Sumo
Bien. Don Bosco lo decía con sencillez: “Un rinconcito de Cielo lo arregla
todo”. Que esta visión de fe te anime en las penas.
* Enviado por el P. Natalio
La Palabra de Dios:
Evangelio de hoy
Texto del Evangelio:
En
aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió
en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del
Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos
quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me
deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor:
«Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de
pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será
quitada». (Lc
10,38-42)
Comentario:
Hoy,
también nosotros —atareados como vamos a veces por muchas cosas— hemos de
escuchar cómo el Señor nos recuerda que «hay necesidad de pocas, o mejor, de
una sola» (Lc 10,42): el amor, la santidad. Es el punto de mira, el horizonte
que no hemos de perder nunca de vista en medio de nuestras ocupaciones
cotidianas.
Porque
“ocupados” lo estaremos si obedecemos a la indicación del Creador: «Sed
fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla» (Gn 1,28). ¡La
tierra!, ¡el mundo!: he aquí nuestro lugar de encuentro con el Señor. «No te
pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno» (Jn 17,15). Sí,
el mundo es “altar” para nosotros y para nuestra entrega a Dios y a los otros.
Somos
del mundo, pero no hemos de ser mundanos. Bien al contrario, estamos llamados a
ser —en bella expresión de san Juan Pablo II— “sacerdotes de la creación”,
“sacerdotes” de nuestro mundo, de un mundo que amamos apasionadamente.
He
aquí la cuestión: el mundo y la santidad; el tráfico diario y la única cosa
necesaria. No son dos realidades opuestas: hemos de procurar la confluencia de
ambas. Y esta confluencia se ha de producir —en primer lugar y sobre todo— en
nuestro corazón, que es donde se pueden unir cielo y tierra. Porque en el
corazón humano es donde puede nacer el diálogo entre el Creador y la criatura.
Es
necesaria, por tanto, la oración. «El nuestro es un tiempo de continuo
movimiento, que a menudo desemboca en el activismo, con el riesgo fácil del
“hacer por hacer”. Tenemos que resistir a esta tentación, buscando “ser” antes
que “hacer”. Recordemos a este respecto el reproche de Jesús a Marta: ‘Tú te
afanas y te preocupas por muchas cosas y sin embargo sólo una es necesaria’ (Lc
10,41-42)» (San Juan Pablo II).
No
hay oposición entre el ser y el hacer, pero sí que hay un orden de prioridad,
de precedencia: «María ha elegido la parte buena, que no le será quitada» (Lc 10,42).
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del
Vallès, Barcelona, España)
Santoral Católico:
Santa Marta de Betania
Hermana de Lázaro y María
Marta
significa: "señora; jefe de hogar".
En
Betania, un pueblecito cercano a Jerusalén, vivía una familia de la cual dice
el Evangelio un elogio hermosísimo: "Jesús amaba a Marta, a María y a su
hermano Lázaro". Difícil encontrar un detalle más simpático acerca de
alguna familia: eran muy amados por Jesús.
Los
dos primeros años de su apostolado, Jesús estuvo la mayor parte del tiempo en
la provincia de Galilea, al norte de su país. Pero en el tercer año se trasladó
a Judea, en el sur, y con él sus discípulos. En Jerusalén era bastante
peligroso el quedarse por las noches porque los enemigos le habían jurado
guerra a muerte y buscaban cualquier ocasión propicia para matar al Redentor.
Pero allí, a cuatro kilómetros de Jerusalén, había un pueblecito tranquilo y
amable y en él un hogar donde Jesús se sentía bien. Era el hogar de Marta,
María y Lázaro. En esta casa siempre había una habitación lista y bien
arreglada para recibir al Divino Maestro, cualquier día a la hora en que
llegara. Y tres corazones verdaderamente amigos de Jesús, le esperaban con afecto
fraternal. Allí Jesús se sentía como en su casa. Santa Marta es también la
patrona de los hoteleros, porque sabía atender muy bien. Con razón dice el
Evangelio que Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro. ¡Qué bueno fuera que de
cada uno de nuestros hogares se pudiera decir lo que la Biblia afirma del hogar
de estas tres afortunadas personas!
© Aciprensa
Palabras del Santo Padre Pío
"Subamos
con generosidad al Calvario
por
amor de aquél que se inmoló por nuestro amor;
y
seamos pacientes, convencidos de que
ya
hemos emprendido el vuelo hacia el Tabor"
Tema del día:
Betania, lugar de encuentro
El
Evangelio según San Lucas nos muestra a Jesús en Betania, en la casa de Marta,
María y Lázaro, en ese lugar de descanso, donde el Señor se detenía en su andar
de un lado a otro, anunciando la Buena Nueva del Reino, curando, consolando,
comprendiendo, amando…Entrando en ella, contemplamos a María, sentada a los
pies del Maestro (Lucas 10,38-42), escuchando atentamente esas palabras que
penetran en sus oídos y son semillas sembradas en su corazón donde germinará la
fe, transformada en frutos de amor.
También
allí, podemos observar a Marta, su hermana, trajinando ansiosamente, ocupada en
los quehaceres domésticos, atenta a la limpieza de la casa, a la preparación de
la comida, a la hospitalidad que desea brindarle al amigo que llega cansado del
camino. Su paciencia ante la actitud, que ella considera pasiva, de María llega
al límite. Está molesta porque necesita ayuda y ve que su hermana está ausente
con su mente y su corazón de ese lugar geográfico.
Es
por ese motivo que se queja. No entiende cómo a Jesús no le preocupa, cómo el
Maestro no ve la necesidad de colaboración que ella tiene, en ese momento. “Dile
que me ayude”, dice, pidiendo que Jesús tome partido a favor de ella. Y se
sorprende, seguramente, cuando no encuentra la respuesta esperada, sino todo lo
contrario, ya que Jesús le asegura que todas sus preocupaciones son innecesarias,
que María eligió mejor, porque no la distrae otra cosa que no sea rendirle el
homenaje de la escucha atenta, eligió aquello que permanecerá en ella para
siempre, aquella parte que nadie podrá quitarle.
No
podemos creer que Jesús, que es toda comprensión y que valora infinitamente los gestos de amor
más humildes, desprecie el trabajo, el esfuerzo, la dedicación de Marta. Pero
es verdad que Él no iba a estar allí siempre, estaba de paso. Y los quehaceres
domésticos podían esperar. La Palabra de Dios es prioritaria. No es difícil
reconocer a Marta y a María en distintas situaciones de nuestra vida. Y
escuchar al Divino Maestro, señalándonos el camino correcto.
Cuando
muere Lázaro, el hermano de Marta y de María, nos encontramos nuevamente con
Jesús en Betania, en la casa de los amigos. ¡Cuántas veces en nuestras vidas
escuchamos la afirmación, generalmente dirigida a los niños de que los hombres
no lloran! ¡Gravísimo error! El hombre más hombre, Cristo, lloró (San Juan
11,35). Se conmovió, se turbó y derramó lágrimas de dolor. Lloró por el
sufrimiento de las hermanas. Lloró por la muerte del amigo.
Las
lágrimas son un regalo de Dios que purifica nuestros ojos y nuestro corazón.
Son perlas valiosas, liberadoras, generadas por el sufrimiento, aunque también
pueden derramarse lágrimas de alegría, son un cable a tierra que nos evita
cortocircuitos interiores.
“Gracias
a la vida que me ha dado tanto, que me ha dado la risa y me ha dado el llanto”,
dice la canción. San Agustín reconoce que lo único que nos puede consolar en
esta sociedad humana tan llena de trabajos y errores es la fe no fingida y el
amor que se profesan unos a otros los verdaderos amigos. Y Jesús afirma: “Nadie
tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (San Juan 15,13). Y
Él la da.
Podemos
pensar que Betania es nuestro corazón y encontrar allí a Jesús, vernos
reflejados en Marta, en María, en Lázaro. Podemos sentir la presencia del
Señor, buscando un lugar para descansar, para dialogar con la confianza que lo
hacen los amigos, sin secretos, francamente. Podemos tener la certeza de que
Jesús está con nosotros, en medio de nosotros, esperando que lo recibamos con
la alegría y hospitalidad que se les brinda a los amigos.
El
Papa Francisco, el 27 de marzo de 2013, en la Audiencia en San Pedro, decía:
“Jesús no tiene casa porque su casa es la gente, somos nosotros; su misión es
abrir a todos las puertas de Dios, ser la presencia amorosa de Dios”.
Qué
bueno celebrar la amistad, dándole gracias a Dios por los amigos y rogándole al
Divino Maestro, al Amigo Fiel, que nuestro corazón sea lugar de encuentro, que
tenga siempre las puertas abiertas como el hogar de Betania para recibirlo con
la fe, la alegría y la hospitalidad que caracterizaba a sus habitantes.
© Ana María Casal
Humor de sábados
Un
hombre entra en un bar y le dice al cantinero:
-
Si te muestro algo realmente sorprendente, ¿me darás un trago gratis?
El
cantinero se queda pensando y le contesta que sí.
El
hombre se mete la mano al bolsillo y saca un ratoncito. Mete la mano en otro de
sus bolsillos y saca un piano diminuto. El ratón se estira, hace sonar sus
nudillos y empieza a tocar jazz.
Cuando
el hombre termina su trago, vuelve a preguntarle al cantinero:
-
Si te enseño algo mejor que lo que ya viste, ¿me darás tragos gratis el resto
de la noche?
El
cantinero, pensando que ya no podrá mostrarle algo mejor que lo anterior le
dice que sí.
El
hombre se mete la mano en el bolsillo y saca el ratoncito. Se mete la mano en
otro bolsillo y vuelve a sacar el pianito. El ratón se estira, hace sonar sus
nudillos y nuevamente empieza a tocar jazz.
El
hombre se mete la mano en otro bolsillo y saca un pequeño sapo, que empieza a
cantar siguiendo la música que toca el ratón.
Mientras
que el hombre disfruta sus tragos, otro de los clientes se acerca y le ofrece
100.000 dólares por el sapo.
-
Discúlpame -le contesta el hombre- pero no vendo el sapito.
El
otro cliente aumenta su oferta a 250.000 dólares, en efectivo.
-
No -repite el hombre- no lo vendo.
El
otro cliente vuelve a subir el precio, esta vez a 500.000 dólares en efectivo.
El hombre finalmente acepta y le entrega el sapito, a cambio del dinero.
- ¡¡¿Estás loco?!!" -le dice el
cantinero- ¡¡Ese sapo podría haberte hecho multimillonario,y lo has entregado
por apenas 500.000 dólares!!
-No
te preocupes- contestó el hombre- Ese sapo no tiene nada de especial. Lo que
pasa es que el ratón es ventrílocuo.
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del Evangelio.
Pedidos de oración
Pedimos
oración por la Santa Iglesia Católica; por el Papa Francisco, por el Papa Emérito Benedicto, por los obispos, sacerdotes,
diáconos, seminaristas, catequistas y todos los que componemos el cuerpo
místico de Cristo; por la unión de los cristianos para que seamos uno, así como
Dios Padre y nuestro Señor Jesucristo son Uno junto con el Espíritu Santo; por
las misiones; por el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado
Corazón de María; por la conversión de
todos los pueblos; por la Paz en el mundo; por
los cristianos perseguidos y martirizados en Medio Oriente, África, y en otros
lugares; por nuestros hermanos sufrientes por diversos motivos
especialmente por las enfermedades, el abandono, la carencia de afecto, la
falta de trabajo, el hambre y la pobreza; por los niños con cáncer y otras
enfermedades graves; por el drama de los refugiados del Mediterráneo; por los
presos políticos y la falta de libertad en muchos países del mundo; por las
víctimas de catástrofes naturales; por la unión de las familias, la fidelidad
de los matrimonios y por más inclinación de los jóvenes hacia este sacramento;
por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas; y por las Benditas
Almas del Purgatorio.
Pedimos
oración para por Javier T., de
Guatemala, para que pueda consolidar su proyecto y tener un ingreso económico.
Señor, Tú sabes todos sus esfuerzos y su historia. Tú conoces su corazón.
Concédele lo que confiadamente te solicitamos. Y hacemos extensivo el pedido
para todas las personas que en estos días están sin trabajo y buscan.
Pedimos
oración para Nora Z., de Buenos
Aires, Argentina, que se cayó en la escuela parroquial, su lugar de trabajo,
sufriendo fractura de cúbito y radio. Fue inmovilizada esperando que desinflame
y el lunes le informarán cuándo la operan. Roguemos que calmen sus dolores y
pueda hacerse la cirugía sin complicaciones.
Continuamos
unidos en oración por medio del rezo del Santo Rosario poniendo en Manos de
Nuestra Madre Bendita todas nuestras preocupaciones, alegrías y necesidades,
poniendo al mundo entero en Manos de nuestra Madre y pidiéndole a Ella paz para
el mundo, al rezar por la paz; rezamos por todo, por la paz en el mundo, en los
corazones, porque la violencia sea desterrada, por la paz para los niños que
están en peligro de ser abortados. Paz
para los jóvenes que no encuentran el camino, paz para los deprimidos. Paz para
los que no han tenido la dicha de conocer al Amor. En fin rezamos por la paz, y
sigamos haciéndolo.
Tú quisiste, Señor, que tu Hijo unigénito soportara nuestras
debilidades,
para poner de manifiesto el valor de la enfermedad y
la paciencia;
escucha las plegarias que te dirigimos por nuestros
hermanos enfermos
y concede a cuantos se hallan sometidos al dolor, la
aflicción o la enfermedad,
la gracia de sentirse elegidos entre aquellos que tu
hijo ha llamado dichosos,
y de saberse unidos a la pasión de Cristo para la
redención del mundo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Amén
Los cinco minutos de María
Julio 29
Madre
te llaman los pobres, pobres sin pan ni calor, pobres sin libro en las manos,
pobres sin una ilusión.
Madre
te llama el que sufre penas de llanto y dolor, penas de verse oprimido, penas
carentes de amor.
Madre
te llama este pueblo, pueblo nacido en la cruz; pueblo que marcha hacia el cielo,
Madre del pueblo eres tú.
Virgen piadosa, todo lo bueno lo esperamos de tu
bondad.
* P. Alfonso Milagro
Jardinero de Dios
-el
más pequeñito de todos-
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